"Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado" (André Gide)
"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendería con mi vida tu derecho a expresarlo" (Voltaire)

"La religión es algo verdadero para los pobres, falso para los sabios y útil para los dirigentes" (Lucio Anneo Séneca)
"Cualquier hombre puede caer en un error, pero solo los necios perseveran en él" (Marco Tulio Cicerón)
"Quien no haya sufrido como yo, que no me de consejos" (Sófocles)
"No juzguéis y no sereis juzgados" (Jesús de Nazaret)
. . .

14/11/2010

Amanecer entre olivos

Domingo. 7,20 de la mañana, aun es de noche, pero comienza a clarear el dia. El sol no ha salido aún. Los mios duermen. Me levanto, algo inquieto, y salgo a la calle, con la intención de dar un largo y relajante paseo y de ver amanecer. Hace algo de frio, de modo que cojo también los guantes y salgo a pasear. Me dirijo al campo, esa es la suerte que tenemos los que vivimos en pueblo: tardo apenas minuto y medio en estar en medio del mar de olivos.

Voy andando a paso alegre, el aliento sale por mi boca con fuerza, se distingue nítidamente. Me dirijo a la cuesta del “reventón”,  a unos tres kilómetros de Jódar, dirección este, y noto como poco a poco me voy relajando, al mismo tiempo que va clareando el dia. Al llegar a la cima de la cuesta del “reventón”, miro para atrás: se ve una panorámica preciosa de Jódar, parecida a la que os muestro en la segunda fotografía que he sacado de internet. Ahi vivo yo. Me aparto de la carretera, y me introduzco en un olivar, entre las hileras de olivos, mirando al este. Me siento directamente en el suelo y espero la venida del astro rey.

Indescriptible sensación ha sido ver amanecer entre los olivos, que ya están a punto para la inminente campaña de recolección, ved la primera foto. Que curioso… siempre he mostrado mi predilección por  los atardeceres, pero esta mañana  he experimentado tanto sosiego viendo como venia el dia, he sentido tanta bonanza siendo testigo de cómo el astro rey se elevaba en el cielo, firme, majestuoso e imparable, he sentido tanto relax cuando me ha brindado sus primeros, cálidos y reconfortantes abrazos, he experimentado tanta paz notando como paulatinamente se disipaban mis últimos temores y pesadillas de las que os hablé ayer (gracias a todos/as, queridos/as amigos y amigas, por estar a mi lado, gracias de  todo corazón)  que os aseguro que no será la última vez que goce de una experiencia tan relajante como esta.

Afortunadamente  tras la noche, por larga y dura que sea…siempre termina amaneciendo.

Saludos.

13/11/2010

Nightmare

Por un momento he creido verlo esta tarde mientras paseaba  aunque solo ha sido un instante, porque de pronto se ha esfumado, se ha ido tan súbitamente como vino. Menos mal.

¿Fantasma de mi imaginación? ¡Juraria que no,  de hecho lo conozco bien! ¡Además, me ha parecido tan real...!

Pero no, se ha ido y me ha dejado solo de nuevo. Si; de nuevo con esa espesa soledad, desprovista de consuelo, en compañia de lo inevitable,  y aún con el susto en el cuerpo y en el espiritu.

De pronto me he sentido muy cansado.

Saludos.

12/11/2010

El Quijote y "La Acequia".

Para el grupo de lectura del Quijote en La Acequia.

Pocos días llevaba yo con este humilde blog mío abierto, cuando el 23 de Abril de 2008 realicé una de mis primeras entradas dedicadas a Cervantes y Al Quijote. La llamé "23 de Abril de 1616" (haced clic)  con ocasión del 392 aniversario de la muerte de Cervantes. En esa entrada, ya insinuaba algo de lo que el Quijote representaba en mi vida, y la bendita influencia que para mi había supuesto. En España, y pese a lo que pudiera parecer, muy poca gente conoce el Quijote, y el porcentaje de los que han leído la novela disminuye aún mas, por desgracia, de modo que yo me sentía como una especie de “pajaro raro quijotesco”, porque el Quijote siempre había sido para mi algo digno de devoción, pero nadie de mi entorno lo había leído totalmente (salvo parrafos aislados) de modo que me sentía frustrado, porque no podia hablar con ellos del Quijote, ni compartir mis ideas o mis dudas sobre ello.

Unos meses después, concretamente en Agosto de 2008, fue una delicia para mi (además de una inmensa suerte) conocer a otros benditos "pajaros raros quijotescos": Pedro Ojeda, la lectura que del Quijote ha dirigido en su blog “La Acequia”, y a todos vosotros. Los detalles de ese conocimiento los narré en mi entrada “Un niño de doce años cabalgando con D. Quijote” (haced clic).

Por ello, me incorporé a la lectura del Quijote cuando ésta ya había empezado, pero desde entonces fue encantador para mi unirme a esta grata lectura que todos hemos hecho juntos y que nuestro Pedro, con su sabia mano, ha dirigido. Tras las dudas del principio, decidí hablar del Quijote como siempre lo había hecho yo: con el corazón, y desde mi humilde opinión personal.

Es decir, compartí mi experiencia con vosotros. Y me explico: conocí al Quijote desde el prisma del sentimiento, del corazón, y eso lo he ido arrastrando con los años. Por mis comentarios a los capítulos ya sabéis que a veces me he expresado incluso con  vehemencia, he sido algo temperamental en esta materia. En fin, que los dioses me perdonen, y vosotros tambien: invoco ese cariño como eximente o, al menos, como atenuante, siempre me he dejado seducir por Alonso Quijano, este entrañable viejo hidalgo de aldea conquistó mi corazón desde que era niño, y quizás ello me impedía ser imparcial o ver las cosas con objetividad: lo he querido (corrijo, lo quiero) demasiado.

