"Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado" (André Gide)
"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendería con mi vida tu derecho a expresarlo" (Voltaire)

"La religión es algo verdadero para los pobres, falso para los sabios y útil para los dirigentes" (Lucio Anneo Séneca)
"Cualquier hombre puede caer en un error, pero solo los necios perseveran en él" (Marco Tulio Cicerón)
"Quien no haya sufrido como yo, que no me de consejos" (Sófocles)
"No juzguéis y no sereis juzgados" (Jesús de Nazaret)
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09/07/2008

¿QVO VADIS, HOMINE?

Acabo de cenar. Son las 10,45 de la noche. Tras un autentico día de perros, ahora estoy tranquilo. El silencio de la noche me motiva, y algunas veces me detengo a contemplar el espectáculo de las cosas humanas, y la evolución de nuestras búsquedas y anhelos. ¿Hacia donde se dirige el ser humano? ¿Qvo vadis, homine? Voy a hacer un vertiginoso viaje histórico hasta el presente para comprobar nuestra evolución.

El Imperio Romano de Occidente dominó al mundo occidental durante más de mil años (desde el Siglo IV a.dC hasta el S. V d. dC, y luego, el imperio Romano de oriente (Bizancio), aun duró mil años más, hasta 1.453, con la caída de Constantinopla.En el ínterin, Europa, tras la caída de Roma, atravesaría el oscurantismo de la Edad Media.
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La llamada Edad Moderna se inició en el Renacimiento, a fines del S. XV y principios del S. XVI, prolongándose hasta el S. XVII. Una vez caída la concepción medieval de un mundo teocéntrico (Dios es el centro del Universo, etc) el hombre se vio dueño de su destino, murieron la ignorancia y la superstición y se enfrentó a si mismo, buscando la verdad y la certeza de las cosas.

En el S. XVIII, a partir de la Revolución Francesa y posteriormente con la Revolución Industrial, la Ilustración proclamó su fe en la razón y el progreso ilimitado. Se respiraba optimismo.

Pero en el S. XIX ocurrió algo muy curioso: aquel vasto movimiento que predominó en Europa, el romanticismo, apareció como una reacción nostálgica. Los románticos volvieron su mirada a todo lo que la razón ilustrada dejaba de lado: el sentimiento, lo instintivo, lo súblime. Reconocían como inevitable el progreso y la marcha de la razón, pero se angustiaron por lo que se estaba perdiendo: la sensibilidad, la inspiración. Después de Roma, es la época que más me gusta y con la que más me identifico.

Parecia que estabamos evolucionando, pero no. Todo cayó despedazado en el terrible lodazal del Siglo XX, el siglo más guerrero, trágico y violento de toda la historia del ser humano, plagado de guerras: Comenzó con la guerra de los Boers, siguió la guerra ruso japonesa, y luego la guerra civil española, las dos guerras mundiales, la sempiterna guerra arabe-israelí, la guerra de Corea, la guerra de Vietnam, la implacable Guerra Fría, y el nacimiento de un arma mortífera: la bomba atómica. El siglo del desempleo, la drogadicción, el narcotráfico, el sida, las migraciones desesperadas, la degradación del medio ambiente y los basureros nucleares. Luego vinieron los hippies y la espectacular revuelta de mayo del 68 en París, que creo que obedecia a una causa: en la sociedad el individuo se aliena, se enajena, se frustra. El hombre de hoy no lograba sentirse ya "en casa" ni en la sociedad ni consigo mismo. Y no se trataba de meros individuos atormentados, sino de un creciente y generalizado espíritu de la época.

Ni la ciencia ni el progreso conducían al bienestar de la humanidad ni a la paz interior del ser humano, y, en consecuencia, no había certezas posibles.

