Junio de 1.988. Cinco años de mi vida he estado viviendo en Sevilla, en mi querida y añorada Sevilla, la ciudad de mis amores, la del olor a azahar y la alegria de vivir, la de los Jardines de Murillo, la ciudad de las guapas chicas y de las copitas de fino por las noches en la taberna de la C/ San Eloy, con el olor a churros y a castañas asadas que venia de la Campana. La Sevilla del parque de Maria Luisa, la del patio de los naranjos; la de las interminables partidas de dominó los fines de semana, con Paco, Manolo y Emilio en el Bar San Fernando (enfrente del Rectorado, en la C/ San Fernando, antes de llegar a la Puerta de Jerez); la del calor sofocante en Junio y la de la primavera en Invierno; Sevilla, la ciudad de los duendes, de la sonrisa y de la belleza.
Tras esos cinco años deliciosos, y con mi Licenciatura en Derecho debajo del brazo, dejo Sevilla y me vuelvo para Jaén. Recuerdo perfectamente hasta el dia que fue: 29 de Junio de 1.988. La ultima mirada la dirigí a la ciudad desde el final de la Avenida de Kansas City, antes de incorporarme a la Autovia, viendo el Aeropuerto a mi izquierda. A lo lejos se divisaba el Giraldillo. Nunca olvidaré aquel instante. Me dije a mi mismo: “Sevilla querida, ¿cuando te volveré a ver?”
Y veinte años después, concretamente antes de ayer, 9 de Octubre de 2008, la vida me llevó allí otra vez. En mi mente se agolparon todos los recuerdos de los que os he hablado, y muchos más, que permanecerán en mi corazón para siempre. Mi sorpresa fue terrible: todo ha cambiado. Veinte años son muchisimo tiempo, y más con las profundas modificaciones que Sevilla sufrió con la Expo del 92, a la que no pude asistir por diversas circunstancias.
¡Que cambiado está todo! Llego allí el jueves y me alojo en el Hotel Pasarela, en la Avda. de la Borbolla, cerca del cruce con Ramon y Cajal. Un buen hotel. Enfrente estoy viendo la famosa Plaza de España (foto de la derecha) semicircular, donde tantos paseos en barca di hace tantos años. Me dirijo al Bar Citroen y al Bar La Raza, donde pasé interminables ratos con Sonia. Me acuerdo de nuevo de ella.
Enfrente, al otro lado de la Avda. del Cid está mi Facultad, la Facultad de Derecho (un edificio del XVIII, la antigua “Fabrica Real de Tabacos” de Sevilla). Es precioso, pero es mas chiquitito de cómo yo lo recordaba. Sigue igual de bella, pero parece que, o con el tiempo ha empequeñecido, o es que mis recuerdos la tenian idealizada.
Feliz y contento de estar de nuevo allí, me dirijo al Prado de San Sebastián, y ahí comienzan mis sorpresas. No consigo localizar el Puente de la Enramadilla, que comunicaba Ramon y Cajal con la Avda. de Carlos V, que iba directa hacia mi facultad. Me dicen que lo quitaron con motivo de la Expo.
¡Que cambio más radical! Ahora es peatonal, desde el Prado, hasta la C/ San Fernando, dejas la Puerta de Jerez a la izquierda, sigues por la Avda. de la Constitución, veo el Archivo de Indias, la Catedral, llego al cruce con la C/ Alemanes y la C/ Garcia Vinuesa hasta que por fin veo a la Plaza Nueva. ¡Ahora han puesto una especie de tren-tranvía, que en mi opinión afea muchisimo el paisaje! Las cadenas de la catedral no he conseguido verlas (¿Dónde están?)
Con el corazón encogido me dirijo a la C/ Jaén, la C/ Tetuán, la C/ Cuna; y por supuesto a la C/ Sierpes, donde tantos deliciosos paseos dí. Veo la esquinita con la capillita de S. José, si, la capillita sigue allí, y en el rincón a la derecha la Casa de Soria que era y es un bar; pero es lo unico que consigo identificar. ¡Todo lo demás ha cambiado tanto! Solo veo burguers, opticas, tiendas de telefonia movil, comercios de tela, tiendas de novias…¿Qué ha sido de mi romántica Sevilla? Parece una ciudad nueva.
