Queda muy atrás ya en el tiempo la época en la que las monarquías se cimentaban en una concepción divina del poder. Se era Rey “por la gracia de Dios”. Pero ni incluso en esa epoca esta institución se libraba de serios avisos para navegantes. Horacio decía: Rex eris, si recte facies; esto es, «Rey eres, si actúas como tal»; la conocidísima formula medieval, decia que "Vos no sois más que nos", o como en el Aragon Medieval, cuya frase da titulo a este post: "Todos igual que vos, y juntos más que vos".
Ahora la soberanía descansa en el pueblo: «La soberanía nacional reside en el pueblo español del que emanan los poderes del Estado», dispone el artículo 1.2 de la Constitución de 1978.
Muchos dicen que hoy la Monarquía es mas racional, con legitimidad última en nuestra Constitución democrática. Dicen que hay Rey porque lo dice la Constitución.
¿Qué atribuciones tiene el Rey, que poderes le da la Constitución? Veamos.
La Constitución de 1978 dice: «El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes» (artículo 56.1).
Lo que sí está claro es que el Rey reina, pero no gobierna, pues no ejerce ninguno de los tres poderes del Estado, ni el legislativo, ni el ejecutivo, ni el judicial:
1º) Las Cortes Generales despliegan la función legislativa (artículo 66.2).
2º) El Gobierno es el que gobierna, pues dirige la política interior y exterior del Estado (artículo 97).
3º) Por último los jueces asumen la función jurisdiccional (artículo 117. 1).
Para lo único que el Rey no necesita refrendo es para lo dispuesto en el art. 65.2, o sea, nombrar y relevar libremente a los miembros civiles y militares de su casa.
Otros quieren justificar la figura como árbitro y moderador de las instituciones, algo asi como una especie de poder neutro, como proclamó Benjamín Constant: «Cuando los tres poderes descompuestos, se entrecruzan, chocan y se traban, se necesita una fuerza que los ponga de nuevo en su sitio. Tal fuerza no puede residir en uno de los resortes en particular, porque se serviría de ella para destrozar a los demás. Es preciso que esté situada fuera y que sea, en alguna medida, neutral, a fin de que su acción se aplique en cuantos puntos se requiera y lo haga con un criterio preservador, no hostil», pero todos los dias observamos en los medios de comunicación infinidad de debates, radiofonicos y escritos, sobre la guerra entre los tres poderes, o sobre la politización de la justicia o judicalización de la politica.
Que cada cual decida.
Salu2
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