Verás, no me pasa nada, pero parece que me ves algo distinto, como más tranquilo, o mas raro y eso te extraña. Vamos a ver si me se explicar.
Si te digo que nadie escarmenta por cabeza ajena, nada nuevo te estoy diciendo: es algo más que sabido. Yo creo que con los años vas aprendiendo que es muy distinto el saber algo, que el actuar conforme a lo sabido.
Si. Toda la vida buscas las claves para ser feliz, el vivir el dia a dia, el disfrutar de cada pequeño momento… En tu juventud leias a los grandes filosofos de Roma y a los grandes escritores, buscabas la ataraxia de los estoicos; devorabas con fruición libros y mas libros sobre relax y meditación. Pero no comprendías que a veces hay una pequeña-gran distancia entre el saber lo que hay que hacer y el ponerlo efectivamente en práctica. Es como si cada espíritu tuviera que atravesar su propio camino, o lo que es igual, discurrir por su propia experiencia.
Porque saber las cosas o el conocer cuales son las mejores cosas, no te convierte automáticamente en sabio, escarmentado o experimentado, llamalo como quieras. Para llegar a esto último tienes que pasar ese conocimiento por el tamiz de tu propia experiencia personal. Y cada uno tiene su propia experiencia. En mi caso, los años y el ejemplo de los buenos viejos han sido mi mejor escuela. Quizás por eso les tengo cada vez más cariño.
Llega un momento en el que abandonas la creencia en la idea ajena y lo sustituyes por la convicción personal de la idea propia. No porque te hayan dicho que es lo mejor para ti, sino porque tu mismo te has dado cuenta de que es lo mejor. Eso es una de las cosas buenas (yo diria que óptimas) que tiene la mediana edad. Paulatinamente vas aprendiendo a aceptar la realidad de las cosas y, sin renunciar a tu lucha por intentar cambiar el mundo –o almenos mejorarlo en la medida de tus posibilidades-, la aceptación pacifica y tranquila de esa realidad te lleva a aprender a relajarte. Va disminuyendo la adrenalina, como me decia un amigo el otro dia. Te vas haciendo más tolerante, mas abierto a aceptar tus errores y a los planteamientos de los demás. Y comprendes, obvio, la inutilidad de quejarte y el aprender a afrontar las cosas con ánimo positivo. Es como si de joven intentaras cambiar las cosas y, como con el tiempo ves que no es posible, aprendes a cambiar tu actitud ante estas cosas.
Un nuevo panorama se te abre. Y eso es bueno. Pero esto, con ser un pequeño descubrimiento, es un pequeño-gran descubrimiento que cada uno ha de hacer. A unos le llega en un momento, como a mi, ahora; y a otros le llega en otro.
Saludos.
Si te digo que nadie escarmenta por cabeza ajena, nada nuevo te estoy diciendo: es algo más que sabido. Yo creo que con los años vas aprendiendo que es muy distinto el saber algo, que el actuar conforme a lo sabido.
Si. Toda la vida buscas las claves para ser feliz, el vivir el dia a dia, el disfrutar de cada pequeño momento… En tu juventud leias a los grandes filosofos de Roma y a los grandes escritores, buscabas la ataraxia de los estoicos; devorabas con fruición libros y mas libros sobre relax y meditación. Pero no comprendías que a veces hay una pequeña-gran distancia entre el saber lo que hay que hacer y el ponerlo efectivamente en práctica. Es como si cada espíritu tuviera que atravesar su propio camino, o lo que es igual, discurrir por su propia experiencia.
Porque saber las cosas o el conocer cuales son las mejores cosas, no te convierte automáticamente en sabio, escarmentado o experimentado, llamalo como quieras. Para llegar a esto último tienes que pasar ese conocimiento por el tamiz de tu propia experiencia personal. Y cada uno tiene su propia experiencia. En mi caso, los años y el ejemplo de los buenos viejos han sido mi mejor escuela. Quizás por eso les tengo cada vez más cariño.
Llega un momento en el que abandonas la creencia en la idea ajena y lo sustituyes por la convicción personal de la idea propia. No porque te hayan dicho que es lo mejor para ti, sino porque tu mismo te has dado cuenta de que es lo mejor. Eso es una de las cosas buenas (yo diria que óptimas) que tiene la mediana edad. Paulatinamente vas aprendiendo a aceptar la realidad de las cosas y, sin renunciar a tu lucha por intentar cambiar el mundo –o almenos mejorarlo en la medida de tus posibilidades-, la aceptación pacifica y tranquila de esa realidad te lleva a aprender a relajarte. Va disminuyendo la adrenalina, como me decia un amigo el otro dia. Te vas haciendo más tolerante, mas abierto a aceptar tus errores y a los planteamientos de los demás. Y comprendes, obvio, la inutilidad de quejarte y el aprender a afrontar las cosas con ánimo positivo. Es como si de joven intentaras cambiar las cosas y, como con el tiempo ves que no es posible, aprendes a cambiar tu actitud ante estas cosas.
Un nuevo panorama se te abre. Y eso es bueno. Pero esto, con ser un pequeño descubrimiento, es un pequeño-gran descubrimiento que cada uno ha de hacer. A unos le llega en un momento, como a mi, ahora; y a otros le llega en otro.
18 comentarios:
Querido Amigo, como he gozado cada palabra que has vertido en este post.
Cada sentir, cada logro que has obtenido en espiritu, es digno de ser acunado.
