"Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado" (André Gide)
"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendería con mi vida tu derecho a expresarlo" (Voltaire)

"La religión es algo verdadero para los pobres, falso para los sabios y útil para los dirigentes" (Lucio Anneo Séneca)
"Cualquier hombre puede caer en un error, pero solo los necios perseveran en él" (Marco Tulio Cicerón)
"Quien no haya sufrido como yo, que no me de consejos" (Sófocles)
"No juzguéis y no sereis juzgados" (Jesús de Nazaret)
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04/07/2012

Nacer de nuevo: la verdadera revolución (1ª Parte)

Os propongo que nazcáis de nuevo, que nazcamos todos de nuevo. Lo habéis leído bien: nacer de nuevo. Si, eso mismo, desnudarnos de nuestro ropaje lleno de prejuicios y materialismo, y renacer al mundo de los sentimientos éticos, poniéndonos encima de la cabeza una corona: la de la coherencia. Fijaros que difícil: os estoy proponiendo que hagamos bandera de nuestros principios éticos,  y luego que tengamos la valentía de ser coherentes,  ponerlos en practica…¡en medio de un mundo de lobos!. Que si, que la mayoría dira que es una acto de locura o de irresponsabilidad: yo digo que es un acto de valentía, de tener agallas. Además, el mundo siempre ha sido eso: un mundo de lobos. Jesus de Nazaret, que predicó mejor que nadie la senda del amor, ya lo dijo hace dos mil años: “Mirad que os envio como a ovejas en medio de lobos”, esa frase ya tiene veinte siglos. Y el mundo lo crucificó por el único delito de ser  bueno.

Toda la anterior introducción viene a cuento porque  dos comentarios a mi entrada anterior me obligan, queridos amigos y amigas, a hacer esta entrada: Natalia y Rita, a ambas les mando un enorme abrazo con todo mi cariño. Recordaréis que en la anterior hablaba de mi gremio, de  los Abogados en general, y destacaba la necesidad de ser honrado y sincero.  Natalia Tarracó me dice que esas virtudes ya no venden, introduciendo un ayyy doloroso, entiendo que a modo de lamento critico contra este consumismo que nos invade. Rita me dice igual: que de las experiencias que conoce pocas han sido las favorables, porque la sinceridad se lleva mal con el dinero. Yo creo que ambas llevan razón.