Pienso que no es bueno refrenar la emotividad. Exteriorizar nuestros sentimientos, además de ser muy humano es, o debiera de ser, algo muy natural. Por ello, desde la legitimidad que me da el poder escribir en mi blog lo que yo desee  (obviamente, con respeto a  todos), una vez finalizada la lectura, la semana pasada en mi carta abierta a D. Quijote no dudé (ni por un momento) en desahogar mi corazón de nuevo, y expuse otro poquito más de lo que esta novela ha supuesto para mi. 

¿Y esta lectura quijotesca de nuestro querido  Pedro Ojeda? ¿Qué que ha supuesto para mi?

Muy fácil me resulta responder: un autentico “gustazo”, una “delicatesen”, desde todos los puntos de vista que se considere.

Primero, por conoceros a vosotros, un grupo de gente extraordinaria, amantes fieles del Quijote al igual que yo, con quien he tenido el placer de seguir y comentar la vida y milagros de nuestro inmortal hidalgo manchego. Ha sido un placer y un honor conoceros a todos. Y más placentero aún será conoceros en persona en breves fechas, y daros a todos un fuerte abrazo.

En segundo lugar, y siendo obvio que con los años aprende uno a sosegarse, a refrenar las pasiones juveniles y a tomar las cosas en su justo término, os diré que ya con mis 45 años bien cumplidos, he tenido la confirmación de lo que yo dije en mis primeras entradas sobre el Quijote: que a un niño lo hace reir, al joven pensar, y al viejo llorar, o al menos emocionarlo. Esta ultima lectura del Quijote  ha sido la mas sosegada de todas, pero tambien  confesaré que  es la que me ha llegado mas adentro. Mi opinión es que al Quijote (igual que el vino de una vieja reserva, por cierto, Pedro, sabes que el Ribera del Duero es mi preferido, no te digo mas…) se le saca buen sabor cuando uno va cumpliendo años. El Quijote es la crónica de la vida misma: nacemos siendo quijotes, y la realidad, poco a poco, nos doma.

Y por ultimo, esta lectura me ha enseñado un montón de cosas. Pedro Ojeda ha sido un inmejorable guia y maestro; con vuestros comentarios he estudiado vuestro valioso punto de vista; y he limado muchos errores o aspectos incompletos que anteriores lecturas del Quijote me habian dejado. Y por cierto, tambien he aprendido algo muy importante: dejar un poco de lado el lógico sentimiento de cariño hacia el personaje, y contemplarlo fria y objetivamente como es: como personaje literario.

Desde esa perspectiva, he aprendido infinidad de cosas; los vericuetos de la guerra subterránea Cervantes-Avellaneda, por ejemplo, para mi han sido algo sorprendente y nuevo; la credibilidad del “narrador” Cide Hamete y la "dudosa" locura del personaje en la segunda parte (tengo un par de dudas en ese terreno, espero, amigo Pedro, que me permitas consultarte entre copa y copa), y fundamentalmente, técnica de redacción de Cervantes, su entorno histórico y un montón de cosas más que yo ignoraba. Solo soy un humilde lector del Quijote que ignora muchisimas cosas. Por ello he aprendido un montón  con vosotros: un puñado de gente maravillosa.

¿Qué mas puedo pedir? Nada, sino agradecer a Pedro y a vosotros el haberme permitido ser parte de esta inolvidable lectura quijotesca que, para mi, repito, insisto, y torno a decir de nuevo, ha sido un auténtico placer.

Besos para todas y abrazos para todos.

11/11/2010

Antes, ahora y siempre

"Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres."

(Pitágoras. Filosofo y matemático griego, 582 a.C - 507 a.C.)

Saludos.

10/11/2010

Jesus de Nazaret dixit (II)

Resulta increible, casi espeluznante, el comprobar lo poco que han cambiado las cosas en los últimos dos mil años...

Evangelio de Mateo, Capitulo 23.

"Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: 

En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen. Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. 

 
Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí.

Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.

El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.

¡Ay de vosotros, guías ciegos! que decís: Si alguno jura por el templo, no es nada; pero si alguno jura por el oro del templo, es deudor. ¡Insensatos y ciegos! porque ¿cuál es mayor, el oro, o el templo que santifica al oro? También decís: Si alguno jura por el altar, no es nada; pero si alguno jura por la ofrenda que está sobre él, es deudor. ¡Necios y ciegos! porque ¿cuál es mayor, la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda? Pues el que jura por el altar, jura por él, y por todo lo que está sobre él; y el que jura por el templo, jura por él, y por el que lo habita; y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios, y por aquel que está sentado en él.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.

¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello!

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia.¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas.

¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres!

¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?"

Sabias y proféticas palabras. Tan antiguas y, al mismo tiempo, tan rabiosamente actuales hoy dia.

Que poco han cambiado las cosas...

Saludos.

09/11/2010

Estupideces adultas

¡Si nos dejaran ser sinceros, si no tuviéramos que actuar condicionados por el juego de intereses! ¡Si al ver lo bueno, lo verdaderamente bueno, pudiéramos alabarlo sinceramente sin cortapisa alguna; si al presenciar lo malo pudieramos condenarlo y rechazarlo sin ningún tipo de miramiento ni consideración! ¡Si pudieramos llamar al pan pan, y al vino vino, libremente!  ¡Si realmente todos pudieran expresar su opinión francamente sin miedo a nada ni a nadie, si en una palabra, la libertad existiera verdaderamente!  ¡Ay,  si en vez de intentar derribar a quien vuela más alto trataramos de imitarlo o de seguir su ejemplo...!

