"Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado" (André Gide)
"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendería con mi vida tu derecho a expresarlo" (Voltaire)

"La religión es algo verdadero para los pobres, falso para los sabios y útil para los dirigentes" (Lucio Anneo Séneca)
"Cualquier hombre puede caer en un error, pero solo los necios perseveran en él" (Marco Tulio Cicerón)
"Quien no haya sufrido como yo, que no me de consejos" (Sófocles)
"No juzguéis y no sereis juzgados" (Jesús de Nazaret)
. . .

07/08/2025

Conversaciones con Séneca (Conversaciones con un buen amigo, 2ª Parte)

En alguna que otra ocasion me he imaginado a mi mismo sosteniendo imaginarias conversaciones con los grandes sabios del pasado; me veía atravesando la línea del tiempo, y conversando con muchos de esos ilustres pensadores. En Séneca, a medida que lo he leído leyendo, he encontrado respuestas a las muchas preguntas que nos formulamos hoy dia. Por eso, he construido este dialogo, como continuación al dialogo que publiqué en la PRIMERA PARTE (HAZ CLICK AQUI); un dialogo hondamente sincero, en el cual  he querido plantearle algunas preguntas que en realidad me hago a mí mismo. Aquí están, junto con las respuestas que, con total  fidelidad a su estilo y doctrina, creo que me daría.

¿Séneca,  por que a algunas personas les ofende tanto hasta la más mínima critica?

“Porque aún son esclavos de la opinión ajena. El sabio se conoce a sí mismo y, por tanto, ni se enorgullece con el elogio ni se derrumba con la crítica. Quien se perturba por palabras externas, aún no ha encontrado su centro.”  (Cartas a Lucilio)

¿Cómo superar ese malestar ante las críticas?

“Fortaleciendo el juicio interior. No permitas que otros decidan sobre tu paz. Si la crítica es justa, agradécesela; si es injusta, ignórala. Nada daña tanto como la falta de criterio propio.” (Cartas...)

Hoy me han dicho ‘viejo’. ¿Debería sentirme ofendido?

“¿Ofenderte por haber vivido? Sería tan absurdo como quejarse por haber comido. La vejez no es un insulto, sino una medalla que la vida te cuelga por haber permanecido.” (Cartas...)

¿Por qué a veces nos sentimos inseguros sin saber por qué?

“Porque no has fijado tu mirada en lo interior. El alma, cuando no se apoya en la virtud, busca siempre muletas exteriores: el aplauso, la validación, el afecto. Pero si buscas dentro, verás que ya posees lo necesario para estar en pie.” (Cartas...)

¿Cómo podemos curar las heridas de nuestro pasado?

“El pasado ya no está. El sabio no sufre por lo que ya no existe. Lo que viviste fue real, pero el dolor lo mantienes tú con tu memoria. Haz de tu presente un bálsamo, no un campo de batalla.” (Cartas...)

¿Qué opinas, maestro Séneca, sobre aprender tarde en la vida?

“Aquel que se avergüenza de haber aprendido tarde, aún no ha aprendido nada.” (Cartas...)

¿Qué me dices sobre el miedo a vivir?

“No es que nos falte valor, sino que nos sobra temor mal dirigido.” “Tememos más de lo que sufrimos.”  “No vivimos poco, sino que malgastamos mucho tiempo.” "la vida hay que vivirla con alegria y sin miedos imaginarios. Las fieras cuando no se las persigue, estan tranquilas; nosotros, sin embargo, siempre estamos preocupados por el pasado y por el futuro..." (Cartas...)

Séneca, si hacemos sin querer algo de daño a los demas y tras pedirles disculpas les cuesta trabajo olvidarlo, ¿Cómo podemos afrontar esta situación?

“El alma generosa encuentra alivio en el perdón, pero no es tu poder imponerlo en otro. Has cumplido con tu deber al reconocer el error y pedir perdón. Si el otro no quiere acogerlo, no es tu culpa. Tu conciencia debe estar tranquila. Lo que no depende de ti, no puede atormentarte.”    “No te preocupes por lo que no está en tus manos. El sabio cultiva su propia virtud, no el juicio ajeno. Aquel que ha obrado con rectitud, incluso en la reparación, ha hecho todo lo que debía.” “Persevera en tu amor, aunque no seas correspondido. Porque amar, como vivir, es un acto de virtud, no un contrato de reciprocidad.” (Cartas...)

Maestro Séneca, el mundo actual se preocupa mucho por la riqueza y la acumulación de bienes.  ¿Qué dices de esto?

“Quien vive conforme a la naturaleza jamás será pobre, y quien vive según la opinión ajena jamás será rico”   “si no puedes estar satisfecho con lo que tienes, nunca serás feliz… Si pudiésemos estar satisfechos con cualquier cosa, lo hubiéramos estado hace tiempo”  "La felicidad es disfrutar con moderación lo que se tiene y no desear lo que no se posee."   "No te prohibo la posesion de los bienes, quiero que  poseas las cosas sin temor; y esto lo conseguiras unicamente si te persuades de que aun sin ellas puedes vivir feliz, si las contemplas siempre como son: como cosas perecederas" (Cartas...)

Finalmente, Séneca nos  dejó un claro y estremecedor mensaje a los hombres de hoy:

"Me he apartado no solo de los hombres, sino de los negocios y principalmente de mis negocios; me ocupo de los hombres del futuro. Redacto algunas ideas que les puedan ser útiles; les dirijo por escrito consejos saludables, cual preparados de utiles medicinas, una vez que he comprobado que son eficaces para mis ulceras, las cuales, si bien no se han curado totalmente, han dejado de agravarse. El recto camino, que  descubrí tardiamente, cansado de mi extravio, lo muestro a los demas"... (Carta 8 a Lucilio, 2º parrafo, es cita literal).

 Saludos.


04/08/2025

Un escritor sincero: alimento para el alma en tiempos de ruido


Llevo más de 17 años escribiendo en este blog. No por vanidad,  exhibicionismo u otra razón espúrea,  sino por necesidad: una necesidad interior (humilde pero imperiosa) de poner en palabras lo que pienso, lo que siento, lo que me inquieta. A veces me pregunto por qué sigo haciéndolo. ¿Por qué escribo? ¿Por qué comunico?

Creo que lo hago porque me niego a vivir dormido. Me niego a resignarme a una vida sin reflexión, sin preguntas, sin una cierta mirada hacia lo alto. Escribo porque necesito entender, porque quiero compartir el fruto de esa búsqueda, y porque estoy firmemente convencido de que las palabras pueden  ayudar y sembrar algo valioso en otros, aunque solo sea una duda fértil, una incomodidad provechosa, una chispa de lucidez.

Pero no siempre es fácil. Hay días en que me asaltan dos dudas sutiles:  En medio del ruido y de la prisa, ¿aun tenemos tiempo de leer? ¿Y si el mundo de hoy ya no toma en serio a quien escribe con sinceridad y verdad? 

Vivimos tiempos ruidosos. Tiempos en los que parece que ya solo se escucha al que grita, al que simplifica, al que convierte cada idea en un eslogan, al que ofrece las mercancias mas perecederas e inútiles que existen pero que todo el mundo ansia: dinero, poder,  belleza, prometiendo vanamente con ellas la felicidad eterna, y nos hemos acostumbrado a actuar no por amor a la verdad sino por interés; y  por si fuera poco, buscamos la felicidad instantanea.   En este contexto, ¿Cabe aún la palabra meditada? ¿Tiene cabida el pensamiento que no busca aplauso inmediato ni consenso fácil, sino que nace de un esfuerzo sincero por comprender, y por ayudar a encontar el verdadero camino hacia la paz interior y la felicidad?

