"Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado" (André Gide)
"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendería con mi vida tu derecho a expresarlo" (Voltaire)

"La religión es algo verdadero para los pobres, falso para los sabios y útil para los dirigentes" (Lucio Anneo Séneca)
"Cualquier hombre puede caer en un error, pero solo los necios perseveran en él" (Marco Tulio Cicerón)
"Quien no haya sufrido como yo, que no me de consejos" (Sófocles)
"No juzguéis y no sereis juzgados" (Jesús de Nazaret)
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15/04/2008

Igualdad de sexos.

Para mí la mujer es la obra mas bella de la creación, y lo más lindo que hay en este mundo. Si yo estoy aquí escribiendo, y tu estas ahí leyendo, es porque dos mujeres pasaron un autentico tormento para traernos a este mundo, y hay que empezar siendo agradecido. Eso lo primero. Luego, injustamente perseguidas durante la historia, y privadas de sus derechos, sometidas secularmente al varón, y reducido su papel al ámbito doméstico y de cría de los hijos, las mujeres están, por fin, conquistando la parcela de poder que jamás tenían que haber perdido, y su misión ha sido fundamental a lo largo de la historia, y no solamente por lo que a la perpetuación de la especie se refiere.

Este es uno de los grandes temas de controversia actualmente en España, pero también en Europa, el de la paridad entre hombres y mujeres en el ámbito económico y del trabajo, controversia, por cierto, un tanto anacrónica en los albores del siglo XXI en que estamos. Y me parece anacrónico forzar la igualdad por ley, además de injusto, porque debería ya de ser así, debería de ser algo natural. Es como si obligamos a una persona a ser buena, debería de salir de ella misma.

Personalmente, pienso que el hombre y la mujer son absolutamente iguales en derechos y deberes, y lo digo en todos los aspectos y en todos, absolutamente, todos los sentidos. Nuestra propia Constitución así lo promulga y sanciona. Estamos en el Siglo XXI, y deberíamos, ya, de estar mentalizados en esa cuestión. A mi me parece básico, tendríamos que tenerlo ya asumido.

Ahora hemos pasado de un extremo a otro, cual de si una ley del péndulo se tratase: de la discriminación a la mujer, a la discriminación al varón. A ello ha contribuido, no cabe duda, la actitud de algunos sectores empresariales, cafres y machistas por naturaleza, e indignos por tanto de ser llamados ciudadanos, que aun tienen la fea e indigna costumbre de despedir a una mujer por un hecho tan natural y tan bello como quedarse ésta embarazada. Dice el legislador: "¿Si? Pues nada, se acabó". Ahora, por ley, se trata de que el 50 % de los puestos los tengan las mujeres, y el 50 % los varones. A la fuerza. Hay que imponer la igualdad de sexos a la fuerza, como sea. Se conoce que el burro solo aprende a palos, ¿no? Y tan injusto era lo de antes como lo de ahora, porque, así, la igualdad se desnaturaliza, en vez de ser una cuestión elemental y normal, pasa a ser una imposición legal.

Me explico. En vez de acudir al criterio beligerante de la igualdad, deberíamos de acudir al criterio de la capacidad. Los franceses, más evolucionados que nosotros, a través de su máximo organo consultivo (el equivalente al Tribunal Supremo de aquí), parece que ya se han dado cuenta del error que supone convertir la igualdad en una mera cuestión de porcentajes o numeros.
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Si en una empresa o en una oposición, hay diez plazas, por ejemplo, es completamente injusto que, por ley, cinco sean para varones y cinco para hembras, porque no se tiene en cuenta ni la capacidad ni las aptitudes de aquellos y de éstas. En mi opinión no tenia que ser así. Que sean las diez plazas para los mas capaces, sean hombres o sean mujeres. Incluso si los mas capaces y los mas preparados son todas mujeres, que ocupen las diez plazas diez mujeres, pero no porque sean mujeres, sino porque sean mas capaces que los hombres. Y al revés, igual.

Porque si, por seguir el ejemplo, resulta que ese año, para ocupar las diez plazas, los mas capaces son 7 varones y 3 mujeres, como por Ley han de ser 5 y 5, estamos sacrificando a 2 varones capaces, que no cubrirán las plazas, y estamos concediendo 2 plazas a mujeres que no son lo capaces que se requiere. Y viceversa.

En definitiva: plena igualdad para ambos sexos, igualdad de oportunidades, y luego que lleguen los mejores, sin distinción de sexo. Olvidémonos de los criterios puramente numéricos o porcentuales, que no responden a la realidad y pueden ocasionar situaciones no deseables. Que lleguen los más capaces, sean hombres o mujeres. Los mas capaces.
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Salu2.
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1 comentario:

ultimodelafila dijo...

Siento tenerte tan abandonado amigo cornelivs, pero ando demasiado liado. Eso no quiere decir que no siga con espectación tus escritos.
Levas razón en todo tus comentarios.
Pienso que la igualdad en número de puestos o plazas tanto en oposiciones como en otras cuestiones de nuestra sociedad no se puede legislar, pero si se debe de garantizar la igualdad de oportunidades, ya no solo entre hombres y mujeres sino tambien entre aquellos que no disponen de medios suficientes para poder tener la posibilidad de ser IGUAL a los demas.
Saludos y seguimos en conacto.