Era muy bella. En sus ojos se concentraba toda la fuerza del cosmos; y al andar sus movimientos armoniosos, elegantes y suaves, tenían el encanto de un campo de espigas verdes mecido suavemente por el viento en una soleada tarde de primavera. Obviamente, se enamoró perdidamente de ella, y juntos vivieron una tórrida historia de amor. En aquellos momentos el hubiera dado cualquier cosa por haber estado toda su vida con ella. Pero la injusta vida los separó, y el tiempo lo quemó todo, como un mal viento solano, de modo que todo pasó y quedó como un fantasma en el recuerdo, como una sombra del pasado; como un instante ya vivido y expirado.
Muchos años después la volvió a ver, a la salida de aquel restaurante. El iba con su esposa y ella iba colgada del brazo de otro hombre, su marido seguramente. Salía feliz, sonriente, hablando fluidamente con él.
De pronto, los ojos de ella se cruzaron con los de él; y la sonrisa de la dama desapareció lentamente, pero concentró su mirada, muy fijamente, en él.
En medio del gentío, nuestro hombre la perdió. Y la vida siguió su curso. Pero los rescoldos de aquella hoguera se le agitaron por un instante, y los recuerdos regresaron del pasado, afluyendo lentamente e inundando su alma con el dulce perfume del recuerdo del amor de juventud.
El instante de aquella mirada…le hizo sentirse joven y vivo de nuevo. La luz que destilaron los bellísimos ojos de aquella mujer le dijo muchas cosas y le pareció mucho más divina que la luz de una noche estrellada. El había vivido aquello, la había amado. Y había recordado.
Aunque una solitaria lágrima, hija de la melancolía, corrió fugaz y casi imperceptiblemente por sus mejillas. Y si bien no temía a la muerte, cuando recordaba el pasado siempre tenía esa sensación porque, aunque soñador, era muy consciente del paso del tiempo y de que los bellos momentos no volverían jamás…La fugacidad del tiempo le atormentaba y le recordaba que él algún día también partiría…aunque una cosa lo consoló: él se llevaría aquella mirada y se la guardaría siempre, muy dentro de sí.
De pronto, los ojos de ella se cruzaron con los de él; y la sonrisa de la dama desapareció lentamente, pero concentró su mirada, muy fijamente, en él.
En medio del gentío, nuestro hombre la perdió. Y la vida siguió su curso. Pero los rescoldos de aquella hoguera se le agitaron por un instante, y los recuerdos regresaron del pasado, afluyendo lentamente e inundando su alma con el dulce perfume del recuerdo del amor de juventud.
El instante de aquella mirada…le hizo sentirse joven y vivo de nuevo. La luz que destilaron los bellísimos ojos de aquella mujer le dijo muchas cosas y le pareció mucho más divina que la luz de una noche estrellada. El había vivido aquello, la había amado. Y había recordado.
Aunque una solitaria lágrima, hija de la melancolía, corrió fugaz y casi imperceptiblemente por sus mejillas. Y si bien no temía a la muerte, cuando recordaba el pasado siempre tenía esa sensación porque, aunque soñador, era muy consciente del paso del tiempo y de que los bellos momentos no volverían jamás…La fugacidad del tiempo le atormentaba y le recordaba que él algún día también partiría…aunque una cosa lo consoló: él se llevaría aquella mirada y se la guardaría siempre, muy dentro de sí.
Saludos
29 comentarios:
Ay amigo, los recuerdos, las historias de nuestra vida, con su sabor a veces dulce y otras amargo, cosas que se dejan de hacer y quedan ahí como algo que pudo ser hermoso, pero.....quizá no, quizá hubiera sido aburrido, quien sabe, de todos modos, bonita historia, un beso amigo Cornelivs
aquellas miradas que nunca olvidaremos...
que dulce y triste historia, hoy me llega profunda, los amores son eternos, mientras duran, y como dice el refran donde hubo llama...
muchas gracias cornelivs por tus bellas palabras... GRACIAS
un besazo y un abrazo hoy más fuerte que nunca.
Los momentos que nos hicieron felices,los llevaremos siempre en el alma...Y el primer amor nunca se olvida.Besitos.Silvi.
Cornelivs que vida tiene esta historia. Preciosa.
Besos y amor
je
Muy bonita historia llena de melancolía... es duro asumir que el tiempo pasa y que lo vivido ya nunca lo volveremos a vivir. Un abrazo
Hermosos escritos, una historia triste pero a la vez alegre, los recuerdos de un pasado que no volverán.
Que mirada más penetrante como espada de doble filo, entro hasta las entrañas de todo su ser. Que hermoso ojos y en verdad que los ojos son las ventanas del alma y una mirada nos puede decir mil cosas en un solo instante y por eso muchas miradas quedan ahí, impregnadas en todo nuestro ser, hasta el ultimo día de nuestras vidas.
Saludos
El error que cometemos es olvidar el anterior ...y la verdad que lo idela es "integrarlo" a tu nueva vida de pareja...
Un abrazo, y que tengas un buen finde Cornelivs!
ali
Ay, Cornelivs, pero si justamente la fugacidad del tiempo es la prueba de eternidad.
