Apreciados amigos.
Recordareis el tema de conversación que mantuvimos ayer, nos preguntábamos como es posible que tengamos miedo a perder algo, cuando lo cierto y verdad es que nada en este mundo nos pertenece realmente. Vivimos convencidos de que poseemos cosas: una casa, una esposa e hijos, nuestro trabajo, incluso creemos que nuestro cuerpo tambien es nuestro. Pero, como recuerdan los sabios que nos precedieron, esta idea es una ilusión que nos engaña, pues realmente nada es nuestro, ni las personas que amamos, ni el lugar donde vivimos, ni los bienes que poseemos; ni siquiera el cuerpo que tenemos, pues éste solo es un prestamo que el universo nos ha hecho por un tiempo limitado, y cuando partamos de aqui, aqui se quedará, pues devolveremos hasta el último átomo que lo compone. Esta es la visión estoica, y yo la comparto tambien; el mundo siempre ha confundido lo transitorio con lo eterno, y asi sigue sucediendo hoy. Todo lo que creemos que tenemos realmente nos ha sido prestado por un tiempo, muy determinado, cuya duración es incierta (no sabemos cuando acabará). Aun así, nos empeñamos en aferrarnos a todo como si fuera eterno, y el miedo a perderlo se convierte en fuente de sufrimiento.
En cuanto al origen de ese sufrimiento, según Marco Aurelio y Seneca, el dolor surge de esa confusion (lo transitorio/lo eterno) que siempre ha existido en el mundo. Cuando creemos que algo nos pertenece para siempre, la posibilidad de perderlo se vuelve una amenaza constante. Y nada es eterno, lo cual conecta directamente con la impernanencia de todas las cosas (uno de los puntos clave de la sabiduría budista, junto con el de la "atencion plena"). Por si fuera poco, ese sufrimiento se agrava porque tenemos otro miedo mas: el miedo a la muerte, nos cuesta enormente aceptar que todo lo que tiene principio, tiene fin.
Estamos muy equivocados. Creemos que vamos
a estar para siempre aqui, y que todo va a ser siempre "nuestro", y
generación tras generacion seguimos cometiendo ese error. Por ello,
si aceptamos que nada es permanente, que todo (TODO) se acaba, esa angustia
podemos convertirla en paz interior.
Pensemos un poco sobre esto. Os pregunto: ¿Qué es realmente mio? ¿Qué es realmente vuestro? Los
estoicos nos enseñaron a dejar de mirar tanto lo transitorio y centrarnos en lo
esencial. Lo único que verdaderamente es nuestro y que nos pertenece son
nuestro carácter, nuestras elecciones y la paz con la que decidimos afrontar lo
que no podemos controlar. “Aquello que te pertenece, nadie puede quitártelo”,
explicaban ya los estoicos con firmeza.
Yo creo que este pensamiento es una invitación a reconectar con uno mismo, a dejar de buscar seguridad en lo externo y volcar la atención hacia lo que sí depende de nosotros. La libertad viene a través de la “aceptacion”, que para mi es una liberación. Ahí esta la libertad, núcleo del pensamiento estoico: “nuestra libertad comienza exactamente en el momento en el que dejamos de luchar contra eso: contra la realidad”. Las cosas son como son, no como nosotros quisiéramos que fueran. Por eso, aceptar que nada ni nadie nos pertenece no es una resignación ni una rendicion, sino una liberación. Es una forma de reconciliarse con la naturaleza cambiante de la vida y vivir con más ligereza, menos miedo y mayor conexión con el presente.
Soltar esa ilusión de control no es perder, sino ganar perspectiva y libertad. ¿Os imagbinais el sufrimiento que nos traeria un miedo a perder las cosas que fuera eterno y que nunca se acabara? Séneca diría: “Todo es prestado” “nada es realmente tuyo”. El sabio se prepara para devolverlo todo sin lamento, pues sabe que en realidad no lo poseía en absoluto. Séneca no lo expresa en una única frase exacta, pero estas tres ideas lo comunican de forma radical: el sabio (I) usa todo como un préstamo (II) no apalanca su tranquilidad sobre lo efímero de las cosas, y (III) sabe que el miedo nace del apego a las cosas, a las personas y a las situaciones.
