Todo el mudo dice que “la vida es muy dura”. Desde pequeño acepté dicha frase, sin meditar mucho sobre ella. Pero cuando a partir de la adolescencia comence a madurar y leí al famoso sabio decir que “…la vida, en si es maravillosa, somos las personas las que la hacemos dura”, no pude por menos que darle la razón. Efectivamente, la vida, en si, es maravillosa. Es un regalo. Estamos vivos, respiramos, dormimos, sentimos, comemos, hacemos el amor, aunque no con la frecuencia que quisiera mas de uno (“cuando nos deja la parienta”, je, je, como decia un amigo), caminamos, vamos aquí y allá, podemos apreciar la belleza de un paisaje o la belleza que se esconde dentro de alguna persona. Y el caso es que no hemos pagado nada para venir hasta aquí; estamos en este mundo gratis. Por eso creo que la vida es un regalo que se nos ha hecho.
Pero en este mundo hay no se cuantos miles de millones de habitantes y si un extiende la vista, por doquier reina la injusticia, el crimen, el hambre, el dolor, el sufrimiento, los fanatismos religiosos y politicos; la hipocresía cruel y cortante y la doble moral de las grandes potencias; el abismo Norte-Sur, y mil males mas. Y para qué hablar de la crisis de los valores humanos. Un boton de muestra: antes el pelotazo de los politicos era censurado; ahora, casi se aplaude (“a eso van todos, hacen bien, yo haria lo mismo”, y otras lindezas semejantes).
Somos los seres humanos los que, no hacemos dura la vida, sino que la complicamos con nuestras tonterías. Que si, que el famoso estereotipo dice que “todos los hombres somos hermanos” está muy bonito, pero que luego nadie lo cumple ni se lo cree. El retablo de nuestras imperfecciones es inmenso: somos (salvese el que pueda) orgullosos, avariciosos, iracundos, envidiosos (el pecado capital de nuestro país), queremos mejor coche y mejor casa que la del vecino, y cuentas bancarias mas rollizas que las suyas. Luego no aceptamos nuestros errores, eso no, pero nuestros triunfos, eso si, por nosotros, que nos recibieran con banda de música y todo. Juzgamos a las personas sin conocerlas (“Ese es que es medio tonto”, pero coño ¿en que te basas, es que has hablado con el, de qué lo conoces, te has visto tu en el espejo o que?), nos creemos a pies juntillas mas de uno y mas de dos disparates de los que a veces nos cuentan y nunca estamos a gusto. Estamos siempre “bullendo”, si, del verbo bullir (diccionario: Moverse, agitarse con viveza excesiva, no parar, no estarse quieto en ninguna parte), no tenemos paz, ni tranquilidad, incluso a veces nos deleita el sufrimiento ajeno. ¿Quién no se ha parado alguna vez a ver como los chiquillos se metían con el famoso “JR”, diciéndole “jota, jota, jota”, respondiendo el otro “¡Tu puta madre!””Tienes mas cuernos que setenta mil venaos”?” Que gracioso.
Creemos que vamos a vivir siempre, y no es así. Porque desnudos nacimos y desnudos nos iremos, cuando nos muramos, hasta la ropa que nos pongan se nos quedará aquí. Y como larga es la vida, si se sabe aprovechar bien, en vez de tener animo destructivo, por qué puñetas no nos dedicamos a ser más positivos?
Nadie tiene mal concepto de si mismo, criticamos mucho a la sociedad pero no a nosotros mismos. Y se nos olvida de que la sociedad somos nosotros, y millones de personas como nosotros. Pienso que si queremos cambiar la realidad, deberiamos de empezar a cambiarnos nosotros mismos, y, humildemente, dar ejemplo con nuestras acciones. Operibus credite et non verbis.
Un amigo mio me dijo el otro dia que es bueno, aunque solo sea de vez en cuando, “recordar lo obvio”, como es todo lo transcrito, claro, cuando se tiene tiempo.
Si, propositos muchos, pero ¿obras, qué?
Salu2.
Pero en este mundo hay no se cuantos miles de millones de habitantes y si un extiende la vista, por doquier reina la injusticia, el crimen, el hambre, el dolor, el sufrimiento, los fanatismos religiosos y politicos; la hipocresía cruel y cortante y la doble moral de las grandes potencias; el abismo Norte-Sur, y mil males mas. Y para qué hablar de la crisis de los valores humanos. Un boton de muestra: antes el pelotazo de los politicos era censurado; ahora, casi se aplaude (“a eso van todos, hacen bien, yo haria lo mismo”, y otras lindezas semejantes).
Somos los seres humanos los que, no hacemos dura la vida, sino que la complicamos con nuestras tonterías. Que si, que el famoso estereotipo dice que “todos los hombres somos hermanos” está muy bonito, pero que luego nadie lo cumple ni se lo cree. El retablo de nuestras imperfecciones es inmenso: somos (salvese el que pueda) orgullosos, avariciosos, iracundos, envidiosos (el pecado capital de nuestro país), queremos mejor coche y mejor casa que la del vecino, y cuentas bancarias mas rollizas que las suyas. Luego no aceptamos nuestros errores, eso no, pero nuestros triunfos, eso si, por nosotros, que nos recibieran con banda de música y todo. Juzgamos a las personas sin conocerlas (“Ese es que es medio tonto”, pero coño ¿en que te basas, es que has hablado con el, de qué lo conoces, te has visto tu en el espejo o que?), nos creemos a pies juntillas mas de uno y mas de dos disparates de los que a veces nos cuentan y nunca estamos a gusto. Estamos siempre “bullendo”, si, del verbo bullir (diccionario: Moverse, agitarse con viveza excesiva, no parar, no estarse quieto en ninguna parte), no tenemos paz, ni tranquilidad, incluso a veces nos deleita el sufrimiento ajeno. ¿Quién no se ha parado alguna vez a ver como los chiquillos se metían con el famoso “JR”, diciéndole “jota, jota, jota”, respondiendo el otro “¡Tu puta madre!””Tienes mas cuernos que setenta mil venaos”?” Que gracioso.
Creemos que vamos a vivir siempre, y no es así. Porque desnudos nacimos y desnudos nos iremos, cuando nos muramos, hasta la ropa que nos pongan se nos quedará aquí. Y como larga es la vida, si se sabe aprovechar bien, en vez de tener animo destructivo, por qué puñetas no nos dedicamos a ser más positivos?
Nadie tiene mal concepto de si mismo, criticamos mucho a la sociedad pero no a nosotros mismos. Y se nos olvida de que la sociedad somos nosotros, y millones de personas como nosotros. Pienso que si queremos cambiar la realidad, deberiamos de empezar a cambiarnos nosotros mismos, y, humildemente, dar ejemplo con nuestras acciones. Operibus credite et non verbis.
Un amigo mio me dijo el otro dia que es bueno, aunque solo sea de vez en cuando, “recordar lo obvio”, como es todo lo transcrito, claro, cuando se tiene tiempo.
Si, propositos muchos, pero ¿obras, qué?
Salu2.
2 comentarios:
Hoy me he puesto a leer tu diario y me ha gustado es muy entretenido y nada aburrido, hay algunos temas a tratar que me han parecido contradictorios, pero tienes tela de para escritor.
Gracias mk por tu amable comentario. Te lo agradezco, y quiero que sepas que estoy abierto a cualquier sugerencia.
Bienvenido a esta tu casa, espero verte con frecuencia!
Salu2.
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