"Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado" (André Gide)
"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendería con mi vida tu derecho a expresarlo" (Voltaire)

"La religión es algo verdadero para los pobres, falso para los sabios y útil para los dirigentes" (Lucio Anneo Séneca)
"Cualquier hombre puede caer en un error, pero solo los necios perseveran en él" (Marco Tulio Cicerón)
"Quien no haya sufrido como yo, que no me de consejos" (Sófocles)
"No juzguéis y no sereis juzgados" (Jesús de Nazaret)
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01/05/2025

BUSCANDO LA ALEGRIA DE VIVIR


Vivimos en un mundo tecnologicamente muy avanzado pero, paradójicamente, muy atrasado espiritualmente. En esta frenética sociedad de la información ultrarápida e instantánea, veo que el ser humano vive mas cómodamente que nunca porque lo tenemos todo, sin embargo  la pregunta es: ¿somos  mas felices que antes? Y la respueta que me surge es un rotundo NO. Hablando en general, y sálvese quien pueda,  estamos muy desorientados. Dirigimos nuestra atención hacia afuera, hacia la comodidad, hacia los bienes materiales, hacia lo superficial y  lo rápido; buscamos los “likes” rapidos y mientras mas mejor; si tienes mil o cinco mil “likes” crees que eres alguien, y si no piensas que no eres nadie. Vivimos pendientes del parecer ajeno, de los “influencers” y de la inmensa galeria de mercachifles y toreros de salón que hay por ahi; y no nos damos cuenta de que hemos esclavizado nuestra propia felicidad: la hacemos depender de los demás. 

Nos quedamos en la forma de las cosas y no penetramos en el fondo. Y lo que es peor: no nos damos cuenta de que lo mas precioso que tenemos no hay que buscarlo fuera: está ya dentro de nosotros, lo que pasa es, eso,  que hay que buscarlo. Y mucha, muchísima gente, tristemente, llega al final de su vida  sin darse cuenta.

¿Y que es eso que tenemos dentro? Te animo a que lo descubras por ti mismo/a. Si dejas de dirigir tu atención hacia el exterior continuamente, buscando la aprobación externa, y la diriges hacia tu interior, puede que te lleves una inmensa sorpresa.  Puedes descubrir muchas cosas.

Por ejemplo, puede que un buen dia te des cuenta de que el mero hecho de estar vivo ya es, por si mismo, un auténtico regalo,  un regalazo. Se nos ha dado todo sin pedir nada a cambio.  No hemos pagado nada por estar aquí, todos los días abrimos los ojos gratis. Nacemos, respiramos, andamos, nos sentamos, corremos, comemos, bebemos, hacemos el amor, dormimos, disfrutamos: estamos aquí. En resumen: el Universo nos ha creado,  gratis, y para mi eso es la máxima manifestación del amor de Dios (llamalo, si lo prefieres,  “Energía Creadora”)  hacia sus criaturas, como nosotros.

Yo pienso que la vida es maravillosa, pero tiene un problema que nos impide disfrutar de ella: nuestro ego.  Nuestros padres, abuelos, y anteriores generaciones, podrían alegar su ignorancia como excusa,  pues la alfabetización completa de la sociedad solo llegó a España  en el Siglo XX, en definitiva, ellos NO eran responsables.

Sin embargo, nosotros no podemos alegar ninguna ignorancia porque tenemos el móvil en las manos, tenemos el mundo de la información en nuestras manos; y si no hacemos uso de esa magnifica oportunidad para aprender cosas nuevas y evolucionar como seres humanos, o hacemos un mal uso de ese conocimiento y de internet, los únicos responsables seremos nosotros, y solamente nosotros.  

Por tanto, si  buscas en internet un poquito, te darás cuenta y descubrirás  que la felicidad humana no termina de llegar porque hay un enemigo suelto desde hace miles de años, que se encarga de hacernos desgraciados: nuestro  ego, el cual es definido por la mayoría de los autores como la construcción mental que hacemos -en nuestra mente- de nosotros mismos, esto es, una identidad que nosotros mismos nos forjamos y que basamos en nuestros pensamientos, recuerdos, roles sociales, creencias, logros, fracasos y etiquetas como “yo soy esto” o “yo no soy aquello”.  Es decir, es  el “yo” que creemos ser, pero que en realidad no somos en esencia. Es una especie de personaje, una careta o un disfraz que nos creamos para movernos por el escenario del mundo, y  que muchas veces, por desgracia,  se apodera de toda nuestra conciencia.

Nuestro ego nos quita la alegría de vivir porque nos desconecta de la realidad tal como es y de nosotros mismos en nuestro estado más auténtico.

Y es que el ego es terrible,  he aquí alguna de su fechorías: busca validación externa de modo constante, el ego necesita ser aprobado, admirado, reconocido (y esto nos mantiene atados a la opinión de los demás y nos hace vivir en función de expectativas externas, lo que genera ansiedad y frustración); además, siempre se apega a la imagen del “yo”, pues el ego construye una identidad rígida: "yo soy exitoso", "yo soy fracasado", "yo soy diferente", etc, con lo cual defender esa imagen consume mucha energía y genera sufrimiento cuando la realidad no encaja con ese ideal; además, nos hace competir en lugar de conectar, pues el ego compara, juzga, envidia, y en vez de disfrutar el presente o celebrar a otros, siempre está viendo quién tiene más, quién vale más, lo cual  bloquea la empatía y la gratitud. Por si fuera poco, el Ego reacciona desde el miedo y la carencia, el ego teme perder lo que tiene o no obtener lo que desea, y vive en un modo de defensa o ataque, lo que impide sentir paz y gozo interior. Por si fuera poco, y no contento con esto, el ego nos desconecta del presente, siempre está en el pasado (culpa, rencor) o en el futuro (ansiedad, expectativas).  

Que se lo pregunten a mi admirado Séneca, que en su tatado De la tranquilidad del alma" (De tranquillitate animi), ya decía que los animales salvajes, cuando no están siendo perseguidos, disfrutan de una paz natural y estan tranquilos,  mientras que los seres humanos, incluso en ausencia de peligros inmediatos, se perturban a sí mismos con recuerdos del pasado y temores sobre el futuro.

El ego NO tiene en cuenta, ni sabe, que la alegría de vivir solo se encuentra en el aquí y ahora.  Estar aqui y ahora, plenamente presentes. ¿Te duele algo ahora mismo? No. ¿Tienes todo lo que necesitas ahora mismo? Si. Entonces, ¿cual es nuestro problema ahora mismo?  No mañana ni pasado, ¡ahora mismo ¿cual es tu problema?!  Ninguno ¿verdad? ¿Entonces, por que no disfrutamos mas de las pequeñas cosas que la vida nos regala  a cada instante,  como p. ej., el placer de comerse un buen plato de manitas  o unos esparragos trigueros con unos buenos amigos  bebiendo un buen vino, o dar un paseo por la playa, o hacer deporte,  o ver una buena pelicula, o mil ejemplos más como estos?

Y soltar el ego no significa dejar de tener identidad, sino liberarnos del sufrimiento.  

Por ejemplo, podríamos empezar  preguntándonos cada dia varias veces: ¿Quién soy yo? Diras: yo me llamo fulano/a de copas, vivo en la calle tal, de tal ciudad, mi profesión es tal y cual, tengo esposo/a y tantos hijos. Bueno, esa es tu etiqueta externa o tu disfraz social, pero no eres tu. Despójate de todo eso que crees ser y piensa: aparte de eso, ¿Quién soy yo realmente, quien soy yo de verdad? ¿Quién más vive dentro de mi?

Comprobaríamos que al  dejar de identificarnos con lo que no somos realmente,  regresan la paz, la autenticidad y una alegría que no depende de las circunstancias.

Los estoicos y los budistas aconsejan superar nuestro ego de varias maneras: primeramente, observándonos sin juzgarnos. La conciencia es el antídoto del ego. Cuando observas tus pensamientos, emociones y reacciones sin juzgarte, creas una distancia entre “tú” y el ego. Ejemplo: en vez de decir “soy una persona impaciente”, dices “hay impaciencia en mí ahora”. En segundo lugar,  practicar la presencia con atención plena. Dado que el ego vive en el pasado o el futuro, el presente lo desarma. Cuanto más presentes estamos (con la atención puesta en lo que hacemos, sin distracción), menos poder tiene el ego. Una buena práctica seria hacer cualquier tarea al dia,  con plena atención, sin prisa, concentrados en lo que estamos haciendo. En tercer lugar, cultivar la humildad y la gratitud, y ojo,  porque la humildad no es pensar menos de ti, sino pensar menos en ti.  En cuarto lugar: aceptar las cosas como son. Hay que aceptar lo que es, como es. El ego lucha contra la realidad: quiere que las cosas sean como él desea. Trascenderlo implica aceptar las cosas como son, sin resignación, pero sin resistencia mental. En quinto lugar, hay que conectar con algo mas grande que nosotros. Y es que el  ego se cree el centro del universo. Sentirnos parte de algo más amplio (la naturaleza, una comunidad, la conciencia universal) lo relativiza, con lo cual quizás sea bueno dedicar  tiempo a actividades que nos conecten con lo sagrado, lo natural o lo colectivo: estar en la naturaleza, ayudar a otros, practicar silencio, arte o espiritualidad. Y en sexto y ultimo lugar, aceptar nuestros defectos. El ego es soberbio y orgulloso y suele rechazar las partes de ti que no encajan en su “imagen perfecta”, por lo cual solo integrando tu sombra (tus miedos, defectos, heridas) puedes liberarte de su control. P. ej., podemos hacer una lista de cosas que criticamos en los demás, y preguntarnos: “¿Esto existe también en mí?”  