Maquiavelo decía que es mejor ser temido que amado. Quizás tuviera razón… si uno gobierna Florencia en el siglo XVI. Pero no es el camino del que busca comprender y ayudar, sino del que pretende dominar a los demas. 

Y sin embargo, escribir -de verdad- sigue siendo un acto profundamente serio. No por su pomposidad, sino por su raíz. Es serio tratar de pensar con rigor. Es serio decir lo que uno cree cierto, aunque no esté de moda. Es serio no traicionarse, aunque nadie aplauda.

Como dijo Cervantes: “La lengua es la pluma del alma.” Y como tal, lo que se escribe con sinceridad no es solo un conjunto de palabras: es la manifestación de lo que uno es, de su interior más hondo. No solo se conoce a las personas por sus hechos —como bien dijo Jesús de Nazaret: “por sus obras los conoceréis”— sino también por sus palabras, por lo que piensan y por cómo lo expresan. Por lo que escriben cuando nadie los obliga a escribir; o, como en muchas de mis entradas hago, por escribir una duda honrada: en una duda honrada hay mas verdad que en mil frases tendenciosas o malintencionadas.

Y en ese sentido, escribir no es solo un ejercicio intelectual. Es también una forma de alimento. Como dijo también Jesús: “No solo de pan vive el hombre”… Y yo, que procuro atender mis necesidades materiales con la debida responsabilidad, no olvido tampoco que el alma también tiene hambre. Y que si no se le ofrece un pan más alto —hecho de silencio, pensamiento, verdad y belleza— languidece. 

Por eso escribo: porque encuentro aquí alimento para mi espíritu. Porque me ayuda a crecer interiormente. Porque en esta búsqueda hay algo de consuelo, algo de dignidad, algo de luz.

Por eso, este blog no es solo un cuaderno de pensamientos: es también una forma de verdad. Una forma de verdad (mía, sí) pero que no se cierra sobre sí misma y que está abierta a toda luz de la verdad.

Escribir me ha servido, a lo largo de estos años, como medicina. Ha sido para mí lo que la contemplación es para el monje, lo que el silencio es para el sabio: una forma de entenderme, de aliviarme, de reconstruirme. Es un tratamiento que no me cura del todo, pero que me permite caminar con más dignidad y paz interior.

Y, al mismo tiempo, escribo también por los demás. Porque si una sola persona, en algún momento, en algún rincón del mundo, lee algo aquí y se siente comprendida, aliviada o inspirada… entonces esta tarea, silenciosa pero constante, no ha sido en vano.

Escribo con alegría. Pero no con la alegría tibia de quien pide disculpas por pensar, sino con la dicha serena de quien es feliz escribiendo y compartiendo. Porque escribir, en mi caso, es también un acto de amor. Y el amor -el verdadero, el que no tiene miedo de mostrarse tal cual es- sigue siendo el mayor enemigo del miedo.

Y en este mundo nuestro, tan lleno de prisas, etiquetas y ruido… a veces pienso que lo que más falta hace no es talento, ni poder, ni dinero, ni éxito.

Le falta amor.

Y le sobra miedo.

Saludos.

PJGR

03/08/2025

Tatuajes con sentido. Tinta y toga.

Hoy me apetece hacer una pequeña confesion.

No hay contradicción alguna entre llevar toga y llevar tinta.  Y no lo hice en mi juventud. Ni siquiera en la madurez temprana. Me tatué ya muy entrado en los cincuenta. No fue rebeldía tardía, ni capricho impulsivo, ni una moda pasajera, sino algo más íntimo, profundo y desde luego muy meditado: un gesto de fidelidad hacia lo que más me ha sostenido en la vida. Son marcas (muy discretas pero  visibles) de lo que, desde hace décadas, llevo muy dentro.

En mi brazo derecho  justo debajo del hombro, descansa el símbolo de Roma: el águila imperial, el SPQR, y la corona de laurel.  Es el emblema que veis justo en la imagen de la derecha. No como alabanza al imperio, sino como homenaje personal al pensamiento estoico. Llevo más de treinta años leyendo y meditando a Séneca, y a Marco Aurelio. Ellos han sido, en muchos momentos de duda o de tormenta, un faro de lucidez, dignidad y serenidad que me han ayudado, y siguen ayudandome. Justo debajo del SPQR, una frase discreta pero poderosa: fortis fortuna adiuvat -la fortuna favorece a los valientes/audaces-. Es un recordatorio de que no hay que actuar con temeridad, sino con coraje sereno; no dejarse intimidar por las dificultades, sino superarlas. Que hay que avanzar siempre, aunque sea con miedo. Que hay que vivir, aún con incertidumbre. No es temeridad sino, insisto,  coraje con serenidad.

En la parte exterior del brazo derecho  también llevo tatuada una antigua advertencia: Respice post te hominem te esse memento mori. Es decir: “Mira tras de ti, recuerda que solo eres un hombre y que has de morir.” No es una sentencia sombría, sino una llamada a la lucidez. En un mundo que olvida su finitud, esta antigua fórmula romana —eco del alma estoica— me recuerda que nada es eterno; que la gloria es efímera, que la vida es un soplo y que el verdadero valor reside en vivir con dignidad, con conciencia, con amor. No soy/somos más que hombre/s, y precisamente por eso, todo en mí/nosotros es vulnerable, pero por eso mismo es valioso. No me tatué la frase por morbo ni por dramatismo, sino como brújula silenciosa: para no dormir en la soberbia, para no huir del presente, para recordar que lo esencial no se aplaza. Esta frase es uno de los mejores disolventes que conozco contra el sinsentido del orgullo humano.

En la cara interior de mi antebrazo izquierdo,  la veis al lado, una rosa de los vientos. La he personalizado, pues en sus cuatro puntos cardinales,  he colocado las iniciales de las personas que más amo: mi mujer, y mis tres hijos.  MJ, MP, RM, PJ. Ellos son mi hogar, mi brújula, mi norte en las noches oscuras.

No me tatué por estética ni por moda. Lo hice porque necesitaba llevar a flor de piel -literalmente- aquello que me sostiene por dentro. Mis pilares. El estoicismo. El amor. La memoria. La humildad ante la muerte. La gratitud por la vida. Y sencillamente porque me gusta;  estoy muy contento de llevarlos.

Si, soy Abogado, pero también soy hombre, hijo del tiempo, buscador incansable. Y en este cuerpo —que envejece, que se cansa, que se emociona— he querido dejar trazos visibles de una travesía invisible: la del alma. Cada uno lleva su historia escrita en algún lugar: en el rostro, en los silencios, en los recuerdos. Yo he elegido también llevarla en la piel. No para mostrarla, sino para recordarla. Porque a veces necesitamos signos visibles que nos devuelvan a lo invisible, y a lo esencial.

Y lo esencial, como decía Marco Aurelio, es simple: “Haz lo que debes. Di lo que piensas. Sé lo que eres.”

Saludos.

P.J.G.R.

01/08/2025

Bruma en el alma clara. Aceptar, sentir, vivir.

 

Hay días en los que uno se despierta con una tristeza que no tiene nombre. No es por algo que haya sucedido, ni por nada ni nadie en concreto. Es una bruma silenciosa, como si el alma recordara algo que la mente ha olvidado.

Hoy es, paradójicamente, mi primer día de vacaciones. En teoría, debería sentirme ligero, descansado, quizás hasta eufórico. Pero el silencio externo —al cesar el ruido del trabajo y las prisas— parece abrir la puerta a otro tipo de silencio: el que deja salir lo que llevábamos dentro y no habíamos escuchado.