Pero no. Parece que con el tiempo a los adultos se nos van adhiriendo multitud de "estupideces" que nos impiden ser libres y felices. 

¡Como añoro la inteligencia y “savoir faire” de los niños! Ellos  dicen lo que  perciben, tal y como lo perciben sin maquillaje alguno: dicen lo que sienten,  y punto. Que maravillosos ellos…y que absolutamente estúpidos  podemos llegar a ser nosotros. Y cito de nuevo los clásicos, es inevitable volver a ellos, en este caso  una frase de Alejandro Dumas, hijo:  “No llego a comprender por qué, siendo los niños tan inteligentes, los adultos son tan tontos. Debe ser fruto de la educación.” 

Maldita mierda.

Lo juro por todos los dioses habidos y por haber, creedme: mientras más conozco el mundo,  más me gusta estar con los niños. Y le pido tambien a todos los dioses que vayan limpiando, purgando y elliminando de mi caracter esas estupideces adultas que con el tiempo se nos van adhiriendo y que nos impiden ser libres. Porque, definitivamente, así  quisiera ser cuando sea mayor: como un niño.

Saludos.

08/11/2010

Ser o no ser

¡Ser, o no ser, es la cuestión!—¿Qué debe
más dignamente optar el alma noble
entre sufrir de la fortuna impía
el porfiador rigor, o rebelarse
contra un mar de desdichas, y afrontándolo
desaparecer con ellas?
Morir, dormir, no despertar más nunca,
poder decir todo acabó; en un sueño
sepultar para siempre los dolores
del corazón, los mil y mil quebrantos
que heredó nuestra carne, ¡quién no ansiara
concluir así! Morir... quedar dormidos...
Dormir... tal vez soñar!—¡Ay! allí hay algo
que detiene al mejor. Cuando del mundo
no percibamos ni un rumor, ¡qué sueños
vendrán en ese sueño de la muerte!
Eso es, eso es lo que hace el infortunio
planta de larga vida.
...
Ser o no ser, ¡la alternativa es esa!
Si es a la luz de la razon mas digno
sufrir los golpes y punzantes dardos
de suerte horrenda, o terminar la lucha
en guerra contra un pielago de males.
Morir; dormir. No mas, y con un sueño
pensar que concluyeron las congojas,
los mil tormentos, de la carne herencia,
debe termino ser apetecido.
Morir; dormir. ¿Dormir? ¡Soñar acaso!
...
Ser o no ser... He ahí el dilema.
¿Qué es mejor para el alma,
sufrir insultos de Fortuna, golpes, dardos,
o levantarse en armas contra el océano del mal,
y oponerse a él y que así cesen? Morir, dormir...
Nada más; y decir así que con un sueño
damos fin a las llagas del corazón
y a todos los males, herencia de la carne,
y decir: ven, consumación, yo te deseo. Morir, dormir,
dormir... ¡Soñar acaso! ¡Qué difícil! Pues en el sueño
de la muerte ¿qué sueños sobrevendrán
cuando despojados de ataduras mortales
encontremos la paz? He ahí la razón
por la que tan longeva llega a ser la desgracia.
...
Ser o no ser, todo el problema es ése
¿qué es más noble al espíritu, sufrir
golpes y dardos de la airada suerte,
o tomar armas contra un mar de angustias
y darles fin luchando?
Morir; dormir; no más; y con un sueño
dar fin a la congoja y sobresaltos
que la carne heredó, consumación
que se ha de desear. Morir, dormir,
dormir, tal vez soñar: ese es el caso:
porque el pensar que sueños trae la muerte
ya desprendidos del mortal estorbo
nos ha de contener. Ese respeto
larga existencia presta a mi fortuna
pues ¿quién sufriera el azotar del mundo
o al opresor, la afrenta del soberbio,
la hiel del huido amor, la tarda ley,
la insolencia del cargo y los desprecios
que al mérito le ofrece el hombre indigno,
cuando por sí se diera su descanso
con un simple estilete? ¿Quién querría
lamentarse y sudar toda una vida,
sin el temor de algo tras la muerte,
esa ignota región de cuyos límites
ninguno vuelve, que turba la mente,
y hace nos soportar los males ciertos
y no volar a otros ignorados?
La conciencia nos vuelve así cobardes
y así el matiz de la resolución
desmaya el suave tinte de la idea
y las empresas de rigor y empeño,
ante el temor, su curso tuercen pronto,
y dejan de tener nombre de acción...

Hamlet.  Breve extracto. William Shakespeare.

Quizás la duda de Hamlet, que en el fondo es nuestra eterna duda, sea algo que inexorablemente ha de acompañarnos a lo largo de toda nuestra vida. Por otro lado, el relativismo y escepticismo de Hamlet siempre ha cuadrado bien con mi caracter, tambien escéptico, y en esto estoy de acuerdo con los sofistas griegos, que decian que nada puede ser percibido sin que medien los sentidos; y como cada individuo siente -y en consecuencia, percibe- las cosas de diferente modo, no hay verdades absolutas, sino tan solo certezas relativas.

Este soliloquio de Hamlet (ayer domingo volví a deleitarme con él) es una auténtica delicatessen para el espiritu.

Saludos.

