Llegan momentos en la vida en los que uno debe de detenerse, apartarse a un lado del camino, y sentarse a meditar, examinando detalladamente la trayectoria que lleva y la que, en un futuro, quiere seguir. Optar por el continuismo, por innovar, que se yo… Me siento como si estuviera en una encrucijada. No sé, pero es algo muy raro. Cuando quieres vivir no sabes hacerlo; y cuando por fin vas aprendiendo a hacerlo, ya no puedes, porque comprendes que se te acaba el tiempo. Fugacidad… Oigo una voz que dice: “Ultima llamada para los pasajeros con destino a la Incertidumbre”... Viaje hacia…¿adonde? ¿Hacia una vida futura? ¿Hacia ninguna parte? ¡Esto se acaba señores…! Cuando se te va terminando la copa de buen vino, bebes mas despacio, te recreas, lo hueles y lo paladeas muy suavemente...¡con el placer mezclado con la tristeza del que sabe que se le acaba…! Bueno, todavía no, que aún queda vino en los cueros y tiempo para disfrutarlo.
¿Tiempo? Pero, ¿Qué tiempo? Si apenas tengo tiempo para nada. El trabajo me tiene completamente rodeado…y casi no puedo postear ni visitar vuestros blogs, y os pido humildemente disculpas a todos. Por ello, amigas y amigos, me ha parecido conveniente asomar por aquí para comunicaros que estare una temporada alejado de la blogosfera, de modo que os envio a todos/as un fuerte abrazo, y os doy las gracias por vuestro cariño (os juro por lo mas sagrado que os he sentido y os siento muy cerca, gracias de nuevo) porque me despido de vosotros por un tiempo.
Necesito meditar, necesito reflexionar. Y sobre todo, revisar mi propia coherencia y poner en práctica lo que uno dice, que, como decía Goethe, es lo más difícil del mundo.
Fugacidad…si quizás sea esa la palabra…quizás sea lo que hace que la flor sea tan bella y su fragancia tan arrebatadoramente embriagadora. Y mi voz interior me avisa: “Te estas perdiendo algo”… Y tanto que si... La vida es demasiado corta. Y mientras me alejo, de pronto siento que necesito detenerme, olvidarme de todo, y gozar de la contemplación de esa flor y de su aroma…no quiero que se me escape, quiero llevármela conmigo. Necesito atrapar ese instante.
Volveré. Cornelivs os quiere.
Adiós.