Superar el ego es un arduo trabajo, es un camino de conciencia, que puede durar toda una vida, y no es una meta que se alcanza de una vez, sino progresivamente. Cada paso que damos en esa dirección nos trae mas paz, libertad y verdadera alegría.

Podríamos dejar un rato el móvil y pensar más en estas cosas, pero, claro, necesitamos tiempo. Y ese es el problema, que no tenemos tiempo. ¿No tenemos, o es la excusa que nos buscamos? Porque si algo nos interesa de verdad, si que encontramos tiempo.

 Yo, desde luego, llevo años inmerso en un proceso de completa demolición de mi propio ego, y cada ladrillo que tiro al suelo, me da más felicidad.  Por eso mi consejo es: no tengas miedo a perder tu ego.  ¡¡¡Animo!!!  Es falso que no puedas vivir sin tu ego:  lo real y verdaderamente correcto es todo lo contrario;  se puede vivir perfectísimamente sin él, y  de hecho seremos mucho  mas felices de lo que lo somos ahora.

 ¿Tienes dudas? Esto es bueno. Busca entonces, analiza, investiga, teclea en Google o en cualquier buscador, o en Chat GPT, Youtube, Wikipedia, etc,  información sobre el Ego y como  superarlo; estudia a autores como Séneca, Marco Aurelio; y mas contemporáneos, los maestros espirituales tibetanos  -magnificos- como Jamyang Khyentse Chökyi Lodrö, Nyoshul Khenpo, Dudjom Rimpoché, Dilgo Khyentse Rimpoché,  el propio Dalai Lama y tantos y tantos otros; grandes comunicadores como Mario Alonso Puig o Manuel Sans Segarra, a los que admiro, y que con sus conferencias y sus libros están haciendo una magnífica labor de difusión y concienciación social -te animo a que los sigas-;  de todos ellos he tomado ideas en las que me he basado para la elaboración de esta entrada.  

 Permíteme que termine haciéndote una pregunta. Estamos hartos de comer, y de beber. Lo tenemos todo. Y sin embargo, parece que no terminamos de ser felices del todo, es como si no sintiéramos vacíos por dentro. En muchas ocasiones, el personaje que crees ser (tu identidad social, tu etiqueta, tu ego) ha conseguido hoy lo que queria, en el trabajo, en la casa, donde sea. Te sientes completo, pero dura poco esa felicidad, porque pronto vuelve esa sensacion de soledad y de vacio. ¿No has tenido esa sensación?  ¿Si? Entonces  ¿Por qué no buscamos algo más? ¿No sera que el Ser interior que habita dentro de ti esta llamando tu atencion? Si lo tienes todo y has conseguido tus objetivos, ¿porque no terminas de ser feliz al 100 %, que mas quieres, que mas necesitas?  Y,  ¿por que no miramos un poco mas hacia nuestro interior y no hacia fuera? 

La respueta, como siempre, la tienen los sabios que nos precedieron, muchos de los cuales ya he nombrado antes, y como no, nuestro  Jesus de Nazaret: No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios."  Y si quieres otro ejemplo, Séneca (lee la epístola 17 a Lucilio, si no me crees) dijo lo mismo con otras palabras; también vió que merecia la pena seguir la senda de la iluminación espiritual:  "Cuánto mejor lo que aquí se promete: ¡la libertad perpetua y no vernos obligados a obedecer a ningún dios ni a ningún hombre! Hemos de alcanzar esta meta, aunque sea pasando hambre."

¿Te animas?  ¡Es una busqueda apasionante...!

Saludos.

Pablo J. Gámez Rodriguez.

18/04/2025

UNA ORACION DEL S. XXI



Tengo sesenta años cumplidos, y  he acumulado el bagaje experiencial propio de la edad. No obstante, sigo aprendiendo cosas cada día,  mantengo vivo mi interes y mi curiosidad, y afortunadamente aún no he perdido mi capacidad de asombro.  Eso si, mientras más cosas aprendo, más me doy cuenta de lo poquito que sabemos y de lo inmenso que es el Saber.  Como decía Aristóteles, “cuanto mas sabes, mas te das cuenta de que no sabes”.

Hablemos del mundo del Espiritu. Entre los numerosos maestros que me han enseñado a avanzar por la dificil pero gratificante senda de la espiritualidad humana  figuran  primordialmente mis estoicos (Séneca,  Marco Aurelio y Epicteto) asi como los maestros Lama tibetanos; y como no,  ayer, hoy y siempre  Jesus de Nazaret.

Por ello tras más de veinte años leyendo y releyendo en mis ratos libres a todos estos sabios, y tras meditar y remeditar sus enseñanzas, he compuesto la ORACION que vas a leer y que transcribo al final.  Me apresuro a indicar que es una oración  muy personal   que  llevaba gestándose dentro de mi algun tiempo y que me atreví a poner por escrito hace ya algunos dias. Es una peticion que formulo al Padre Universal, Creador de todas las cosas, o si lo preferís, a esa Energia Universal que es la causa-centro-primera de todo lo creado. Llamadlo como queráis.  Tiene influencias de todas esas corrientes de pensamiento.  

Como apreciareis,  he procurado darle un toque personal, por eso hablo en primera persona, la he enfocado como un coloquio directo que sostengo con mi/nuestro Padre Universal.  Y lo llamo "Padre" con la intencion de sentir su cercania, como Jesús, que llamaba a su Padre como "Abba" (se podria traducir, segun muchos autores, por el popular término "Papá"). ¿Razon de su publicacion?  Muy sencilla: ayudar a quien quiera tener alguno tipo de contacto con lo Trascendente. Y aunque el coloquio con Dios es algo muy personal de cada uno,  aqui está el mio, y lo publico con la mejor de mis intenciones,  a fin de que os pueda servir y ayudar como a mi, sin perjuicio de que cada persona pueda personalizar su propia oración. 

¿Por que? Porque estoy firmemente convencido de que todos los seres humanos de este mundo, sin distinción de raza, somos hermanos y que el mundo es una aldea global, las fronteras solo son eso, una línea imaginaria en el mapa. Todos nacemos y morimos del mismo modo, y sentimos las mismas necesidades, no solo materiales, sino espirituales.  Séneca dijo en uno de sus textos que su patria era el mundo entero. Yo, dos mil años después, tambien lo pienso. 

Además, porque entiendo también que no solo es válida como oración, sino también como un ejercicio de autoafirmación personal ante la locura de este mundo frenético en el que vivimos, en un intento por traer a nuestras vidas lucidez, serenidad y paz mental y emocional: merece la pena, ya lo creo,  emprender el camino en busqueda de la paz mental y emocional.  Blaise Pascal, un autentico genio matemático y filosófico, ya lo advirtió  en 1.670, cuando escribió que "la infelicidad del hombre se basa solo en una cosa: que es incapaz de quedarse quieto en su habitación".  Ya entonces llevaba razón, y creo que ahora aun más. 

Y es que en esta sociedad que -por desgracia- no puede vivir  sin móvil y en la que todos parecemos huir de la soledad y, lo que es peor, de nosotros mismos, es un  gran logro dejar de mirar hacia el exterior, y comenzar la apasionante busqueda personal del auténtico y genuino  Tesoro -lo escribo con mayúscula-  que todos tenemos muy dentro de nosotros y que los grandes sabios que nos precedieron supieron vislumbrar.  

Gran búsqueda esa, ya lo creo. ¡Animo, merece la pena!  "Pedid y rercibireis, llamad y se os abrirá, buscad y encontrareis", dijo Jesús. Apaguemos un rato el movil y demonos un paseo por ahi, en soledad, o bien hagamos un poco de Meditación, Yoga, Mindfulness, o similares.  ¡Al menos podremos encontrarnos con nosotros mismos! Vivimos en medio de millones de estimulos con la atencion siempre hacia fuera,  lo cual creo que es un error; pues, sin olvidar que el ser humano es un ser social, obviamente, creo que de vez en cuando debemos de mirar tambien hacia nosotros mismos, hacia adentro; a ver si somos capaces de quedarnos quietos en nuestra habitacion un buen rato, contrariamente a lo que decia  Baise Pascal. 

