03/12/2008

La vida es sueño

"La vida es sueño" es una de las obras de D. Pedro Calderón de la Barca (1600-1681) más conocida y estudiada. Dicho interés reside en su complejidad filosófica, pero también en el notable armado dramático. Marcelino Menéndez y Pelayo, en 1910, que la estudió muy concienzudamente, la definió como drama filosófico, en el que destaca especialmente la oposición entre destino y libertad, el tópico de la vida como sueño y la tematización del autodominio. Personalmente pienso que es mucho más que una obra de teatro. Mucho más. Es una obra de imprescindible lectura, de las que hay que leer. Anoche disfruté especialmente con el soliloquio de Segismundo (uno de los soliloquios más famosos del drama español, si no el que más), del cual extraigo estas maravillosas estrofas, que todos conocemos, y que nos invitan a meditar.

Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
de estas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Saludos.
.

31 comentarios:

  1. Hola Cornelivs.

    Todo un clasicazo, sí señor. Siempre vigente.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Meditemos pues. Busquemos ese ansiando equilibrio que nos permita disfrutar de nuestro bello sueño ya que a veces éste se transforma en pesadilla.

    Y como sueño que es, disfrutemos de él hasta que se acabe cuando abramos los ojos a esa realidad que es la muerte.

    Un beso.

    Pd: Intento seguir el ritmo de tu diario particular, pero a veces por motivos laborales, me es imposible contestar a todos.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Me encantan estos versos, me encantan los sueños, me muevo en el frenesí constantemente... y vuelvo a mi nube, de ahí no me baja ni dios!!

    Besos soñadores :)) y feliz día, niño

    ResponderEliminar
  4. Pues no madrugas tú ni nada. Y te levantas del sueño con estos pensamientos filosóficos.

    Mucho se preocupaban nuestros mayores por el sentido de la vida y también por ayudar a otros a encontrarlo.

    Es bueno recordar todo esto, sacar de ello lo que tenga de aprovechable para ahora y también dárselo a otros, que tal vez ni caigan en la cuenta.

    Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
  5. Una obra magistral, por todo lo que encierra.
    Un gran acierto, amigo, el recordárnosla hoy. Te lo agradezco.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. "Todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende".
    Nos pasamos la vida intentando entender la muerte y no la entendemos nunca porque no la aceptamos aunque caminamos irremisiblemente hacia ella y somos plenamente conscientes.
    Muy interesante tu post, como siempre.
    Un beso

    ResponderEliminar
  7. Cuan acertada es ésta elección! La vida es Sueño, maravillosa, por lo que es y por lo que me recuerda. Yo cuando muy joven hice mis pinitos como locutora, cosa que me gustaba tanto, tantisimo diría yo. Esa estrofa, la más conocida y, yo diría, la más bonita, como tu dices, la que nos hace pensar, esa estrofa la recité yo en la radio, aquellos tiempos......me la se de memoria todavía. Estupenda, gracias por traerme esos entrañables recuerdos,un abrazo

    ResponderEliminar
  8. Un clásico que nos acercas hoy. Parece mentira que hayan pasado tantos siglos y podamos hoy pensar lo mismo. Saludos y besos.

    ResponderEliminar
  9. Y es que realmente, la vida es sueño, pero hagamos que sea un bello sueño...Un abrazo!

    ResponderEliminar
  10. Lo que fascina, es que se pueda decir tanto, tan hondo, con semejante economía de recursos.

    En eso consistirá la genialidad, no?

    ResponderEliminar
  11. Tengo que confensarte que hace unos 30 años la leí y me pareció un soberano rollo para cun chico de catorce años....después la vi interpretada en el Maria guerrero por el Brujo (nuestro paisano)...y "chapeau"....no digo más...saludos

    ResponderEliminar
  12. preciosa entrada, algunas veces yo tambien pienso que la vida es sueño , que a veces se convierte en pesadilla.

    gran homenaje amigo Cornelivs

    ResponderEliminar
  13. Un clásico de obligado estudio, siempre vigente.
    Gracias por recordarlo

    José María

    ResponderEliminar
  14. Un clásico y magistral, como la misma vida en sueño.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  15. Una obra universal. El planteamiento es toda una argumentación de la teología católica sobre la predestinación y el libre albedrío, pero permite lecturas mdoernas, aunque suponga desenfocarlo. Pero eso es lo que tenemos que hacer con los clásicos: leerlos desde el presente.

    ResponderEliminar
  16. Una obra imperecedera y de permanente actualidad, que habria de representarse periodicamente, al menos con la frecuencia que se hace con el Tenorio, del que estoy hasta los congojos. ¡Cómo supo captar Calderón las miserias humanas!, ¡con qué contundencia nos supo transmitir la diferencia entre los deseos y la realidad, la distancia entre la ficción y lo objetivo!. Un verdadero tratado de política y de crítica al poder y a la ambición. Cuando releo esos versos, que me sé de memoria, reconozco que me siguen sobrecogiendo como si los leyera por vez primera. Animo, Cornelius, siempre das en la diana y con el dardo certero.

