El ejercito enemigo es cobarde pero astuto; nunca dan la batalla durante el día, abiertamente; se presentan sobre todo por la noche, cuando sus victimas están inermes, descansando, y sus acciones se ajustan a un plan de batalla minuciosamente preparado.
Se han confirmado mis peores temores, pues esta noche han sido tres los exploradores del ejército enemigo que han acudido realizar sus actos de rapiña. Tras una pequeña escaramuza, uno ha podido ser destruido, pero los otros dos, inteligentemente, han regresado con sus aviones poco después, por una ruta distinta, justo cuando los vigías acababan de recoger los restos del avión enemigo siniestrado, y han arrasado otro sector del campo, dejando otra vez la tierra dolorida y humeante, y portando en la panza de sus aviones un gran botín.
La guerra va a ser terrible. Ahora ya no tengo ninguna duda de que a la vista del éxito de la misión de los exploradores, vendrán muchos más. Cualquier noche acudirán escuadrillas enteras de aviones enemigos, surcando los cielos en perfecta formación, rumbo al inmenso campo.
La guerra es inevitable. Reunido el Consejo, se ha acordado reforzar la vigilancia, los radares y los cañones antiaéreos; y sobre todo se ha previsto utilizar armas y sustancias químicas para intentar destruir a estos fieros e implacables enemigos …
¡Malditos mosquitos…!
Saludos.
1 comentario:
El otro día se coló una en mi habitación que parecía una vespa de las antiguas
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