En todo caso, reivindico el placer de una buena conversacion sobre estos temas, como las que he tenido ultimamente con mi  buen amigo F.H., con el cual he comentado algunas ideas de esta Oración, y que me ha aportado sus puntos de vista.

Mi oracion dice asi:
ORACION

"A Ti, Padre, creador de todos los Universos, de todo lo visible e invisible y de todo lo que en ellos se contiene.

Envíame tu Reino, el Reino de tu Luz y de tu Espíritu. Abre mi mente y mi visión del mundo y hazme capaz de captar las realidades espirituales que existen mas allá de nuestra corta y miope percepción sensorial.

Dame tu luz y purifica mi cuerpo, mi corazón, mis palabras, obras y pensamientos; conviérteme en un Ser lleno de tu luz.  Bendice mi vida y purifica y limpia mi mente de todos sus prejuicios e impurezas, para que sea capaz de comprender y apreciar quienes somos de verdad, y no lo que este loco mundo consumista quiere que creamos que somos.

Dame tu serenidad; concédele la Paz a mi mente y a mi espíritu, líbrame   de toda perturbación interior, y dame fuerza para afrontar las dificultades de la vida.

Cumplase siempre tu voluntad, y dame la serenidad necesaria para aceptar lo que no puedo cambiar, el valor para cambiar lo que si puedo cambiar, y la sabiduria necesaria para apreciar la diferencia. 

Dame cada día el pan necesario, y no solo el alimento que el cuerpo necesita, sino fundamentalmente el alimento espiritual que precisa nuestro Espíritu y el Ser interior de Luz que todos estamos llamados a ser.

Concédeme la iluminación y la sabiduría para saber comprender y discernir el mensaje de los grandes maestros que nos han precedido, asi como los misterios que mi mente no alcanza.

En comparacion con tu Inmensidad, somos tan poca cosa que no se como podemos ofenderte. No obstante, ten misericordia de mí y perdona mis ofensas hacia Ti y hacia mis hermanos. Dame humildad para pedir perdon cuando lastime a mis hermanos, y concédeme la luz del espíritu para que sepa ver a los demás con caridad y amor como lo que son, mis hermanos. Enséñame a perdonar a quien me ofenda,   dame sabiduría y amor para perdonar y no me dejes caer en el rencor.

No me dejes caer en la tentación del desánimo, cuando me veas caído, ayúdame a levantarme y a seguir caminando con alegría e ilusión.

No me dejes caer tampoco en la tentación del necio orgullo del materialismo cientifico, ni en ninguna forma de materialismo;  no permitas que me seduzcan los mensajes del “tanto vales cuanto tienes”, ni las proclamas ensalzadoras de la fama, belleza,  dinero ó poder,  cosas efímeras y caducas.

Dame sabiduría, Padre, y concédeme la virtud de la coherencia para poner en práctica mis convicciones; dame valentía para predicar no con palabras, sino con mi ejemplo.

Líbrame de todos los males de este mundo y no dejes que me seduzcan con su mensaje. Líbrame de mi Ego, presumido y egoísta,  de sus apegos, de los miedos que me inspira y de todas sus asechanzas; líbrame de mi orgullo, de mi avaricia, de mi ira y de todos mis demás defectos. Dame pureza de intención.

Al amanecer de cada dia, inspirame gratitud, dado que la vida es un regalo y nos lo has dado todo sin pedir nada a cambio.

Haz que viva esta vida con alegría y con esperanza, Padre mio. Y cuando llegue mi hora de partir, dame una muerte tranquila, y permite que emprenda el viaje con plena conciencia, y con alegría y esperanza."

Saludos.

En Jódar, a 18.04.2025.

Escrito y Publicado por Pablo Jesús Gámez Rodríguez.

 

27/02/2025

La pregunta

 

Pienso que el devenir histórico del ser humano a través de los siglos, debería de haber sido un proceso tendente al crecimiento y evolución espiritual de la persona. Y todos conocemos aquella gran verdad de que  “no solo de pan vive el hombre” pero nos empeñamos en vivir a espaldas de esa verdad y compruebo con tristeza que estamos haciendo el proceso inverso, nos estamos embruteciendo con el tsumani de materialismo y consumismo que nos invade, y tambien con nuestro individualismo. 

Hoy te propongo hacerte reflexionar. Deja tu mente en blanco, y olvidate del móvil por un momento.  Relajate. Te voy a proponer una simple pregunta, con animo de hacerte pensar un poco. Vas a elegir entre dos cosas que vamos a considerar como incompatibles  entre si, es decir, que si te quedas con la una, has de renunciar a la otra. La pregunta es esta:  Si te dieran a elegir entre ser RICO y ser FELIZ  ¿ tu que elegirias?

Para responder a la pregunta:

1.- No valen evasivas del tipo “ambas cosas no son incompatibles, se puede ser rico y feliz”, no. Hemos quedado en que son magnitudes incompatibles, has de elegir entre una y otra, en eso esta el quid de la cuestión.

2.- Tampoco valen otros subterfugios del tipo: “ya soy feliz, ahora quiero ser rico”, que no, déjate de trampas; o memeces del tipo "el dinero da la felicidad, si tienes dinero puedes conseguir todo en este mundo", que no, tu eres mucho mas listo que eso, dejate de trampas, pues que yo sepa, el dinero ni puede comprar el amor y cariño de verdad, ni puede comprar o hacer que regrese  la juventud perdida, ni puede comprar la salud, ni puede comprar la sabiduria; un tonto con dinero no deja de ser un tonto, aunque lo llamen "Don Tomas", en vez de "Tomas".

3.- Tampoco valen otros recursos para evadir la pregunta, como considerar que dinero y felicidad no son, por si mismas,  incompatibles, pues la realidad es que son incompatibles en la mayoria de los casos, de hecho, cuando llegas a  ser rico, no se acaban tus preocupaciones,  sino que cambias unas preocupaciones por otras, y a no ser que seas alguien especial, el dinero suele esclavizar a la gente.

4.- Resumen: Se sincero al responder, elige una cosa ú otra. La pregunta tiene por objeto que seas sincero contigo mismo y pienses y medites si para ti es mas importante poseer bienes materiales, o ser feliz.

EPILOGO. Recuerda que en este mundo se puede ser un perfecto desgraciado teniéndolo todo, y se puede ser feliz sin tener absolutamente nada, abre tu mente y mira por ahí y veras que hay muchos ejemplos.  Piensa 5 minutos al dia en esto, no mas, te aseguro que es un ejercicio muy saludable.

Además,  recuerda que desnudos nacemos, y desnudos hemos de partir cuando llegue nuestra ultima hora.   Entonces, ¿Qué?

Pablo J. Gamez Rodriguez.

21/10/2024

Conversaciones matutinas


Muchas mañanas  tomo café con mi buen amigo Fernando en Casa Blas, y  antes de irme para mi Despacho a cumplir con mis obligaciones hablamos un buen ratito sobre muchos temas, pero fundamentalmente sobre  la vida y  sus cosas. En muchas ocasiones, tras saludarnos, comenzamos asi:

-¡Otro dia mas, amigo …!

            -Si, vamos con otro.

 Parece una nimiedad, pero no lo es;  es bueno recordar lo obvio de vez en cuando,  abrir los ojos por la mañana, sentirse sano, respirar aire limpio y comprobar que es gratis, esto es, que es un regalo, que nada hemos pagado por estar aquí es algo que, al menos para mi, es un gozo indescriptible: te hace comenzar el dia con entusiasmo y alegria.

En nuestra última conversación, lo noté un poco impaciente en la búsqueda de respuestas a las eternas preguntas sobre quienes somos realmente o por que venimos a este mundo:  “¿Quién soy yo?”   “¿Por qué o para qué venimos aquí?”   El ser humano lleva haciéndose estas preguntas miles de años, lo cual es algo completamente normal y propio de nuestra especie, los humanos somos curiosos por naturaleza, queremos respuestas y las buscamos. Desde que somos bebes recién nacidos abrimos los ojos de par en par, y no hacemos mas que mirar y remirar a todos lados, y a todo lo que nos rodea; luego, al crecer, la curiosidad va en aumento.  Bueno, ahora, con la revolución tecnológica, el ser humano localiza las respuestas mucho mas rápidamente que antes, pero no sucede lo mismo con las respuestas a esas grandes y eternas preguntas: parece que la solución tarda en llegar.  

Y desde luego que es  bueno hacerse esas preguntas, y mas que bueno, estupendo y deseable, pues es señal de crecimiento espiritual  y de que uno está evolucionando.  Como  hemos estado mucho tiempo siendo y actuando de una determinada manera,   con la madurez  y la experiencia que traen los años  es normal que cambiemos de rumbo  y que ya no nos agraden las cosas que nos gustaban cuando éramos mas jóvenes. Además  “el jamón ya está mas que mediado”, y como ya queda menos para la hora de partir, llega un momento en la vida en la que el ser humano se  relaja y se hace estas preguntas. Quiere saber.