Intento localizar los bares y tascas en las cuales nos juntabamos los amigos a tomar alguna cerveza, y en su lugar me encuentro…¡bancos, cajas de ahorro, tiendas de ropa! Cierro mis ojos e intento llamar a los duendes que hace tantos años me inspiraban…pero mis duendes guardan silencio.
Triste, me dirijo a la Plaza de Cuba, y me paseo por la C/ Betis. Bueno, eso si se parece algo lo que yo recordaba, los edificios siguen siendo los mismos, en el numero 5 vivia mi amigo Paco. A lo lejos veo la Torre del Oro. Luego desando el camino y marcho hacia la Puerta de la Carne, y el inicio de la Ronda de Capuchinos. Si, eso parece que esta igual.
Mas adelante, cruzo de nuevo el rio Guadalquivir y me dirijo a a la C/ Asunción y a la Avda. de la Republica Argentina. ¿Pero bueno que ha pasado? ¡Casi nada es como yo recordaba!
De pronto he sentido un increíble vértigo, si, han pasado veinte años, solo… son veinte años. ¡¡¡Oh, Dioses, veinte años!!! Que barbaro… y parece que fue ayer mismo.
Aferrado a la idea de encontrar algo de aquella época, vuelvo sobre mis pasos y me dirijo a la Facultad de Derecho, mi facultad. La de la foto de la izquierda. ¡¡¡Que alivio!!! Menos mal, aquello está exactamente igual que hace 20 años cuando yo solo era un estudiante. Me siento reconfortado; el mismo olor a piedra vieja y húmeda, los pasillos, veo el Aula Magna, hay una clase de Derecho Procesal, lo se porque las puertas están abiertas y oigo al profesor hablar. Allí estuve yo tambien, sentado, hace tanto tiempo… Pero todos los profesores y el cuadro de catedráticos ha cambiado, no queda casi nadie de mi época. A la salida, una chica guapisima y con unas piernas de locura me pide fuego para prender un cigarrillo. Le pregunto en qué curso está. Me dice que en 2º, ella no habia nacido cuando yo marché de allí. ¡Te estás haciendo viejo Cornelivs!
Algo reconfortado, salgo de nuevo a la calle, vuelvo andando hacia el Prado de S. Sebastián, y giro a la Derecha, hacia el Hotel. No cojo el tranvía: prefiero caminar. Es mi manera de protestar.
Al dia siguiente por la mañana hice mi gestión, el motivo de mi viaje. Todo fue satisfactorio. Termino, abandono el hotel y cojo mi vehiculo para volver a mi tierra de olivos.
Sevilla de nuevo se va quedando atrás; pero ahora no le dirigí una última mirada; preferia recordarla como era entonces. Mi mente evocaba las bellas ensoñaciones de la epoca dorada de mi juventud. Mientras mi vehiculo devoraba los kilómetros y me voy acercando a Carmona, mi espiritu retrocedia en el tiempo, y me encontraba de pronto sentado en la taberna de la C/ San Eloy, con mis amigos, echandole piropos a las chicas guapas que pasaban por allí, con una copa de fino en la mano, y el sempiterno y dulce olor a castañas asadas y a churros que venia desde La Campana.
Saludos.
Tras esos cinco años deliciosos, y con mi Licenciatura en Derecho debajo del brazo, dejo Sevilla y me vuelvo para Jaén. Recuerdo perfectamente hasta el dia que fue: 29 de Junio de 1.988. La ultima mirada la dirigí a la ciudad desde el final de la Avenida de Kansas City, antes de incorporarme a la Autovia, viendo el Aeropuerto a mi izquierda. A lo lejos se divisaba el Giraldillo. Nunca olvidaré aquel instante. Me dije a mi mismo: “Sevilla querida, ¿cuando te volveré a ver?”