06/11/2010

Fugacidad

Hoy me he encontrado con un viejo amigo de la familia. Hacia más de veinte años años que no venía por aquí, y el destino ha hecho que nuestros caminos se crucen de nuevo. Que curioso...todos sabemos que el paso del tiempo hace estragos con la fisonomia de algunas personas, pero una cosa es saberlo y otra cosa comprobarlo...viéndolo.

Que barbaro...me ha costado trabajo reconocerlo. De hecho, ha sido él quien me ha llamado la atención a mi, yo no lo habia reconocido. Pero si, era el, y ha sido para mi un grato reencuentro.

Veinte años...y parece que fue ayer.

Lo que no me ha hecho tanta gracia es comprobar que los veinte años no solo  han pasado para él...¡Pero bueno, aqui estamos!

Saludos.

04/11/2010

La muerte del héroe. Carta abierta a D. Quijote de la Mancha.


Los jueves, Quijote. Para el grupo de lectura del Quijote en La Acequia.

D. Quijote se nos murió. ¿Por qué se nos muere nuestro héroe? ¿Por saberse vencido por el caballero de la Blanca Luna? ¿Porque se le antojó demasiado el año de retiro forzoso que éste le impuso? Yo creo que no.

Como siempre, haré mi propia y personal lectura. Mi humilde opinión es que, más bien, D. Quijote muere de realidad: la realidad se impone sobre su mundo de sueños, y una profunda tristeza y melancolía se adueña del corazón de nuestro hidalgo manchego (de la que no podrá sobreponerse) que, finalmente, lo llevará a la tumba. A ello se une el sentido del ridículo que tuvo que experimentar cuando, recobrado el juicio, mirara para atrás, y observara su propio comportamiento.

No olvidemos que D. Quijote es un pequeño hidalgo (el escalafón mas bajo de la nobleza), que sale de una aldea perdida, cuyo nombre no se aclara: es un pequeño propietario, humilde, que no se contiene “en los límites de la hidalguía, y que se ha puesto don y se ha arremetido a caballero con cuatro cepas y dos yugadas de tierra, y con un trapo atrás y otro adelante”, como nos dice el propio Cervantes en el capitulo II de la II Parte.

Su vida debía de ser muy aburrida, y para salir de la monotonía, tiene la peregrina idea de hacerse caballero andante. “De tanto leer el romancero/ ha dado en ser caballero”, y de la andante caballería, nada mas y nada menos. Recordemos como perdio el juicio: “del poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamentos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo”.

¿Como sale D. Quijote de cada tropiezo con la realidad? Con un remedio muy socorrido: los encantadores que lo persiguen transforman los gigantes en molinos, los ejércitos de Miramamolín en rebaños de ovejas y carneros, el yelmo de Mambrino en bacia de barbero y las figurillas de Maese Pedro parecen tener vida propia. No es el quien se confunde: ¡son los malditos encantadores los que, una y otra vez, lo trastocan todo…!

Bien es verdad que a lo largo de la segunda parte se aprecia muy al vivo el cambio de actitud de Cervantes hacia su personaje: lo mima, lo protege, casi estoy por decir que lo estrecha contra su pecho, acaso influenciado por el apócrifo de Avellaneda, de quien trata de protegerlo. Pero Cervantes no olvida: inmisericorde, golpea a nuestro héroe una y otra vez, con la dura realidad, la cual, paulatinamente, junto con el cansancio, vence a nuestro hidalgo. La realidad gana siempre, como no podía ser de otro modo.

Finalmente, cuando D. Quijote decide hacerse pastor, el ama y la sobrina le dan la estocada final, recordándole que el pastoreo es cosa de gente joven –inconveniente que, acaso, nuestro hidalgo no había previsto-, de modo que nuestro héroe se derrumba del todo, como vimos en el capitulo anterior. Ahí empezó a morir D. Quijote, de pena, de amargura, de desilusión, de profunda tristeza, pues no supo o no quiso aceptar la realidad, que quizás le pareció tan insoportablemente anodina y gris que no lo pudo soportar: prefirió irse a los Campos Eliseos, a cabalgar para siempre con Amadís de Gaula y Florismarte de Hircania, susurrandole bellas palabras de amor a su bella Dulcinea.

Hasta Cervantes se conmueve con la muerte de nuestro inmortal hidalgo. Ved el video del maestro Jorge Luis Borges, que aquí os traigo.




Sancho, en este ultimo capitulo, parece verdaderamente apesadumbrado, llora sinceramente: pero para D. Quijote no hay vuelta atrás: “donde hubo nidos antaño, no hay pájaros hogaño”. Así, D. Quijote, pasa a la eternidad, y nadie podrá resucitarlo: no habrá mas Avellanedas que valgan.

Por cierto: el soliloquio final de la pluma de Cervantes...absolutamente maravilloso.

Se nos murió Alonso Quijano. Pero no el personaje que éste creó: D. Quijote; este es inmortal, y siempre estará con nosotros.

Ha sido para mi un placer y un autentico honor estar con vosotros en esta grata y amena lectura del Quijote, que con mano sabia ha dirigido nuestro amigo y maestro Pedro Ojeda Escudero. Y ahora, permitidme que le escriba una carta abierta a D. Quijote.


Carta abierta  al inmortal hidalgo Alonso Quijano,  tambien conocido como "D. Quijote de la Mancha".

Mi Querido Alonso Quijano.

Acabas de otorgar testamento, y todos han salido de la habitación. Están tristes y llorando. Sancho, el cura, el barbero, el bachiller; el ama, tu sobrina… Te queda muy poco tiempo. Ojala puedas leer lo que aquí te escribo antes de partir: lanzaré esta carta esta noche a los cuatro vientos, en la dudosa esperanza de que las fuerzas de lo desconocido atraviesen la frontera del tiempo y…te la hagan llegar.