Sin embargo, creo que hay que tener paciencia. Recuerdo que le dije a mi buen amigo, que no es posible beberse el océano de un trago, primero porque es demasiado grande, y en segundo lugar, porque si hay que beberselo, mejor hacerlo sorbo a sorbo, poco a poco.  No se hizo Roma en un dia, y la búsqueda a esas eternas interrogantes, a veces, dura toda la vida, pero más que estar triste por no hallar respuestas, pienso que hay que estar contento porque haya nacido dentro de nosotros esa curiosidad y ese deseo sincero de buscar la verdad, pero no la verdad que nos enseñaron (con su buena fe, por supuesto) quienes ya se fueron,  o que tradicionalmente se ha considerado la verdad. Hablo de LA VERDAD, con mayúsculas.  Somos como recien nacidos al mundo del espiritu, bendita curiosidad esta que ha nacido dentro de nosotros.  Y defiendo que la paciencia tiene su premio, como la semilla, que cae en la tierra y germina, tardará mas o menos tiempo, pero al final nace una nueva planta, eso es seguro. 

En nuestro caso  tenemos todos los ingredientes necesarios:  primeramente tenemos la semilla, es decir, nuestra duda; también contamos con el agua, es decir, nuestro deseo sincero por encontrar la verdad; y por último contamos con algo muy importante, que es el  abono,  es decir, somos espíritus afortunadamente libres y no seguidores (ni esclavos -intelectualmente hablando-) de ninguna corriente política o religiosa.  Lectores e investigadores: de muchas, y todas son bienvenidas, pues todas (budismo, estoicismo, cristianismo, y un infinito etcétera) aportan su granito de arena, y lo que es sorprendente, se parecen en el fondo muchísimo mas de lo que pudiera parecer a primera vista; pero no somos seguidores acérrimos de ninguna, pues la verdad tiene muchas caras.   “Prefiero morir de pie antes que vivir de rodillas”.  Sabes perfectamente quien lo dijo, y eso se llama LIBERTAD,  tener libertad de criterio y de pensamiento, amigo mío, eso si que es un tesoro inapreciable.

Pero hay que tener paciencia, al final, como la semilla termina germinando, la respuesta terminará llegando, estoy convencido, pero como muchas generaciones  han marchado de aquí sin terminar de encontrar la respuesta, por si tu y yo no la encontrasemos, te recuerdo la frase que dijo quien tu también sabes:  “Bienaventurado el que busca, aunque muera creyendo que jamás encontró”. 

Merece la pena tener seguir adelante y gozar del camino. Y  mas que agobiarse por no encontrar aún la respuesta, es decir, mas que preocuparse por la meta final, creo que lo mas inteligente es  -lo reitero- disfrutar del camino,  vamos buscando la verdad con corazón sano y espíritu libre que no es deudor de postulado ajeno: ¿No te da felicidad eso?

Como “el espíritu es fuerte pero la carne es flaca”, es normal impacientarse algunas veces,  a mi tambien me sucede de vez en cuando;  sin embargo corremos el riesgo de parecer lo que no somos: desagradecidos, es decir, como he dicho antes, parece que se nos olvida disfrutar del camino de la búsqueda.   Me explico. La vida es un regalo, se nos ha dado todo sin pedir nada a cambio. Y eso es el regalo de los regalos, el regalo por excelencia, deberíamos de recordarlo todos.   Por eso, pensando un poco este fin de semana en nuestra última  conversación, me doy cuenta de que  quizás (solo es un quizás) cuando nos preguntamos “¿Por qué o para que estoy aquí?”, es como si le preguntáramos al Creador  “¿Por que me has dado este regalo?”  “¿Por que me  has regalado esto?”  

Te pongo un ejemplo que se me ha ocurrido. Cuando éramos pequeños y nuestros padres nos hacían un regalo, lo hacían  con su mejor intención porque nos querían y deseaban vernos felices; y nosotros no preguntábamos porque nos lo habían regalado  (”¿Porque me has hecho este regalo?”) ni nos torturábamos buscando la causa de ello; simplemente abríamos los ojos de par en par, sonreíamos, y disfrutábamos ese regalo.  Cuando nos cansabamos del regalo, lo dejabamos y  nos dedicabamos a otra cosa. Pero  te pregunto: si el niño, despues de estar varios dias  con el regalo,  llega un dia y nos mira con cara compungida y nos pregunta: "¿Por que me has hecho este regalo?"  Es que algo ha pasado en la mente del niño, algo le hace sufrir; y la culpa no la tiene el regalo que se le dio para que lo disfrutara;  hay que ver que es lo que ha pasado en la mente del niño.

Los niños y esto lo defenderé siempre, son mas inteligentes que los adultos, el niño disfruta; pero el adulto, mas que  disfrutar de las cosas, parece preocuparse mas  por el porqué de esas cosas,  y/o por el propósito de la vida.

  Yo creo que a lo mejor no hay propósito:  la vida es un regalo en si, y como tal regalo, hemos venido aquí… a disfrutar de ese regalo que el Creador nos ha dado con su mejor intención.

           Y sobre todo, no olvidar algo fundamental, que nada traemos aquí, y que nada nos podremos llevar, pues venimos a este mundo "a querer a los demás y a que no quieran un poco, si hemos venido a otra cosa estamos equivocados". Y esta es una de mis frases de cabecera.  Por eso, yo creo  que la palabra mágica se llama “compartir”, y también hemos de no olvidar que todos los seres humanos somos hermanos, sin distinción de nacionalidad, raza, sexo, orientación política o religiosa…

            Y por último:  meditar un poco, apartar el móvil y darnos cuenta de estas cosas, lo cual ya es un gran logro. Y por último, practicar la coherencia.

Quizás sea la mente la que nos juega malas pasadas, y yo creo que hay que apaciguarla haciendo meditación, y vivir el presente con atención plena.  La mente siempre con su ruido mental, junto con nuestra  impaciencia, es un cocktel explosivo: nos sumerge en la ansiedad, y hace que la verdad se aleje de nosotros, y a lo mejor tenemos esa verdad mucho mas cerca de lo que pensamos.  Pero nuestro ego nos aparta de la verdad; y yo creo en el ser humano, en el fondo todo el mundo es estupendo, solo que no se nos damos cuenta de ello, porque estamos mas pendientes de nuestro ego que de quien somos en realidad.

A veces comparo la vida con un rio,  nosotros vamos por ese rio cada uno en nuestra canoa, tratamos de remar en una ú otra dirección, pero al final la fuerza de la corriente nos lleva por donde tiene que llevarnos.   En mi caso, he comprendido que cuando he tenido sufrimiento en mi vida ha sido por no aceptar la realidad de las cosas y querer remar en otra dirección distinta; cuando me he dejado llevar por la vida, he encontrado el sosiego y  la paz.  Y dejarme llevar por el rio es soltar los remos, o lo que es lo mismo, apaciguar la mente, y dejarse llevar por cada instante agradable que la vida te regala; pues haberlos los hay, y muchos: solo tenemos que apagar la mente un poco, y aprender a VER.

Y las respuestas… ya llegarán… y si no, ¡al menos somos libres!  Como decía mi adorado Séneca, estamos más cerca de la meta:  alcanzar la libertad perpetua,  sin ser esclavos de ningun hombre ni de  ningun dios”, objetivo que, decía él, se tenia que buscar por encima de todo.

Camarón lo dijo a su manera: “Volando voy, volando vengo, por el camino yo me entretengo”.  Date cuenta: no dice la letra de la canción que estaba deseando llegar a la meta, sino que se entretenía por el camino. Y yo creo que hacia muy bien.

Saludos.

Pablo Jesus Gamez Rodriguez.

29/03/2024

De la busqueda de la felicidad

Uno de los primeros recuerdos que tengo de mi niñez, es de un dia en que mi padre me cogió de la mano y me llevó a una casa cercana de mi barrio de Andaraje,  tenia que dar un recado a un trabajador  suyo, avisándole de que tenia que ir trabajar al dia siguiente sustituyendo a otro trabajador que había caído enfermo. Recuerdo que hacia frio, era la temporada de recolección de aceituna, meses de Diciembre/Enero.  Yo tenia unos 6 años aproximadamente.  Recuerdo perfectamente la escena como si la estuviera presenciando ahora mismo. Era una casa humilde, y llamamos a la puerta, salió la mujer de la casa, y nos dijo que entráramos, y yo presencié un ambiente muy diferente al de mi casa: alli habia amabilidad y cariño de familia,  estaban almorzando y esa casa irradiaba paz y alegría, allí se estaba agusto de verdad. Aquello era nuevo para mi y me conmovió de tal modo que  le pregunté a mi padre: "Papa, ¿nos podemos quedar aqui?" Yo no quería volver a mi casa: ¡quería quedarme allí!, en ese remanso de paz que por breves momentos había presenciado; pero lógicamente no pudo ser porque aquel no era el objeto de la visita, de modo que una vez dado el aviso,  nos volvimos a nuestra casa.