    ResponderEliminar
  17. Maravilloso ese final del monólogo. A mí me gustaba mucho esa parte que decía "Ojos hidrópicos creo/ que mis ojos deben ser/ pues cuando es muerte el beber/ beben más. Y de esta suerte/ viendo que el ver me da muerte/ estóy muriendo por ver". No sé si la separación de los versos es correcta, pero desde luego refleja muy bien esa contradicción nuestra, tan profunda, de desear aquello que incluso nos da la muerte. Besos, querido amigo.

    ResponderEliminar
  18. Me encantan los clásicos, pienso que tenían mucha más "miga" que las obras modernas. Y ese soliloquio es genial.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  19. Que no se nos pase la vida soñando que tampoco es plan eh!!, pero carajo que agustito se vive desde la cama o colgado de una pared, o dando una cabezada hacia lugares donde nunca estaremos.

    Un lobo insomne

    ResponderEliminar
  20. Gracias Cornelivs por ponernos delante este maravilloso poema... estos días precisamente ando pensando en que nos pasamos la vida soñando lo que somos y vivimos como real lo que es un sueño. ¡qué casualidad! el señor Quevedo era genial!! un abrazo

    ResponderEliminar
  21. A veces pienso que tenemos demasiado olvidados a nuestros clásicos y nos dejamos llevar por lo extranjero.
    Qué triste"!
    Qué vuelvan los clásicos!
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  22. Que bonito recordar los versos de siempre, los clásicos, los del cole. Contigo es imposile olvidar la grndeza de nuestra historia.
    Gracias por enriquecernos.
    Un beso, amigo

    ResponderEliminar
  23. me ha parecido fantástico que hayas recordado un clásico con este soliloquio tan vigete y, encima, aderezado con el aria de la suit nº 3 de bach...Una de las más bellas que compso
    Has hecho que me vaya a dormir feliz:)
    Besos

    ResponderEliminar
  24. Si, yo tambien pienso que tienes un DON, pero ademas de ese, otro se esconde en ti, el de hacernos recordar grandes cosas de un mundo en general.

    UN BESO

    ResponderEliminar
  25. Un dia despertaremos y nos daremos cuenta que todo fue un sueño....

    ResponderEliminar
  26. Ahora que lo leo si que me suena de ha berlo leido alguna vez,está muy bien gracias por refrescarme la memoria.. besitos

    ResponderEliminar
  27. IMPOSIBLE CONTESTAROS UNO A UNO.

    FATAL DE TIEMPO.

    GRACIAS A TODOS. CORNELIVS OS QUIERE.

    ResponderEliminar
  28. Mmmm! Precioso!
    Pensar, vivir, representar un papel que a veces nos creemos en exceso y que quién sabe si lo soñamos...
    Una maravilla de obra.

    Un besillo.

    ResponderEliminar
  29. toda la razon del mundo
    los sueños sueños son y nosotros seguiremos soñando con un justicia justa


    gracias

    ResponderEliminar
  30. Mi querido Amigo:

    Muero por leer este artículo detenida y tranquilamente, como me agrada! Pero deberé esperar hasta la semana que viene, donde me pondré al día con todas tus letras.

    Al igual que en tu caso, la falta de tiempo me tiene torturada y estoy saliendo de viaje en unas horas.

    Pero no podía ni quería dejar de decirte que me he reído a las carcajadas con tus comentarios en mi blog, hace unos momentos! Sos tremendamente simpático, ocurrente, espontáneo y sobre todo, una gran persona!

    Me siento muy afortunada por tener tu amistad y disfrutarla en cada ocasión, aquí y en mi espacio!

    TE ABRAZO CON TODO CARIÑO y TE AGRADEZCO EL MOMENTO EXCELENTE!!!!!

    Hasta la vuelta QUERIDO AMIGO!!!!

    ResponderEliminar
  31. Hay textos, que al menos en la vida de mis "sueños" me hubiese gustado escribir; este es uno, desde la primera vez que lo leí, y cada cierto tiempo lo releo, siempre con más gusto y más sonrojo.
    Yo imagino una puesta en escena del mismo, en la tribuna de la sede de Naciones Unidas.
    Transmitiendo en directo al mundo, y delante de los desvergonzados dirigenes que nos dirigen...
    alguno de los soliloquios más bellos de Segismundo
    (también del mundo), en voz, por ejemplo un niño sudanés de Darfour:

    ¡Ay mísero de mí, y ay infelice!
    Apurar, cielos, pretendo,
    ya que me tratáis así,
    qué delito cometí
    contra vosotros naciendo.
    Aunque si nací, ya entiendo
    qué delito he cometido;
    bastante causa ha tenido
    vuestra justicia y rigor,
    pues el delito mayor
    del hombre es haber nacido.
    Sólo quisiera saber
    para apurar mis desvelos
    —dejando a una parte, cielos,
    el delito del nacer—,
    ¿qué más os pude ofender,
    para castigarme más?
    ¿No nacieron los demás?
    Pues si los demás nacieron,
    ¿qué privilegios tuvieron
    que no yo gocé jamás?
    ...
    Un saludo, queda suyo, Z+-----

    ResponderEliminar

GRACIAS POR OPINAR