Los jueves, Quijote.
Para el grupo de lectura del Quijote en "LA ACEQUIA"
Después del paréntesis vacacional me reintegro de nuevo a esta amena y deliciosa lectura colectiva del Quijote, que dirige nuestro blogger y querido amigo Pedro Ojeda. Entramos en el capitulo 64 de la segunda parte en el cual Sansón Carrasco, por fin, vence a D. Quijote cumpliéndose sus objetivos (mitad “piadosos”, mitad “revanchistas” ) que le impulsan a reencontrarse con D. Quijote y a perseguirlo.
Os juro, amigos, que me ha costado muchísimo redactar este post. Tras varias intentonas no quedaba satisfecho con el resultado final; y os diré por qué. Parece como si Cervantes, en este capitulo, estuviera mudo, y me refiero a su corazón, a sus sentimientos. Ya sabemos que D. Miguel, tan irónico –hasta hiriente en alguna ocasión- con su personaje en la primera parte, llega a mimarlo y hasta a “amarlo” (permítaseme esta licencia) en esta segunda parte; y relata las cosas de tal modo que en infinitud de escenas se aprecia muy al vivo lo que Cervantes siente hacia su personaje. Al menos, yo he creído detectarlo.
Pero en este capitulo no: Cervantes cumple la velada amenaza que hace en el prologo de la segunda parte, los acontecimientos siguen su curso. Necesita al de la Blanca Luna, pero no porque le tenga mucho aprecio, sino simplemente porque la novela ha determinar, y D. Quijote ya ha llegado demasiado lejos. Sansón Carrasco es un mero instrumento, había que vencer a D. Quijote y llevarlo de vuelta a casa. Punto y final.
Aquí Cervantes parece ocultar sus sentimientos y nos relata los hechos en un frio, aséptico y desacostumbrado lenguaje: se limita a relatar los hechos como si fuera una crónica periodística, fría, y descarnada, y no se aprecia interno resquemor ni regocijo del autor hacia la penalidad de su personaje.
Es como si el corazón de Cervantes se hubiera parado...
Y ese atronador silencio me dio la pista. Llamadme imaginativo, romántico, sentimental, soñador, como gustéis: pero creo que Cervantes ha llegado a estimar tanto a D. Quijote, a amarlo incluso, que esta derrota le duele al novelista más que al propio D. Quijote. Por ello escribe sin pestañear, sin mover ni un musculo, casi me lo estoy imaginando; sin decir ni una sola palabra que deje traslucir sus sentimientos. Narra la derrota de D. Quijote casi con delicadeza, el de la Blanca Luna levantó la lanza, y dice que fue” de propósito”, obvio: no querían hacerle daño a D. Quijote.
Mi humilde opinion es que Cervantes siente gran pena, porque si bien es cierto que a D. Quijote le habían tomado el pelo, se habían reído de él, lo habían manteado, apaleado, apedreado y maltratado en mil y una ocasiones, los encantadores perversos habían trastocado la realidad a su antojo, convirtiendo los yelmos en bacías y las putas en señoras de la alta corte (y contra la magia de los encantadores no hay nada que hacer) lo cierto y verdad es que nadie, repito, NADIE hasta ahora lo había vencido.
El cuerpo de D. Quijote estaba magullado con mil heridas, pero no así su animo ni su corazón: estaban enteros: ¡nadie había podido con el!
Pero ahora no: el golpe moral es terrible, y Cervantes lo sabe muy bien… La pena de Cervantes es grande: por eso no se regodea con D. Quijote: cuenta los hechos fríamente y punto. Oculta su pena y su tristeza. Es posible que una lagrima solitaria resbalase por el rostro de nuestro insigne novelista al terminar de redactar este capitulo.
Saludos.
Para el grupo de lectura del Quijote en "LA ACEQUIA"
Después del paréntesis vacacional me reintegro de nuevo a esta amena y deliciosa lectura colectiva del Quijote, que dirige nuestro blogger y querido amigo Pedro Ojeda. Entramos en el capitulo 64 de la segunda parte en el cual Sansón Carrasco, por fin, vence a D. Quijote cumpliéndose sus objetivos (mitad “piadosos”, mitad “revanchistas” ) que le impulsan a reencontrarse con D. Quijote y a perseguirlo.
Os juro, amigos, que me ha costado muchísimo redactar este post. Tras varias intentonas no quedaba satisfecho con el resultado final; y os diré por qué. Parece como si Cervantes, en este capitulo, estuviera mudo, y me refiero a su corazón, a sus sentimientos. Ya sabemos que D. Miguel, tan irónico –hasta hiriente en alguna ocasión- con su personaje en la primera parte, llega a mimarlo y hasta a “amarlo” (permítaseme esta licencia) en esta segunda parte; y relata las cosas de tal modo que en infinitud de escenas se aprecia muy al vivo lo que Cervantes siente hacia su personaje. Al menos, yo he creído detectarlo.
Pero en este capitulo no: Cervantes cumple la velada amenaza que hace en el prologo de la segunda parte, los acontecimientos siguen su curso. Necesita al de la Blanca Luna, pero no porque le tenga mucho aprecio, sino simplemente porque la novela ha determinar, y D. Quijote ya ha llegado demasiado lejos. Sansón Carrasco es un mero instrumento, había que vencer a D. Quijote y llevarlo de vuelta a casa. Punto y final.
