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. . .

11/12/2009

Ginés de Pasamonte

Para el grupo de lectura del Quijote en La Acequia.


Creo que este capítulo XXVII lo comienza Cervantes dudando de la verosimilitud del testimonio de los moros, cuando usa la frase “juro como católico cristiano” y la explicación posterior que ofrece a la misma. Cervantes quizás quiere reforzar asi la veracidad de lo que va a relatar. O puede que no, porque Cide Hamete no es cristiano, sino moro, recordemos a la bella Zoraida, la amada del Cautivo, que en la primera parte le avisa: “no te fíes de los moros, que son todos unos marfuces”. Y marfuz es sinónimo de mentiroso o engañoso.


Cervantes nos aclara quien era Maese Pedro, echando mano de un personaje de la primera parte: ¡Ginés de Pasamonte…! Si, el galeote que D. Quijote liberó, junto a otros malhechores, en el capitulo XXII de la 1ª Parte. Se había puesto el parche en el ojo para que no lo conocieran, y ahora vivía en el reino de Aragón. Muy listo por su parte: en Aragón (¿no era de allí Avellaneda, o al menos vivía allí?) no tenían efecto las condenas de la justicia de castilla. A pesar de la unión de los dos reinos peninsulares con los reyes católicos, cada reino conservaba su propio estatuto legal, y en Aragón eran inaplicables las Sentencias dictadas en Castilla.


Las últimas palabras que D. Quijote le dirigió a Ginés de Pasamonte, cuando lo liberó de las cadenas fueron pronunciadas con mucha cólera: “Pues voto a tal —dijo don Quijote, ya puesto en cólera—, don hijo de la puta, don Ginesillo de Piropillo, o como os llamáis,
que habéis de ir vos solo, rabo entre piernas con toda la cadena a cuestas.”


D. Quijote no puede olvidar que es un desagradecido que le pagó su libertad con una lluvia de piedras y a Sancho quitándole su amado asno, aunque luego lo recuperó (abajo a la derecha la clásica imagen de Doré).

Es otro argumento más que uso como aval a la hipótesis que ya aventuré en mi comentario al capitulo anterior, en la cual me ratifico y que aquí doy por reproducida a fin de evitar inútiles reiteraciones. Eso si, vuelvo a palpar animadversión -del propio Cervantes- hacia Ginés de Pasamonte, como ya dije la semana pasada parece que Cervantes se quedó con la gana de que D. Quijote alcanzase a Gines de Pasamonte con la espada, cuando destrozó el retablo de figurillas.


¿Pero por qué rescata Cervantes a Gines de Pasamonte? ¿Por qué la animadversión de D. Quijote y de Cervantes hacia este personaje?


Recordemos que Gines de Pasamonte publicó un libro de su vida: “Vida de Gines de Pasamonte”.

Es que acaso…¿Cervantes conocía a este Pasamonte? ¿No pudo ser ese Pasamonte un antiguo compañero de armas de Cervantes tal y como M. de Riquer ya insinuó explícitamente hace más de treinta años? El tema, indudablemente, es harto apasionante y es una delicia aventurarse con la hipótesis que lanzan diversos autores, unos deliciosos entresijos, reales históricamente, que arrancan en Lepanto, siguen con la prisión de dos soldados que luego se enfrentan literariamente y que no hacen sino engrandecer, aun mas, la figura de D. Miguel de Cervantes.


Sigamos con la descripción del “modus operandi” de Maese Pedro en los diferentes pueblos por los que pasaba, es delicioso, como funcionaba su espectáculo y como los dejaba a todos boquiabiertos llenando su bolsa.


D. Quijote y Sancho siguen su camino. Y he aquí que se encuentran con el escuadrón del pueblo del rebuzno, que iban a tomar venganza del pueblo vecino, uno de los que más se metían con ellos. Vemos que D. Quijote intenta apaciguar con sabias y concertadas razones a la gente del pueblo del rebuzno, hablando inteligentemente, como hombre concertado y con tiento. Y queria seguir hablando, pero Sancho, de modo completamente irreflexivo e imprudente, hace varios disparates: interrumpe a su señor, presume de su habilidad de rebuznar, diciendo que rebuznando él rebuznaban todos los burros del pueblo y para rematar, queriendo demostrar su habilidad, empieza a rebuznar.


Pero es que encima lo hace a conciencia,
tan reciamente, que todos los cercanos valles retumbaron”.

¡Que bueno…! Es inevitable: la risa acude de nuevo. Y siendo sincero, he de confesar que esta es de las pocas veces que, no es que me he alegre viendo apalear a Sancho, pero sí que he sonreído burlonamente imaginándome la escena. Se lo tenia merecido…por tonto. ¿A quién se le ocurre mentar la soga en casa del ahorcado, rebuznándole a los del pueblo del rebuzno?