Y viene el S. XXI, que me gusta menos todavía, y hablo en general. Hemos perdido muchas cosas. Creo que es el siglo del desencanto; tenemos un mundo que no aceptamos, y en general, hemos perdido la esperanza de poder cambiarlo, nos hemos convertido en estatuas mudas e inmoviles. Y ante la ausencia de posibles salidas, una suave melancolía nos invade y lo aceptamos todo con derrotismo: "La vida es corta..." Parece que estamos convencidos de que no existen posibilidades de cambiar la sociedad, y hemos decidido disfrutar al menos del presente con una actitud hedonista buscadora de placeres. La manera de superar este trauma es disfrutar de la vida hoy, sin complicarse mucho la vida, y sin buscar formulas magicas que no existen. Es el tiempo del intimismo. Como ya no tenemos confianza en cambiar la sociedad, nos concentramos en la realización personal. Abundan los libros de autoayuda, de técnicas de relajación, de meditación trascendental; las guías sobre cuidados del cuerpo, los remedios contra la crisis de la vida adulta, la psicoterapia, etc.
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Hemos perdido los ideales, parece que es posible vivir sin ellos. Recordad la propaganda de la agencia de viajes en París: "En un mundo totalmente cínico, una sola causa merece que usted se movilice por ella: sus vacaciones".
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Estamos sometidos a una avalancha de informaciones y estímulos, y vagabundeamos de idea en idea, hacemos zapping sin cesar, y oyendo la radio cambiamos de emisora en emisora.
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El pensamiento no se fundamenta: asistimos a la aparición de famosillos, como la chica del “Papa llama”, la del “No cambié”, y su novio calvo con el perejil, “la Veneno” y demas personajes de este extraño retablo, junto con algun que otro famosito imbécil que habla en la tele en los programas del corazón, sin mucho sentido y completamente carente de seso (no confundir con sexo) pero ante quien muchisima gente parece caer embobado. No sabemos adonde vamos, pero conocemos a la perfección el numero de infidelidades que fulanito ha causado a menganita y a zetanita.
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En las relaciones personales no queremos compromisos serios, sino ser independientes, y nos refugiamos en el cool sex, sin querer establecer relaciones duraderas.
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No queremos “complicarnos la vida”, y hemos perdido la conciencia del sacrificio; e igualmente se nos ha olvidado que detrás de los grandes logros humanos ha habido tambien esfuerzo y trabajo. Un ejemplo reciente: preguntadle a Nadal, y sus 5 horas ante Federer.
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Inevitablemente, el imparable impulso de la ciencia ha propiciado la perdida de confianza en la religión.
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Pero, atención, y eso me resulta completamente incomprensible: parece que “retornan los brujos”. Existe un extrañísimo auge del esoterismo y de las ciencias ocultas (quiromancia, cartomancia, astrología, videncia, cartas astrales, cábala, pitagorismo, teosofía, espiritismo). En Francia, por ejemplo, hay más de 50.000 consultorios de pitonisas, videntes, tarotistas, etcétera. En los Estados Unidos, los astrólogos se acercan a 175.000.
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Por si fuera poco, también se ha perdido confianza o la familiaridad con la razón y con la capacidad de raciocinio. Preferimos ver la televisión a leer, y no queremos pensar mucho, no sea que nos duela la cabeza. Insisto en que hablo en general.
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¿Hacia donde vamos? Como no me llamo Rappel ni Aramis Fuster no tengo ni idea. El panorama no me gusta demasiado. Todo es muy rápido y vertiginoso, y lo que hoy parece eterno y duradero, en 10 años es tan obsoleto y “demodé” como el baúl de los recuerdos de Carina (o Karina, ya no recuerdo si se escribia con C o K...).
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Y haciendo una inevitable comparación, muchas veces me pregunto: Si la historia ha ido tan deprisa, ¿entonces por qué duró tanto Roma, ese adorable Imperio, a lo largo de siglos, miles de años, desafiando el paso del tiempo, viendo pasar decenas y decenas de generaciones, una tras otra, engrandeciéndose cada vez más, llegando al climax en las Ciencias, en el Derecho, en la Arquitectura y Escultura, y en las demás Artes, y porqué supieron afrontar perfectamente el eterno problema de la paz interior del ser humano? ¿Por qué duraron tanto tiempo? Porque el instinto natural del ser humano siempre ha sido el mismo, solo cambia la epoca y la tecnología.
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Solo la fuerza de la naturaleza pudo con Roma. El mundo entero tuvo que unirse para destruirla. Como decia Montesquieu: “Roma se engrandeció porque tuvo la suerte de que las naciones la atacasen una tras otra, y las guerras fueron sucesivas, no simultáneas. Roma fue destruida porque todas las naciones le atacaron a la vez y penetraron por todas las partes”.
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A mi me inspira Roma; a ti puede inspirarte Grecia, y a aquel los Persas, Hammurabi, los Mayas, o la China. Es igual. El caso es que me resisto a dejarme llevar por el inmovilismo y por el derrotismo, pienso que todavía podemos hacer algo entre todos.
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Se pueden hacer muchisimas cosas, y desde muchas perspectivas. Poniendo aquí mi granito de arena, a mi se me ocurre que quizás podriamos empezar con lo más sencillo, la historia, y usar éstas sencillas reglas que propongo: si nos dejásemos de tanta tele-basura y re-descubriéramos un poco las costumbres y los hechos que hicieron grandes a las civilizaciones, el modo en que reaccionaron los grandes personajes ante la adversidad, (que siempre la habido, esto no es el paraiso ni nunca lo será), y examinando los hechos o circunstancias que cambiaron el mundo, y su por qué, a lo mejor podríamos rescatar algunos instrumentos que, salvando las epocas, quizás nos fueran útiles para afrontar algunas dificultades.
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La lista está abierta a sugerencias.
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Saludos.
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9 comentarios:

Ericarol dijo...