El pasado es pasado, o eso dice el lenguaje poético y sabio del trigo agitado que describes.
Un abrazo.
¡Que bello Cornelivs!!!
Los bellos momentos existen en nosotros, son tesoros que acumulamos en la vida.
Dichoso el que los ha acumulado, pobre de espíritu, el que de ellos esté vacío.
Pero no creo que deban producir tristezas, todo lo contrario, saber que así, de bello, deberías seguir sintiendo, viviendo en el presente.
Y sino...replantearnos nuestra vida.
Un besote amigo, me ha encantado tu texto.
Gizz
Ciertamente, èsta es una preciosa historia.
Guardamos en nuestro corazòn historias, a veces inefables, pero que palpitan con fuerza; como es el caso de la bella historia que nos brindas hoy.
Me alegro de ser amigo de una persona de intensos y nobles sentimientos, como tù.
Enhorabuena por tus escritos: la calidad y la pasiòn de hombre comprometido son su leit motiv; su alma.
Fue un lujo conocerte en tu pueblo el dìa que pasè para Cazorla. Gracias por mencionarlo en tu post del paseo motoril-dominical.
Espero noticias tuyas sobre tu visita a Priego.
Un abrazo de un buen amigo
Hay ojos que no nos dejan olvidar su mirada...
Como yo siempre digo, los ojos también hablan y sus palabras llegan tan lejos como las que nos entran por los oídos,
Un besote
¿Por qué será que todos llevamos dentro una mirada? Una de las cosas más horribles es cuando nos damos cuenta de que nadie nos ha mirado de verdad, desde hace tiempo.
Excelente texto.
Hola Cornelius:
Pienso que la situación narrada, es y ha sido bastante frecuente en la vida de muchas personas. Aquel recuerdo, mirada, ..., de los primeros años queda indeleble en la mente de todos y nos sirve de referencia para la comparación actual de nuestros éxitos o fracasos...
Pero la vida continúa y el ayer es noltalgia.
Un cordial saludo,
Luis
Wenas!! Muy bonita la historia. Hay sucesos que siempre recordaremos y que estarán presentes en nosotros incluso inconscientemente.
Saludos!!
Hermosa y triste historia, pero se siente el amor de todas formas
Un abrazo
Noe
Siempre tenemos recuerdos que nos hacen sentir añoranza...Un abrazo amigo...
Hay veces q cuando reencontramos a alguien es porq los círculos de la vida nos dan una jugada muy extraña...
creo q tengo q acostumbrarme a eso últimamente me ha pasado muy seguido... aunq daría la vida por q me pasara con alguien especial... ese alguien especial...
un beso grande!
Querido Cornelivs
Una bella mirada con tristeza, pero hermosa esta historia. Nunca se olvida esos momentos vividos todo queda atras en el tiempo... Ese amor fue totalmente fugaz.
Me encanto pasar por aquii amigo.
Un abrazo fuerteee, saludos.
Nuestros recuerdos estan llenos de miradas.. las nuestras y las ajenas...Y curiosamente es cerrando los ojos que las recuerdo, todas..
Precioso y emotivo Relato, Cornelivs.
Un beso.
Solemos idealizar lo que ya fue llevándolo al podio de lo perfecto, cuando es muy probable que si aquellas historias hubiesen continuado su desarrollo no hubiesen sido tan ideales como los que hoy suponemos. Quizás el recuerdo de lo que ya no es tiene su ventaja: siempre conservará esa nostalgia de lo idealizado para que esté con nosotros cuando queramos evocarlo.
Muy emotivo el texto!
Saludos!
Que relato más bello. Quién no apuesta por vivir un instante supremo? Aunque después haya desgarro.
Al final el recuerdo o como muy bien lo describes tu "él se llevaría aquella mirada y se la guardaría siempre, muy dentro de sí" es el sustrato que nos va quedando. Es la esencia.
Precioso.
Un beso
Recuerdos de lo que fue, y de lo que pudo ser, un pasado que siempre acecha en las esquinas, a veces nos abraza, otras nos golpea...
Buen finde!
Al menos le queda el recuerdo de la mirada profunda y azul de esos ojos, que todo lo traspasan.
Por cierto, hay miradas que llegan al alma, pero asustan.
Linda historia. Besos desde Brasil, amigo.
Benedetti, dijo algo así como... el olvido está lleno de memorias. Es cierto, cuando a veces nos asalta sin pedir permiso y nos envuelve en su paraíso perdido, ebrio de nostalgias. Gracias por visitarme y tus palabras. Un beso.
¡Ainssss! Ese amor de juventud... ¡qué bonito! Que buenos recuerdos.
Excelente relato. Un besote
Esa mirada no habrá quien se la robe jamás. Esos momentos eternos son los que debemos guardar con más cariño y alegría.
Un abrazo.
hola!uh el pasado que nunca se va del todo...una mirada que trae recuerdos no idos...
tu historia es triste....me mato ....
besotes silvia cloud
cuánto nos puede decir una mirada...cuántos recuerdos pueden evocar...recuerdos que se nos quedan...pues lo vivido será inmortal...más el cuerpo, vehículo del alma...se quedará...
un post genial cielo...mil besos!!!
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