A raíz de la lamentable tragedia del terremoto y posterior tsunami que ha asolado buena parte del territorio japonés, se ha suscitado ahora en el viejo continente el trasnochado debate, para mi vacío, sobre nuclear si o nuclear no. Un pánico irracional, en mi opinión, se ha apoderado del viejo continente, y me explico.
Poca personalidad, me duele decirlo, ha tenido siempre la Comunidad Europea como institución en la historia reciente y en las relaciones internacionales. Estados Unidos, Rusia, y otros países tienen una trayectoria clara, saben de donde vienen y lo que quieren, pero Europa parece que no deja de dar bandazos, actuando a remolque de las circunstancias y creo que debería de actuar con más sentido común, cosa que no está demostrando. Por varios motivos:
Por un lado, parece que se olvida de que el peligro en la Central Nuclear de Fukushima y el riesgo de tragedia (que por ahora aunque sea elevado solo es solo un riesgo, no tragedia consumada) no ha sucedido por fallo en la Central Nuclear, ni por un defecto “intrínseco”, o “per se” en el reactor o en la propia instalación, sino que se ha producido a consecuencia de un factor completamente ajeno y externo al reactor nuclear y a la energia nuclear: nada mas y nada menos que un terremoto fortísimo, de 8,9 (sobre un máximo de 10) en la escala Ritcher, y posteriormente un tsunami mortífero. Recordémoslo claramente, que nunca está de más; si con ese terremoto y posterior tsunami aun no ha habido una catástrofe nuclear, mi conclusión es que lo japoneses son un ejemplo de seguridad: olé por ellos. Demasiado poco ha pasado, para lo que ha pasado, y lo que podia haber pasado (toquemos madera). Ya dije en mi entrada anterior que conocen los terremotos y los tsunamis. (¿Que hubiera pasado en Europa con otro terremoto de 8,9 como allí?. No quiero ni pensarlo).
Por otro lado, me llama mucho la atención que sea ahora, -curiosísimo-, precisamente ahora, cuando se van a hacer pruebas de estrés a las centrales nucleares Europeas. Ahora si. ¿Antes no? Forzosísimo es concluir: o se equivocaban antes (por dormirse en los laureles) o se equivocan ahora (por manifiesta precipitación). Cabe preguntarse que hubiera sucedido aquí si nada hubiera pasado en Japón: seguramente nada, y ello demuestra palpablemente que el viejo continente actua a golpe de circunstancias como he dicho antes, y sin tener un criterio propio, uniforme, y sostenido en el tiempo. Es una pena.
Por ello, lejos de alarmismos pueriles y estupidos, creo que habría que actuar con prudencia y sentido común, que ya sabemos que es a veces el menos común de los sentidos. Lo mismo que no es inteligente ni práctico legislar a sangre caliente (recuérdese lo que sucedió en España poco después del caso de la niña “Mariluz” y otros), tampoco es bueno dejarse llevar por un pánico irracional en estas circunstancias, ni actuar siempre a remolque de los sucesos, sin tener un criterio propio.
Porque lo cierto y verdad es que Europa en general, y España, en particular, tiene un tremendo déficit energético y, mal que nos pese, la energia nuclear parece ser -dejo este tema a los técnicos- la mas limpia y la mas barata.
He dicho la más limpia y barata, pero ojo, no he dicho la mas segura. Y a eso voy. Para ello habría, efectivamente, que mejorar la seguridad de las Centrales nucleares, pero sin olvidar el terreno que pisamos: Europa no es una zona sísmica, afortunadamente. Preocupación, si; vigilancia sobre la seguridad de las centrales nucleares, si; extremar las precauciones precisas habidas y por haber para evitar accidentes nucleares: mil veces sí. Pero, por favor, nada de pánicos ni de cacareos de última hora. Tengamos más aplomo, algo que, repito, echo mucho de menos en los órganos de gobierno de la Comunidad Europea. ¿Ah, no? Leed la prensa, ved los telediarios; comprobad los bandazos del presidente francés (con este tema y con el de Gadafi -¿quien lo asesorará?- Merkel (primero dice que si y ahora que no -la proximidad de las elecciones hace estragos con las mentes de los gobernantes- o para que hablar de la cagada de aquel "genio" que usando el término "apocalipsis" ha causado un panico que nos puede costar muy caro), y asi sucesivamente.
El desastre de Japón ha acontecido en el momento en el que Europa estaba abriéndose de nuevo a la energía nuclear, como medio para superar la crisis energética; y recordemos que las energías renovables, y las fuentes alternativas, dígase lo que se quiera, son enormemente caras.
¿Nuclear si? Garantizame la seguridad.
¿Nuclear no? Hazme entonces una propuesta alternativa, pero ojo, que sea constructiva, enseñame otra energia alternativa pero no me plantees una opción diez veces más cara que me obligue a ordeñar a mis ciudadanos, friéndolos a impuestos.
Cabeza fria y serenidad. Consideremos los pros y los contras. Y tengamos en cuenta todos los factores: primero, lo que nos cuesta; segundo, la seguridad de lo que compramos; y tercero, lo que nos cuesta la alternativa. En resumen: inteligencia y sentido práctico, como nuestras mujeres. Veréis: el viernes pasado acudí a un mercadillo de mi pueblo, mi mujer necesitaba algo concreto que no localizaba en tiendas, y la acompañé. Me entretuve un ratito viendo como compraban las mujeres: ellas si que saben, se toman su tiempo, miran, calibran, y casi siempre aciertan comprando lo mejor al mejor precio.
Deberian de aprender de ellas nuestros gobernantes.
Saludos.