Ese recuerdo me ha perseguido toda mi vida.  Y ahora, con la madurez de los años, lo tengo mas vivo que nunca, sobre todo por lo que representa, como comprendereis a continuación.  Todos buscamos la felicidad, y la alegria de vivir,  pero en este mundo occidental en el que vivimos, el mundo materialista del consumismo y de los placeres y alegrías vanas y pasajeras,  parece que encontrar la felicidad es algo muy difícil.  Y asi ha sido durante toda la historia; generación tras generación se han sucedido a lo largo de la historia,  y parece que encontrar la felicidad es una misión imposible. Estamos rodeados de comodidades por todos los sitios; vivimos (tenemos la suerte de vivir) en el primer mundo, de modo  que no deberíamos de quejarnos. Entonces, si aparentemente lo tenemos todo, ¿porque estamos tan tristes?

Veamos. Cada dia nacen cientos y cientos de niños. Cada nacimiento es un triunfo de la vida, pero un "fracaso de la evolución", y lo digo porque nacemos como un lienzo en blanco: no sabemos nada, y tenemos que aprenderlo todo.  Al menos si  hubiesemos tenido la suerte de que la experiencia de las generaciones pasadas, o al menos una pequeña parte, pudiera pasar  -via cromosómica, por el ADN-, a la siguiente generación, no cometeríamos siempre los mismos errores; pero vemos que generación tras generación siempre tropezamos en las mismas piedras, y eso mis adorados Seneca y Marco Aurelio, al igual que muchos otros hombres y pensadores sabios,  lo sabian muy bien. Ademas,  tenemos otro problema añadido e inevitable: que la vida es muy corta, de modo que el tiempo de aprendizaje es, forzosamente, muy escaso.

Los maestros espirituales de oriente nos llevan, creo yo, cientos de años (mas bien miles) de ventaja en la búsqueda de la felicidad basada en la espiritualidad. Aquí, en este occidente tan detestablemente materialista en el que vivimos, nos empeñamos en poseer cosas, y en adobar y "enriquecer" nuestro Ego, ese falso yo interior que tanto nos perturba y que nos hace sufrir. Nos empeñamos en erróneos juegos y búsquedas mentales de la felicidad, cuando la verdad es mucho mas sencilla.  Tratamos de hacerlo todo con la mente y no nos damos cuenta de que ese es un grave error,  la mente, si,  es un magnifico instrumento que nos ha ayudado a sobrevivir como especie, y a saber intuir o pre-intuir posibles problemas o dificultades para anticiparnos a ellos, y que nos ha elevado por encima de las otras especies, pero ojo, no deja de ser eso: un simple instrumento a nuestro servicio. Y todos deberíamos de cuidar algo fundamental: cuidar muy bien de que la mente, que es nuestro mejor sirviente,  no se convierta en nuestro peor amo: eso no debemos de consentirlo, porque, insisto, la mente es muy  buen sirviente, pero muy mal amo, y como nos domine, estamos perdidos.  Además, la mente se nutre del ego (de nuestro falso yo, o sea, "eso" que creemos ser), y este de aquella: de ahi vienen todas las guerras, todos los odios, todas las envidias y males del mundo. Por si fuera poco, la mente, que de tantos peligros  y peligros nos ha librado, es una maquina de anticipar, siempre estamos anticipando o previniendo peligros, imaginarios peligros, potenciales situaciones desafortunadas que, por suerte, nunca llegan a materializarse, de modo que siempre estamos inquietos y preocupados por el futuro, el que comeremos, que beberemos de que hablaba Jesús de Nazaret olvidándosenos de que la eternidad toda esta en saber vivir intensamente el presente, que nuestro único patrimonio.

Aquel niño de 6 años que  quería quedarse en aquella casa feliz sigue viviendo dentro de mi, y lo mantengo vivo, hablo con él y procuro tomar nota de sus sabias sugerencias. ("No llego a comprender como siendo los niños tan inteligentes, los adultos son tan tontos, debe ser fruto de la educacion" -André Gide dixit-).  Sobre todo porque he aprendido, con los años, que mirar la realidad con corazón limpio (es decir, con la inocencia que los años nos van quitando)  y  sin prejuicio alguno, sin prejuzgar la realidad, es el primer paso para la felicidad.  "Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios" (Jesus de Nazaret).

 Una de las oraciones que mas  me ha conmovido es la oracion que Salomón le hizo a Yahvé.  Salomón  no pidió oro, ni plata, ni la muerte de sus enemigos, hizo la mejor de todas las oraciones posibles: pidió a Yahvé inteligencia y sabiduría para saber gobernar a su pueblo. Salomón pidió sabiduría y se le concedió todo, tanto lo que había pedido como lo que no.  Ello me recuerda el otro pasaje bíblico a que antes me he referido  del que comeremos y que beberemos, que tanto nos preocupa, como dijo Jesús: "mirad los lirios del campo, ni hilan ni siembran, y Dios provee a sus sustento. Buscad el reino de Dios y su justicia, y el resto se os dará por añadidura". Con los años que uno va cumpliendo ya, interpreto dicha  frase como una llamada a que, al igual que hizo Salomón, busquemos lo principal y nos dejemos de  buscar,  poseer, atesorar, tener  y disfrutar de banalidades materiales, caducas y efímeras, que nos dan migajas de felicidad, pero que nos alejan de la verdadera felicidad. Yo hago mia la oración de Salomón, y le pido sabiduría, no para gobernar a ningun pueblo, sino para gobernarme a mi mismo.   Y además, la voy a adornar con una pequeña perla de Jesús: "sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas", frase que lo dice todo, absolutamente todo, y que concilia dos extremos aparentemente irreconciliables: la prudencia y la sencillez. Bien, El lo hizo, y quizás por esos derroteros debería de transcurrir nuestro camino de búsqueda de la felicidad. Si os soy sincero, esa frase (prudentes como serpientes y sencillos como palomas) ha sido una de mis frases de cabecera, y he intentado  e intento vivir conforme a su mensaje,  vivir conforme a lo que pienso, no se si lo estoy consiguiendo, pero lo estoy intentando y, como decía Seneca, "aunque sea de lejos y arrastrándome sigo tras el camino de la virtud".

Yo creo que la verdad  esta en las cosas sencillas, y Jesus lo dijo:  "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla (S. Mateo 11, 52). Mientras mas vale una persona, mas sencilla es; y sin embargo, fijaros algunos/as con que aires de ridícula pomposidad van por la calle, olvidando que al final, con dos metros cuadrados, o menos, ellos y nosotros vamos a tener mas que de sobra.  Y no tengo ningun tipo de impedimento en confesaros esto: si la verdad se encuentra mas fácilmente con un alma sencilla, pido a Dios que me de un alma sencilla y limpia, para saber buscar y encontrar la Verdad, esa tan ansiada verdad que nos hará libres, como El dijo. Y como hoy es viernes Santo, recordemos a mi tocayo Saulo de Tarso, mas tarde conocido como Pablo (Epístola a Timoteo): "Pues nada hemos traido al mundo, como tampoco podremos llevarnos nada de él. Teniendo alimentos y con que cubrirnos, contentemonos con esto. Los que quieren enriquecerse sucumben a la tentación, se enredan en un lazo y son presa de muchos deseos absurdos y nocivos, que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición: porque el amor al dinero es la raiz de todos los males, y algunos,  arrastrados por él, se han apartado de la fe y se han acareado muchos sufrimientos. Tu, en cambio, hombre de Dios, huye de estas cosas. Busca la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre..."

Yo he experimentado una realidad: que la búsqueda de la felicidad va por el mismo camino, o muy cercano, al de la búsqueda personal de Dios; pero confundimos la senda, y buscamos fuera de nosotros, cuando estoy seguro de que debemos de buscar  dentro de nosotros. El camino de la felicidad, lo se, lo tenemos todos escrito en nuestro interior, en nuestra alma y en nuestro corazón, y no deberíamos de dejar  que nuestro pérfido falso yo (nuestro Ego) nos nuble el camino de la recta razón, ni oculte a nuestro Verdadero Yo interior.  Y no se si llegaremos, pero es una aventura maravillosa este camino de la búsqueda personal de Dios y de la felicidad: ¡merece la pena! Al menos, a mis casi 60 años he conseguido paz interior, lo cual para mi es un tesoro incalculable. Además, con el tiempo aprende uno a relajarse pues, que demonios, las hormonas no están ya como lo estaban a los 18 años, y la vida parece que transcurre mas plácidamente, o, al menos, contemplas las algarabías  y los espectáculos de este mundanal ruido con mas presencia de animo.  ¿No os parece? 

