Todos nos hemos tropezado en alguna ocasión con el machote, ese típico desalmado de lengua rapida y mente lenta que, copa en mano, no hace sino presumir de su presunta virilidad sin escrúpulo alguno, delante de otras personas, y siempre a costa de la reputación de alguna criatura del lindo sexo que no tiene la culpa de nada y que a lo mejor ni siquiera lo conoce. Algunos, incluso van acompañados de su corte de fieles aduladores.
Los conceptúo como pobres idiotas sin mucha masa encefálica, por no decir ninguna; y si alguna tienen, por un extraño error de la naturaleza, está ubicada unos veinticinco centímetros más abajo del ombligo, y no donde debiera. Es muy fácil detectarlos, pues huyen de su complejo de inferioridad compensándolo con sus soñados éxitos, y tratan de tapar sus deficiencias conceptuándose a si mismos como grandes seductores. Y el caso es que estos tontos casi se creen sus propias mentiras, lo cual no deja de ser una figura que raya en una patología psicológica.
Su conversación es pobre y absurda, y son muy propensos a hacer juicios temerarios sobre el prójimo, porque obviamente piensan que los demás son tan cortos mentales como ellos y que se mueven con sus mismos patrones. Estos ingenios resfriados tienen tendencia compulsiva a hablar siempre del mismo tema, sexo, sexo y más sexo, y cuando se cansan cambian de tema y para relajarse hablan de sexo otra vez, que coñazo más mayúsculo, siempre obsesionados con lo mismo, como si no hubiera más cosa en este mundo, como los pavos picoteando en el mismo montón. Su inmadurez psicológica y su ego aniñado no les permite comprender que si bien el sexo es algo maravilloso en el ser humano (y celestial en mi opinión si además va acompañado de amor en la pareja), no obstante es una necesidad mas entre muchas, y creo que no hay que darle ni mas ni menos importancia que la que tiene, sin perjuicio de que cada uno tenga derecho a pensar como quiera.
Y que conste a todos nos gusta mirar a las bellas chicas cuando pasan por la calle, es algo natural y se hace sin malicia, casi instintivo. A lo mejor comentamos “¡oye, has visto que belleza?" O bien, "¿uff, esta buena eh?” Pero ahí se acaba la cosa, cinco, diez segundos, alguna broma, algun chiste rapido y luego, sin darle la mayor importancia, seguimos con el mismo tema de conversación que teniamos antes. Pero es que estos tontos palurdos las miran a todas, sin importar la edad de la chica, y siguen hablando de la chica, de su prima, de su vecina y hasta de su abuela como si les fuera la vida en ello, incluso hasta mucho después. “Que pesaos…”. Como para hacer un viaje largo en autobús a su lado: ¡qué martirio! Incluso muchos (y esto es peor), ya están entrados en años, con lo cual se supone que no deberian ya dedicarse a ir haciendo el indio por ahí, cosa que hacen muy a menudo.
Algo de culpa de esta especie de sobreexaltación social del sexo la tienen los medios de comunicación y la publicidad, que saben que hay muchas mentes endebles que se abollan fácilmente; para anunciar un coche, un perfume, unas vacaciones, un detergente, una promoción inmobiliaria, o unos simples tomates salen en la televisión y en los carteles chicas absolutamente preciosas y esculturales. ¡Que puñetas tendrá que ver una linda y escultural chica con los tomates o con comprarse un piso! Jamas de los jamases lo he entendido, no veo la relación, que alguien me lo explique.
Con esa incesante necesidad de autoafirmarse, ellos mismos se han delatado: ni la mitad de la mitad de la mitad de lo que tanto cacarean. Y sobre todo, aun en el supuesto de que verdaderamente sea un seductor y tenga éxito con las chicas, ello no le autoriza a pregonar su intimidad, porque al hacerlo esta pregonando tambien la intimidad de otra persona. El mero hecho de pregonarlo ya le quita todo el merito, en el hipotetico caso de que alguno tuviere, cosa que dudo.
Personalmente pienso que el que verdaderamente vale ni lo cacarea ni necesita demostrárselo a nadie, porque él ya lo sabe. Con eso le basta.
Por eso no me gustan las generalizaciones ni los topicos, porque todos los hombres, afortunadamente, no somos iguales, ni muchísimo menos.
Recuerdo que en Granada, hace dos años, presencié en cierto restaurante una no pequeña discusión que se suscitó entre algunas personas a propósito del periodo final de la virilidad masculina y de la reacción que ello provocaba a quien lo experimentaba. Salió a colación la famosa anécdota que circula por ahí (no se si real o ficticia, seguramente algunos la habréis oido) de cómo afrontaron tal evento el famoso cineasta Buñuel y el no menos famoso torero Belmonte.
