"Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado" (André Gide)
"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendería con mi vida tu derecho a expresarlo" (Voltaire)

"La religión es algo verdadero para los pobres, falso para los sabios y útil para los dirigentes" (Lucio Anneo Séneca)
"Cualquier hombre puede caer en un error, pero solo los necios perseveran en él" (Marco Tulio Cicerón)
"Quien no haya sufrido como yo, que no me de consejos" (Sófocles)
"No juzguéis y no sereis juzgados" (Jesús de Nazaret)
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17/01/2012

El dia de las alabanzas.

Que todos los dioses nos libren del dia de las alabanzas. Triste dia es ese; te vienen los reconocimientos cuando ya no los oyes; te llueven las flores cuando ya no puedes aspirar su perfume y te inundan los elogios cuando ya te está vedado experimentar el intimo placer que se saborea cuando uno ve reconocido un duro trabajo de años.

Inconscientemente tendemos a alabar al que acaba de partir; que bueno era, que honrado era, que guapo era. Y si alguno recuerda sus defectos alguien inmediatamente dice: "no era para tanto", ejerciendo a veces de abogado defensor quien ha sido, en vida, su más encarnizado enemigo.

En una palabra: esta muerto, y con la muerte parece que se expian todas sus culpas. Pero yo no estoy de acuerdo. Me gusta la verdad sobre todas las cosas. Si una persona ha sido (p. ej.) perversa durante toda su vida, esto es solo un ejemplo, murió como vivió: ha partido un perverso, y no por el hecho de morirse es menos perverso de lo que era en vida.

Harto distinto es que no guste hablar de quien se ha ido. Eso lo puedo comprender.  Ocultar defectos ajenos es prudencia, al fin y al cabo ya se ha ido, aunque no sucede nada si se llaman a las cosas por su nombre.  Pero ocultar deliberadamente meritos ajenos me parece mezquino.

Resulta muy interesante comprobar  la reacción de la familia y entorno de un fallecido cualquiera. Ultimamente he tenido que asistir a diversos entierros y funerales de parientes y conocidos mios, y si prestamos un poco de atención lo podremos  comprobar: si escuchamos detenidamente la semblanza que hacen del muerto,  o el tema de conversación que eligen los dolientes y como se expresan, se ve claro si son amigos o enemigos, si lo adoraban lo odiaban, o disimulaban este ultimo odio bajo la capa de la aparente indiferencia, o si pertenecen al grupo de los que yo llamo "cumplidores profesionales" van a todos los entierros, aunque no conozcan de nada a la familia. 

¡Pues qué, el espectáculo que dan los plañideros de nuevo cuño, haciendo al mundo embustero derramando inacabables lagrimas cuando todo el mundo -por suerte o desgracia, y sobre todo en los pueblos pequeños- sabe mas de lo que le convendría saber...! O para qué hablar de aquel que da su sentido pesame a la familia del fallecido, cuando jamás habia cruzado una palabra en toda su vida con el finado.  Curiosas personas los seres humanos...

En fin, que todo el que se parte de aqui lo hace con sus virtudes y con sus defectos, y los que aqui  permanecemos tambien nos quedamos con nuestras luces y nuestras sombras.  Pero nunca he comprendido la hipocresia social de nuestra sociedad que da pie a que existan personas que  se erigen en abogado defensor ante un muerto cuando toda su vida ha sido uno de sus mas encarnizados enemigos, o quien dice lamentar profundamente el fallecimiento de alguien con quien jamás cruzó más de cuatro o cinco palabras; o de quien se atreve a hacer un semblante noble o menos noble del fallecido cuando no lo conocia ni de lejos ni de cerca.  No puedo comprenderlo. Aunque tambien hay ejemplos pintorescos; como el caso (real)  de una persona que todos los viernes del año  lleva flores frescas a la tumba de su  difunto esposo muerto. El caso es que se divorciaron en vida y los ultimos años de vida de ese hombre fueron un autentico calvario: preciamente por culpa de quien ahora le lleva flores todos los viernes.

Saludos.

28 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Quisiera pensar que las flores que deposita en la tumba son fruto del arrepentimiento.
Feliz regreso.

Campurriana dijo...

Las flores en vida, por favor.

El Gaucho Santillán dijo...

Hipocresìa en su mejor esencia, amigo mìo.

En cuanto a las alabanzas que llegan tarde, las clasifico como un peine que te regalan cuando ya estàs calvo.


Un abrazo.