Aquí Cervantes parece ocultar sus sentimientos y nos relata los hechos en un frio, aséptico y desacostumbrado lenguaje: se limita a relatar los hechos como si fuera una crónica periodística, fría, y descarnada, y no se aprecia interno resquemor ni regocijo del autor hacia la penalidad de su personaje.
Es como si el corazón de Cervantes se hubiera parado...
Y ese atronador silencio me dio la pista. Llamadme imaginativo, romántico, sentimental, soñador, como gustéis: pero creo que Cervantes ha llegado a estimar tanto a D. Quijote, a amarlo incluso, que esta derrota le duele al novelista más que al propio D. Quijote. Por ello escribe sin pestañear, sin mover ni un musculo, casi me lo estoy imaginando; sin decir ni una sola palabra que deje traslucir sus sentimientos. Narra la derrota de D. Quijote casi con delicadeza, el de la Blanca Luna levantó la lanza, y dice que fue” de propósito”, obvio: no querían hacerle daño a D. Quijote.
Mi humilde opinion es que Cervantes siente gran pena, porque si bien es cierto que a D. Quijote le habían tomado el pelo, se habían reído de él, lo habían manteado, apaleado, apedreado y maltratado en mil y una ocasiones, los encantadores perversos habían trastocado la realidad a su antojo, convirtiendo los yelmos en bacías y las putas en señoras de la alta corte (y contra la magia de los encantadores no hay nada que hacer) lo cierto y verdad es que nadie, repito, NADIE hasta ahora lo había vencido.
El cuerpo de D. Quijote estaba magullado con mil heridas, pero no así su animo ni su corazón: estaban enteros: ¡nadie había podido con el!
Pero ahora no: el golpe moral es terrible, y Cervantes lo sabe muy bien… La pena de Cervantes es grande: por eso no se regodea con D. Quijote: cuenta los hechos fríamente y punto. Oculta su pena y su tristeza. Es posible que una lagrima solitaria resbalase por el rostro de nuestro insigne novelista al terminar de redactar este capitulo.
Saludos.
13 comentarios:
Un capitulo tan lleno de tristeza que entiendo tu dificultad por haberla padecido también.
Un abrazo
Siéntete orgulloso...yo no habria podido hacerlo tan bien
Es bien triste.
Oye, conoces a Antonio Aguilera?
Su blog es "Literatura revulsiva de Priego".
Escribe sobre el Quijote, y he aprendido algo.
Un abrazo.
Me imagino también a Cervan sentado en su escritorio, con la pluma de ganso en su mano, derramando más de una lágrima... Excelente análisis. Besotes quijotescos, M.
BUENOS DIAS CORNELIUS:
LO HAS DESCRITO ESTUPENDAMENTE, LA EMPATIA ENTRE D. MIGUEL DECERVANTES Y QUIJOTE.
MI MÁS SINCERA ENHORABUENA.
UN ABRAZO, Montserrat
hombre yo no lo veo así...sino todo lo contrario, ha cumplido su objetivo: ridiculizar las novelas caballerescas, ahora es momento de volver a humanizar al personaje...saludos
Derrota revestida de cierta dignidad. Su destino como caballero es vencer o morir sin renunciar a sus principios
Sí amigo Pablo, estoy contigo en que Cervantes no quiere regodearse con el sufrimiento de su "antihéroe", y se muestr frío y distante.
Creo que hace bien, porque a los lectores tampoco nos haría gracia un "sadismo" lingüístico.
Será la causa de que el capítulo sea tan corto. Para que el "pase por mí este cáliz" que dijera otro antihéroe, sea lo más rápido posible.
Me alegro, Pablo de tu vuelta a los ruedos Cervantinos. Supongo que vendrás de un bronceado gaditano jajaja.
Un fuerte abrazo
Excelente manera de verlo: quizá Cervantes hubo de separarse emocionalmente del relato para redactar este capítulo necesario.
Buen regreso.
Hay dolor contenido pero dolor.
"Dulcinea del Toboso es la más hermosa mujer del mundo, y yo el más desdichado caballero de la tierra"
¡Viva don Quijote!
Me encanto la derrota de Don Quijote, escrita y relatada por ti querido amigo .
Feliz día internacional de blog y feliz día de los blogueros también es nuestro día jaja , pues felicidades amigo , se celebra hoy día 31 de agosto y yo me he enterado que era hoy ,por ser premiada jaja .
Un abrazo de MA para ti .
Pues no sé cuales habrían sido los motivos que llevaron a Cervantes a este relato aséptico, pero nosotros hemos de, en cierto modo, agradecérselo, que ya hasta ahora bastante hemos sufrido con todas las desventuras.
Bienvenido de tus vacaciones.
Besos
Queridio amigo Cornelivs hoy estas nominado al premio eldia internacional del blog 2010,.
Desde el blog de MA ,puedes pasar a recoger tu premio cuando lo deses, y muchas felicidades pues lo he recibidos dos veces y estoy repartiendo los premios por los blog jajaja y tu estas premiado por buen blog y buen bloguero.
Un abrazo de MA y felicitaciones .
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