En esos momentos, intento no resistirme. Dejo que la tristeza me acompañe, como quien camina con un viejo amigo que no necesita palabras; como las emociones, que fluyen naturalmente y pasan, como las olas del mar. Y he aprendido que muchas veces no es un malestar, sino una forma más profunda de estar en el mundo: una sensibilidad que percibe lo que otros ignoran.


Marco Aurelio decía: “Ama solamente lo que te ha sucedido, y lo que te sucede. ¿Qué podría ser más apropiado?” Porque todo lo que nos ocurre, incluso aquello que nos pesa o nos duele, ya estaba tejido con nosotros. No hay error ni extravío; hay camino.

Esta tristeza, entonces, no es un fallo del sistema, al contrario: es  parte de la travesía. Quizás no es más que el eco de la lucidez. O la sombra de la plenitud, que solo se revela al alma que no huye de sí misma.

Y sin embargo, en medio de la bruma, también hay luz. Tal vez no lo veamos en ese instante, pero el simple hecho de poder sentir ya es semilla de claridad. Hay en nosotros más fortaleza de la que creemos, y al otro lado del silencio, la vida nos espera, serena y fiel como la marea.

“No busques que las cosas ocurran como tú deseas, sino desea que ocurran como ocurren.” (Epicteto, Enquiridión, 8)

“Ama lo que te sucede, porque eso es lo que te fue asignado por el orden del universo.” (Marco Aurelio, Meditaciones, 7.57)

"Así como las olas vienen y van, también vienen y van nuestras emociones. Lo importante no es detenerlas, sino aprender a no aferrarse a ninguna." (Enseñanza budista tradicional)

Saludos

Pablo J. Gamez Rodriguez

23/07/2025

Semillas en la bruma. Palabras para cuando yo ya no esté.

 

Hay pensamientos que no se escriben por urgencia ni por necesidad de compartir, sino porque nacen del fondo del alma, en momentos de silencio. Y este es uno de ellos.  

Algunas veces me pregunto qué quedará de mí cuando yo ya no esté. Qué recordarán de mí quienes más amé, especialmente mi familia, esposa, mis hijos, mis amigos.  No pienso en homenajes ni  en epitafios, ni en ninguna de esas cosas, sino en algo más íntimo y sutil: la posibilidad de que mis palabras —estas que he escrito  en este blog durante tantos años— puedan acompañarlos en su propio camino. Porque si algo he intentado con este blog no ha sido enseñar, ni convencer, ni predicarle a nadie. Solo reflexionar con honestidad sobre la vida, desde la duda, desde la búsqueda, desde mi propia humanidad.

Decía Cervantes que “la lengua es la pluma del alma”, y en ese espíritu he escrito en este blog que (como pasa el tiempo) inauguré  el 01.04.2008, con mi entrada “Saludos” , de esto hace ya diecisiete años -que se dice pronto- y ojalá que sea así por muchos años más.

En mis palabras hay pensamientos, sí, pero también hay cansancio, ternura, miedo, amor, tristeza, alegría, claridad y sinceridad. Son lo más parecido que tengo a una herencia invisible: no una respuesta, sino una presencia interior.

Si algún día mis hijos, al enfrentarse al dolor, a la confusión o a la soledad -propias de muchos momentos de la vida-  encuentran en estas líneas algo de consuelo, algo que les recuerde que su padre también dudó, que también se cayó, que  también se levantó y que siguió adelante… entonces sabré que estas palabras habrán cumplido su destino.

Y si alguno de ellos, en algún momento de su vida, llega a sentirse perdido, ajeno, distinto o en lucha consigo mismo… que sepa que fue profundamente amado incluso en sus silencios. Que hubo alguien que, a su modo, siempre lo miró con esperanza. A veces no supe expresarlo bien, pero nunca dejé de sentirlo.

No pretendo que me imiten. Solo que recuerden que es posible vivir con integridad, aun sin certezas, con un corazón honesto y una mente abierta. Que no hace falta tener todas las respuestas para caminar con dignidad.

Tal vez, al final, eso es lo que más importa: sembrar algo que florezca en los que amamos, incluso después de partir. "Podrias dejar la vida ahora mismo. Deja que eso determine lo que haces, dices y piensas". "La mejor venganza es ser diferente a quien te causó el daño". "Haz cada cosa en la vida como si fuera lo último que hagas" (Marco Aurelio)

Como no, mi consejo ademas es que, en momentos de duda, no solo cuenten con mis palabras, sino  que ademas les dejo a los grandes maestros que a mi me han mostrado el camino  fundamentalmente  -y abreviando mucho-  Seneca, Marco Aurelio, y los monjes del Tibet -y escritores- comentadores  y conocedores del budismo tibetano, en cuya lectura encontrarán consuelo y una luz que los guie en medio de la oscuridad.

Y a ti, lector/a amigo/a, que me lees ahora, quizás en un momento difícil o en plena búsqueda, quiero decirte que no estás solo/a. Lo que he compartido aquí no es un manual ni una verdad definitiva, sino un humilde y honesto intento  de atravesar la vida con un poco más de claridad y serenidad. Ojalá estas palabras, fruto de mis dudas y aprendizajes, puedan ser para ti una pequeña luz en la oscuridad, un recordatorio de que todos llevamos dentro la capacidad de levantarnos y seguir adelante, con humildad y coraje.

Saludos.

Pablo J. Gamez Rodriguez.

03/07/2025

Una muy buena pregunta

Tras publicar la entrada de ayer,  y despues del trabajo -ultima hora de la tarde- sostuve una larga y  agradable conversacion telefonica con un compañero mio.  Estuvimos hablando de la impermanencia de las cosas, de que todo pasa y nada es para siempre, en la linea de mis ultimas entradas. Algo de estoicismo, y sobre todo mucho budismo, que como sabemos no es propiamente una religion sino una sabia filosofia practica de la vida,  cuya esencia esta en la exploración de la naturaleza de la mente (conocen la mente mejor que nadie) y en la delgada linea que separa la vida de la muerte, que  no el fin de nada sino una puerta hacia la Luz.  Admiro a los monjes tibetanos y su mensaje. Afortunadamente cada vez calan mas sus enseñanzas en  este occidente  en el que vivimos,  tan avanzado tecnologicamente y tan pobre en valores humanos.  En occidente sabemos que tenemos que tener mucho cuidado con nuestro ego, causa directa de muchos de nuestros sufrimientos; pero estos monjes  tienen unas herramientas muy sabias para anular ese ego,  hacer salir nuestra luz interior, y reposar en la naturaleza pacifica e inmensa de nuestra mente.   

Llevo algun tiempo aprendiendo la doctrina budista, y he comprobado por propia experiencia que  la meditación calma la mente (la lleva de vuelta a casa) y hace que recordemos la luz que somos, dandonos unas sabias herramientas. Animo a todo el mundo a que lo compruebe; y de hecho, cuando he comenzado a practicar la meditación y a seguir algunas de las  enseñanzas budistas he experimentado una paz, un sosiego interior y una alegria de vivir que hacia años que no sentia, asi como nueva fuerza e ilusion para ir superando y afrontando las dificultades cotidianas de la vida. Y me queda mucho por aprender.

A nuestra edad  la vida nos hace madurar, el caparazón del ego va perdiendo resistencia afortunadamente, y vamos eliminando impurezas de nuestra alma  para que su dulzor natural por fin salga a la luz y se vea en nuestros actos, en nuestro corazón y en nuestra mirada.  Le enseñé mi entrada de ayer, se conectó on line, y le echó un rapido vistazo. Ambos sostuvimos la idea de que  tenemos que dejar de confiar en las cosas externas del mundo, y confiar mas en nuestra luz interior; y no quejarnos tanto de lo que el mundo no nos ha dado, sino preocuparnos mas por lo que nosotros podemos hacer por él. Poseer las cosas que tenemos (personas, cosas, situaciones) sin aferramiento, sin aficionarnos demasiado a ellas, dada la brevedad de la vida,  esto es budismo puro,  en esta idea  Séneca y Marco Aurelio  incidian igualmente.