Pero por esa misma razón, tenemos que insistir en esa senda de la honradez: ¡seamos valientes! No tenemos que dejar que el mundo nos devore: mantengamos incólumes nuestros valores éticos y nuestro esfuerzo por ponerlos en   practica.  
El mundo no me puede a mi: soy yo el que le puede al mundo. Traducido: quizás la sociedad no nos deje ser coherentes, o al menos, no nos lo ponga fácil a la hora de intentar “ser” buenos (que si, que he leído a Maquiavelo muchas veces); pero hemos de intentarlo. ¡No nos queda otra!
Si callar es consentir, y el mundo esta lleno de injusticias: no calles: grita. No he de callar, por supuesto que no, pienso denunciar toda injusticia que conozca, por pequeña que sea, le joda a quien le joda. Y el desánimo es corrosivo, porque hace que pierdas las ganas de luchar.
Si, querida Natalia: no vende la horadez. Llevas toda la razón. Pero no podemos dejarnos llevar por el desánimo. Y si, querida Rita: la sinceridad se lleva mal con el dinero. Dimelo a mi, que he perdido muchas oportunidades de ganar mucho dinero por ser sincero: pero para mi hay una joya de enorme valor: dormir con la conciencia tranquila todas las noches. Opté no ser rico, sino por intentar ayudar; no ejercer la abogacía para enriquecerme, sino para intentar vivir dignamente de esta hermosa profesión, procurando que los Tribunales cumplan el “suum cuique tribuere et ne neminem laedere”, que decían mis adorados romanos: dar a cada  uno lo suyo y no perjudicar a nadie.
Prohibido perder la esperanza. Se que es muy difícil; pero si dejamos que el desánimo nos invada, si nos dejamos llevar por el mundo…¡estamos perdidos! Ademas, bastante desaprensivo suelto hay por ahí como para que yo engrose el numero, siendo uno mas. ¡Seamos distintos, para variar…! ¡Tengamos la valentía de decir la verdad!
Además, otra cosa: siempre nos fijamos en lo mal que están las cosas, en el materialismo imperante, en la  degeneración moral imperante, etc. Pero, puñetas, ¿por qué no nos fijamos en la cantidad de hombres y mujeres, en esos cientos y miles de héroes anónimos que, completamente ignorados, y en total silencio muchas veces,  hacen todos los días obras buenas para con el prójimo?  
Además, tenemos el tonto complejo de que no podemos cambiar las cosas: ¡si que podemos…! Complicado es ejercer de bueno en este mundo: pero eso no es nada nuevo. Y se que ahora estamos muy mal con la dichosa crisis que han engendrado unos y parido otros, y cuyas causas todos conocemos. Pero en el fondo, a la gente le chifla la verdad. Y siempre se puede hacer algo. Estoy completamente convencido: cada uno en su pequeña esfera, en su ámbito, como buenamente pueda. Y por supuesto: no dejando que los poderosos se salgan con la suya. ¡¡¡Si hay que indignarse, se indigna uno…!!! Lo que sea, menos dejarse llevar por el derrotismo.
Recordad a Gandhi, uno de mis héroes: “lo que yo haga será insignificante, pero es muy importante que yo lo haga”. Naturalmente que si.
Ademas, creo que es un modo de vivir. Pienso que el mundo está completamente desorientado, porque debería de recordar más a menudo algo elemental: que todo lo que empieza, ha de acabar forzosamente. No estaremos aquí para siempre. Os pondré una parábola muy sencilla que a mi siempre me ha servido muchisimo. Imaginaros que el mundo es como el patio de un centro recreativo: los niños van allí a jugar, y hay muchos juguetes. Entran a las 9 y salen a las 14,00 horas. A todos los niños se les deja completa libertad para que cojan y usen los juguetes que quieran, para que disfruten o para que hagan lo que quieran. Pero se les advierte que todo deberán de dejarlo a las 14,00 horas, porque el Centro cierra a esa hora.
Y esa es la vida: muchos niños están todo el rato atesorando juguetes, intentando apoderarse de la mayor cantidad de juguetes, e impiden que los otros niños los toquen. Sufren, porque no juegan y tampoco dejan jugar a los demás, se les olvida que no podran llevarse los juguetes a casa, sino que tendran que dejarselos  allí, porque el centro cierra a las 14,00 horas.
Otros niños, por el contrario, eligen uno o varios juguetes y se dedican a lo que han ido:   A divertirse, a pasarlo bien.¡A jugar!
Y tu, querido amigo lector: ¿Qué eliges?
Seamos verdaderamente revolucionarios y tengamos la valentía de poner en practica nuestros principios éticos. Si no nos gusta que nos engañen, no engañemos; si no nos gusta que nos estafen, no estafemos;  si nos gusta que nos ayuden, ayudemos a los demás; y asi sucesivamente. El que es facil; el cómo, ya es otra cosa, pero lo dejo para otra entrada.
¡Seamos felices intentándolo, al menos; y que el mundo diga lo que le de la realísima gana…!
Permitidme, por ultimo, que termine con cuatro frases que todos recordareis, (y los rotulo en estos colores como guiño a "la roja", que tanto nos ha hecho disfrutar los ultimos dias):
Tu debes ser el cambio que quieres ver en el mundo. Gandhi.
No ves el mundo tal como es, sino tal como eres. Talmud.
Un cobarde es incapaz de mostrar amor, hacerlo está reservado a los valientes. Gandhi.,
Nada ha cambiado, sólo yo he cambiado, por lo tanto, todo ha cambiado. Marcel Proust.
Saludos.

Cornelivs.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo, más que denunciar injusticias, intentaría airear alguna solución, algo positivo que las contrarrestase.
Creo que la idea es enfocarse en la solución en vez de gastar energía oponiendo resistencia ante lo que detesto.
Un ejemplo sería tener amigos de otras razas o algo por el estilo en vez de luchar CONTRA el racismo. Hablar de curación en vez de compartir posts en contra de las enfermedades. Hablemos de lo positivo hasta que cobre vida. Hay que tener muy claro que pedimos.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Coincido en que la ética sólo tiene sentido si se aplica como bandera, si se la lleva ala práctica de todos los ámbitos, aún los más domésticos, de otro modo es letra muerta que sólo sirve para llenar libros y darle marco de legalidad a lo que en realidad es embuste y engaño.
Voto por un mundo revolucionario en cuanto a compromiso y sentido de la solidaridad, voto por poner a la honestidad y los principios éticos bien altos, como estandarte y meta a ser alcanzada y defendida.


Un abrazo

Myriam dijo...

¡plas, plas, plas!

Y suscribo a cada letra, coma y punto.


Besos, amigo

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Yo ya no voy a recuperar la inocencia, Cornelivs, si la perdiera seríamos devorados por los lobos de nuevo, pero nunca perderé la esperanza.
Un abrazo y feliz regreso.

Anónimo dijo...

Pensaba que la inocencia era el mejor escudo contra cualquier cosa, ¿no es así?

Paco Cuesta dijo...

Elijo seguir leyéndote amigo

matrioska_verde dijo...

YO ELIJO JUGAR Y LEERTE.
biquiños,