Y veinte años después, concretamente antes de ayer, 9 de Octubre de 2008, la vida me llevó allí otra vez. En mi mente se agolparon todos los recuerdos de los que os he hablado, y muchos más, que permanecerán en mi corazón para siempre. Mi sorpresa fue terrible: todo ha cambiado. Veinte años son muchisimo tiempo, y más con las profundas modificaciones que Sevilla sufrió con la Expo del 92, a la que no pude asistir por diversas circunstancias.
¡Que cambiado está todo! Llego allí el jueves y me alojo en el Hotel Pasarela, en la Avda. de la Borbolla, cerca del cruce con Ramon y Cajal. Un buen hotel. Enfrente estoy viendo la famosa Plaza de España (foto de la derecha) semicircular, donde tantos paseos en barca di hace tantos años. Me dirijo al Bar Citroen y al Bar La Raza, donde pasé interminables ratos con Sonia. Me acuerdo de nuevo de ella.
Enfrente, al otro lado de la Avda. del Cid está mi Facultad, la Facultad de Derecho (un edificio del XVIII, la antigua “Fabrica Real de Tabacos” de Sevilla). Es precioso, pero es mas chiquitito de cómo yo lo recordaba. Sigue igual de bella, pero parece que, o con el tiempo ha empequeñecido, o es que mis recuerdos la tenian idealizada.
Feliz y contento de estar de nuevo allí, me dirijo al Prado de San Sebastián, y ahí comienzan mis sorpresas. No consigo localizar el Puente de la Enramadilla, que comunicaba Ramon y Cajal con la Avda. de Carlos V, que iba directa hacia mi facultad. Me dicen que lo quitaron con motivo de la Expo.
¡Que cambio más radical! Ahora es peatonal, desde el Prado, hasta la C/ San Fernando, dejas la Puerta de Jerez a la izquierda, sigues por la Avda. de la Constitución, veo el Archivo de Indias, la Catedral, llego al cruce con la C/ Alemanes y la C/ Garcia Vinuesa hasta que por fin veo a la Plaza Nueva. ¡Ahora han puesto una especie de tren-tranvía, que en mi opinión afea muchisimo el paisaje! Las cadenas de la catedral no he conseguido verlas (¿Dónde están?)
Con el corazón encogido me dirijo a la C/ Jaén, la C/ Tetuán, la C/ Cuna; y por supuesto a la C/ Sierpes, donde tantos deliciosos paseos dí. Veo la esquinita con la capillita de S. José, si, la capillita sigue allí, y en el rincón a la derecha la Casa de Soria que era y es un bar; pero es lo unico que consigo identificar. ¡Todo lo demás ha cambiado tanto! Solo veo burguers, opticas, tiendas de telefonia movil, comercios de tela, tiendas de novias…¿Qué ha sido de mi romántica Sevilla? Parece una ciudad nueva.
Intento localizar los bares y tascas en las cuales nos juntabamos los amigos a tomar alguna cerveza, y en su lugar me encuentro…¡bancos, cajas de ahorro, tiendas de ropa! Cierro mis ojos e intento llamar a los duendes que hace tantos años me inspiraban…pero mis duendes guardan silencio.
Triste, me dirijo a la Plaza de Cuba, y me paseo por la C/ Betis. Bueno, eso si se parece algo lo que yo recordaba, los edificios siguen siendo los mismos, en el numero 5 vivia mi amigo Paco. A lo lejos veo la Torre del Oro. Luego desando el camino y marcho hacia la Puerta de la Carne, y el inicio de la Ronda de Capuchinos. Si, eso parece que esta igual.
Mas adelante, cruzo de nuevo el rio Guadalquivir y me dirijo a a la C/ Asunción y a la Avda. de la Republica Argentina. ¿Pero bueno que ha pasado? ¡Casi nada es como yo recordaba!
De pronto he sentido un increíble vértigo, si, han pasado veinte años, solo… son veinte años. ¡¡¡Oh, Dioses, veinte años!!! Que barbaro… y parece que fue ayer mismo.