Ah, casi se me olvidaba, en este  Viernes Santo, os quiero dejar aqui una ultima reflexión sobre el perdón.  Traigo de nuevo colación a Jesus, que murió en la cruz perdonado a sus verdugos ("Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen"), mientras que nosotros nos pasamos toda la vida sin volver a dirigirle la palabra a aquella persona que en cierta ocasión hizo un comentario poco agradable, o por cualquier otra tontería similar. Ay, como somos...,  y no es que seamos malos, sino que nos equivocamos con demasiada frecuencia al permitir que las inquietudes y los rencores absurdos...nos quiten la alegria de vivir.

Por ello, cada dia, cuando amanece, podemos dar gracias al cielo por la suerte de haber abierto los ojos. Cada dia es un regalo. La vida es un regalo,  es gratis, se nos ha dado todo y no se nos ha pedido nada a cambio, parece una nimiedad, pero os invito a que lo meditemos un poco mas detenidamente: vereis como cambia nuestra perspectiva.   Cada amanecer digo con alegría: "Otro dia mas", es decir, otro regalo mas,  estamos aqui, tenemos todo o casi todo, y nada nos podremos llevar de aqui, de modo que, entonces, ¿Que mas queremos?   Si todos meditáramos sobre estas cosas, al menos 5 minutos diarios,  quizás fuéramos mas felices.  O como dije hace poco: si todos pensaramos de vez en cuando como se puede ser feliz sin tener nada, y como se puede ser desgraciado teniendolo "to"  -como dice la famosa cancion de Maria de la O-,  quizás fuéramos mas felices.

Hace poco publiqué en mi Facebook una foto, ese dia estaba solo en casa, y almorcé huevos fritos con ajos dorados en aceite de oliva, una cerveza y pan rústico, comida sencillísima, pero os juro que disfruté de lo lindo.  En el texto puse esto: "sencillez, humildad, paz, tranquilidad. Hay momentos en la vida en los que a uno...le sobra todo". Podéis verlo en mi Facebook.  Yo creo que esos momentos son  pequeños destellos de felicidad, prima hermana de la sencillez, y pariente muy cercana de la bondad natural de corazón que todos tenemos y que deberíamos de escuchar mas a  menudo.   Con una simple comida sencilla  y paz interior, uno puede ser feliz,  y sobrarle todo; por cierto, como en aquella casa tan humilde que visité con mi padre cuando yo tenia 6 años: tambien estaban comiendo huevos fritos. Y eran felices.


Saludos

Pablo J. Gamez Rodriguez

07/09/2023

Hominem te esse memento mori

Con el tiempo  la vida te va enseñando. Yo creo que lo mejor de todo es mantenerse con la mente abierta y dispuesta a aprender. 

El hombre se agobia por todo: por el exceso de trabajo y por la falta de trabajo;  si tienes mucho dinero por el miedo a perderlo, y si no lo tienes por el ansia de tenerlo; si hace frio porque te hielas, y si hace calor porque te asfixias; si me sale bien un asunto  estoy preocupado hasta que lo cobro; y si sale mal igualmente preocupado porque puede que no lo cobre; siempre tenemos la mente ocupada con nuestra disconformidad permanente con la realidad de las cosas, nos cuesta aceptar la vida como es;  y ademas, tenemos la mente pre-ocupada por la clásica pregunta del “que comeremos, que beberemos”; la incertidumbre hacia el futuro.

El pasado ya no nos pertenece, porque se fue; y el futuro aun no ha llegado, con lo cual es algo ignorado y desconocido. Nuestra única posesión es el PRESENTE, este instante en el que estoy escribiendo, este presente, esto sí que es mio y no lo que suceda mañana, pues a lo mejor esta noche me da un infarto y me muero. Y ahí esta el problema: no sabemos vivir el presente, que es lo único que tenemos. 

“No estéis todo el dia preocupados por  el que comeremos o que beberemos.  Buscad el reino de Dios y su justicia; y el resto se os dara por añadidura”. Sabias palabras  las de Jesus de Nazaret. Concibo esta famosísima frase como una invitación a buscar a Dios también dentro de nosotros mismos; es decir, esa chispa divina que hay dentro de nosotros. Encontrarnos a nosotros mismos, y luchar por ser cada dia mejores personas: ayudar a los demás, ayudarnos a  nosotros mismos, y luchar contra los vicios que atentan contra la virtud, como diría Seneca, que para mi son los 7 pecados capitales clasicos: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia, pereza. 

Tradicionalmente  la idea dominante en el pasado es la de considerar que esos pecados son ofensas contra Dios.  Yo discrepo de dicha interpretación, pues a mis 58 años muy bien cumplidos concibo dichos pecados capitales, no como pecados, sino como ofensas contra nosotros mismos y contra la  chispa divina que nos habita  y  como obstáculos/vicios que nos apartan de la felicidad. De la verdadera felicidad.  Y es que nos empeñamos en ignorar una gran verdad: que  venimos a este mundo sin nada y que sin nada  nos iremos, y además nuestro tiempo es muy limitado. Y como decía mi abuelo, “hay que ver que tontos somos;  para dos ratos que estamos aquí, lo que nos gusta molestarnos los unos a los otros”, y es asi.

Ademas, pienso que ofender a Dios no es posible, pues solo un igual puede ofender a otro igual. Nosotros somos chispas diminutas, criaturitas insignificantes  de muy corta duración, de modo que no concibo como podemos ofender a un Ser inmensamente sabio,  poderoso y eterno.  Salvando las distancias, creo que Dios, cuando contemple las locuras que a veces cometemos los seres humanos,  se apenará, pero no se sentirá ofendido, lo mismo que un padre  cuando contempla las locuras de su hijo pequeño se apena por él, pero no creo que se sienta ofendido. El mismo lo dijo en la Cruz: “Padre, perdonalos, porque no saben lo que hacen”. 

Yo pienso igual, la mayor parte del tiempo no sabemos muy bien lo que hacemos, y sálvese el que pueda: esta sociedad busca bienes secundarios, como placer y dinero, y se olvida del verdadero tesoro: la paz interior. Y  siempre  es nuestra propia injusticia la que se revela contra nosotros mismos. Luego es facil echarle la culpa al mundo, pero el mundo esta compuesto de personas, y  los unicos culpables somos nosotrosMe propongo a continuación hacer una lectura moderna de esos pecados, insisto en que yo los llamo mas bien vicios contra la virtudporque nos alejan de de la felicidad que proporciona la paz emocional.

Soberbia.  Un error muy humano, porque nadie puede ser superior a Dios, ni al universo, ni a sus semejantes tampoco; todos nacemos iguales, de modo que la soberbia la considero como una solemne tontería, hija directa de nuestra ignorancia y nieta de nuestra propia inseguridad.  Nadie es mas que nadie, todos somos hermanos. Y si tienes muchos bienes, y eres rico, recuerda que la riqueza no puede comprar el amor verdadero, ni puede comprar la salud,  ni la sabiduría tampoco, ni puede hacer retroceder la maquina del tiempo. Si una persona es tonta, no por tener dinero  es mas lista: un tonto con dinero, Ferraris, yates y demás posesiones, no deja de ser un tonto.

El soberbio es tan inseguro que tiene que estar continuamente demostrando a todos que es superior a los demas,  lo cual le conduce a la infelicidad permanente.  

Y nadie es mas que nadie: cada persona es única e irrepetible.

Avaricia. Otra tontería mas del ser humano.  Usando un simil, la vida es como un parque de atracciones donde hay muchas atracciones y juguetes diversos  y ademas, la entrada es gratis. No tenemos que pagar nada por entrar allí, podemos estar allí todo el dia disfrutando y pasándolo bien, si bien se les advierte a los niños que a las 10 de la noche cierra el parque, y tienen que regresar a sus casas, sin poderse llevar nada afuera; todo se queda en el Parque de Atracciones. Y asi es la vida: unos niños juegan y se divierten y pasan un dia fantástico,  pero lamentablemente hay otros niños más tontos que intentan acaparar los juguetes y demás enseres: se apropian de ellos y no quieren compartirlos con otros niños, ni comen ni dejan, ni  juegan ni dejan jugar. Finalmente, cuando cierra el Parque de Atracciones se dan cuenta de que todo se queda allí, no han disfrutado nada, y se van de allí vacíos, lo mismo que llegaron.

Muchas veces somos como esos niños que acaparan juguetes; están preocupados por quedarse con la máxima cantidad posible de juguetes, pero no juegan ni disfrutan, su único placer es acaparar y tener mas, olvidando que cuando sean las 10 de la noche tendrán que dejárselos allí, sin poderse llevar nada.