Temino
con palabras de Marco Aurelio y Seneca:
Marco Aurelio. Meditaciones
5.15 “Ninguna de estas cosas debe ser llamada ‘del hombre’, a las
que no pertenecen al hombre como tal… Considera que son un préstamo, no algo
que te pertenezca en propiedad. Cuando la Fortuna da regalos, en realidad solo
los presta, y nadie puede reclamarlos como propios.”
Meditaciones 2.14 “Recuerda que
no se pierde otra vida que la que uno vive, ni vive otra que la que pierde… El
presente es lo único que tiene, y no puede perderse lo que no se tiene.”
Meditaciones 4.47 / 4.50 “No
desprecies la muerte… ¿qué diferencia hay entre quien vive tres días y quien
vive tres generaciones?”
Meditaciones 7.27 “No sueñes con lo que no
tienes; más bien considera lo que tienes como tus mayores bendiciones, y piensa
cuánto las echas de menos si no las tuvieras… pero sin valorarlas tanto que te
remuevan si las pierdes.”
Meditaciones 9.32–33 / 9.35–36 “Todo lo
que ves perecerá pronto… La pérdida no es otra cosa que cambio, y la naturaleza
universal gusta del cambio; de ella procede todo lo que es.”
Seneca:
“Es más soportable no haber poseído jamás
nada que haberlo perdido… el pobre es más alegre que el rico, porque la pobreza
no tiene nada que perder.”
“El sabio considera chatarra todo lo que
la Fortuna pueda arrebatarle; lo vive como prestado, dispuesto a devolverlo
alegremente cuando se lo reclamen… vive como si todo le fuera prestado.”
"Lo que se tiene puede
arrebatársenos, pero lo que ya se ha disfrutado, nunca. (…) Todo lo que tenemos
puede perderse… Limita tus deseos y así curarás tus temores.”
"Deja de esperar y dejarás de temer.’
Esperanza y miedo son hermanos; el miedo sigue a la esperanza… enviamos la
mente al futuro y así distribuimos sufrimientos.” Lo dado también puede ser
quitado.”
“Algunos viven ansiosos, porque temen
perder lo que les da alegría. (…) Nada que venga del azar es estable; cuanto
más alto está, más propenso a caer.”
"¿Y por qué incluso sus alegrías
están llenas de ansiedad y temor? Porque no se basan en causas firmes, sino que
se agitan tan sin fundamento como surgieron. ¿Y qué clase de tiempos crees tú
que serán aquellos que ellos mismos reconocen como miserables, si incluso las
alegrías que los exaltan y elevan por encima de los demás no son en absoluto
puras?
"Todos los mayores bienes son fuente
de inquietud, y nunca se debe confiar menos en la fortuna que cuando parece más
favorable. Para conservar la prosperidad, se necesita aún más prosperidad, y
por cada deseo que se ha cumplido, es necesario elevar nuevos ruegos.
"Todo lo que nos llega por azar es
inestable, y cuanto más alto asciende, más propenso está a caer.
"Además, lo que está destinado a
perecer no puede brindar verdadero placer a nadie. Por tanto, es muy desdichada
—y no solo breve— la vida de aquellos que trabajan arduamente para conseguir lo
que deberán esforzarse aún más por conservar.
"Con gran fatiga alcanzan lo que
desean, y con ansiedad mantienen lo que han alcanzado; mientras tanto, no
prestan atención al tiempo, ese que nunca volverá.
"Nuevas ocupaciones reemplazan a las
antiguas, la esperanza da paso a nuevas esperanzas, la ambición conduce a
nuevas ambiciones…"
Que esteis bien.
Y por cierto, muchísimas gracias por estar
siempre ahi, y por esos caracoles y esas manitas de cordero... estaban
deliciosas.
Saludos cordiales.
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