Estamos en Mayo, y este es el mes de las Comuniones, por excelencia, decenas de niños acuden a estas ceremonias. Todos muy bien arregladitos, perfumaditos, con sus vestidos ellas, con sus trajes encorbatados ellos, las niñas de novias, los niños de marineritos, todo muy bonito. Las parroquias se llenan de gente completamente desconocida para sus "habituales". Pero algo ha cambiado.
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Antiguamente, todo era más espontáneo. Cuando se hacia la comunión, cada uno se iba a su casa, invitaba alli (en su casa) a los intimos de comer, luego te daban algun regalito como un exin castillos o un madelman para ellos y alguna muñeca o juego de la Srta. Pepis, para ellas (o algo semejante) dinero no desde luego, y despues cada uno marchaba para su casa. A los niños eran sus padres los que les enseñaban las oraciones, y cuando el cura pensaba que estaban preparados, hacian la ceremonia. El cura se llevaba su propina si los padres querían, pues era voluntario, el que podia o queria dejaba propina, y el que no, nada, y doy fe, que he sido monaguillo cuando niño. Fotografos: podia hacerte foto el que quisiera, el cura no se oponía.
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Ahora no, esto se ha convertido en un circo, y (que alguno me perdone si lo ofendo) en una gran hipocresía social más forzada. La sociedad ha cambiado muchisimo. Y eso es lo que no comprendo, increible, el laicismo, afortunadamente, avanza lenta pero inexorablemente y seguimos haciendo las mismas tonterías que antaño. Ambos padres están de acuerdo en seguir con las convenciones. Muchas personas, creo que la mayoría, comentan que no lo hacen por espiritu o convencimiento, sino por costumbre y por no significarse ante los demás, cosa que me parece de una cobardía y de una estupidez incalificables. Ea, como lo hace todo el mundo, pues yo también, ¿donde va Vicente? Donde va la gente. Y luego la parafernalia circense que rodea estos eventos es digna de Holliwood: unos autenticos festines, vamos, ni las bodas tienen que ver ya con los banquetazos que se sirven en algunos sitios. Ahora hay tarjetas de invitación, reportajes fotograficos, minutas de los restaurantes, recuerdos para los invitados, la cestita con las chuches para los niños, ¡ah! Y hasta corte de la tarta, parecen bodas, repito. Los padres, en general, y salvese el que pueda, no enseñan las oraciones a sus hijos: ahora son los Catequistas, porque por decreto te ponen un catequista, se conoce que la pdb no confia tanto en nosotros. Tienes que empezar 4 años antes a catequizar (lo que se tarda en hacer una Carrera Universitaria) ¡¡¡desde los 5 años hasta los 9!!!. Antes, con unos meses era bastante. Ah, y el servicio hay que pagarlo obligatoriamente, quieras o no: 60 Euros por niño. Me ljode ser esclavo de la costumbre.
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Reconozco que estaba profundamente equivocado cuando lei en la Biblia aquello de "la gracia la habeis recibido gratis, dadla gratis". Ahora se cobra por el servicio. ¿No es eso delito de simonía, como le pasó a Simon el Mago? Parece que los de la iglesia quieren olvidarlo, y eso me retuerce por dentro, por lo que conlleva y significa, no por la importancia que puedan tener sesenta malditos euros. Y lo gracioso del caso es que a la semana siguiente, de veinte niños, van a la Iglesia 10, a la semana siguiente 8 o 7, mas adelante 6 o 5, y asi sucesivamente, en una frecuencia decreciente e inexorable.
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Fotografos: solo los Oficiales de la parroquia, y ojo, bajo pena de que el cura detiene la ceremonia si ve a otro haciendo fotos, si, si, yo he sido testigo. Si el padre quiere una foto de su hija en la ceremonia, tiene que ser del fotografo oficial, no del de su libre elección. Incalificable. Manda huevos, que diria Trillo.
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Tambien hay otros casos particulares, como el caso de quien os escribe. El: escéptico y agnóstico convencido, que no niega lo trascendente, sino que vive en la permanente duda, y que busca sinceramente la verdad con la razón y la ciencia, no con la superstición y creencias ajenas; y por supuesto, en tajante y total desacuerdo con la politica de la iglesia y su modus actuandi, que quisiera sinceramente que sus hijos decidieran, una vez maduros, por si mismos. Ella: religiosa convencida y amante de la tradición. Dos fuerzas contrapuestas, y con la misma legitimidad y autoridad para educar a los hijos, tanto el como ella. Dos posturas perfectamente respetables, la una y la otra. ¿Que hacer? No es una situación fácil. ¿Como se logra el consenso en esos casos?
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Puedo con un "adversario", la iglesia, pero no puedo al mismo tiempo contra dos: la iglesia y mi paz familiar. He optado por mostrarme condescendiente, y me ha costado trabajo. En fin, "Paris bien vale una misa", que diria el famoso Rey francés. Eso si, jamas he mentido a mis hijos, ni he procurado nunca que crean algo en lo que yo no creo, pues siempre me he mantenido completa y absolutamente al márgen del tema religioso, no les he dicho ni una sola palabra de tal materia, antes al revés: cuando han preguntado he sido siempre sincero y honrado con ellos. Se lo debo. Ahora bien, el hecho de una ceremonia puntual en cuestión no evitará, ni muchisimo menos, que gocen de una enseñanza libre y respetuosa, y procuraré que estas ceremonias no se conviertan en un lavado de cerebro o en una merma de sus posibilidades de desarrollo personal. Les contaré (ya me estan haciendo preguntas), mi propia experiencia personal: bautizado, comulgado y confirmado, con una muy rigida educación religiosa, que un buen dia a los 20 años descubrió lo maravilloso que es el imperio de la razón y que empezó a navegar solo y sin ayuda por el proceloso mar de las dudas; lo dificultoso que fue dicho viaje; el sufrimiento que llevó aparejado; pero, al final, lo libre y agusto conmigo mismo que, en ese sentido, me siento ahora. ¿Que otra cosa puedo hacer?
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Salu2.
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