La fortuna es muy mudable y lo que hoy tienes mañana puedes perderlo. Cuando le comenté tal posibilidad, me respondió con esta pregunta, con esta magnifica pregunta, en la cual creo que tenemos que meditar para aprender y evolucionar:

"¿Y si lo que tenemos, mejor dicho, el aferramiento a lo que tenemos,  es lo que nos impide encontrarnos a nosotros mismos?"

Saludos cordiales.

Pablo J. Gamez Rodriguez.


02/07/2025

¿Que es realmente nuestro?

  Apreciados amigos.

Recordareis el tema de conversación que mantuvimos ayer, nos preguntábamos como es posible que tengamos miedo a perder algo, cuando lo cierto y verdad es que nada en este mundo nos pertenece realmente.  Vivimos convencidos de que poseemos cosas: una casa, una esposa e hijos, nuestro trabajo, incluso creemos que  nuestro cuerpo tambien es nuestro.  Pero, como recuerdan los sabios que nos precedieron, esta idea es una ilusión que nos engaña, pues realmente nada es nuestro, ni las personas que amamos, ni el lugar donde vivimos, ni los bienes que poseemos;  ni siquiera el cuerpo que tenemos, pues éste solo es un prestamo que el universo nos ha hecho por un tiempo limitado, y cuando partamos de aqui,  aqui se quedará, pues devolveremos hasta el último átomo que lo compone. Esta es la visión estoica,  y yo la comparto tambien; el mundo siempre ha confundido lo transitorio con lo eterno, y asi sigue sucediendo hoy. Todo lo que creemos que tenemos realmente  nos ha sido prestado por un tiempo, muy determinado, cuya duración es incierta (no sabemos cuando acabará). Aun así, nos empeñamos en aferrarnos a todo como si fuera eterno, y el miedo a perderlo se convierte en fuente de sufrimiento.   


En cuanto al origen de ese sufrimiento, según Marco Aurelio y Seneca, el dolor surge de esa confusion (lo transitorio/lo eterno) que siempre ha existido en el mundo. Cuando creemos que algo nos pertenece para siempre, la posibilidad de perderlo se vuelve una amenaza constante. Y nada es eterno, lo cual conecta directamente con la impernanencia de todas las cosas (uno de los puntos clave de la sabiduría budista, junto con el de la "atencion plena"). Por si fuera poco, ese sufrimiento se agrava porque tenemos otro miedo mas: el miedo a la muerte, nos cuesta enormente aceptar  que todo lo que tiene principio, tiene fin. 

Estamos muy equivocados. Creemos que vamos a estar para siempre aqui, y que todo va a ser siempre "nuestro", y generación tras generacion seguimos cometiendo ese error.  Por ello, si aceptamos que nada es permanente, que todo (TODO) se acaba, esa angustia podemos convertirla en paz interior.

Pensemos un poco sobre esto.  Os pregunto: ¿Qué es realmente mio? ¿Qué es realmente vuestro?  Los estoicos nos enseñaron a dejar de mirar tanto lo transitorio y centrarnos en lo esencial.  Lo único que verdaderamente es nuestro y que nos pertenece  son nuestro carácter, nuestras elecciones y la paz con la que decidimos afrontar lo que no podemos controlar. “Aquello que te pertenece, nadie puede quitártelo”, explicaban ya los estoicos con firmeza.

Yo creo que este pensamiento es una invitación a reconectar con uno mismo, a dejar de buscar seguridad en lo externo y volcar la atención hacia lo que sí depende de nosotros. La libertad viene a través de la “aceptacion”, que  para mi  es una liberación.   Ahí esta la libertad, núcleo del pensamiento estoico:  “nuestra libertad comienza exactamente en el momento en el que dejamos de luchar contra eso: contra la realidad”.  Las cosas son como son, no como nosotros quisiéramos que fueran. Por eso, aceptar que nada ni nadie nos pertenece no es una resignación ni una rendicion, sino una liberación. Es una forma de reconciliarse con la naturaleza cambiante de la vida y vivir con más ligereza, menos miedo y mayor conexión con el presente.

Dos mil años después, la filosofía estoica  tienen mas vigencia que nunca.  El mensaje de Marco Aurelio, rescatado con claridad y sensibilidad, nos recuerda -al igual que los budistas-,  que realmente no controlamos nada; nosotros vamos por el rio, y creemos que somos nosotros los que marcamos el camino;  y ese es otro error mas, pue el rio nos lleva por donde el quiere, y somos como hojas que arrastra la corriente. Por mucho que nos empeñemos en seguir una determinada dirección, lo cierto y verdad es que no podemos hacer nada ni controlar nada: es la propia corriente de la vida la que nos lleva a nosotros.

Soltar esa ilusión de control no es perder, sino ganar perspectiva y libertad.  ¿Os imagbinais el sufrimiento que nos traeria un miedo a perder las cosas que fuera eterno y que nunca se acabara?  Séneca diría: “Todo es prestado” “nada es realmente tuyo”.  El sabio se prepara para devolverlo todo sin lamento, pues sabe que en realidad no lo poseía en absoluto. Séneca no lo expresa en una única frase exacta, pero estas tres ideas lo comunican de forma radical: el sabio  (I) usa todo como  un préstamo (II) no apalanca su tranquilidad sobre lo efímero de las cosas, y (III) sabe que el miedo nace del apego a las cosas, a las personas  y a las  situaciones.

 Temino con palabras de Marco Aurelio y Seneca: 

Marco AurelioMeditaciones 5.15  “Ninguna de estas cosas debe ser llamada ‘del hombre’, a las que no pertenecen al hombre como tal… Considera que son un préstamo, no algo que te pertenezca en propiedad. Cuando la Fortuna da regalos, en realidad solo los presta, y nadie puede reclamarlos como propios.”

Meditaciones 2.14  “Recuerda que no se pierde otra vida que la que uno vive, ni vive otra que la que pierde… El presente es lo único que tiene, y no puede perderse lo que no se tiene.”

Meditaciones 4.47 / 4.50  “No desprecies la muerte… ¿qué diferencia hay entre quien vive tres días y quien vive tres generaciones?”

Meditaciones 7.27 “No sueñes con lo que no tienes; más bien considera lo que tienes como tus mayores bendiciones, y piensa cuánto las echas de menos si no las tuvieras… pero sin valorarlas tanto que te remuevan si las pierdes.”

Meditaciones 9.32–33 / 9.35–36 “Todo lo que ves perecerá pronto… La pérdida no es otra cosa que cambio, y la naturaleza universal gusta del cambio; de ella procede todo lo que es.”

Seneca:

Es más soportable no haber poseído jamás nada que haberlo perdido… el pobre es más alegre que el rico, porque la pobreza no tiene nada que perder.”

“El sabio considera chatarra todo lo que la Fortuna pueda arrebatarle; lo vive como prestado, dispuesto a devolverlo alegremente cuando se lo reclamen… vive como si todo le fuera prestado.”

"Lo que se tiene puede arrebatársenos, pero lo que ya se ha disfrutado, nunca. (…) Todo lo que tenemos puede perderse… Limita tus deseos y así curarás tus temores.”

"Deja de esperar y dejarás de temer.’ Esperanza y miedo son hermanos; el miedo sigue a la esperanza… enviamos la mente al futuro y así distribuimos sufrimientos.” Lo dado también puede ser quitado.”