Quiero que sepas que he leído la historia de tu vida, tanto la primera parte como la segunda parte, que tú no has podido leer, pues te hayas a punto de partir rumbo a las estrellas: las escribió -ambas- Cide Hamete Benengeli. En dicha segunda parte, Cide Hamete lo narra absolutamente todo, desde que saliste de tu aldea, rumbo al Toboso (para conocer a Aldonza Lorenzo, a quien tu llamaste Dulcinea e hiciste dueña de tus pensamientos), y sigue con todo lo que te pasó después, hasta el momento de tu próxima muerte. Lo narra fielmente, ajustándose a la realidad de lo que te ha sucedido. El narrador nos cuenta que has recuperado el juicio y que, finalmente, has tenido la inmensa suerte de morir cuerdo, santamente, en tu cama; volviendo a ser Alonso Quijano “el bueno”. De hecho, observa que no me dirijo a ti llamándote D. Quijote, sino por tu verdadero nombre: Alonso Quijano.

Dicho esto, mi querido hidalgo, me imagino que querrás saber y conocer el por qué yo, un español de otra época y de otra región al que tú no conoces, te escribe esta carta; y máxime a una criatura no real, sino de ficción, como tú. Satisfecha quedará tu curiosidad cuando te diga que solo es para darte las gracias. Gracias sinceras y de todo corazón. Y para despejar tus razonables dudas y hacerte comprender en que me pueden haber ayudado a mí tus peripecias cuando eras caballero andante, no tendré por más tiempo en vilo tu curiosidad, y te lo narraré inmediatamente.

Conocí la historia de tu vida y de tu transformación en caballero andante cuando yo era un niño de doce años. La historia de un hidalgo que se pone don y que se arremete a caballero con cuatro cepas y dos yugadas de tierra, y con un trapo atrás y otro adelante, (perdona mi sinceridad) me sedujo desde el primer instante. (¡A quien se le ocurre!). Me enfrasqué leyendo tu historia, que me apasionó sobremanera. Y te cuento lo que me sucedió: a mis doce años mi alegre niñez se alejaba casi sin darme cuenta y comencé a pisar los primeros peldaños de la escalera de la adolescencia, justo cuando comencé a madurar y a percibir la realidad de la vida. Fue una época muy difícil para mí, y muchas tardes se mezclaban mis lágrimas adolescentes con la risa que me provocaban tus hazañas. Por eso tu historia fue para mí un bálsamo reparador. Recuerdo perfectamente aquellas tardes, después de estudiar, en las cuales sentado frente a mi máquina de escribir (una pequeña Olivetti Dora, de teclas, es un artilugio que tu no conoces) mecanografié la historia de tus hazañas, íntegramente, las dos partes. Me ayudaste a mantener la mente ocupada y a sustraerme del vendaval del sufrimiento, poniéndose a cubierto. Convendrás conmigo en que solo por esto ya mereces mi eterno agradecimiento; pues los dos años que tardé en mecanografiar la obra fueron una especie de refugio que me protegieron contra la lluvia de los pesares y el viento del dolor.

Tu no te diste cuenta, pero cabalgué contigo y con Sancho, conocí a Dulcinea; fui testigo del episodio de los Molinos de Viento, de la paliza que te dieron los desalmados yangüeses; vi cómo en la venta mantearon a Sancho Panza, observé como preparabas el bálsamo de Fierabrás (¿recuerdas el nauseabundo olor a vino barato y a romero que se expandió por toda la estancia?); vi las cabriolas y la penitencia que hiciste en Sierra Morena; asistí al encantamiento de Dulcinea, en el cual Sancho fue el encantador, como tu mismo sabes; me irrité sobremanera con el duque y la duquesa, que se burlaron de tí. Odié terriblemente al bachiller Sansón Carrasco, primero Caballero de los Espejos, y luego Caballero de la Blanca Luna, y me deprimí enormemente cuando te venció en la playa de Barcelona; y finalmente, lloré  desconsoladamente cuando te vi en tu lecho de muerte, del cual no volviste a levantarte.

También en tus momentos de soledad he estado contigo; he sido testigo de tus pensamientos, he oído tus lamentos en la noche, mientras Sancho dormía he presenciado tus sucesivos e inevitables desengaños, he admirado tu esfuerzo para recuperarte e intentar seguir adelante;  lo se todo, hasta lo que pensaste con la desgracia de tus medias en casa de los duques,  o  aquella vez que te quedaste suspendido del brazo en la venta o aquella otra noche oscura que dedicaste integramente a tus amorosos pensamientos.  Finalmente…te he acompañado hasta tu aldea, siguiendo tus pasos hasta el crítico momento de tu muerte, ya cercana.

¡Cuantas horas de placer me habéis proporcionado Sancho y tu! De niño fuisteis uno de mis paraguas protectores, no lo olvido. Y vuelvo a agradecértelo, querido hidalgo; puesto que no solo que me ahorrasteis muchos malos ratos, sino que me enseñasteis, Sancho y tú, muchas cosas. Sancho, el pragmatismo y sentido práctico de la vida. Tu...infinidad de cosas más. Y no te sorprendas, pues ya sabes que cuando no hablabas de caballerías tenias un ingenio libre y bueno, de modo que aquel niño de doce años que fuí aprendió muchas y provechosas enseñanzas, oyéndote hablar y aprendiendo de tu sagacidad. Oi de tu boca sabios consejos, hijos directos de la educación clásica y humanista de tu autor que, con el tiempo, aprendí a valorar; muchos de ellos los sigo cumpliendo hoy día: que el sentido común y el ingenio humano no tienen épocas. En definitiva: fuiste una influencia muy beneficiosa para el niño que yo fui; tu autor, Cervantes, colocaba en tus labios sabias y provechosas enseñanzas –insisto- que leí, rumié, medité y digerí en la difícil época de mi primera adolescencia, justo cuando más lo necesitaba.

