De vez en cuando se suscitan en este país polémicas ruidosas. Y no solo ruidosas, sino estériles, como la que en los últimos días ha surgido a propósito de la causa judicial abierta sobre el juez Baltasar Garzón. “Prima facie” da la impresión de ser una campaña para apoyar a Garzón. Hablaremos de ello.
Llevo ya 16 años recorriendo con mi toga los Juzgados y Tribunales. Conozco, pues, el mundo de la Justicia, dado que los Abogados también nos movemos entre bastidores.
Obviamente, todo el mundo tiene derecho a opinar y a pensar como desee, pero pienso que cuando se habla de algo o se apoya algo primero hay que saber de lo que se está hablando o lo que se está apoyando. Me preocupa la tremenda e irresponsable campaña de desprestigio que se ha desatado con esta ofensiva publica (permítaseme esta licencia), pero no contra Garzón, sino contra el propio Poder Judicial e instituciones judiciales. Y esta campaña parece orquestada por legos en Derecho, esto es, por parte de quien no puede opinar fundadamente al no ser especialista en temas jurídicos, se nota a leguas de distancia, porque si no fuera así no dirían las solemnes tonterías que están diciendo.
Veo titulares en la prensa e incluso escucho frases pronunciadas en tertulias radiofónicas, tan sumamente ridículas como estas: “la Justicia va contra Garzón por haber investigado los crímenes del franquismo”, “Pase lo que pase, la justicia va a quedar muy dañada con esto”, “Quienes juzgan a Garzón son los herederos intelectuales del franquismo”, y otras lindezas semejantes que están creando una innecesaria e infundada alarma social.
Recordemos que el dictador falleció hace ya la friolera de treinta y cinco años (concretamente, yo era un niño de diez años cuando murió y no recuerdo nada de aquel día, solo que los niños estábamos felices porque no hubo Colegio) y que vivimos en un Estado social y democrático de Derecho, donde la democracia es una bendita realidad afortunadamente consolidada en el periodo de paz más largo de nuestra historia: el actual.
Recordemos tambien que la bandera de la Justicia es su independencia: Art. 117 de la Constitucion, Norma fundamental del Estado Español, en su parrafo 1º dice esto: "La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del Poder Judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley". Y en su parrafo 3º, ATENCION, dice: "El ejercicio de la potestad jurisdiccional en todo tipo de procesos, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, corresponde exclusivamente a los Juzgados y Tribunales determinados por las leyes, según las normas de competencia y procedimiento que las mismas establezcan." Y esto no es norma preconstitucional: ¡es la propia Constitución!
Lo cual signifia varias cosas: una, que la Justicia es independiente, no debemos olvidarlo, en segundo lugar que los jueces estan sometidos al imperio de la Ley, como cualquier ciudadano; y en tercer lugar, atención, que el juez no puede hacer las cosas como quiera, sino ateniendose a las normas de competencia y procedimiento establecidas en la Ley. Por ello, las tonterias que se dicen por ahí están creando una innecesaria y peligrosa alarma que socava el prestigio de una gran institución, como es, nada mas y nada menos, que el Poder Judicial, que es el tercer poder del Estado; están siendo esparcidas a los cuatro vientos sin seriedad; en muchas ocasiones al ciudadano no se le está explicando toda la verdad. Por ello, esta información a veces parcial e interesada de la realidad es muy peligrosa, porque luego pasa lo que pasa: están provocando la comprensible indignación de muchas personas que no conocen el fondo del asunto y que al no tener más datos que una incompleta información no entienden que quien con tanta valentia ha perseguido los horribles crímenes del franquismo sea ahora condenado por la Justicia, sacando conclusiones forzadamente erróneas (frases del tipo “¡Que barbaro, la justicia va contra Garzón! ¡Pero bueno, en que pais vivimos!”). Y en segundo lugar, lo que es peor es que quizás se está creando un clima de linchamiento mediático a las instituciones judiciales, lo cual no es admisible. Hay que cuidar a los tres poderes del estado, y especialmente a la Justicia, precisamente porque siempre ha sido la cenicienta de esos tres poderes, aunque fundamental en el equilibrio de los mismos.
La Justicia tendrá sus defectos, como toda obra humana: pero es muy peligroso entrar en esa dinámica de acoso y derribo sin saber las causas. Me recuerda al juicio contra Jesús en presencia de Pilato, a quien coaccionaron: ”¡Si sueltas a ese no eres amigo del Cesar!”
Ahora examinemos el tema, con seriedad, con frialdad y asepsia, dejemos las emociones guardadas un ratito en un cajón y si les parece intentemos meditar tranquilamente. Veamos que ha sucedido. Parece que arranca todo de una querella que un sindicato o grupo ultraderechista interpuso contra Garzón. El hecho de que la querella la haya interpuesto un grupo ultraderechista es una cuestión nimia: una denuncia la puede interponer cualquiera. Afortunadamente, la ultraderecha jamás ha ganado en España unas elecciones democráticas, ni espero ni deseo que las gane nunca, además, históricamente la ultraderecha nos llevó a sitios donde nadie quiere volver y donde, ojala, nunca volvamos. Democracia y libertad ante todo.