“Algunos viven ansiosos, porque temen perder lo que les da alegría. (…) Nada que venga del azar es estable; cuanto más alto está, más propenso a caer.”

"¿Y por qué incluso sus alegrías están llenas de ansiedad y temor? Porque no se basan en causas firmes, sino que se agitan tan sin fundamento como surgieron. ¿Y qué clase de tiempos crees tú que serán aquellos que ellos mismos reconocen como miserables, si incluso las alegrías que los exaltan y elevan por encima de los demás no son en absoluto puras?

"Todos los mayores bienes son fuente de inquietud, y nunca se debe confiar menos en la fortuna que cuando parece más favorable. Para conservar la prosperidad, se necesita aún más prosperidad, y por cada deseo que se ha cumplido, es necesario elevar nuevos ruegos.

"Todo lo que nos llega por azar es inestable, y cuanto más alto asciende, más propenso está a caer.

"Además, lo que está destinado a perecer no puede brindar verdadero placer a nadie. Por tanto, es muy desdichada —y no solo breve— la vida de aquellos que trabajan arduamente para conseguir lo que deberán esforzarse aún más por conservar.

"Con gran fatiga alcanzan lo que desean, y con ansiedad mantienen lo que han alcanzado; mientras tanto, no prestan atención al tiempo, ese que nunca volverá.

"Nuevas ocupaciones reemplazan a las antiguas, la esperanza da paso a nuevas esperanzas, la ambición conduce a nuevas ambiciones…"

Que esteis bien.  

Y por cierto, muchísimas gracias por estar siempre ahi, y por esos caracoles y esas manitas de cordero... estaban deliciosas.

Saludos cordiales.

Pablo Jesus Gamez Rodriguez.

18/06/2025

El mejor consejo que puedo darte

Mi consejo es que este verano, siempre que puedas, nades contra corriente y me explico: no sigas la senda de la mayoría, no busques fuera de ti, sino dentro de ti; no busques fuera de ti  cosas como dinero, poder,  belleza, fama, éxito, y demás cosas efímeras y caducas que el tiempo se lleva. Mas bien busca  las respuestas dentro de ti, quiérete a ti misma un poco, y veras como te encuentras con una muy grata sorpresa que, poco a poco, irás descubriendo.

Mira, para este verano yo te voy a proponer que hagamos un viaje por el mundo de la filosofía, vamos a ir nada mas y nada menos que a la antigua Roma, donde -estoy seguro de ello- te vas a deleitar con las inmortales obras que escribió un autentico e inolvidable genio, cuyo nombre completo era  Lucio Anneo Séneca,  y  que es recordado como uno  de los  mayores filósofos estoicos que Roma dio al mundo, este inmortal cordobés (si, nació en Cordoba, en la entonces Hispania)  murió  en Roma en el año 65 d.C., hace justo ahora 1.960 años. Sin embargo, el milagro es que sus palabras permanecen actuales en el tiempo. 

En ningun sitio encontraras mejores consejos que en las obras de Séneca, y precisamente ese es el mejor consejo que te puedo dar: que leas sus obras.  Lee, relee, medita, piensa y repiensa sus sabias palabras: son una luz en medio de la oscuridad de la vida.  Sois muy jovenes, teneis toda la vida por delante, y ahora el mundo es otro: estan de moda los "influencers", las redes sociales y demas  galerias de personajes de este tipo, se prefiere una vana conversacion antes que cultivar la riqueza interior; y hasta parece que nos da miedo estar a solas con nosotros mismos, de modo que esto quizas os parezca muy extraño, pero fijaros, despues de dos mil años la gente sigue leyendo a Seneca: ¿Por que? Pues por algo será, y os invito a que lo descubrais por vosotros mismos.  Quizás hayais pensado muchas veces que la vida es injusta, que es una tragedia que pasen cosas malas a las personas buenas, y que si Dios existiera no permitiria mas de cuatro cosas. Si, y no solo vosotros lo ha pensado: todos alguna vez hemos pensado eso y de hecho Seneca ya lo hizo. Con él hallareis consuelo, todo el que lo lee es como el que navega en la oscuridad de la noche y encuentra la luz  que lo guia. 

¿No me crees? ¡Compruebalo por ti mism@! Por ejemplo, si lees “De la divina providencia”,  te encontraras párrafos como estos:

“¿Por qué el destino acosa a los buenos con dificultades? Porque es propio del buen general enviar a los soldados valientes a las misiones más arriesgadas. Los cuerpos fuertes aceptan el trabajo; los débiles, se quejan. El sabio se alegra de los desafíos, y aun en medio de los peligros exclama: '¿Era esto todo?'.”

“No te equivoques: los dioses tratan con mayor severidad a quienes aman. Les forjan con trabajos, los ejercitan con dificultades, los preparan para sí.”

“¿Crees que los dioses se comportan mal contigo porque te dan la oportunidad de mostrar de qué estás hecho?”

“¿Por qué sufren los buenos? Porque no han aprendido aún a ser verdaderamente buenos si no se prueban en la adversidad. Piensas que es injusto que los hombres justos padezcan. Pero observa cuánto ganan en fuerza de alma, cuánto en grandeza, cuánto en firmeza. Nadie puede conocerse a sí mismo sin haber sido puesto a prueba.”

“¿Crees que alguien sería valiente sin peligro, generoso sin necesidad, paciente sin dolor? Dios trata con rigor a los buenos: los endurece, los hace suyos. Aquellos a quienes ama de verdad, los forma con el hierro del sufrimiento, como se forja una espada: se la golpea, se la dobla, se la calienta, se la templa. Así se hace fuerte.”

“Tú, que te quejas de tu destino, ¿no entiendes que no has sido abandonado, sino distinguido? El sabio acepta lo que viene y no se lamenta. Si es pobre, lo lleva con dignidad. Si sufre, lo convierte en virtud. Si muere, lo hace con serenidad. Porque sabe que nada le puede ser quitado realmente mientras conserve su espíritu recto.”

Si te cansas de esta temática, puedes leer obro libro suyo, titulado “De la vida feliz”, donde te encontraras perlas como estas:

“Todos los hombres, hermano Galión, quieren vivir felizmente, pero andan a ciegas cuando se trata de saber qué es eso que buscan. No es fácil alcanzar la vida feliz si no se sabe dónde está. Quien camina sin saber el camino, más se aleja cuanto más deprisa avanza.”

“Así pues, lo primero que debemos establecer es en qué consiste la vida feliz. A mi juicio, consiste en la paz de ánimo, en la firmeza del juicio, en la elevación del espíritu que sabe valorar todo según su verdadero mérito. La felicidad no proviene del azar, ni de los bienes exteriores, sino de una vida conforme a la virtud.”

“Virtud es vivir en conformidad con la razón. Ser virtuoso es ser libre, dueño de sí mismo, valiente frente a la adversidad, generoso en la prosperidad, y justo en todo momento. Virtud es no temer a la muerte, no dejarse dominar por los placeres, no desear lo que no depende de uno.”

“¿Quieres saber quién es verdaderamente feliz? Aquel que no se deja esclavizar por ningún deseo, que se ríe del miedo, que no se abruma con las penas, que no se exalta con los éxitos, y que mantiene su alma en equilibrio, como un templo inviolable.”

“Muchos buscan la felicidad en los placeres del cuerpo, en el lujo, en el reconocimiento público. Pero esos placeres son fugaces, y pronto se vuelven cadenas. El placer no es un guía fiable: se arrastra, no conduce. La virtud, en cambio, camina con firmeza, sin mirar atrás, sin depender de nadie.”