D. Quijote hace ademán de vengarlo, pero la nube de piedras arcabuces y ballestas hace que salga huyendo: “…a todo lo que su galope pudo se salió de entre ellos, encomendándose de todo corazón a Dios que de aquel peligro le librase, temiendo a cada paso no le entrase alguna bala por las espaldas y le saliese al pecho, y a cada punto recogía el aliento, por ver si le faltaba.”

¡Maravilloso!


Saludos


18 comentarios:

salud equitativa dijo...

querido amigo CORNELIVS: tu lo has dicho, maravilloso. Un abrazo andino. Víctor

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Seguramente todos esos interrogantes nos los despeje nuestro Maese Pedro Ojeda... no, la verdad es que el tal Ginés no debía caer nada bien a Cervantes.

saludos

Silvi (reikijai) dijo...

...Pase a saludarte;Besos.Silvi.

Unknown dijo...

Parece ser que motivos para la enemistad los había. (Acabo de enviarte un doc en PDF)
Una entrada muy ilustrativa.
Un abrazo

Merche Pallarés dijo...

Sí que parece verosímil que Cervantes y Ginés de Pasamonte se conocieran desde los tiempos de Lepanto y le tenía una inquina quepaqué... Besotes quijotescos, M.

Merche Pallarés dijo...

¡Ah! y Sancho sí que mete la pata en este episodio, tienes razón. Besotes de nuevo, M.

Ana dijo...

Espero que pases un feliz fin de semana.

Muchos besitos.

Luis dijo...

Hola Cornelivs:
"Juro como católico cristiano" que en mi lectura del Ingenioso no había llegado a este capítulo...
Gracias a tí, podemos seguir el desarrollo de la obra.
Un cordial saludo,
Luis

Marinel dijo...

Sí, sí que es fantástico aventurarse a leer estas encrucijadas e intentar buscarles el ángel,como digo yo.
Desde luego,con tus pesquisas y opiniones,lo haces de lo más ameno e nteresante.
Así tenía que haberlo hecho mi profe de segundo,en aquel entonces,jajaja
Besos,querido Cornelivs.

mariajesusparadela dijo...

Efectivamente, maravilloso.
Y no me cabe duda de que los que tenemos un trato permanente con los animales acabamos imitándolos perfectamente (ojalá fuese en todo y no solo en la voz)

marbu dijo...

Querido amigo, me encuentro con tu post y tengo que irme unos cuántos capítulos para atrás que he perdido de leer, pero leeré. Un placer estar aquí en tu espacio.
Un abrazo

pancho dijo...

Cervantes, que de santo tenía poco, nunca olvidó los cinco años que tuvo que pasar en Berbería a la fuerza. No contribuyeron al fomento de la amistad con los seguidores del profeta.

Interesante lo que nos cuentas de Aragón: así no supondría mucho esfuerzo burlarse de la justicia.

El único que cobra es Sancho; por meterse donde no le llaman. Tampoco DQ estuvo fino dejando tirado a su escudero; también es verdad que cualquiera se quedaba allí con la que estaba cayendo. Ni escudero ni nada, pies para que os quiero.

Un abrazo

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Un ingenioso artificio el de este capítulo: ¿quién anda detrás de maese Pedro y Ginés de Pasamonte? ¿Tendrá algo que ver con Avellaneda?
El lunes lo comento.
Gran entrada la tuya.

Unknown dijo...

Siempre es un placer leerte mi estimado Cornelivs!
Cervantes es maravilloso!

Deseo tengas un hermoso fin de semana junto a los tuyos!

Un abrazo

Adal

Isabel Martínez Barquero dijo...

Un placer leerte, Cornelivs. Volveré con más calma. Unas cuantas entradas tuyas me bastan para saber que quiero estar a tu lado y no perderte de vista.
Saludos.

Myriam dijo...

¡Qué intriga!

Besos y muy buen fin de semana.

Antonio Aguilera dijo...

Pues estoy contigo en que ese tal de Pasamonte podìa haber sido un colega de antaño de nuestro hidalgo con quien, posteriormente, perdiò perdiò las amistades.

Torpe fue Sancho en esta ocasiòn, efectivamente, por mencionar la cuerda en casa del ahorcado.
El amo tomò las de VillaDiego....como para no hacerlo, con lo que se le caìa encima

Enhorabuena amigo Pablo por tu buena lecciòn de quijotimia.
Aunque afectados de filoquijotimia y letraheridos "habemus" màs de uno.

Un fuerte abrazo

Avellaneda dijo...

y tanto que lo conocia, y bien, ya que habia sido su compañero de filas, y ademas de prision del turco, de la cual fue rescatado antes Cervantes que Pasamonte, por question de tener uno mas influencias, ( dineros ) que el otro,
mas normal hubiere sido que Pasamonte renegase de la amistad de antes, que el propio Cervantes,aunque el echo de que al final, Pasamonte fuese liberado, no covenia a Cervantes, el porque de esta " no conveniencia " podria derivarse de ciertos secretos, que Cervantes confio al entonces compañero Pasamonte, quizas creyendo que siempre estarian a salvo, dadas las pocas probabilidades de que alguien pagase el rescate de Gines de Pasamonte.