Aferrado a la idea de encontrar algo de aquella época, vuelvo sobre mis pasos y me dirijo a la Facultad de Derecho, mi facultad. La de la foto de la izquierda. ¡¡¡Que alivio!!! Menos mal, aquello está exactamente igual que hace 20 años cuando yo solo era un estudiante. Me siento reconfortado; el mismo olor a piedra vieja y húmeda, los pasillos, veo el Aula Magna, hay una clase de Derecho Procesal, lo se porque las puertas están abiertas y oigo al profesor hablar. Allí estuve yo tambien, sentado, hace tanto tiempo… Pero todos los profesores y el cuadro de catedráticos ha cambiado, no queda casi nadie de mi época. A la salida, una chica guapisima y con unas piernas de locura me pide fuego para prender un cigarrillo. Le pregunto en qué curso está. Me dice que en 2º, ella no habia nacido cuando yo marché de allí. ¡Te estás haciendo viejo Cornelivs!
Algo reconfortado, salgo de nuevo a la calle, vuelvo andando hacia el Prado de S. Sebastián, y giro a la Derecha, hacia el Hotel. No cojo el tranvía: prefiero caminar. Es mi manera de protestar.
Al dia siguiente por la mañana hice mi gestión, el motivo de mi viaje. Todo fue satisfactorio. Termino, abandono el hotel y cojo mi vehiculo para volver a mi tierra de olivos.
Sevilla de nuevo se va quedando atrás; pero ahora no le dirigí una última mirada; preferia recordarla como era entonces. Mi mente evocaba las bellas ensoñaciones de la epoca dorada de mi juventud. Mientras mi vehiculo devoraba los kilómetros y me voy acercando a Carmona, mi espiritu retrocedia en el tiempo, y me encontraba de pronto sentado en la taberna de la C/ San Eloy, con mis amigos, echandole piropos a las chicas guapas que pasaban por allí, con una copa de fino en la mano, y el sempiterno y dulce olor a castañas asadas y a churros que venia desde La Campana.
Saludos.
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34 comentarios:
el reencuentro con el pasado puede ser grato o no serlo
Corneliva, entiendo perfectamente como te sentiste... yo he experimentado esa misma sensación, a la que he calificado como 'vértigo' igual que tú. Es tremendo ver como el mundo a nuestro alrededor se va alterando, o envejece tanto que no lo conocemos o se rejuvenece de tal manera que su 'alma vieja' abandona el cuerpo. Parte de la vida creo que consiste en saber aceptar el propio declive con optimismo y contemplar como las cosas se van sin que podamos hacer nada para evitarlo... Aprender a dejar pasar sin oponer resistencia, porque lo esencial en nosotros siempre permanece. Me ha gustado mucho, ¡como siempre! Un abrazo
Una ciudad encantadora ,tengo un relato que ya te diré donde y cuando lo publico que lo ambiento en esta bonita ciudad, mi segunda ciudad favorita de España, despues de la mia claro :) He estado en dos ocasiones y no descarto volver me envolvió su encanto de tal manera que me entraban ganas de quedarme y todo.. Mantén siempre esos recuerdos tan bonitos ,aunque la ciudad haya cambiado..
besos
Cornelivs, no puedo creer que hayas tardado ¡20 años! en volver a Sevilla. Es normal que la hayas encontrado tan diferente, en los últimos años se han hecho bastantes cambios (y no todos para bien). Y eso que dicen "...que veinte años no es nada" (música de tango). De todas formas, creo que sigue siendo una ciudad preciosa con rincones y monumentos que vale la pena visitar de vez en cuando. Es genial que tengas tan buenos recuerdos de tu época vivida allí, consérvalos en tu memoria tal como eran entonces.
Un abrazo.
Hola Cornelivs, como tú bien dices las cosas cambian. Hay veces que cuando no salgo mucho por mi ciudad y vuelvo a ir por las calles céntricas, me lo encuentro todo cambiado.
De Sevilla, conozco poco. Tengo una amiga allí ( el post de mañana de mi blog, va dedicada a ella porque se llama Pilar) que, el día que la conocí ( a ella , que no a la ciudad, ya que la conocía previamente) me la enseñó prácticamente, lo que se puede ver Sevilla en un día.