“No niego que el placer pueda acompañar al sabio, como la sombra acompaña al cuerpo; pero no es su objetivo. La vida feliz no consiste en buscar el placer, sino en despreciar la necesidad de él.”

“El sabio prefiere ser bueno antes que parecerlo. Vive conforme a su conciencia, no al juicio de los demás. Su gozo está en su interior, no en lo que el mundo aplaude.”

“Así pues, si quieres ser feliz, desprecia lo que muchos desean, y cultiva lo que pocos valoran: la rectitud de alma, la independencia interior, la armonía contigo mismo.”

Quizas llegue un momento en el que notes que tu animo está intranquilo o con algo de ansiedad, o que estas preocupada por cualquier otra cuestion que te aflige. Quizás notes consuelo con estas palabras de otro libro suyo, y fíjate que titulo tiene: “De la tranquilidad del animo”. Aquí Séneca nos invita a emprender un viaje hacia el interior de nosotros mismos, donde reside la verdadera fuente de serenidad. Lejos de buscar la paz en la riqueza, los honores o los placeres efímeros, el sabio debe cultivar una estabilidad interna que no dependa de los vaivenes del destino ni de las opiniones ajenas. La tranquilidad del alma, según Séneca, nace de la vida racional, del dominio de las pasiones, y de una aceptación serena de aquello que no podemos cambiar. 

Frente a las inquietudes, la tristeza o la inconstancia que a menudo atormentan el ánimo humano, la filosofía aparece como un remedio capaz de guiar al espíritu hacia la armonía. No se trata de aislarse del mundo, sino de aprender a vivir en él sin ser arrastrado por su ruido ni por sus exigencias. Así, quien actúa con moderación, cultiva la virtud y se contenta con lo que la razón le dicta, alcanza esa rara pero profunda paz que no necesita de aplausos externos, porque nace de una conciencia en calma y de un alma que se basta a sí misma. Mira sus palabras:

“Nada hay más hermoso ni más agradable para el hombre que una mente tranquila y apacible, libre de pasiones violentas y de turbaciones. Porque el alma que no se altera, que no se inquieta por los azares de la fortuna ni por las desgracias que la alcanzan, esa alma es verdaderamente libre y dueña de sí misma. De nada debe temer, porque todo lo que sucede, sucede conforme a la razón del universo, y lo que nos parece adverso, forma parte del orden natural de las cosas. No es la fortuna ni la circunstancia la que perturba nuestra paz, sino el juicio que hacemos sobre ellas. Por eso, la sabiduría consiste en aprender a distinguir lo que depende de nosotros y lo que no, y a no dejar que las cosas externas gobiernen nuestra tranquilidad interior.”

"Es absurdo perturbarse por lo que no está en nuestro poder y dejarse llevar por la cólera, el miedo o la tristeza. Pues ninguna de estas pasiones mejora la situación, sino que únicamente nos roba la serenidad. La verdadera libertad reside en mantener la calma del alma frente a la adversidad, sin permitir que los acontecimientos externos la desvíen de su curso. Por eso, es propio del sabio aprender a dominar sus juicios y deseos, reconociendo que muchas veces sufrimos no por lo que sucede, sino por la interpretación que hacemos de ello."

"No es la fortuna ni la adversidad lo que hace que el ánimo se turbe, sino el modo en que la mente juzga los acontecimientos. Porque todo lo que sucede está sometido a la razón universal, y nada ocurre sin un orden determinado. El sabio, por tanto, no se deja arrastrar por la cólera ni la tristeza ante las desgracias, sino que las acepta con serenidad, comprendiendo que son parte del curso natural de la vida. La mente apacible es aquella que, sin ser insensible, no se deja dominar por las pasiones ni por los deseos desmedidos. Esta tranquilidad es la verdadera libertad, pues quien la posee no depende de nada externo para su felicidad. El camino para alcanzarla es la filosofía, que enseña a distinguir lo que está en nuestro poder —como nuestros juicios, deseos y aversiones— de lo que no lo está, como las opiniones ajenas, la fama o la riqueza. En esto consiste la verdadera fortaleza: en aprender a vivir conforme a la razón, manteniendo el equilibrio del alma ante cualquier circunstancia."

Y para cuando vayas cumpliendo mas años, te daras cuenta de que la vida es muy breve. Notaras que los días y las semanas pasan mas rápidamente de lo que tu quisieras. Bueno, aquí encontraras consuelo: en su libro “De la brevedad de la vida”.  El mensaje esencial de De la brevedad de la vida de Séneca es que la vida es suficientemente larga si se sabe aprovechar bien el tiempo, pero la mayoría de las personas la desperdician en ocupaciones inútiles, distracciones y preocupaciones banales. Séneca sostiene que no es que la vida sea corta, sino que no sabemos vivirla con conciencia y sabiduría. Por eso, recomienda vivir de forma reflexiva, centrarse en el presente y dedicar el tiempo a cultivar el alma y la mente, para así alcanzar una existencia plena y significativa.

Séneca comienza señalando que la vida no es realmente corta, sino que muchas personas sienten que no les alcanza el tiempo porque lo malgastan. La mayoría viven como si fueran a vivir para siempre, desperdiciando sus días en actividades triviales, preocupaciones innecesarias y en buscar placeres efímeros. Otros, en cambio, se dedican a la ambición desmedida, al poder o a la fama, olvidando que todo eso no llena el alma ni da verdadera felicidad.

El filósofo insiste en que solo aquellos que viven con atención, con conciencia de la brevedad y finitud de la vida, pueden realmente disfrutarla. La vida debe ser empleada en la reflexión, en la filosofía y en el cultivo interior, en lugar de dejarse arrastrar por el ruido y la prisa del mundo.

Para Séneca, el tiempo es el recurso más valioso que poseemos, y perderlo es equivalente a perder la vida. Por eso, la clave está en aprovechar el presente, vivir el momento con intensidad y propósito, y no aplazar lo importante para un futuro incierto.

En resumen: no es que la vida sea corta, sino que la mayoría no la vive bien; vivir plenamente es saber administrar el tiempo con sabiduría y dedicación a lo que realmente importa.

Veamos sus palabras:

“No es que la vida sea corta, sino que nosotros perdemos mucho tiempo. La vida es lo suficientemente larga, y una cantidad generosa se nos ha otorgado para la realización de las cosas más grandes, si toda ella se empleara bien. Pero cuando la vida se malgasta en cuidados inútiles, cuando no se dedica tiempo a sí mismo, cuando no se hace nada propio sino que se busca en otras personas, cuando se pierden años en la vana esperanza del futuro y se dilapidan los momentos en la pereza, al final llega la muerte y nos encontramos sin haber vivido realmente.”

“Es verdad que la vida nos es concedida en propiedad, pero vivimos como si solo fuéramos sus arrendatarios, o peor aún, como si la hubiéramos tomado prestada para devolverla sin haberla disfrutado. Todo el tiempo que no se dedica a uno mismo, que no se consagra al cultivo del alma, es tiempo robado y perdido. Y sin embargo, la mayoría prefieren vivir bajo la tiranía de ocupaciones ajenas, esclavos de la rutina, entregados a los caprichos de otros, y se quejan luego de que la vida se les escapa.”

“Quienes no tienen tiempo para sí mismos son esclavos. No es que tengan poco tiempo, sino que pierden mucho. La vida se nos ha dado en plenitud, pero la malgastamos. ¿Qué es más injusto que quejarnos de la brevedad de la vida cuando nosotros mismos la acortamos con nuestra negligencia?”

“Ninguna persona es rica en tiempo, pero muchos son pobres en uso del tiempo. La mayoría pasan la vida como si tuvieran una cantidad infinita, y sin embargo, el tiempo que más se desperdicia es aquel que creemos tener en abundancia.”