Rita dijo...

Existe un miedo en la gente de decir la verdad cuando alguien se muere y ha sido una mala persona, pienso que si no quieren decirlo mejor es que callen y no digan nada, el que esté muerto no significa que no haya sido lo que fue y me viene en mente alguien que ha muerto recientemente y que ha sido muy alabado por todos o casi todos, no, no estoy de acuerdo, vivo o muerto si es malo lo es.
Bsss

La Gata Coqueta dijo...



Siempre hay corrientes de aire que alteran los acontecimientos...

Pero lo primordial es continuar reuniéndose con los amigos que a tu lado respiran el aroma de tus letras.

Ha sido un verdadero placer encontrar tus huellas en uno de mis jardines y por ello me siento intensamente agradecida.

Un abrazo con el sentimiento de la amistad que nos ha unido desde los tiempos, cuando para mi no lo eran de risas ni felicidad y tu mano me ayudaba a superar los gijarros encontrados camino...

María del Carmen

Javier. M. V. dijo...

Tambien soy de los que opinan que "la muerte no convierte en santo al pecador".

Recibe un gran abrazo desde Japón.

Amig@mi@ dijo...

Me hiciste pensar. Es una buena reflexión, amigo. Es cierto eso de que ya bajo tierra todos fueron buenos. Y por otro lado tampoco es menos cierto que las flores es mejor regalarlas en vida.¿De qué valen después?
Me gustó.
Un abrazo

Natàlia Tàrraco dijo...

Cornelivs amigo, acabo de pasar por eso, sin embargo me he empeñado en no hablar de mi amiga muerta hace cinco días, ni fui al tanatorio, sé por esperiencia lo que significa para la familia ese desfile interminable, horas y horas, te dejan con el dolor entumecido, es agotador.
La hija, amiga de mi hija, me dijo que habló con gente que no tenía ni idea de quien era, encima le contaban sus vidas, un suplício.

Hay que dar tiempo para que el dolor aflore a su ritmo, ni elogios desmesurados ni críticas del ser desaparecido que no puede responder. Esperar que el dolor, el vacio, la sensación de absurdo se aposenten, entonces, hablar desde el conocimiento y si quieren los allegados. Perdón, me he ido a una situación muy reciente y personal que me ha afectado.

Flores para los que pasan por ese trago, cariño y apoyo.
Bien regresado amigo, gracias por comentarme. Besitos.

matrioska_verde dijo...

no tengo nada que añadir a tu exposición, suscribo palabra por palabra... yo no quiero flores ni tumbas.

quiero estar en el aire.

biquiños,

Myriam dijo...

Totalmente de acuerdo contigo. La hipocresía es un buen vomitivo para mí.

Lo del caso real: puede que ahora ella esté arrepentida. Ojalá, sea así.

No soy de visitar tumbas, siempre creí que el duelo uno lo lleva adentro y la memoria de los seres queridos que partieron, también.

Un abrazo x2

Asun dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo, quien mereció los elogios en vida los merecerá también después de muerto, y quien se mereció lo contrario, también lo merecerá una vez partido.

Un beso, Cornelivs, y gracias por el abrazo de ayer.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Así es la vida, amigo Cornelivs. O, más bien, así somos. Parece que a quien se adelante en la muerte que a todos nos espera, le son perdonadas todas sus tropelías y fanfarronadas. Lo mismo que los elogios y condecoraciones a destiempo: no las entiendo. ¿Por qué no se le dispensaron en vida?
En fin, como tú, espero que esté muy lejos 2el día de las alabanzas" (qué bien calificado, qué tino).
Un abrazo.

Gizela dijo...

Tienes razón la hipocresía es un TERROR, en todos los casos...con vivos y con muertos
Pero uno nunca sabe, en casos de funerales y entierros, sí media el arrepentimientos, sí media el perdón.
En un momento, tan de recordarnos lo efímero que somos, pueden aflorar sentimientos, que no sentíamos cuando, el muerto ejercía de vivo.
BESOTESSS

Abejita de la Vega dijo...

Las flores para los vivos y para las abejitas.

Besos, Pablo.

MAJECARMU dijo...

Cornelivs,gracias por tu visita,hace tiempo que no sabía de ti,amigo.
Si,el ser humano es muy contradictorio...cuando ve la muerte de alguien,tiende a perdonar,o a transformar la imagen que tenía de él...Quizá porque la muerte nos enfrenta a nosotros mismos,somos capaces de mirar en perspectiva y comprender muchas cosas...
Mi felicitación por tu profunda reflexión y mi abrazo inmenso siempre.
FELIZ SEMANA,AMIGO.
M.Jesús

Unknown dijo...

