Crueldad

El muy buen post que ayer publicó nuestra amiga Alas de mi libertad, titulado ”Mi esperanza de la humanidad” (haced clik aquí), cuya lectura os recomiendo para que entendais el motivo de mi post de hoy, me ha traido a la memoria muchas escenas presenciadas por quien suscribe. Y por seguir con el mismo tema, os propongo un juego. Para no cansaros os relataré solo dos escenas reales acontecidas en diversas ciudades de nuestra Andalucía, tal y cual las presencié, desnudas pura y simplemente, y si os parece bien, me dais vuestra opinión, os parece?

Escena Primera. En cierta ocasión varios desalmados propinaron una paliza a un hombre, ignoro el motivo, de suerte que se quedó mal de la cabeza. Perdió su entendimiento. Se le veia dar paseos de un sitio a otro, solo con su sempiterno cigarro en la mano. Este hombre estaba mal, pero era completamente pacifico y no se metía con nadie. Era el tipico tonto o cuasi tonto al cual los niños y los no tan niños gustan de decir cosas para enojarlo.

Cuando le decian “J.R.” (“jotaerre”), este hombre perdia los estribos, y te respondia a grandes voces con lindezas como ésta (las cito literalmente): “hijo de puta”, “cabrón”, “tu puta madre”, “tienes más cuernos que setenta mil venados”, y otras más irreproducibles, que la vergüenza me impide transcribir, pero lo decía chillando y enojado, y a veces se agachaba haciendo el ademán de coger una piedra para tirarsela a los vociferadores que lo insultaban. Las personas lo rodeaban, (¡jotaerre!,¡jotaerre!”), y él respondia con su sarta de insultos e improperios a grandes voces que se oian incluso a distancia, tenia buena garganta. Aquello hacia reir muchisimo a todos los espectadores, los cuales parecia que se regocijaban con aquello.

La primera vez que presencié dicha escena, la catalogué como “cómica”, no sabia de que iba la película. Pero cuando me enteré de la vida de este hombre, de la causa de su trastorno y de que solo se trataba de un pobre enfermo, me indigné. Pregunté por qué se ensañaban con él. Me responden (no se por qué, acaso para acallar su conciencia) que es “porque a él le gusta que le digan j.r.”. ¡¡¡Vaya, que considerados!!! El caso es que a mi nunca me dio la impresión de que al infeliz le gustara.

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Y esa fue la escena real que presencié: los niños haciendo coro, insultando a este pobre infeliz con diversos epítetos, y cuando veian que no se enojaba bastante, entonces le decian “J.R.”, y con eso la pobre victima perdia los estribos. La tragedia fue cuando comprobé que ya no eran niños las personas que insultaban al pobre infeliz, tambien habia muchas personas mayores de edad, adultos, que se reian inmisericordemente con el espectáculo, incluso parecia que disfrutaban viendolo enojado, qué bien que se lo estaban pasando. Me retiré asqueado.

Escena Segunda. Un pobre hombre de unos 40 años, enfermo de las piernas, sube una Avenida empinada, ayudado de su andador metalico. En una terraza cercana hay diez o doce personas, la mas joven tendrá cosa de 20 o 22 años, todos mayores. El hombre caminaba muy despacio, con un andar espástico, propio de las personas que tienen graves deficiencias en los miembros inferiores y que necesitan un andador. Su caminar era trágicamente lento. En esto, que el grupo que esta sentado en el bar, empieza a reirse, y a decirle: “cojo”, “pero no corras tanto, que te vas a matar…”, todo acompañado con una buena dosis de grandes risas y carcajadas. Aquello me dio nauseas.

¿Qué nos impulsa a actuar asi? ¿Por qué? Desde luego, creo en el ser humano, pero a veces algunos me lo ponen muy difícil.

¿Qué opinais vosotros?

Saludos.