Estuvimos todo el día andando, desde que me recogió en la estación de Santa Justa, hasta que fuimos por la parte donde está la catedral, la Giralda, el archivo de Indias ( como era 1 de Mayo, casi todo estaba cerrado) y todavía recuerdo la amplia avenida con la estatua del Cid y la plaza de España, el Parque de María Luisa.
Recuerdo también que me llevó a una iglesia que tiene un mosaico que tiene un pájaro que dice que , quien lo encuentre, volverá a Sevilla.
En fin, que me lo pasé divinamente y eso que no vi ni la mitad de lo que esta ciudad puede ofrecer.
Un abrazo para ti y feliz día.
Saludos
Rampy
Qué bien describes esta sensación de volver a un sitio en el que vivimos. Estos años, en efecto, han sido de cambio total de nuestras ciudades: modernización. Ha sido bueno para unas cosas pero han convertido las ciudades en no-lugares. Encuentras lo mismo en todas, las mismas tiendas, las mismas hamburgueserías, las mismas ropas, los mismos elementos urbanísticos.
Es como si se volviera de un exilio exterior para encontrarse en uno exterior.
Menos mal que, por un segundo, una joven de piernas increíbles nos pide fuego y nos creemos estudiantes como ella. Ah, no: lo vemos en sus ojos. Y, si nos descuidamos, nos lo ha pedido de usted y ha terminado la frase con un "señor".
Qué cosas, Corneliuvs.
Yo no conozco Sevilla, pero por tengo entendido que es preciosa, y sí me gustaría a mí conocerla, para lo cual, lo tendré en cuenta. Bellos recuerdos.
Un beso y feliz tarde.
No quiero hundirte más que la chavala de 2º de carrera, pero en junio del 88 yo acabé 1º de BUP con 14 años (cumplí los 15 en septiembre de ese año). Hace años estuve en Sevilla, pero no me impresionó tanto como decía todo el mundo, me gustaron mucho más Granada y Córdoba. Pero creo que la ciudad más bonita de España (aunque aún me faltan muchas por ver) es Toledo.
vaya , el tiempo pasa y todo cambia, no podemos pretender que la vida se quede donde la dejamos,
todo es un continuo devenir,
y sí, nos hacemos mayores, unos con más años porquehan vivido más otros con menos,pero hay algo común a partir de una edad, empezamos a recordar, a visitar lugares de la infancia, a rememorar, a sentir nostalgia...
lo mejor cornelius, es lo que viviste, cómo lo viviste y el recuerdo tan maravilloso que conservas,
el resto es progreso nos guste o no, y los cambios pretenden siempre ser a mejor, hoy ha sido sevilla,
mañana será otra, pero nadie puede cambiar tus risas del 80 y pocos, ni la experiencia que hacen que seas quien eres hoy, una gran persona.
besos
(estoy muy ocupada últimamente lo siento)
Pinchandome puedes ver a esta paisana que vive en Boston y que se presenta como candidata para estas presidenciales de noviembre 08.
Aqui algo de su Blog
Montejicar se encuentra en la sierra de Granada casi lindando con la frontera de la provincia de Jaén. Allí pasé algunos de los mejores veranos de mi niñez después de la muerte de mi madre. Tenía la impresión por entonces que la mitad del pueblo se componía de familiares míos, tantos eran. Mucho han cambiado las cosas.
Salía de Jaén, donde nos habíamos mudado unos años antes, y mi abuela materna (no conocí a mis abuelos paternos) me daban toda clase de consejos, en forma de regañina: Niña, come. No vuelvas seca como un palo… como el año pasado. Ponte el sombrero y mangas largas cuando vayas al campo…que si no parecerás una gitana…”Sí abuela, no te preocupes
ya decía uno... " al lugar donde has sido felíz no deberías tratar de volver"...
un lobo hacia delante.
Querido Cornelius;
Po alusiones, soy de Sevilla, sólo te diré que más que el cambio de la ciudad en sí eres tú el que ha cambiado.
