Las cosas existen, ocupan un lugar en el espacio y las percibimos por los sentidos. Pero ¿son como son o como las vemos? Porque puede haber y de hecho hay diferencias enormes de percepción de una persona a otra. Lo que para uno es bueno, para otro puede ser malo; o lo que para uno es extraño, para otro puede ser algo usual. Lo bello para ti puede ser feo para aquel.
Viene a cuento lo anterior porque esta tarde he presenciado una no pequeña discusión entre varias personas. Discutian vehementemente, y uno le decía al otro: “es que las cosas no son asi como tu te imaginas” “Las cosas son como yo te digo” “A ver si abres los ojos y ves las cosas como son”, y otras expresiones por el estilo, trataba de convencerlo como fuera. Y el caso es que la persona a la que iban dirigidas esas frases mantenía una postura que, en mi opinión, era perfectamente correcta y respetable.
Parece materia sencilla y poco importante, pero a poco que se medite veremos que la tolerancia es una de las consecuencias del escepticismo. Si, y me explicaré. En mi opinion la intolerancia y los fundamentalismos han venido siempre de ahí: de no respetar la opinión ajena o la percepción ú opinion que de las cosas tienen los demás. Recordaré brevemente que para los que nos consideramos escépticos o mejor, para los que cada dia aspiramos a serlo, no existe ninguna verdad objetiva, ni existe tampoco nada absolutamente bueno o malo, verdadero o falso, pues todo es subjetivo dado que la percepción de la realidad depende del sujeto y no del objeto. Por ejemplo un escéptico nunca dirá hace frío, sino que siempre dirá siento frío, ya que él sólo puede saber que él tiene frío.
Cada vez más comprendo menos que alguien diga que las cosas son como el las ve, pues lo hace con completo olvido de que habrá quien piense diametralmente opuesto porque las vea de otro modo, sin olvidar la infinita gama de matices intermedios que pueden surgir a la hora de percibir o analizar una cosa o una idea. Dicen “es que las cosas son asi”, y se quedan tan tranquilos; como aquel telediario que terminaba diciendo: “Asi son las cosas y asi se las hemos contado”. Pues miren ustedes, va a ser que no; porque asi no son las cosas, asi las ven ustedes. Aparte de que, como técnica argumentativa, su eficacia es nula: si vemos las cosas en azul, por mucho que nos chillen que son verdes las seguiremos viendo en azul, deberán de convencernos con medios mas eficaces.
Por eso defiendo que el escepticismo es honrado ya que no trata de convencer a nadie. Un escéptico nunca dirá como es el mundo, sino como él lo ve o lo percibe. Cada dia me gusta más usar las particulas “en mi opinión”, “para mi”, “yo creo que”, o “yo pienso que”, precisamente por eso: porque nadie es quien para decir como son las cosas, sino simplemente como las ve él.
Parece obvio. El problema es que se nos olvida frecuentemente, pues usamos el verbo ser casi sin darnos cuenta. Y en prensa, radio y televisión se trata de un uso y abuso terrible. No bajemos la guardia contra la intolerancia. Quizás deberíamos emplear más el termino ver ú opinar. Por cierto: solo es mi humilde opinión.
Saludos.
Viene a cuento lo anterior porque esta tarde he presenciado una no pequeña discusión entre varias personas. Discutian vehementemente, y uno le decía al otro: “es que las cosas no son asi como tu te imaginas” “Las cosas son como yo te digo” “A ver si abres los ojos y ves las cosas como son”, y otras expresiones por el estilo, trataba de convencerlo como fuera. Y el caso es que la persona a la que iban dirigidas esas frases mantenía una postura que, en mi opinión, era perfectamente correcta y respetable.
Parece materia sencilla y poco importante, pero a poco que se medite veremos que la tolerancia es una de las consecuencias del escepticismo. Si, y me explicaré. En mi opinion la intolerancia y los fundamentalismos han venido siempre de ahí: de no respetar la opinión ajena o la percepción ú opinion que de las cosas tienen los demás. Recordaré brevemente que para los que nos consideramos escépticos o mejor, para los que cada dia aspiramos a serlo, no existe ninguna verdad objetiva, ni existe tampoco nada absolutamente bueno o malo, verdadero o falso, pues todo es subjetivo dado que la percepción de la realidad depende del sujeto y no del objeto. Por ejemplo un escéptico nunca dirá hace frío, sino que siempre dirá siento frío, ya que él sólo puede saber que él tiene frío.
Cada vez más comprendo menos que alguien diga que las cosas son como el las ve, pues lo hace con completo olvido de que habrá quien piense diametralmente opuesto porque las vea de otro modo, sin olvidar la infinita gama de matices intermedios que pueden surgir a la hora de percibir o analizar una cosa o una idea. Dicen “es que las cosas son asi”, y se quedan tan tranquilos; como aquel telediario que terminaba diciendo: “Asi son las cosas y asi se las hemos contado”. Pues miren ustedes, va a ser que no; porque asi no son las cosas, asi las ven ustedes. Aparte de que, como técnica argumentativa, su eficacia es nula: si vemos las cosas en azul, por mucho que nos chillen que son verdes las seguiremos viendo en azul, deberán de convencernos con medios mas eficaces.
Por eso defiendo que el escepticismo es honrado ya que no trata de convencer a nadie. Un escéptico nunca dirá como es el mundo, sino como él lo ve o lo percibe. Cada dia me gusta más usar las particulas “en mi opinión”, “para mi”, “yo creo que”, o “yo pienso que”, precisamente por eso: porque nadie es quien para decir como son las cosas, sino simplemente como las ve él.
Parece obvio. El problema es que se nos olvida frecuentemente, pues usamos el verbo ser casi sin darnos cuenta. Y en prensa, radio y televisión se trata de un uso y abuso terrible. No bajemos la guardia contra la intolerancia. Quizás deberíamos emplear más el termino ver ú opinar. Por cierto: solo es mi humilde opinión.
Saludos.