La avaricia, que también concibo como falta de generosidad, es uno de los peores vicios del ser humano. En vez de ayudarnos los unos a los otros, lo queremos todo; somos infeflices porque queremos mas y mas y mas;  si se pudiera monopolizar el sol, querríamos que luciera solo para nosotros y no para los demás. En vez de estar agradecidos con lo que tenemos, queremos mas y mas, en una permanente insatisfacción que nos aparta de la felicidad. No nos limitamos a poseer cosas, sino que son las cosas las que nos poseen a nosotros. Por si fuera poco, el mundo, con su ceguera, no ayuda,  recordad aquella canción: “Cuando yo tenia dinero, me decían Don Tomas; y ahora que no lo tengo, me dicen Tomás na'mas”.

Como decia Seneca, nuestro objetivo primordial deberia de ser  tener el espiritu sano  y paz interior. Las mismas razones que nos hacen aborrecer la pobreza, nos haran aborrecer a la riqueza; lo mismo que un enfermo que, viaje en un carro de madera o en un carro de oro, siempre lleva su enfermedad a cuestas; donde quiera que vaya lleva su mal a cuestas. 

 Mas vale ser que tener.  El dinero esta sobrevalorado en esta sociedad.

Lujuria. Los hombres y las mujeres nacemos con el instinto de acoplamiento, que se desarrolla a partir de la juventud y hasta la edad adulta, el fin del mismo es la perpetuación de la especie, yo lo concibo como un bello “instinto natural”, valga la redundancia.  La madre naturaleza lo ha puesto a nuestra disposición, para que lo usemos con cabeza y sentido común, no siendo recomendable caer en el exceso. Ademas, no  concibo el sexo sin amor, puede sonar muy arcaico o trasnochado,  pero hacer el amor por el puro y simple placer biológico de hacerlo, para mí es una solemne tontería pues despoja al amor humano de todo lo bonito y bello que tiene, y hace que no nos diferenciemos en exceso de las otras especies.   Si no hay amor de por medio es un pobre sucedaneo;  salvando las distancias,  como una sardina en lata,  se puede comer  pero la sardina natural es mucho mejor y mas rica.

Mucho antes del Cristianismo, Epicteto, Seneca y Marco Aurelio, con argumentos de muchisimo peso,  ya recomendaban  tener mucho cuidado con la promiscuidad sexual, y hago mias todas sus palabras. Y si alguien me dice que un buen polvo, de vez en cuando, es una delicia, yo estoy de acuerdo  pero siempre que actuemos conforme a la razón, y que el instinto lujurioso sea nuestro compañero esporádico de viaje y no nuestro guía permanente; debemos luchar por ser buenas personas, generosos con los demás, y comprensivos con todos nuestros semejantes y con sus defectos, pues todos los tenemos. Si en el camino se nos presenta un dulce, pues no lo despreciemos, pero no estemos todo el rato buscando dulces: actuemos con sentido común.  No se si me explico, esto es como un campo sembrado de trigo; ese es el cometido del hortelano, sembrar trigo.  En medio del trigo de vez en cuando nacen espontáneamente algunas amapolas y otras flores, que hacen mas bello el paisaje. Pues vale, disfrutémoslas, pero sin olvidar que  lo primero es lo primero, esto es, la paz emocional interior, y no buscar el sexo simplemente por tener sexo: hay que añadirle amor y sentimiento al tema.   Repito, llamadme arcaico, antiguado,  Tutankamón, o como queráis, pero yo pienso asi, que cada uno piense como quiera.

Ira. Otra tontería mas, que concibo como una pequeña locura pasajera. Hay que relajarse, no dejarse llevar y meditar fríamente las cosas, como decían los viejos, hay que contar hasta diez, el vicio de la ira es uno de los que mas daño nos pueden hacer, porque suele hacernos cometer errores, a veces, irreparables. Ademas, la ira nubla el buen juicio y nos impide apreciar las cosas como realmente son.

Gula.  Otro vicio que se comete por exceso, y que, junto con el anterior, si se buscan de modo desenfrenado  (por el intento del hombre de procurar la felicidad o momentos de placer)  nos pueden acarrear problemas. Recordemos que el placer que proporciona una buena  comida o un buen polvo es pasajero; en su mejor momento  se acaba y se va, y el breve chispazo de placer que nos ilumina se apaga pronto, volviendo a la oscuridad inicial.

Además, estos excesos, sin moderación ni precaución, pueden traernos las enfermedades que todos conocemos: la lujuria, enfermedades de transmisión sexual; la gula, diabetes, obesidad, etc.

Mejor buscar la luz interior de la paz del alma: aceptar la vida como es y vivir agusto con nosotros mismos.

Envidia.  Una de las mas profundas gilipolleces del ser humano, que nace de nuestro continuo intento por ser más que los demás, o de tener o acaparar más cosas que los demás, y que proviene de que nos cuesta mucho trabajo aceptar que la vida es muy breve, y que todo lo que comienza, forzosamente ha de terminar.  ¿Para que quieres tantas cosas, si al final has de marchar sin nada?  Se rico en felicidad y paz interior, y en comprensión con los demás, y te ira mejor.

Además, la envidia también viene porque queremos ser mas felices que los demás, y eso es dificilísimo porque siempre nos los imaginamos mas felices de lo que en verdad son.

Pereza.  Para mi, uno de los peores vicios, pues es la madre de todos los demás. Hay que estar siempre ocupado, bien en el trabajo, bien buscando buenos amigos/as y gozando de su compañía,  estudiando, una buena lectura, una buena película; hacer footing, ciclismo, gimnasio, lo que sea, pero hacer cosas; y sobre todo, intentar tener fuerza de voluntad y animo para terminar las tareas que nos propongamos hacer.

En la antigua Roma, cuando tras una guerra un general entraba victorioso en la ciudad en su carro triunfal, marchaba detrás de él un esclavo que  tenia el encargo de recordarle, durante todo el desfile, esta frase: “¡Respice post te, hominem te esse memento mori!” que en latin significaba: “¡Mira tras de ti, y recuerda que solo eres un hombre,  y que has de morir!”.

Esta frase es uno de los mejores disolventes  que conozco contra el orgullo humano, y cuando la leí, me  gustó tanto  que me la tatué en la parte externa de mi antebrazo derecho (es la foto que veis abajo),  en letra de latin medieval  y  para mi dicho tatuaje cumple una funcion semejante a la del esclavo de antaño: es un  permanente y diario recordatorio de lo que realmente somos,  minúsculas partículas, muy efimeras, en medio de la inmensidad del universo, pero con la inmensa suerte de que tenemos una chispa divina en nuestro interior.  Somos unicos, pero muy efímeros, y recordar lo obvio en este sentido es un ejercicio muy saludable que recomiendo a todo el mundo.  Si; porque si bien todos sabemos que hemos de morir, lo cierto y verdad es que vivimos de espaldas a esa evidente  realidad, de vez en cuando en algun entierro o funeral lo tenemos presente,  pero por poco tiempo, porque cuando salimos a la calle se nos olvida y volvemos a nuestros quehaceres, cayendo de nuevo en el error de que siempre vamos a estar aqui.

Hasta aqui la teoria. 

Luego viene lo dificil, que es la practica, es decir, el dia a dia,  procurar que nuestras palabras se conviertan en hechos.  Tropezaremos y nos caeremos mil veces, porque asi somos los seres humanos, pero nos volveremos a levantar y seguiremos caminando y aprendiendo, y ahi esta la belleza de este caminar: el luchar dia a dia para llegar a ser mejor persona

Lo anterior no quita para que tengamos fe en nosotros mismos, y luchemos con decisión, coraje y todas nuestras fuerzas por conseguir nuestros objetivos, pero cambiando el chip mental: comprender que el placer es efímero, y que merece mucho la pena  apartarse un poco de los vicios/obstáculos que nos apartan de la felicidad que nos reporta tener  paz emocional. Es un camino que merece mucho  la pena emprender,  pues nos conduce a que por fin podamos ser dueños de nosotros mismos; y sobre todo, que miremos con mejores ojos a todos nuestros semejantes.

Ademas, la vida es maravillosa. Cada dia es un regalo; amanece, abrimos los ojos y respiramos, y es gratis, se nos ha dado todo sin pedir nada a cambio.  Deberiamos de estar mas agradecidos con lo que tenemos, y no complicarnos la vida con tonterias.  No olvido nunca el consejo contenido en el viejo proverbio indio:

“Cuanto naciste, tu llorabas y el mundo se regocijaba. Vive de tal manera que, cuando mueras, sea el mundo el que llore y tu el que te regocijes”. 

Saludos.