El mundo tiene una eterna deuda de gratitud contigo y con Cide Hamete Benengeli, que narró tu historia, que hoy es mundialmente conocida. Haces reír al lector joven que te lee por primera vez, como me pasó a mi hace ya tantos años; haces pensar el hombre maduro; pero viejo lo haces llorar, o al menos lo emocionas. Tu dura lucha de titán contra la realidad pasó a la historia y se hizo eterna.

¡Como me hubiera gustado, créeme, que no fueras solo una criatura de ficción, sino un ser real, de carne y hueso, y conversar contigo y con el cura y con el barbero! Eso si, que no esté delante Sansón Carrasco: ya sabes cómo aborrezco a ese malicioso.

A pesar de tu locura, tus ideales no eran los de un loco;  eran ideales nobles, altruistas, que rezumaban generosidad, tan necesarios en tu mundo como en el mío: mundos sin ideales y poblados de bellacos. Quizás la forma en que luchaste por ellos no fue la más adecuada; tu estampa era ridícula y anacrónica, ya lo sabemos  (recuerda el episodio de tu primera comida en la venta, apenas armado caballero, y tantas y tantas otras).  Pero lo que destacaría de ti es tu lucha, tu valor, tu arrogancia, y el hecho de que fuiste inasequible al desaliento. Nadie pudo contigo: solo la realidad consiguió vencerte. ¿Verdad, querido amigo? Solo ella te pudo vencer.

Vas a fallecer como todo el mundo: desencantado de casi todo, y me conmueve profundamente verte asi. Ahora que has recuperado el juicio te has visto a ti mismo como lo que eres: un hidalgo pobre, que no es joven, ni nunca ha sido caballero andante, con un rocin que tiene mas cuartos que un real, y con una princesa que no es princesa, sino una simple labradora, llamada Aldonza Lorenzo. Si; quizas por ello estas tan triste, tan cansado, tan desilusionado de esta  cruel realidad, que prefieres  irte a los jardines elíseos, a cabalgar eternamente junto con Amadís de Gaula y Florixmarte de Hircania… Y no te lo reprocho. Nosotros nos quedamos en este mundo frío, gris, materialista e hipócrita.

Y, por cierto, no partas de esta vida con escrúpulo por haber dado motivo para que se escriba de ti, ni sientas verguenza alguna por las "locuras" que has cometido. ¡Ya eres inmortal! Y pronto saldrá a la luz la Segunda Parte de tu historia, la que ha de escribir tu autentico narrador, Cide Hamete. Tu vida será conocida en todo el mundo y no habrá nacion ni lengua a la que no sea traducida. De modo que parte tranquilo, generaciones y generaciones hablarán y discutirán sobre tí.  El mundo admirará  la crónica de tu vida, serás una continua enseñanza y pasatiempo para las pasadas, presentes y futuras generaciones. Fíjate lo que hiciste conmigo: tu historia me proporcionó muchísimos ratos de placer, y de enseñanza, pues entre locura y locura, tu hablar y tus profundos conocimientos eran algo delicioso; al tiempo que me enseñó a amar la literatura, la buena literatura; aprendí muchas cosas de la vida gracias a tu experiencia con la realidad.  Como antes te he dicho, si de joven me hiciste reír, de mayor me hiciste pensar, y ahora, querido hidalgo, que tengo casi tu edad, a veces has conseguido emocionarme, habiendo sido esta última lectura la que, con mucho, más me ha impactado. Y como a mí, has enseñado y enseñarás a muchísima gente más.

Con los años, aprende uno no solo a entenderte, sino también a quererte. La triste, pero inevitable realidad…siempre igual. Ayer mismo dijiste: ”donde hubo nidos antaño no hay pájaros hogaño”. Eso es lo malo que tienen los sueños: que siempre termina uno despertándose. ¡Si supieras como te entiendo! Por ello, descansa en paz, Alonso Quijano. Te queda apenas un soplo de vida; pero la criatura que encarnaste, D. Quijote, no morirá jamás: ya es inmortal, siempre lo tendremos como maestro, guía, amigo y pasatiempo. Y gracias -de nuevo- por tu extraño género de locura, y por haber encarnado al caballero andante más gracioso, simpático y sabio de toda la historia; pues, afortunadamente para nosotros, continuarás por siempre cabalgando a lomos de tu Rocinante, y pensando en los amores de tu princesa, la sin par Dulcinea del Toboso…rumbo a las estrellas.

Me despido ya de ti, querido hidalgo,  con palabras de un escritor al que tu no conocerás: Fiódor Dostoyevski, un escritor... ¡ruso! que en su libro "Diario de un escritor" (1876), escribirá esto de la historia de tus hazañas:

"En todo el mundo no hay obra de ficción más profunda y fuerte que ésa. Hasta ahora representa la suprema y máxima expresión del pensamiento humano, la más amarga ironía que pueda formular el hombre y, si se acabase el mundo y alguien preguntase a los hombres: «Veamos, ¿qué habéis sacado en limpio de vuestra vida y qué conclusión definitiva habéis deducido de ella?», podrían los hombres mostrar en silencio el Quijote y decir luego: «Ésta es mi conclusión sobre la vida y... ¿podríais condenarme por ella?».