“Dedica tiempo a tu propia formación, a tu alma y a la reflexión. Porque vivir sin filosofar es estar siempre a mitad de camino hacia la verdadera vida. Sólo quien aprende a valorarse y a cultivar su mente vive realmente.”

Hay otra joya de Séneca: sus "Cartas a Lucilio". Pero esta inmensa o grandiosa obra, merece comentario en otra entrada.

En resumen, a mi modo de ver  la paz espiritual que todo ser humano busca,  es como un edificio con tres columnas fundamentales; una de ellas es el estoicismo de Seneca y de Marco Aurelio; la otra columna es la sabiduria milenaria del budismo tibetano -maravilloso, otro dia hablarmos de esto si quieres-; y la tercera, como no, antes ahora y siempre, el mensaje original de Jesus de Nazaret; pero el mensaje original, no el mensaje trastocado e institucionalizado que proviene del Concilio de Nicea desde el año 325: hablo del mensaje primitivo y original de Jesús. 

Son tres solumnas, pero el edificio es el mismo: un unico y mismo conjunto de pensamiento.

Pero por hoy ya es bastante.  Sal, tomate unas cervezas y pasatelo bien.

Un abrazo y hasta pronto.

Pablo J. Gamez Rodriguez.

17/06/2025

Si vas de viaje...

 ...no estaria de mas que escucharas estos sabios consejos:

"Cometemos un error, Lucilio, al creer que cambiando de lugar cambiaremos de espíritu. El alma enferma lleva sus males consigo. Correr de un sitio a otro no cura la inquietud interior, sino que la alimenta. Hay que buscar la tranquilidad no en otros paisajes, sino en el interior de uno mismo."

"La vida agitada, llena de ocupaciones frenéticas, impide el reposo del alma. Pero también es dañino el ocio vacío, ese tiempo libre sin provecho. El remedio está en una ocupación equilibrada, como el estudio de la filosofía, que nos mantiene despiertos sin agotarnos y nos prepara para cualquier situación."

"La verdadera tranquilidad no consiste en estar lejos del ruido, sino en ser invulnerable a él. El alma firme no se turba ni con el bullicio del foro ni con el silencio del campo."

"Aquel que vive conforme a la razón, que se contenta con poco, que no desea lo que está fuera de su control y acepta lo que el destino le envía, ése alcanza la serenidad. Porque la paz no viene de cambiar el mundo, sino de ajustar nuestras expectativas a la naturaleza de las cosas."

(Séneca, Epistolas a Lucilio)

Saludos

Pablo J. Gamez Rodriguez

01/05/2025

BUSCANDO LA ALEGRIA DE VIVIR


Vivimos en un mundo tecnologicamente muy avanzado pero, paradójicamente, muy atrasado espiritualmente. En esta frenética sociedad de la información ultrarápida e instantánea, veo que el ser humano vive mas cómodamente que nunca porque lo tenemos todo, sin embargo  la pregunta es: ¿somos  mas felices que antes? Y la respueta que me surge es un rotundo NO. Hablando en general, y sálvese quien pueda,  estamos muy desorientados. Dirigimos nuestra atención hacia afuera, hacia la comodidad, hacia los bienes materiales, hacia lo superficial y  lo rápido; buscamos los “likes” rapidos y mientras mas mejor; si tienes mil o cinco mil “likes” crees que eres alguien, y si no piensas que no eres nadie. Vivimos pendientes del parecer ajeno, de los “influencers” y de la inmensa galeria de mercachifles y toreros de salón que hay por ahi; y no nos damos cuenta de que hemos esclavizado nuestra propia felicidad: la hacemos depender de los demás. 

Nos quedamos en la forma de las cosas y no penetramos en el fondo. Y lo que es peor: no nos damos cuenta de que lo mas precioso que tenemos no hay que buscarlo fuera: está ya dentro de nosotros, lo que pasa es, eso,  que hay que buscarlo. Y mucha, muchísima gente, tristemente, llega al final de su vida  sin darse cuenta.

¿Y que es eso que tenemos dentro? Te animo a que lo descubras por ti mismo/a. Si dejas de dirigir tu atención hacia el exterior continuamente, buscando la aprobación externa, y la diriges hacia tu interior, puede que te lleves una inmensa sorpresa.  Puedes descubrir muchas cosas.

Por ejemplo, puede que un buen dia te des cuenta de que el mero hecho de estar vivo ya es, por si mismo, un auténtico regalo,  un regalazo. Se nos ha dado todo sin pedir nada a cambio.  No hemos pagado nada por estar aquí, todos los días abrimos los ojos gratis. Nacemos, respiramos, andamos, nos sentamos, corremos, comemos, bebemos, hacemos el amor, dormimos, disfrutamos: estamos aquí. En resumen: el Universo nos ha creado,  gratis, y para mi eso es la máxima manifestación del amor de Dios (llamalo, si lo prefieres,  “Energía Creadora”)  hacia sus criaturas, como nosotros.

Yo pienso que la vida es maravillosa, pero tiene un problema que nos impide disfrutar de ella: nuestro ego.  Nuestros padres, abuelos, y anteriores generaciones, podrían alegar su ignorancia como excusa,  pues la alfabetización completa de la sociedad solo llegó a España  en el Siglo XX, en definitiva, ellos NO eran responsables.

Sin embargo, nosotros no podemos alegar ninguna ignorancia porque tenemos el móvil en las manos, tenemos el mundo de la información en nuestras manos; y si no hacemos uso de esa magnifica oportunidad para aprender cosas nuevas y evolucionar como seres humanos, o hacemos un mal uso de ese conocimiento y de internet, los únicos responsables seremos nosotros, y solamente nosotros.  

Por tanto, si  buscas en internet un poquito, te darás cuenta y descubrirás  que la felicidad humana no termina de llegar porque hay un enemigo suelto desde hace miles de años, que se encarga de hacernos desgraciados: nuestro  ego, el cual es definido por la mayoría de los autores como la construcción mental que hacemos -en nuestra mente- de nosotros mismos, esto es, una identidad que nosotros mismos nos forjamos y que basamos en nuestros pensamientos, recuerdos, roles sociales, creencias, logros, fracasos y etiquetas como “yo soy esto” o “yo no soy aquello”.  Es decir, es  el “yo” que creemos ser, pero que en realidad no somos en esencia. Es una especie de personaje, una careta o un disfraz que nos creamos para movernos por el escenario del mundo, y  que muchas veces, por desgracia,  se apodera de toda nuestra conciencia.

Nuestro ego nos quita la alegría de vivir porque nos desconecta de la realidad tal como es y de nosotros mismos en nuestro estado más auténtico.

Y es que el ego es terrible,  he aquí alguna de su fechorías: busca validación externa de modo constante, el ego necesita ser aprobado, admirado, reconocido (y esto nos mantiene atados a la opinión de los demás y nos hace vivir en función de expectativas externas, lo que genera ansiedad y frustración); además, siempre se apega a la imagen del “yo”, pues el ego construye una identidad rígida: "yo soy exitoso", "yo soy fracasado", "yo soy diferente", etc, con lo cual defender esa imagen consume mucha energía y genera sufrimiento cuando la realidad no encaja con ese ideal; además, nos hace competir en lugar de conectar, pues el ego compara, juzga, envidia, y en vez de disfrutar el presente o celebrar a otros, siempre está viendo quién tiene más, quién vale más, lo cual  bloquea la empatía y la gratitud. Por si fuera poco, el Ego reacciona desde el miedo y la carencia, el ego teme perder lo que tiene o no obtener lo que desea, y vive en un modo de defensa o ataque, lo que impide sentir paz y gozo interior. Por si fuera poco, y no contento con esto, el ego nos desconecta del presente, siempre está en el pasado (culpa, rencor) o en el futuro (ansiedad, expectativas).  