La historia, mi materia favorita en la escuela. Personalmente me gusta la Segunda Guerra Mundial, la forma en que las personas sobrevivieron a la guerra y reconstruyeron todo un continente. También me gusta la monarquía inglesa, sobre todo Elizabeth ??? la hija de Ana Bolena. En realidad, creo que todas las épocas tienen su grandeza y sus personajes ilustres. Mira a Ingrid Betancourt, ella será parte de la historia de nuestros años. Dale un chance a este siglo que apenas empieza. Abrazos.

Esther dijo...

Yo creo que esta tenía que ser la época de pensar menos en nosotros y pensar más en nuestro planeta. Lo hemos sobreexplotado en la era moderna, este sistema de vida no funciona porque lleva a un fin a un plazo medio, a quedarnos sin recursos, provocar catástrofes naturales debido al sobrecalentamiento del planeta.
Yo últimamente pienso mucho en qué será de las generaciones de nuestros hijos, nuestros nietos en este planeta, qué futuro les espera.. ¿merece la pena tener hijos? yo aún no tengo pero es que viendo el panorama entre cómo está la sociedad , violencia, egoísmo, consumismo y encima el planeta cada día más agotado no sabes si vienen al mundo a ser felices o a sufrir, o si se convertirán en parte de esa sociedad egoísta pese a la educación que se les dé.

Y aparte como bien dices había que echar una vistra atrás para ver los modelos de conducta anteriores que funcionaron y revisar nuestros fallos para no volver a cometerlos.

Besos ecológicos^^

ALAS DE MI LIBERTAD dijo...

Con mas valores humanos y menos ambición ,seria la base para hacer un mundo mejor,besos amigo,buen post

GABRIELA dijo...

Cuando empezé a leerte supuse q encontraría sólo un relato de una noche de desvelo.
Pero me encontré un texto mucho mas rico e intenso de lo que hubiera esperado.

Buen post, pequeño...

Te beso...

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

ERICAROL: Ojala todos le dieramos ese chance a este siglo que empieza. Un abrazo.

ESTHER: Comparto tu preocupación por el ecologismo, me parece un tema muy importante. Besos.

ALAS: Tambien de acuerdo contigo, querida amiga. Cuidate, ok? Un beso.

GABRIELA: Linda Gabriela, desde Argentina, muchas gracias por tu amable comentario. Te leere a menudo, ok? Un abrazo.

Lycans Laqueus dijo...

Antes de que llueva, tienen que pasar miles de factores antes. De la misma manera, no creo que haya un motivo único para esta era tan (no encuentro el adjetivo exacto) diré "rara".

No podemos dividir nuestra sociedad como la romana, maya,etc. porque ahora es más compleja.

No podemos usar sus costumbres, porque los usos y costumbres se crean con su duración en el tiempo.

No podemos usar su derecho ni justicia primaria, porque la variedad de aspectos a "enjuiciar" es mas amplia, aunque nos sirva de base.

(corrígeme si me equivoco en lo que he dicho).jejeje

No podemos comprometernos con las mismas causas porque nuestras "guerras" son otras y porque nos castraron de la reinvidicación cuando nos lo dieron casi todo hecho. Reivindiquemos lo que queremos, carajo!!!

Y sin embargo ahora que tanto tenemos, solo buscamos proteger nuestro trocito de pastel y q se aguante el que viene detrás.

Creo que somos sobre todo: EGOISTAS.

PD: cada día me haces pensar más. Me quedaré pensando en este post un ratito más.

Lobo.

María dijo...

Gracias por compartir este post, el cual creo que debemos aprender mucho de él, sobre todo yo, que no tengo ni idea de historia, pero que es muy interesante lo que dices en él, y me has hecho reflexionar.

Un beso.

La sonrisa de Hiperion dijo...

El hombre no va, solo transita. Y para lo poco que hacemos, tan malamente, que mas nos valdría quedarnos quietos.
Saludos

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

LYCANS: de acuerdo contigo. No se trata de copiar las civilizaciones antiguas, yo se que eso es imposible; pero si que podemos rescatar una cosa: el espiritu de sacrificio y de esfuerzo con el cual se enfrentaban a las dificultades. No se lo daban todo hecho, no, tenian que buscarlo ellos. Un abrazo.

MARIA: Gracias a ti. Un beso.

HIPERION: De acuerdo contigo otra vez (oye, estoy deseando llevarte la contraria alguna vez, sabes? jejej). Hacemos poco, por no decir nada. Saludos.