Tienes recuerdos románticos de Sevilla porque en ella fuiste joven , estudiante, con la maleta llena de ilusiones, y todo lo que te pasó en esa época quedará dentro del fanal del romanticismo de un tiempo que ya no volverá, ni para ti ni para nadie.
En este caso todos tenemos ciudades encantadas , pero creo que más bien se llevan en el corazón;
he hecho contigo ese paseo que tan perfectamente has explicado, y la verdad, yo creo que Sevilla está ahora mucho mejor que hace 20 años.
Faltan esas tabernitas que el tiempo se va tragando, es cierto, pero el tranvía y las bicicletas de alquiler,que llenan el centro de viajeros alados y no contaminantes, creo que le dan un aspecto mucho más bonito y civilizado.
Yo también echo de menos cosas , qué duda cabe;
y otras que me molestan , como los carteles de Mcdonalds y las cafeterías ésas americanas que no me acuerdo ahora del nombre;
pero por su estructura Sevilla no puede cambiar mucho más (me refiero al centro, en ese sentido deberías venir a la Feria del Libro en la plaza nueva que este año quedó chulísima) , ya lo único que puede hacer es modernizarse .
Y la parte de Santa María la Blanca , con sus hostales cutres pero con encanto, ha quedado mucho mejor con pavimento nuevo, que respeta los naranjos y esas esquinas en las que tantas veces hemos esperado a gente con la que fuimos felices.
bueno, no deseo extenderme más;
enhorabuena por la entrada y ya sabes,
como dijo Bogart,
"siempre nos quedará Sevilla ".
Jejeje.
Saludos.
Si amigo en veinte años las cosas cambian, y cómo...yo también estuve en Sevilla trabajando un verano. Menudo calor pasé, era insoportable. Pero la ciudad de noche acogedora. Un saludo!
Cornelivs: UNO VA Y REGRESA CON LAS EXPERIENCIAS PROPIAS QUE MODIFICAN LA VISIÓN DE UN SITIO.
CADA LUGAR TIENE UNA CARGA DE ENERGÍA QUE VA MUTANDO DE ACUERDO A LOS RECUERDOS, A LA MAGIA QUE NOSOTROS LE IMPRIMIMOS, TUS VIVENCIAS SE NOTAN BELLAS Y LO MÁS LINDO ES COMO LAS TRANSMITES. UN ABRAZO
Sevilla es una ciudad maravillosa, fui con unas amigas hace unos años y tengo unos recuerdos inolvidables
Besos para el finde
Cornelius, estoy totalmente de acuerdo con Reyes, los que cambiamos somos nosotros. ¿Quien no ha tenido esa sensación de "vertigo "alguna vez?. Lo mágico es como guardamos los recuerdos, y la magia acaba cuando volvemos a la realidad.
Sigue guardando tus recuerdos bajo llave en tu corazón , y no dejes que "Don Progreso " se los lleve.
Besos
AMOR Y LIBERTAD: Asi es. Aunque mas que encuentro con el pasado, creo que es el encuentro con el paso del tiempo, amigo. Un saludo.
SINKUENTA: Gracias por tus lindas palabras, sinkuenta. Si, esa sensación de "vertigo" me invadió cuando paseaba por allí, quizás me impactó más el paso del tiempo que los cambios en sí. En fin, c'est la vie, y hay que aceptarlo. Un abrazo.
ESTHER: Si, los recuerdos no se irán. Y en cuanto a ciudades, para mi las tres mas bonitas son: Madrid, Barcelona, y, como no, mi añorada Sevilla. UN ABRAZO.
LUISA M.: Si, es increible, y el caso es que he deseado muchas veces volver, pero las circunstancias me lo han impedido (oposiciones, luego me casé, los hijos, etc...). Si, tengo el tesoro de aquellos bellos recuerdos. Marché allí siendo un jovencito y volvi siendo un hombre. Un beso para ti.
RAMPY: Gracias por tus amables palabras. ¿Quieres un consejo? Cuando puedas vuelve a Sevilla, pero para verla despacio, aspirando ese olor a azahar suavemente, Sevilla es para disfrutarla lento, como un buen vino. Me alegro de que te gustara. UN ABRAZO!