Hasta siempre, Alonso Quijano.

Saludos.

03/11/2010

Corre

Asi es nuestra vida: siempre corriendo de aqui para alla, sin tiempo para nada, ni siquiera para respirar. ¿A quien se le ocurriria la malisima idea de hacer el dia solo con 24 horas?


"¡Corre, corre, corre, que te van a echar el guante!"


Aunque pensándolo bien, el tiempo... siempre  ha corrido a la misma velocidad.

Entonces, ¿donde está el problema?.


Saludos.

02/11/2010

Lastre

-Todo el mundo sabe que el dinero ha de ser un medio, no un fin en si mismo. 

-Eso es obvio, si. 

 -Pero actuamos como si no lo fuera.

-¿Como?

-Si es tan obvio como dices,  ¿por qué nos resulta tan dificil llevarlo a la practica? Hace falta tiempo, mucho tiempo (a veces, una vida entera)   para conseguir liberarse del duro lastre de lo material. 

-Bueno, quizas nos ayude a ello el recordar de vez en cuando que nacimos completamente desnudos y nos iremos de aquí del mismo modo.

Saludos.

01/11/2010

In memoriam

 
Para ti, padre. 


Estés donde estés. 


Sabes que no te olvido.



Saludos.

30/10/2010

Pozo Alcón

Os escribo desde Pozo Alcón, amigos y amigas. Ya sabeis que es el pueblo de mi mujer y este puente lo voy a pasar aquí. Ayer no me dio tiempo de despedirme de vosotros, imaginaros: prisas, maletas, preparativos del viaje...uf, fue un viernes de locura.

Estoy en un cibercafé, y mi tiempo es limitado, por lo cual me perdonaréis que no os pueda comentar mucho  estos dias de puente.

Es curiosa la historia de este pueblo: Pozo Alcon. Si quereis saber algo mas, podéis hacer click aquí. Perteneció a la villa de Cazorla hasta que, en su momento, se independizó. Aproximadamente viven aquí unas cinco o seis mil personas, es más pequeño que Jódar y, quizás por eso, se vive mas tranquilo, con mas sosiego. Acaso tambien lo que sucede es que vengo mentalizado a descansar y tambien el subconsciente influye. Pero bueno, estoy agusto.

Esta mañana he ido a hacer mis 10 km. diarios, pero no he corrido, sino que he "corri-andado", es decir, andar y correr por trechos, o segun me apetecia. Hoy he ido flojillo. Ha estado chulo, menos exigencia que mi entrenamiento diario, y por una ruta completamente distinta -obviamente- a la habitual. He ido desde Pozo Alcon hasta "El Fontanar" (una pedanía de aquí, donde paso una o dos semanas los veranos), situada a 5 km, donde me he detenido brevemente, y luego vuelta otra vez a Pozo Alcón.

Situado  en las estribaciones de la Sierra de Cazorla, es un pueblo mas frio que Jódar. Solo estamos a 50 km. pero la diferencia de temperatura es abismal: aqui estamos ahora a 6 grados centigrados ahora.  Cuando venimos acá en invierno tenemos que proveernos de bastante ropa de abrigo.

Esta noche nos iremos a cenar con unos amigos nuestros de Huelva (Paco y Mª Carmen), que son oriundos de aquí, hace algunos meses que no los vemos. Tengo pensado hacerle una ofrenda al dios Baco (de quien os hablé hace poco), consumiendo un buen vino de la tierra, de la zona de Campocámara, quizás un Anagil o un Cortijo de las Balsillas. Encima no tengo que conducir, y nos regalarán una hora mas esta noche, de modo que perfecto.

Bueno, amigos y amigas, he leido cuanto antecede, y... ¡parece una carta! En fin, de todo tiene que haber, ¿no? Ahora voy a darme un rapido "garbeo" por vuestros blogs.

¡Hasta la vuelta!

Saludos.

28/10/2010

Todo está consumado

Los jueves, Quijote. Para el grupo de lectura del Quijote en La Acequia.

Estamos a un paso del desenlace final, y un tristísimo y melancólico D. Quijote vuelve a su pueblo, bien diferente del que salió de allí. ¡Quien lo ha visto y quien lo ve! D. Quijote ya  no puede con los encantadores: la realidad ha conseguido vencerlo, y finalmente el caballero de la Blanca Luna ha terminado de rematarlo del todo: entre todos lo mataron y el solo se murió, como dice el refrán.  

Dulcinea ya está desencantada, pero D. Quijote no la verá jamás: interpreta los agueros de la jaula de grillos y de la liebre correctamente. Asi será:  jamás verá D. Quijote a la señora de sus pensamientos. Mientras tanto, Sancho, feliz quizás por traer dinero a su casa (al fin y al cabo es lo que importa)  esta fuerte, de modo que se dedica a consolar lo mejor que puede a su melancólico amo; pero D. Quijote está irreconocible, está…¡completamente hundido!   ¿Qué ha sido de nuestro poderoso caballero andante, inasequible al desaliento, verdugo de los malignos, desafio de todos los encantadores? Hasta lo que un niño le dice a otro, sobre una jaula de grillos, causa mella en su corazón:  ¿Qué ha sido de tu espíritu combativo, Alonso Quijano? 

La tristeza es la nota dominante de este capitulo, pero ni aun asi se olvida Cervantes de hacernos sonreir: Y es de saber que Sancho Panza había echado sobre el rucio y sobre el lío de las armas, para que sirviese de repostero, la túnica de bocací pintada de llamas de fuego que le vistieron en el castillo del duque la noche que volvió en sí Altisidora; acomodóle también la coroza en la cabeza, que fue la más nueva transformación y adorno con que se vio jamás jumento en el mundo."