Uno de los contertulios comentó que al parecer, y digo “al parecer”, cuando ya viejos comprobaron que no experimentaban erecciones y que en definitiva, su potencia sexual había pasado a mejor vida, la reacción de ambos fue muy diversa: El torero se pegó un tiro porque ya no se consideraba hombre. El cineasta por el contrario hizo una fiesta, al verse por fin liberado de la esclavitud de las pasiones.
Mi sorpresa mayúscula fue el comprobar que algunos, con la cara desencajada por el pánico, opinaron que harían…¡lo mismo que hizo el torero!
Saludos.
Los conceptúo como pobres idiotas sin mucha masa encefálica, por no decir ninguna; y si alguna tienen, por un extraño error de la naturaleza, está ubicada unos veinticinco centímetros más abajo del ombligo, y no donde debiera. Es muy fácil detectarlos, pues huyen de su complejo de inferioridad compensándolo con sus soñados éxitos, y tratan de tapar sus deficiencias conceptuándose a si mismos como grandes seductores. Y el caso es que estos tontos casi se creen sus propias mentiras, lo cual no deja de ser una figura que raya en una patología psicológica.
Su conversación es pobre y absurda, y son muy propensos a hacer juicios temerarios sobre el prójimo, porque obviamente piensan que los demás son tan cortos mentales como ellos y que se mueven con sus mismos patrones. Estos ingenios resfriados tienen tendencia compulsiva a hablar siempre del mismo tema, sexo, sexo y más sexo, y cuando se cansan cambian de tema y para relajarse hablan de sexo otra vez, que coñazo más mayúsculo, siempre obsesionados con lo mismo, como si no hubiera más cosa en este mundo, como los pavos picoteando en el mismo montón. Su inmadurez psicológica y su ego aniñado no les permite comprender que si bien el sexo es algo maravilloso en el ser humano (y celestial en mi opinión si además va acompañado de amor en la pareja), no obstante es una necesidad mas entre muchas, y creo que no hay que darle ni mas ni menos importancia que la que tiene, sin perjuicio de que cada uno tenga derecho a pensar como quiera.
Y que conste a todos nos gusta mirar a las bellas chicas cuando pasan por la calle, es algo natural y se hace sin malicia, casi instintivo. A lo mejor comentamos “¡oye, has visto que belleza?" O bien, "¿uff, esta buena eh?” Pero ahí se acaba la cosa, cinco, diez segundos, alguna broma, algun chiste rapido y luego, sin darle la mayor importancia, seguimos con el mismo tema de conversación que teniamos antes. Pero es que estos tontos palurdos las miran a todas, sin importar la edad de la chica, y siguen hablando de la chica, de su prima, de su vecina y hasta de su abuela como si les fuera la vida en ello, incluso hasta mucho después. “Que pesaos…”. Como para hacer un viaje largo en autobús a su lado: ¡qué martirio! Incluso muchos (y esto es peor), ya están entrados en años, con lo cual se supone que no deberian ya dedicarse a ir haciendo el indio por ahí, cosa que hacen muy a menudo.
Algo de culpa de esta especie de sobreexaltación social del sexo la tienen los medios de comunicación y la publicidad, que saben que hay muchas mentes endebles que se abollan fácilmente; para anunciar un coche, un perfume, unas vacaciones, un detergente, una promoción inmobiliaria, o unos simples tomates salen en la televisión y en los carteles chicas absolutamente preciosas y esculturales. ¡Que puñetas tendrá que ver una linda y escultural chica con los tomates o con comprarse un piso! Jamas de los jamases lo he entendido, no veo la relación, que alguien me lo explique.
Con esa incesante necesidad de autoafirmarse, ellos mismos se han delatado: ni la mitad de la mitad de la mitad de lo que tanto cacarean. Y sobre todo, aun en el supuesto de que verdaderamente sea un seductor y tenga éxito con las chicas, ello no le autoriza a pregonar su intimidad, porque al hacerlo esta pregonando tambien la intimidad de otra persona. El mero hecho de pregonarlo ya le quita todo el merito, en el hipotetico caso de que alguno tuviere, cosa que dudo.
Personalmente pienso que el que verdaderamente vale ni lo cacarea ni necesita demostrárselo a nadie, porque él ya lo sabe. Con eso le basta.
Por eso no me gustan las generalizaciones ni los topicos, porque todos los hombres, afortunadamente, no somos iguales, ni muchísimo menos.