No he leído la querella, aunque he intentado documentarme al máximo. Parece que son varios los motivos de la querella, al parecer el mas sonado estriba –entre otros- en una invasión competencial por parte de Garzón de la competencia de los Jueces ordinarios para perseguir los crímenes del franquismo; de modo que parece que la querella no se interpone contra Garzón por haber perseguido los crímenes del franquismo, como erróneamente se quiere hacer creer, sino por una cuestión competencial. Parece que se interpone por diferentes cuestiones de procedimiento, como la invasión de las normas competenciales. (He usado la palabra "parece", lo sé, hasta cuatro veces en este parrafo).
Recordemos que una querella es solo un acto de parte, de quien denuncia. La última palabra la tiene la Justicia. Estamos en un procedimiento judicial. Y la causa está "sub iudice" de modo que aún es pronto para opinar, nada terrible esta sucediendo, de modo que es conveniente no dramatizar y dejar que la Justicia haga su cometido. Además, a Garzón le protege la presunción de inocencia, como a cualquier otro ciudadano.
Creo en la Justicia. Creo que no se debe hacer demagogia ni politizar a la Justicia., ni socabar su credibilidad dudando de su imparcialidad e independencia sin motivo alguno. Porque algo hay claro: ante una denuncia el Juez puede hacer inicialmente dos cosas: o archiva el caso (si no ve indicios de delito) o tramita diligencias: esto segundo lo hace si ve indicios de delito. Si la causa contra Garzón esta abierta es que el Tribunal ha visto indicios de delito, lo cual NO significa que finalmente sea condenado: ahora se esta investigando, ya se verá lo que sucede.
Ahora separemos “sentimiento” de “justicia”, porque son mundos y valores completamente distintos.
SENTIMIENTO. Respeto muy profundamente el dolor de la victimas del franquismo, que cuentan con mi cariño y con mi reconocimiento; de hecho un familiar muy directo mío también fue represaliado. Pienso que todos los responsables han de ser juzgados o, de no ser posible (por el tiempo transcurrido ya) dar satisfacción a las victimas. Que si, que estoy totalmente de acuerdo. El franquismo no es, ni ha de ser intocable: los causantes de crímenes han de pagar su culpa, como cualquiera y las victimas han de ser compensadas.
Me parece que Garzón actuó como un hombre integro y valiente cuando investigó los crimenes franquistas, tratando de remediar la injusta situación de los miles de inocentes que fueron injustamente enterrados en fosas comunes. Igual de valiente cuando procedió contra Pinochet. Aquello fue una injusticia que habia y hay que reparar, y se merece por ello aplauso y reconocimiento.
JUSTICIA. Esos horrendos crímenes, por muy horribles y detestables que sean, que sin duda lo son, han de investigarlos y en su caso juzgarlos los jueces competentes, en puro cumplimiento de la Ley.
No estamos hablando ahora de una cuestión de ética, sino legal: de una cuestión de competencia y de aplicación de normas de procedimiento, que es distinto.
Es muy posible que Garzón sea inocente. Pero ahora solo se trata de investigar si ha cometido o no ha cometido delito: y eso no es “ir contra Garzón”, solo se le está investigando. Además, el hecho de que una querella sea inicialmente admitida no implica necesariamente que finalmente prospere: puede ser archivada finalmente, si se comprueba que no hay delito.
Decir que pretenden “anularle como Juez por tratar de enjuiciar el franquismo” es una maliciosa falacia. Entiendo que la Justicia no quiere hacer eso. La justicia pretende que se cumpla la ley, en este caso las normas sobre la competencia de cada juez para conocer y enjuiciar asuntos.
El juez, como todo ciudadano, esta sometido al imperio de la ley. Si Garzón –hablo en hipótesis- cometió infracción al autodeclararse competente puede que incumpliera la Ley: la ley que marca claramente la competencia que cada juez tiene para juzgar determinados asuntos. Ya veremos que alcance tiene su incumplimiento, si es que lo hizo, cosa que precisamente se está investigando.
Dejemos el corazón en barbecho, y meditemos con la máxima asepsia posible sobre este tema. Juro que no acierto a comprender el papanatismo tan tonto/malicioso que se ha desatado con esta polémica. Creo que hay incluso un "Manifiesto por la Justicia de Garzón". Es curioso: el titulo ya lo dice todo, no habla de defender a la Justicia como valor supremo de nuestro Estado de Derecho, no: parece defender la Justicia “de Garzón”, esto es, la suya, la que imparte este Juez en concreto; como si Garzón no se pudiera equivocar; como si no fuera un ser humano sometido a la posibilidad de error, como todos nosotros. Incluso existe un grupo de intelectuales que apoya el Manifiesto.
CONCLUSION. El hecho de que Garzón haya perseguido crímenes del franquismo le hace acreedor de mi profunda simpatía y reconocimiento. Pero ello, por muy bueno, noble, ético y justo que sea (que indudablemente lo es) no le da “patente de corso” ni derecho alguno para ignorar las normas de procedimiento, como “presuntamente” -ya veremos- ha hecho. La ley es la ley.
Ya veremos lo que pasa. En todo caso, deberíamos de respirar tranquilos, pues es un triunfo de la Justicia, de la democracia y de la Ley que Garzón, como cualquier ciudadano, esté bajo el imperio de la ley, y no sobre ella, por mucho que haya perseguido al franquismo, lo cual, reitero, le granjea mi simpatía y respeto, pero, insisto, no le exime de su obligación de cumplir la ley, como cualquier otro ciudadano.
Saludos.