"Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado" (André Gide)
"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendería con mi vida tu derecho a expresarlo" (Voltaire)

"La religión es algo verdadero para los pobres, falso para los sabios y útil para los dirigentes" (Lucio Anneo Séneca)
"Cualquier hombre puede caer en un error, pero solo los necios perseveran en él" (Marco Tulio Cicerón)
"Quien no haya sufrido como yo, que no me de consejos" (Sófocles)
"No juzguéis y no sereis juzgados" (Jesús de Nazaret)
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19/04/2016

Homenaje a esos héroes desconocidos

Los que solemos correr carreras de medio fondo y fondo nos hemos topado con ellos en alguna ocasión, pero para los que no corréis, os diré que no es extraño ver de vez en cuando a corredores como el que os pongo en la fotografía de arriba, si,  corredores (como los demás, con su dorsal y todo) que participan en nuestra misma carrera, y que arrastran un carro o silla de ruedas con personas con alguna minusvalía (hijos, hermanos, etc…).

La primera vez que me topé con estos corredores fue en una de las primeras medias maratones en la que tomé parte.  Los corredores estábamos cada uno pendiente de nuestro ritmo y de nuestro objetivo de tiempo, intentando arrastrar nuestros ya cansados y fatigados cuerpos unos kilómetros más, hasta llegar a la meta.  Como sabéis una media maratón son 21 km, y recuerdo que  iba por el km. 17 o asi,  ya nos quedaban solo 4  para terminar,  cuando he aquí que de pronto me topé con el primero: otro corredor, más joven que yo,  arrastraba una silla de ruedas en la cual viajaba un muchacho, supongo que su hijo.    Llevaba un ritmo muy alegre, y nos sobrepasó con autoridad “Siempre a tu lado, Carlos”, ponía su camiseta en letras grandes,  no lo olvidaré.  Me quedé estupefacto. Si los demás  apenas podíamos seguir… ¿Cómo podía este corredor con sus huesos, y ademas con la silla de ruedas con su hijo?  Ese fue mi primer contacto con uno de estos héroes, recuerdo que llevaba un ritmo endiablado, me adelantó a mí y a  muchos corredores más. No supe reaccionar porque me pilló de sorpresa.

Mi segundo encuentro si que fue mas emotivo, y os cuento: maratón de Madrid 2013, aproximadamente  ya llevaba unos 30 kilómetros, cuando me topé con otro de estos héroes, si, vuelvo a llamarlo héroe, pero esta vez me fijé con más detalle,  era mayor que yo, abundantes canas poblaban su cabeza, y el enfermo de la silla de ruedas, imagino que también sería su hijo,  viajaba  con la cabeza ladeada,  el muchacho tendría sobre unos 14 o 15 años.  Por el kilómetro 30, un corredor de maratón esta ya cansado, y queda lo mas duro de la prueba, los últimos 12 kilómetros,   y ese corredor, más viejo que yo, también nos sobrepasó,  arrastrando su carro o silla de ruedas con su hijo. ¡Son rápidos!

Todos los que ibamos juntos nos miramos estupefactos.  Yo corrí detrás de él unos seiscientos o setecientos metros aproximadamente (no pude aguantar más su ritmo), y con los ojos de agua, le toqué en el hombro, y le dije algo asi como: “ole tus…”.  Se volvió brevemente para mirarme,  y  algo debió de notar en mi mirada, porque me dirigió  una sonrisa de lo mas espeluznante, y solo me dijo: “animo, nos vemos en la meta”.  Yo seguí corriendo,  contemplando con asombro como se perdia por delante de mi, adelantando a unos y otros corredores... Cuando llegué  a la meta del Retiro, lo busqué afanosamente, me hubiera gustado darle un enorme abrazo, pero no conseguí volverlo a ver.

Tras aquellas primeras experiencias ha pasado el tiempo. En  más carreras, pero fundamentalmente en las maratones y medias maratones, me he vuelto a encontrar de vez en cuando con estos titanes, y siempre me ha producido una enorme emoción verlos correr a nuestro lado. 

Prescindo aquí de narraros lo que pasa por mi mente cuando los veo, y guardaré un respetuoso silencio sobre su motivación,  sobre que pretenden, sobre su dolor, y sobre su por qué.

Solo puedo decir que, estén donde estén, estas líneas van en homenaje de todos ellos, junto con mi aplauso  y mi admiración.

Saludos.
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