Recuerdo que en Granada, hace dos años, presencié en cierto restaurante una no pequeña discusión que se suscitó entre algunas personas a propósito del periodo final de la virilidad masculina y de la reacción que ello provocaba a quien lo experimentaba. Salió a colación la famosa anécdota que circula por ahí (no se si real o ficticia, seguramente algunos la habréis oido) de cómo afrontaron tal evento el famoso cineasta Buñuel y el no menos famoso torero Belmonte.
Uno de los contertulios comentó que al parecer, y digo “al parecer”, cuando ya viejos comprobaron que no experimentaban erecciones y que en definitiva, su potencia sexual había pasado a mejor vida, la reacción de ambos fue muy diversa: El torero se pegó un tiro porque ya no se consideraba hombre. El cineasta por el contrario hizo una fiesta, al verse por fin liberado de la esclavitud de las pasiones.
Mi sorpresa mayúscula fue el comprobar que algunos, con la cara desencajada por el pánico, opinaron que harían…¡lo mismo que hizo el torero!
Saludos.
8 comentarios:
Hay tantos fantasmas por el mundo, qué ya se pierde la cuenta hay una frase que los califica muy bien, que es dime de que presumes y te diré de que careces, esos hombres son prepotentes y con complejos, no saben ni tienen otro tema nada mas que el sexo, al fin y al cavo son digno de lástima, buen post cornelivs y mas viniendo de un hombre, besos
No soy una persona que se alegre de los males ajenos... pero yo que soy mal cristiano y pecador (se peca lo que a uno le dejan que peque, no más), que quieren que les diga... Se me pone media sonrisilla mala en la boca cuando un fanfarrón (del tipo que hablas en post) da un traspié. Por si las moscas: Ave Cornelivs, los que tropiezan (esperemos que poco), te saludan.
Por desgracia, suelo encontrarme todos los días con alevines de estos especímenes en clase entre mis alumnos. Pero, claro, los pobres es lo que aprenden de cuanto les rodea en muchos casos. Encima, del que no es así se ríen. Y luego crecen y es más complicado remediarlo.
No había tenido la oportunidad de pasar por aquí, hasta ahora, y creo que llegué en un buen momento.
Quién eres ? dónde estás? aquí no hay muchos como tú :D
Completamente estoy de acuerdo contigo, Machotes, por acá hay muchos, diría yo, de 10, 9 son machotes, qué horror!!!!
Así es mi México querido. En fín...
Este si que es un muy buen discurso. Los machos existen y siempre existirán, por que para nuestra mala suerte como que es algo hereditario, se aprende desde pequeños y ya no hay nada qué hacer. Yo me he topado con muchos, por todos lados y sí que me llena de impotencia. QUÉ NO PIENSAN QUE LA VIDA VA MÁS ALLÁ QUE UN HOMBRE ARRIBA DE UNA MUJER TRATANDO DE LUCIRSE (SEGÚN ÉL) CUANDO EN REALIDAD LA MUJER ES LO ULTIMO QUE QUIERE.
Por lo que dices de la generalidad, creo que me has leído le mente. Yo no creo en eso, creo fervientemente en las excepciones, siempre hay gente buena, de buenos modales, de ideales concretos, con misiones en la vida, quienes aún piensan, filosofan, y saben el buen vivir...Te felicito eres una gran excepción.
UN ABRAZO, MIL GRACIAS POR PASAR POR MI BLOG ESTOS ULTIMOS DÍAS.
hiperion, de acuerdo contigo e ingenioso como siempre. yo tambien soy muy mal cristiano, jejej, pero bueno, intento hacer las cosas lo mejor posible.
Camachuelo. Asi es.
Bueno, bueno, de mexico lindo viene lilus kikus, otra nueva amiga! Bienvenida, espero verte de nuevo, gracias por tu visita.
SALUDOS A TODOS
Que bien los has descrito y con firmeza y temple los has dejado en el sitio que les corresponden.
Estoy completamente de acuerdo con lo que cuentas. Y aunque por fortuna nunca he experimentado la falta de potencia, el día que llegue no haré una fiesta como Buñuel, pero lo asumiré como se merece: con naturalidad.
Un abrazo
Gracias amigo. Otro abrazo para ti.
Impecable como siempre mi dulce amigo. Sabés? estoy harta de estos capullos...abundan también en la web... Creen que por el hecho de ser mujer y solitaria por elección una caería a sus pies... Y otro punto, hay tanta conducta tonta en mi género que algunas alimentan su estupidez. Incluso llegan a sentirse ganadoras cuando el guanaco les dedicó dos minutos de su tiempo y tan dulces como falsas palabritas... huecas!
Abrazotes enormessss... Te quiero!(y sabes que no lo digo fácil)
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