Creo que ahi esta el cambio, no en estructuras sino en lo profundo del ser humano, vendran asi días mejores.
Valió la pena seguirte todo este tiempo y estar presente al inicio de este camino que emprendes.
Muchas veces te encontrarás solo, mirarás a tu alrededor y no encontraras seres transitando.
Otras, te deslumbrarás de cuantos sienten y vivien igual a ti.
Gratisimo visitarte, te dejo un abrazo inmenso.
La tranquilidad que da, cuando uno por fin es consciente de que no puede estar en todos los sitios, y que mejor tomarse la vida con otra filosofía,disfrutando de los pequeños placeres, porque al fin y
al cabo, es lo que cuenta.
Estoy en ello yo también, y a veces siento que lo estoy consiguiendo.
Saludos.
Precioso post. Nunca se deja de aprender. Besotes, M.
La sabiduría consiste en saber aplicar los conocimientos adquiridos en su momento oportuno y eso, amigo mío, sólo se aprende con los años. Otra demostración de sabiduría es aceptar que no sólo aprendemos de los libros.
Dos abrazos y un beso
:) además de agradecerte tu visita :)) decirte que me ha parecido una muy buena reflexión :) un biquiñoooo :))) y muy feliz tarde :))
eso es madurar honrando la vida...qué bueno es experimentarlo!
un abrazo.
Es cierto que nadie escarmienta en cabeza ajena. Tan cierto como que todo llega, más pronto o más tarde.
Dices muy bien, hay una distancia entre el saber lo que hay que hacer y el ponerlo en práctica.
Lo que realmente nos enseña es atravesar nuestra propia experiencia aplicando los conocimientos que tengamos desde nuestras posibilidades.
Me alegro de tus descubrimientos.
Besos
no por muy repetido, lo doy por sabido. Siempre he dicho que la sabiduria no se encuentra en los libros (y he sido combatido por decirlo, claro !!! que idea más subversiva!!!)... sin embargo, es necesario leer. Todavía hoy mi hijo mayor recuerda cuando venia a haceme encuestas sobre sus inquietudes que yo le respondia: "lee, flaco, lee".
Hay una diferencia entre conocimiento y sabiduria. Conocer algo no significa saberlo. Conocemos que los átomos existen, o que las bacterias son pequeñitas, y la galaxias inmensas. Pero ante una gripe tenemos que salir corriendo al médico, él si sabe que hacer. Conocer, es decir estar informado, es una parte. Pero saber se refiere a conocer como usar esa información en la práctica. Sabemos para hacer. No basta con estar informados o tener conocimiento de algo. Sabiduria, es el conocimiento que aprovecha.
Es en la mediana edad y cuando ya somos maduros, cuando podemos empezar a cosechar los frutos del saber. Asi es amigo mio.
un abrazo desde el otro lado del mar.
juank.
Lo importante es que llegue ese momento de clarividencia Cornelivs y que nunca dejes de aprender. La paz y la tranquilidad que dan los años nos hace ser más asertivos, más reflexivos, menos impulsivos, más sabios. Las cosas se miran de otra manera y empezamos a aplicar los conocimientos acumulados a través del tiempo.
Ha sido muy interesante para mi haber pasado hoy por aquí.
Un abrazo muy grande amigo.
Fantástico amigo Pablo.
Alguien dijo alguna vez que la sabiduría consiste en saber cuál es el siguiente paso. Y tú con esta maravilla de reflexión, has dado no una, sino, unas cuantas zancadas como Pulgarcito con las botas de las siete leguas...:)
Muchos besos.
Y uno aprende......y nos damos cuenta de que cosas podemos cambiar y cuales simplemente hay que tolerar, y nos damos cuenta que lo mejor de la vida, lo más importante no se aprende en los libros, y uno aprende querido amigo
un fuerte abrazo
En los libros hay cosas, unas serán mas ciertas que otras, pero de los libros se aprende, claro que se aprende.
En la gente hay vivencias y pensamientos y de ellos también aprendemos; menos cuando se convierten en ruido y manipulación.
En nuestra vida hay de todo y de todo podemos aprender, pero no siempre lo hacemos, a veces sencillamente entre el ruido y las prisas y la vagueza intelectual nos limitamos a sobrevivir.
Un abrazo, amigo.
Muchas veces, cuando no entiendo la vida ni sus mecanismos, me vienen a la cabeza dos versos de Rilke: "Tú no tienes que entender la vida; / entonces será como una fiesta". Lo malo es que en las fiestas existen también momentos de tedio, de horror, de desconcierto, de cansancio...
Por otra parte, si no podemos cambiar el mundo, sí podemos cambiarnos a nosotros y encauzar nuestros pasos hacia lo que nos serena. O cambiar la perspectiva, que también consuela en muchas ocasiones.
¿Se aprende alguna vez el oficio de vivir? Supongo que no, y por fortuna. A saber si, cuando lo suponemos aprendido, estamos a un paso de la muerte.
Un abrazo enorme, querido Cornelivs.
Es lo bueno de llevar una parte del camino recorrido, que se puede ver con mejor perspectiva todo.
Es una reflexión muy acertada y profunda.
Salu2
Cada día se va aprendiendo algo nuevo.
Un beso, Cornelivs.
La importancia no de lo que pasa, sino de como tomamos lo que nos pasa...
Un abrazo.
Esta entrada me recuerda a "Esas pequeñas cosas".Como vamos aprendiendo a lo largo de la vida,me encanta tu sinceridad.
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