Que se lo pregunten a mi admirado Séneca, que en su tatado De la tranquilidad del alma" (De tranquillitate animi), ya decía que los animales salvajes, cuando no están siendo perseguidos, disfrutan de una paz natural y estan tranquilos,  mientras que los seres humanos, incluso en ausencia de peligros inmediatos, se perturban a sí mismos con recuerdos del pasado y temores sobre el futuro.

El ego NO tiene en cuenta, ni sabe, que la alegría de vivir solo se encuentra en el aquí y ahora.  Estar aqui y ahora, plenamente presentes. ¿Te duele algo ahora mismo? No. ¿Tienes todo lo que necesitas ahora mismo? Si. Entonces, ¿cual es nuestro problema ahora mismo?  No mañana ni pasado, ¡ahora mismo ¿cual es tu problema?!  Ninguno ¿verdad? ¿Entonces, por que no disfrutamos mas de las pequeñas cosas que la vida nos regala  a cada instante,  como p. ej., el placer de comerse un buen plato de manitas  o unos esparragos trigueros con unos buenos amigos  bebiendo un buen vino, o dar un paseo por la playa, o hacer deporte,  o ver una buena pelicula, o mil ejemplos más como estos?

Y soltar el ego no significa dejar de tener identidad, sino liberarnos del sufrimiento.  

Por ejemplo, podríamos empezar  preguntándonos cada dia varias veces: ¿Quién soy yo? Diras: yo me llamo fulano/a de copas, vivo en la calle tal, de tal ciudad, mi profesión es tal y cual, tengo esposo/a y tantos hijos. Bueno, esa es tu etiqueta externa o tu disfraz social, pero no eres tu. Despójate de todo eso que crees ser y piensa: aparte de eso, ¿Quién soy yo realmente, quien soy yo de verdad? ¿Quién más vive dentro de mi?

Comprobaríamos que al  dejar de identificarnos con lo que no somos realmente,  regresan la paz, la autenticidad y una alegría que no depende de las circunstancias.

Los estoicos y los budistas aconsejan superar nuestro ego de varias maneras: primeramente, observándonos sin juzgarnos. La conciencia es el antídoto del ego. Cuando observas tus pensamientos, emociones y reacciones sin juzgarte, creas una distancia entre “tú” y el ego. Ejemplo: en vez de decir “soy una persona impaciente”, dices “hay impaciencia en mí ahora”. En segundo lugar,  practicar la presencia con atención plena. Dado que el ego vive en el pasado o el futuro, el presente lo desarma. Cuanto más presentes estamos (con la atención puesta en lo que hacemos, sin distracción), menos poder tiene el ego. Una buena práctica seria hacer cualquier tarea al dia,  con plena atención, sin prisa, concentrados en lo que estamos haciendo. En tercer lugar, cultivar la humildad y la gratitud, y ojo,  porque la humildad no es pensar menos de ti, sino pensar menos en ti.  En cuarto lugar: aceptar las cosas como son. Hay que aceptar lo que es, como es. El ego lucha contra la realidad: quiere que las cosas sean como él desea. Trascenderlo implica aceptar las cosas como son, sin resignación, pero sin resistencia mental. En quinto lugar, hay que conectar con algo mas grande que nosotros. Y es que el  ego se cree el centro del universo. Sentirnos parte de algo más amplio (la naturaleza, una comunidad, la conciencia universal) lo relativiza, con lo cual quizás sea bueno dedicar  tiempo a actividades que nos conecten con lo sagrado, lo natural o lo colectivo: estar en la naturaleza, ayudar a otros, practicar silencio, arte o espiritualidad. Y en sexto y ultimo lugar, aceptar nuestros defectos. El ego es soberbio y orgulloso y suele rechazar las partes de ti que no encajan en su “imagen perfecta”, por lo cual solo integrando tu sombra (tus miedos, defectos, heridas) puedes liberarte de su control. P. ej., podemos hacer una lista de cosas que criticamos en los demás, y preguntarnos: “¿Esto existe también en mí?”  

Superar el ego es un arduo trabajo, es un camino de conciencia, que puede durar toda una vida, y no es una meta que se alcanza de una vez, sino progresivamente. Cada paso que damos en esa dirección nos trae mas paz, libertad y verdadera alegría.

Podríamos dejar un rato el móvil y pensar más en estas cosas, pero, claro, necesitamos tiempo. Y ese es el problema, que no tenemos tiempo. ¿No tenemos, o es la excusa que nos buscamos? Porque si algo nos interesa de verdad, si que encontramos tiempo.

 Yo, desde luego, llevo años inmerso en un proceso de completa demolición de mi propio ego, y cada ladrillo que tiro al suelo, me da más felicidad.  Por eso mi consejo es: no tengas miedo a perder tu ego.  ¡¡¡Animo!!!  Es falso que no puedas vivir sin tu ego:  lo real y verdaderamente correcto es todo lo contrario;  se puede vivir perfectísimamente sin él, y  de hecho seremos mucho  mas felices de lo que lo somos ahora.

 ¿Tienes dudas? Esto es bueno. Busca entonces, analiza, investiga, teclea en Google o en cualquier buscador, o en Chat GPT, Youtube, Wikipedia, etc,  información sobre el Ego y como  superarlo; estudia a autores como Séneca, Marco Aurelio; y mas contemporáneos, los maestros espirituales tibetanos  -magnificos- como Jamyang Khyentse Chökyi Lodrö, Nyoshul Khenpo, Dudjom Rimpoché, Dilgo Khyentse Rimpoché,  el propio Dalai Lama y tantos y tantos otros; grandes comunicadores como Mario Alonso Puig o Manuel Sans Segarra, a los que admiro, y que con sus conferencias y sus libros están haciendo una magnífica labor de difusión y concienciación social -te animo a que los sigas-;  de todos ellos he tomado ideas en las que me he basado para la elaboración de esta entrada.  

 Permíteme que termine haciéndote una pregunta. Estamos hartos de comer, y de beber. Lo tenemos todo. Y sin embargo, parece que no terminamos de ser felices del todo, es como si no sintiéramos vacíos por dentro. En muchas ocasiones, el personaje que crees ser (tu identidad social, tu etiqueta, tu ego) ha conseguido hoy lo que queria, en el trabajo, en la casa, donde sea. Te sientes completo, pero dura poco esa felicidad, porque pronto vuelve esa sensacion de soledad y de vacio. ¿No has tenido esa sensación?  ¿Si? Entonces  ¿Por qué no buscamos algo más? ¿No sera que el Ser interior que habita dentro de ti esta llamando tu atencion? Si lo tienes todo y has conseguido tus objetivos, ¿porque no terminas de ser feliz al 100 %, que mas quieres, que mas necesitas?  Y,  ¿por que no miramos un poco mas hacia nuestro interior y no hacia fuera? 

La respueta, como siempre, la tienen los sabios que nos precedieron, muchos de los cuales ya he nombrado antes, y como no, nuestro  Jesus de Nazaret: No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios."  Y si quieres otro ejemplo, Séneca (lee la epístola 17 a Lucilio, si no me crees) dijo lo mismo con otras palabras; también vió que merecia la pena seguir la senda de la iluminación espiritual:  "Cuánto mejor lo que aquí se promete: ¡la libertad perpetua y no vernos obligados a obedecer a ningún dios ni a ningún hombre! Hemos de alcanzar esta meta, aunque sea pasando hambre."

¿Te animas?  ¡Es una busqueda apasionante...!

Saludos.

Pablo J. Gámez Rodriguez.