PEDRO OJEDA: ¡Es que fue asi! la chica me trató de "usted", se acerca y me dice: "por favor, me puede dar fuego" Uff, me sentí como un incipiente ancianito!!! Ese vertigo producido por el paso del tiempo, uff, que dificil es explicar eso. UN CORDIAL SALUDO.
MARIA: Te digo lo mismo que a Rampy, si puedes ve a Sevilla, te alegrarás. UN BESO.
AMELCHE: Bueno, llevabas unos meses de adelanto, eso pasaba a mucha gente. Y en cuanto a ciudades, conozco bien Toledo; pero, insisto, me quedo con Madrid, Barcelona y Sevilla. Un saludo.
RONINI: Gracias por tu piropo, ¡¡¡tu si que eres una gran persona, de veras!!! Y por cierto, que yo tambien soy un treintaañero, como tú, pues solo tengo " Treinta y trece años" (jejej). UN BESO.
PAISANA: Gracias por tu visita y bienvenida! Espero verte con frecuencia, vuelve cuando gustes. Suerte y un cordial saludo.
LYCANS: Todos vamos hacia adelante, pero de vez en cuando la vida hace que vuelvas a sitios en los que has vivido o de los que tienes recuerdos. Un cordial saludo.
REYES: ¡Vaya, una sevillana muy linda me visita! Muchas gracias por tu lindo comentario y por visitar mi blog. Estas en tu casa, asi que vuelve siempre que quieres.
Verás, Reyes: en parte estoy de acuerdo contigo. Yo he cambiado, por supuesto, sali de alli con 23, y ahora tengo 43, casado, hijos, trabajo, obligaciones familiares, etc, etc, etc. Eso es cierto.
Pero tendrás que reconocer que Sevilla tambien ha cambiado muchisimo! La C/ Sierpes se parece poco a lo que yo recordaba, no me refiero al trazado, obviamente, sino a ese "modernismo" que lo ha invadido todo, como dice Pedro. Con la Expo de 1992, parece que cambió mucho aquello.
En cuanto a gustos, no hay nada escrito; a mi, el trayecto desde el prado de S. Sebastian-pùerta de Jerez-plaza nueva me gustaba más como estaba antes, no porque lo tuviera asociado a mis recuerdos de juventud, sino porque, para mí, en mi humilde opinión, aquello era más bonito, me gustaba más. Claro, es solo mi opinion.
El el post se me olvidó decir que almorcé en "La Isla", que seguro que conoces, detrás de correos, donde está el postigo del aceite, y justo al lado del bar "los niños". Pero habia varios sitios extraordinarios que ya no están.
En fin, de Sevilla he hablado, hablo y hablaré siempre, maravillas. Allí quedó una parte de mi corazón. Y sí; siempre nos quedará Sevilla. Un cordial saludo.
MODERATO DOS JOSEF: Si, amigo, veinte años es mucho. Y en cuanto al calor, ufff, llevas razón; aquello era terrible. Un cordial saludo.
PAOLA: Me has comprendido muy bien, ¿que mas puedo decir que tu no hayas dicho? has resumido mi pensamiento a la perfección. Un abrazo!
ARIADNA: Me alegro de que te gustara. Besos para ti tambien.
AMIG@ MI@: Si en el fondo Sevilla me sigue encantando, es una muy bella ciudad. Lo que pasa es que de pronto me topé con 20 años, me encontré con el paso del tiempo, quizás todos estos años no he sido consciente de ese lento devenir; pero al comprobar su paso de golpe, uff, me invadió ese vertígo de que hablo en el post. Los recuerdos, por supuesto, ¡maravillosos!. UN ABRAZO.
Pues yo hoy entro en tu blog por duplicado jaja por las veces que no entro jaja.
Un beso, Cornelivs, feliz fin de semana.
MARIA: Pues yo te mando otro beso por duplicado!
Feliz fin de semana para ti también.
Ese es el año de mi nacimiento...aunque me queda un mes y pico para cumplir los 20...