Pablo Jesus Gamez Rodriguez

24/03/2023

Cuando la vida te da una segunda oportunidad

 

Te puede cambiar la vida en un segundo. El destino, ese extraño desconocido e inexorable nos depara  sorpresas como la que yo me llevé hace pocos dias.  Llevo  28 años ejerciendo la abogacía,  y además los últimos doce años haciendo deporte con regularidad y siguiendo una dieta saludable.  No obstante, la sombra de mi pasado  (hablo de mi pasado anterior al deporte, pues empecé a hacer deporte ya con 44 años) es alargada, y todo, absolutamente todo, deja su huella.  Acudo a mi cardiólogo tras un pequeño desmayo que me asustó un poco a mediados del pasado mes de Enero, y me prescribe un cateterismo, esto es, un examen de las arterias coronarias,  pues mis niveles de colesterol no son los mas adecuados  y  a mis 58 años, como suele decirse, estaba  “a punto de caramelo”.   

Yo pensaba que se trataría de una revisión normal y que el cateterismo iria bien.  Sin embargo, mi sorpresa  es mayúscula cuando me encuentro con que en vez de 20 minutos, estoy en el quirófano casi 2 horas, los cirujanos se encontraron con un panorama muy peligroso: la arteria cardiaca  circunfleja, a la altura del cruce con el TCI  estaba  “casi” completamente ocluida por el dichoso colesterol calcificado (vamos, a punto del infarto),  con lo cual salgo de allí con dos  stents coronarios colocados en dicha arteria cardiaca.  Tras el enorme susto, todo bien.

Al dia siguiente me dan el alta, y me explican que la arteria estaba “casi” completamente obstruida, si bien no llegó a obstruirse del todo gracias al deporte y al saludable cambio de dieta y habitos que hice hace doce años, doy gracias a Dios y a ese “casi” que me ha salvado la vida (mis carreras de atletismo).   Bendije de nuevo al deporte.  Y me dan una enorme alegría,  que dias despues confirmaria mi cardiólogo:  ¡Me dicen que puedo seguir corriendo…!, Ole, ole, y ole,  :) eso si,  tras un  periodo de dos  o tres semanas de adaptación con moderación a la nueva situación.  He tenido muchisima suerte.


Inicialmente afronté la intervención quirúrgica con entereza, y toda la fortaleza  estoica que pude; regrese a mi habitación, algo mas animado, pero aun con el susto en el cuerpo. No obstante, al amanecer del dia siguiente, en medio de mi soledad, cuando por fin comprendí y fui consciente del riesgo tan grande que se había cernido sobre mi,  dado que es tan delgada la linea que separa la vida de la muerte, y me di cuenta de que la vida me había dado una “prorroga” como segunda oportunidad,  experimenté una intensa alegria y emoción. Contemplé  el sol saliendo en un amanecer que no olvidaré; me pareció el amanecer mas bello que había visto nunca. Di gracias por esta nueva oportunidad. Luego regrese a mi domicilio y me reintegré a mi trabajo.

Llevo casi catorce años teniendo casi a diario  provechosas “conversaciones” con  mis amigos  estoicos: Seneca,  Marco Aurelio y Epicteto, y  con algun que otro invitado ilustre mas, como  Cicerón, con musica de Mozart y Bach de fondo.  No solo los leo, sino que me los tomo muy en serio, trato de ejercitar la coherencia: procuro que las palabras se conviertan en hechos,  intento a diario, con toda la humildad que puedo,  interiorizar y aplicar en mi vida practica  su doctrina.  El mensaje de estos hombres tan sabios que nos precedieron siempre ha sido para mi una luz que me ha alumbrado y guiado en medio de la oscuridad que proporciona la incertidumbre de la vida.

En esos momentos del amanecer en el hospital  al día siguiente del cateterismo, me di cuenta de que su doctrina está  mas viva que nunca.  Y constaté por enésima vez  que llevaban razón, y la siguen llevando dos mil años después.  En ese amanecer se me hizo más patente que nunca nuestra propia fragilidad. La fragilidad del ser humano. Nos creemos gran cosa, cuando la verdad es que somos una minúscula fracción, una insignificante partícula en medio del universo.  El mundo de hace dos mil años y el actual  no se diferencian grandemente (excepto por el avance tecnológico), el ser humano siempre ha tenido y tendrá los mismos defectos. 

En esos momentos tambien pensé que solo tenemos una vida, y perdemos mucho tiempo sufriendo inutilmente por cosas que, en el fondo, solo son tonterías. El orgullo, por ejemplo. Yo creo que nuestro estúpido orgullo es  muy pernicioso y dañino para nosotros mismos,  pues nos damos mas importancia de la que realmente  tenemos.  Sabemos que tuvimos un principio al nacer, y que tendremos un final al morir, pero pasamos por ese final de puntillas, nos sentimos muy incomodos hablando de él, la muerte es una inseparable y molesta compañera a la que nadie quiere acercarse; quizás nuestro orgullo innato provenga de que, en nuestro fuero interno, nos cuesta infinito trabajo aceptar que todo lo que tiene principio, tiene que tener forzosamente su fin.  Y la muerte es igual para todos; pero mientras que cuando muere un vecino decimos “cosas de la vida”, por el contrario cuando muere uno de los nuestros, decimos: “¡ay, que desgracia!”, nadie quiere tenerla cerca.  Es bueno meditar en esto con frecuencia, y mis estoicos me ayudan un montón en eso.

Hijo del anterior orgullo es nuestra codicia y nuestra falta de generosidad.  No nos damos cuenta de que nacemos desnudos, y que desnudos nos iremos, estamos muy apegados a lo material, al sentimiento de “lo que es mio”,  y se nos olvida con demasiada frecuencia que  ninguna posesión material nos podremos llevar de aqui.  Consideramos el dinero y las riquezas como un fin en si mismo (atesorar y  tener mas que el vecino, para que nos digan “don Tomas” y no “Tomas, na’mas”, como dice la canción de Lolita, parece ser una de nuestras metas principales en este mundo)  y  buscamos la riqueza fuera de nosotros cuando deberíamos de buscarla dentro,  si, dentro de nosotros: en explotar las cualidades que tenemos cuando nacemos y somos niños (generosidad, sinceridad, ayudar a los demás) y que los años y los consejos de nuestros mayores  nos van quitando poco a poco. “No llego a comprender porque siendo los niños tan inteligentes, los mayores son tan tontos, debe ser fruto de la educación”, dicen que decía André Gide, y yo lo digo también.

Si os dais cuenta he hablado de los dos primeros pecados capitales: soberbia y avaricia,  que muchos consideran como una ofensa a Dios.  Con el maximo respeto a todas las maneras de pensar, yo creo que Dios es algo demasiado grande e inmenso como para que nadie insignificante como nosotros pueda hacerle el mas minimo daño ú ofenderlo, y  creo firmemente que la soberbia y la avaricia son algo mas: son pecados contra nosotros mismos, son pecados contra nuestra propia humanidad; son pecados motivados por nuestra propia estupidez, avaricia e ignorancia: creemos que somos eternos y no es asi; creemos que vamos a gozar sin límite de los bienes, y tampoco es asi... ¡Que esto se acaba, señoras y señores!  En definitiva, no somos conscientes de nuestra propia fragilidad y finitud en el tiempo, sobre dimensionamos nuestra propia importancia, como antes decia. 

Y por si fuera poco, siempre estamos  amargados por el pasado, o bien agobiados y preocupados  por el futuro.  Afortunadamente, mi amigo Lucio Anneo Séneca  se  vino conmigo al Hospital y me dijo esto: (“Cartas a Lucilio”, y “Sobre la tranquilidad del animo”):

“ Si terminas de esperar, terminaras también de temer. No sabemos acomodarnos a las circunstancias presentes, sino que remitimos el pensamiento hacia adelante, a la idea de un futuro remoto.  Asi es como la previsión, bien supremo de la naturaleza humana, se torna en mal.  Las fieras huyen de los peligros que ven, y cuando han huido están tranquilas; nosotros nos atormentamos por el futuro y el pasado”.

Mire el sol del amanecer. Me pareció precioso. Sentí paz.   Y me dijo igualmente esto:

“El mal no esta en las cosas, sino en nuestra alma. Aquello mismo que nos hacia insoportable la pobreza nos hará insoportable la riqueza. Tal y como es indiferente que pongas a un enfermo en un lecho de madera o en uno de oro, pues donde sea que le acomodes llevara consigo la enfermedad, tampoco tiene ninguna importancia que un alma enferma se encuentre entre la riqueza o entre la pobreza: su mal le sigue por todas partes”.

Os juro que estas "conversaciones"  reconfortan mi alma, y me animan a seguir adelante. Solo tenemos una vida, que es un auténtico regalo.  ¿Por que no la aprovechamos para detenernos de vez en cuando en medio de nuestro frenesí diario  y meditar un poquito sobre todo esto? Quizas pudieramos ser un poco mas felices de lo que lo somos, acaso cometeríamos menos errores y viviriamos con mas alegria: yo creo que merece la pena.

Saludos.