Razón y fe

El otro día coincidí con un conocido al que no veia hace tiempo, y tomamos un café. Esta persona, cuyo nombre omito, obtuvo el “Cum laude” en su Universidad, con lo cual se le supone que ha de tener una gran inteligencia. Pero hay inteligencias dispuestas a razonar, y otras inteligencias que no están dispuestas a utilizar su capacidad de raciocinio para según que asuntos, como ahora vereis.

Hablamos de unas cosas y de otras, de la sociedad, de la eurocopa, de que el ser humano está enfermo de ansiedad, etc, y demostró que era un interlocutor hábil, con reflejos e inteligente. Pero eso fue hasta que la conversación fue a parar, por iniciativa suya, al tema religioso. Que si estamos "descristianizados", que si patatín, que si patatán.

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Ahí me llevé la sorpresa de las sorpresas. Súbitamente cambió de actitud, y empezó a hablar como si la razón y todo el conocimiento estuvieran de su lado. Me di cuenta de que su actitud era la del tipico fundamentalista e integrista, pero éste mantenía una actitud especialmente beligerante y hostil hacia quien criticara o simplemente quisiera analizar racionalmente los dogmas. Más ortodoxo no se puede ser.

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De pronto me sentí como el cura o el barbero de D. Quijote, y experimenté una sensación parecida: la de asombro, viendo como una persona que tenia buen entendimiento en todo, perdía los papeles cuando se le hablaba de las caballerías, en este caso de religión.

Los que siguen este blog ya conocen mi opinión, pues ya hable de este tema en otro post. Incluso llegó a sugerirme que “los dogmas son dogmas, para eso están, han de ser creidos con ciega obediencia, sin el mas minimo razonamiento, razonar un dogma es herejía, y más que herejía es un disparate, porque se trata no de que pensemos, sino de que creamos”. Aquello fue demasiado para mí. Jamás he tolerado los ataques a la libre facultad de pensar y de razonar del individuo, ni me han gustado las mordazas, ni las fisicas ni las psiquicas.

No pude callar, y le sugerí que parecia mentira que en pleno siglo XXI, como en la Edad Media, haya que dejar de pensar para ser un cristiano ortodoxo, y que lo unico que le importe a la iglesia sea conseguir sumisión y obediencia ciega de sus fieles. Le insinué que la fe (muy respetable, por cierto) en mi opinión implica la negación de la capacidad de razonar; y nada ni nadie me va a impedir usar de mi capacidad de razonar y de sacar mis propias conclusiones, verdaderas o erróneas, pero mías al fin y al cabo.

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La cosa subió de punto. Lo que más me molestó fue el comprobar una vez más que estas personas no respetan la opinión de los demas, y que nos consideren como una "amenaza", así me lo dijo, y me sorprendió, pues no comprendo que la razón sea una amenaza para nadie, y menos aun entiendo que le tengan tanto miedo, si tan ciertos y seguros están de sus postulados. Dado que es imposible razonar de esas cuestiones con este tipo de personas, le sugerí amablemente cambiar de conversación. Asi se hizo, y al poco, se levantó y se fue.

Mientras se alejaba, me quedé pensando en la increíble capacidad de sorber el seso que tienen algunas instituciones. Es verdaderamente prodigiosa.

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Que pena que individuos preparados intelectualmente se presten a algunos juegos. Bueno, pues que jueguen ellos, y yo lo respeto; pero que respeten a los que no queremos jugar.

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Saludos.

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