Seamos positivos.
Imaginemos que hemos vencido a la muerte.
Tendríamos a esa persona para toda la eternidad.
Casi prefiero escuchar las alabanzas de la gente en un entierro a la posibilidad de tener que aguantar a esa persona por los siglos de los siglos.

Sospecho que esa reflexión tiene algo que ver con la muerte de Fraga.
Desgraciadamente, en este país los franquistas siguen teniendo mucho poder y de ahí que hayan surgido tantas alabanzas. Yo lo llamo miedo.

Un abrazo, amigo.

Luis

JESUS y ENCARNA dijo...

Buenas tardes Pablo, los Ancestros tenian la creencia, bien por las condiciones...Bien por los habitos,
de ofrecerles un puñado de tierra, las flores y el recuerdo son totalmente humanos.
De lo que no dudo es del "cambio de la forma". Tan diferente, ahora
,a los autenticos les da igual recibir agasajos hasta en vivo y en directo, claro que ha nadie le desagrada un dulce.
Si hubiese la tradicion de celebrar la muerte, como en otros paises ocurre, los falsos llantos serian risas.
Saludos cordiales.
Jesus

Mariluz GH dijo...

Tendemos a ser benévolos con los muertos, más por superstición que por otra cosa -creo yo. No suelo visitar los cementerios... creo que supe hacer saber a mis padres cuánto les quise y cuánto les querré siempre; unas flores en su tumba (que se encarga mi hermano de tener siempre allí) no va a decirles nada ni a mi me va a confortar de sus ausencias. Pero respeto a todo el mundo que lo haga. Hasta esa señora de los viernes tendrá sus buenos motivos, no sufras amigo :(

dos abrazos grandes para ti

La Gata Coqueta dijo...



Cuando mires las estrellas
acuérdate de mi
porque en cada una de ellas
he dejado un abrazo para ti.

Pasa un feliz fin de semana
y serás protagonista
de un millón de sonrisas.

María del Carmen


Paco Cuesta dijo...

¿Y,si las flores fueran para celebrar la ausencia?

Momentos dijo...

Cuan hipócritas y mentirosos son los religiosos en los funerales cuando dicen y casi garantizan que al difunto Dios lo tiene en La Gloria.

Los religiosos deberían aprender acompañar en el dolor, ya eso es suficiente.

La sonrisa de Hiperion dijo...

Todo conlleva sus luces y sus sombras... Los seres iluminados son de otra época.

Saludos y feliz domingo.

La Gata Coqueta dijo...



Borda el pañuelo de tus sueños de mil colores
Y en cada esquina ponle una cinta de ilusiones…

Si se pierden los encuentras
Si se alejan los acercas
Si se van los atraes

No te desveles que se enojarán
Y si se enojan te olvidarás
Que por un momento…
Has sido feliz bordando un sueño.

Un fuerte abrazo hoy desde mi tierra
Bañada por los aromas del Cantábrico.

María del Carmen



ibso dijo...

Una flor no es como es para que los humanos la admiremos, disfrutemos de su olor o nos extasiemos con su belleza. Una flor es como es porque es lo mejor que puede ser para cumplir con su objetivo.
Un abrazo amigo
Ibso

ibso dijo...

Las alabanzas son vanas, estés vivo o muerto, solo importa que cada cual sea (o se convierta) en lo mejor que pueda ser para cumplir con su objetivo.

LUISA M. dijo...

Valen más tratar bien a la persona o admirar sus obras en vida que las alabanzas cuando ya no está con nosotros. Además, coincido contigo en que muchas veces son poco sinceras esas palabras y halagos tras el fallecimiento de alguien.
Una buena reflexión sobre el tema, aunque te noto un tanto pesimista, anímate, Cornelivs, y espero que todo te vaya bien.
Un abrazo.

María dijo...

Amigo espero que estés bien, mira vengo del blog de Ibso que nos recordó el manifiesto, y este año parece que se nos pasó a todos.

Un beso.

Sara O. Durán dijo...

En vida hermano... después ya para qué.
Por Ibso he llegado a tu sitio, hasta hoy, tal vez no sea tarde. Colgué el manifiesto en mi humilde casa. Espero no tengas inconveniente.
Un abrazo grande y sincero.