La calle San Eloy, estuve alli comiendo, tirada en el parque de Maria Luisa y andando por el centro...aún así y lo siento...me quedo con mi Córdoba...
Siento mi no-continuado posteo...pero ni tiempo tengo...
Un besazo!!!!!!!
Gracias.
Te acompañé el paseo completo.
Excepto cuando piropeabas a las jóvenes...picarón!
Besos celosos!!!
Ericarol
A veces volver atrás no es lo que esperábamos, como tu dices se pierde el duende, la magia. Siento tu decepción en tus palabras, pero aún te quedan los recuerdos y el duende asoma en tus letras, querido :))...
"Aún nos quedan los recuerdos"
Besos y feliz domingo
Vaya, Cornelivs, me imagino tu cara de sorpresa al no reconocer ese espacio urbano que te fue tan familiar... pero seguro que las tapas y otras cosas no han cambiado mucho. Lo mejor es que tienes el recuerdo del antes y la percepción nueva del "ahora".. un besito y buen finde
Hola. Desde Burgos te saludo, habiendo llegado a este blog a través del de PEDRO OJEDA, para nosotros un maestro. Me encantan tus reflexiones y tus recuerdos. Soy Abogado como tú, pero con bastabntes más años, y lo curioso es que no me apetece reflejar, como tú lo haces, una época de mi vida llena entonces de ilusión, de mucha ilusión. Estou ahora en una etapa bien serena en la vida, y la verdad es que río de bastantes cosas. En fin, un saludo. Manzacosas
cuando era niña en israel; me acuerdo de las historias y de la musica que sonaba en mi casa sobre Sevilla
TE Escribi algo en mi blog; ya sabes por aquellas cosas que me has ayudado
MIRY: ¡Que perdida estas! Un beso.
ERICAROL: besos ENORMES para tí.
DIANNA: Es verdad, quedan los recuerdos, imborrables. ¡Ahí si que hay duende! UN BESO
GINEBRA: Asi es. Gracias, otro BESO y feliz fin de semana.
MANZACOSAS: Gracias por tu visita, compañero, bienvenido! Si, esto de los blogs es interesante, cada uno escribe sobre lo que le apetece. Un saludo.
PIANOHUERFANO: Gracias, UN BESO!
hola
saludos amigo cornelivs
aqui visitando
muy bueno el escrito
para mi mala suerte no conosco por aquellos rumbos, pero bueeno..
sale, me retiro, que estes bien y cuidate mucho!
Se nos hace difícil encontrar tan transformados los lugares que constituyeron el paisaje de nuestra infancia o nuestra juventud, porque parece que nos confirman lo que ya sabíamos: que aquellos tiempos dorados acabaron y sólo pueden permanecer en la memoria. Seguramente no es que Sevilla fuera entonces más bonita: lo que era bonito en realidad era la juventud, los planes, los proyectos, los primeros amores, la sensación de que podemos comernos el mundo, esa vida de estudiante que aún conoce pocas responsabilidades y problemas. Con todo, su recuerdo siempre nos caldeará el corazón. Besos, querido amigo.
Ayy, como me llegó este post.
Me ocurrió igual el año pasado. Volvi a una ciudad muy querida, en la que mi infancia y mi adolescencia, y la mayor parte de las cosas importantes de mi vida.
La tenía tan guarddita en mi memoria. El año pasado, cuando regresé, estaba tan cambiada, que me dolió el recuerdo.
Creo que lo mejor es no volver sobre los pasos.
He vivido 8 años en SEvilla, pero no he sentido su hechizo... en su lugar me pareció vivir en una metrópolis agobiante, ruidosa, hasta cierto punto ordinaria... tenía que escaparme al barrio de Santa Cruz para impregnarme de su encanto y poesía; fuera de allí, salvo en muy pocos enclaves, está siendo devorada por esos bloques de oficinas color gris marengo, que deslucen el verde de los naranjos. Suerte que al menos la Facultad sigue igual, o eso parece. Yo estudié Filología Hispánica allí mismo, y ahora mi hermano hace Geografía allí también.
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