Y la rueda de la vida sigue girando:  Teresa Panza, que ve a su marido Sancho mas desgobernado que gobernador, lo acepta tal cual; al fin y al cabo trae dinero, que es lo que importa. Todos se van a su casa.

Y D. Quijote se reúne con el bachiller y con el cura (echo de menos a maese Nicolás, el barbero), a quien le cuenta todo lo que sucedió en Barcelona, el año de su paro forzoso y su determinación de hacerse pastor. Pero observo que D. Quijote lo dice sin entusiasmo alguno; esta  triste y cansado, no dice de irse solo a ser pastor, sino que  suplicó  (¿desde cuando un caballero andante suplica?) al bachiller y al cura que lo acompañasen y ademas, lo suplica con toda la humildad del mundo (“si no tenían mucho que hacer y no estaban impedidos en negocios más importantes”), que se fuesen con el a ser pastores.

A regañadientes aceptan el bachiller y el cura, con la aparentemente buena intención de estar cerca de él y que no se les escape. Y cuando el ama y la sobrina protestan con buen criterio, diciendo que le ser pastor es para gente joven y fuerte y nuestro hidalgo ya era viejo y estaba enfermo,  D. Quijote se derrumba del todo,  y se viene abajo:

Callad, hijas —les respondió don Quijote—, que yo sé bien lo que me cumple. Llevadme al lecho, que me parece que no estoy muy bueno, y tened por cierto que, ahora sea caballero andante o pastor por andar, no dejaré siempre de acudir a lo que hubiéredes menester, como lo veréis por la obra.

Impresionante... el ultimo acto está a punto de comenzar y yo tengo un nudo en la garganta.

Saludos.

26/10/2010

El triunfo de Baco. Las Bacanales.

Tambien conocido como "Los borrachos". Asi se conoce popularmente a un cuadro pintado por nuestro inmortal Velazquez, para el Rey Felipe IV, entre 1.626 y 1.628. Este cuadro es una de mis pinturas favoritas,  la primera vez que disfruté de su contemplación en el Museo del Prado, me fascinó verlo al natural, en vivo y en directo. En la escena aparecen una serie de borrachos, y el Dios Baco, el Dios del vino y de las bacanales, corona con laurel a uno de los borrachos.

Siempre me ha gustado mucho esta  obra de arte,  que ha ejercido sobre mi un mágico influjo desde mi niñez, por su tremendo realismo. Creo que Velázquez consigue lo que quiere: reflejar en el lienzo el efecto del vino sobre las personas. Aparte del Dios Baco, que es el de la piel mas clara, lo que mas me ha llamado la atención de este cuadro es el impresionante rostro del bebedor del sombrero negro, el que sonríe mientras nos mira y sostiene su escudilla de vino, y el gesto del comensal de al lado, el que parece cuchichearle al oido mientras nos contempla, junto con la expresión del viejo de la capa marrón. Sus rostros están congestionados por el vino, el rostro morado, la nariz roja por los vapores del caldo, y sus ojos lo dicen todo, están borrachos todos, casi les resbala el vino por sus barbillas húmedas. Llevan ya rato bebiendo, y Velazquez refleja el ambiente de modo impecable, como solo los grandes maestros lo pueden hacer. Estoy por decir que  parece que casi se puede oler, literalmente hablando, a vino barato de taberna antigua.

Mientras me deleito contemplando el cuadro, recuerdo a nuestro inmortal Cervantes: “el vino demasiado, ni guarda secreto ni cumple palabra”, os confieso que tengo asociada esa frase con este cuadro desde que tengo uso de razón. Y tambien lo que decian los viejos de mi admirada Castilla la Vieja: “el vino es buen sirviente,  pero no dejes que se convierta en mal amo”.

Las bacanales en la antigua Roma. Y puestos a hablar del Dios Baco, retrocedamos dos mil años atrás. En honor al Dios Baco se celebraban en Roma las bacanales, fiestas en las que se bebia sin limite, y que todos asociamos a una tipica “orgia Romana”, de alcohol, desenfreno y sexo, y asi fue cuando degeneraron las  inicialmente virtuosas costumbres romanas.  Pero al principio,  las primitivas bacanales  (importadas por Roma desde Grecia alrededor de los S. II-III a. C, donde se adoraba a Dionisos, que luego pasó a Roma como Baco),    se celebraban en secreto con la exclusiva participación de mujeres,  cerca del monta Aventino, entre los dias 16 y 17 de Marzo.

Posteriormente la cosa degeneró bastante, pues se admitió la participación de los hombres en los ritos (se conoce que el vino era un licor demasiado exquisito para que solo las feminas pudieran degustarlo en esas celebraciones) y proliferaron mucho estas ceremonias, tanto, que llegaron a celebrarse todos los meses. Incluso se convirtieron en celebraciones muy peligrosas, tanto que  que en el año 186 a.C el Senatus Consultum de Bacchanalibus (Senado Consulto de Bacanales, es decir, un Decreto del Senado) las prohibió en toda Italia, excepto en ciertos casos excepcionales, siempre con la previa aprobación del Senado.

Pero no pudo Roma con estas fiestas, pese al severo castigo infligido a quienes se sorprendía violando este decreto, las bacanales no fueron sofocadas jamás, especialmente en el sur de Italia.

La Iglesia Catolica tampoco pudo sofocarlas, y las sustituyó por nuestro actual Carnaval.

Saludos.