Me encantan los domingos por la mañana: disfrutas de los tuyos, estas con los amigos, tienes tiempo para irte a correr o a dar un paseo, y tiene uno algo de relax para descansar de todo el frenesi de la semana. Y es que no se puede tener la máquina de la mente siempre encendida, es necesario tambien apagarla de vez en cuando a fin de que descanse un poco y se organice y ponga las cosas en su sitio. Me explico. Dejamos reposar al cuerpo cuando estamos cansados, pero ¿dejamos descansar también la mente? Yo creo que no lo suficiente; vivimos en el mundo de la “sobreestimulación”, recibimos continuamente estímulos visuales y acústicos por doquier, a todas horas, y considero que tambien es necesario detenerse y hacer un breve paréntesis en medio de tanta “vorágine de información ”, a fin de relajar la mente, estudiar y procesar los estímulos, calibrarlos y analizarlos bien, no cometer errores y quedarnos con lo que nos aporte algo, o nos motive o nos venga bien, desechando la información inutil, es decir, dejar la paja y quedarnos con el grano; o como diría Pablo de Tarso: “probarlo todo, y quedarnos con lo bueno”.
Lo digo porque vivimos en un
mundo frenético, vamos tan deprisa a todos los sitios, con tanto móvil y con
tanta tecnología, siempre quejándonos de que no tenemos tiempo para nada, que
se os olvida lo mas importante: reflexionar de vez en cuando, y recordar que
dos y dos son cuatro, si, porque creo que conviene recordar lo obvio de vez en
cuando: lo damos tan por supuesto que, en realidad, se nos termina olvidando. Y eso es un grave problema. Es como la muerte: todo el mundo sabe que ha de morir, pero muy poca gente vive
conforme a esa certeza: creemos que somos eternos, cuando lo cierto y verdad es
que, esto…se acaba, no sabemos cuándo, pero se acabara. Solo es cuestión de
recordarlo, para poder captar la belleza de cada dia que pasa.
La mente, ha sido el mejor “regalo” que ha dado
la evolución al ser humano para asegurar la supervivencia de la especie, y es
un magnifico instrumento a nuestro servicio. La mente es como un escudo
protector; cuando vivíamos en la prehistoria, rodeados de fieras y de una
naturaleza hostil, nos servía para ver o anticipar el peligro, y ponernos a salvo, y siempre os ha sido
util para anticipar o previsualizar los posibles inconvenientes que la vida puede
poner en nuestro camino. Pero con la
evolución, y el progreso y desarrollo tecnológico, los peligros de las fieras
ya lo existen, ya no salimos a la calle con miedo de que un león nos devore o
un cazador de la tribu de al lado nos tire una flecha; lo tenemos todo,
comemos, bebemos y dormimos, rodeados de comodidades. Los peligros,
aparentemente, han desaparecido; pero la
mente no puede estar en “paro” y siempre cumple la función para la cual se diseñó, pero a veces se equivoca y si no encuentra peligros reales se los
inventa, teniéndole miedo al futuro: “Y
si me quedo en paro”, “Y si me pongo enfermo”, “Y si me divorcio…” El “y si…” puede llegar a ser real y
verdaderamente torturador, no hacemos mas que anticipar posibles peligros que
luego, afortunadamente, no suceden nunca. Pero mientras estamos amargados y
preocupados, estamos perdiendo un tiempo precioso, sufriendo inútilmente. Es el
famoso “que comeremos, que beberemos”, que tanto nos preocupa, y que Jesús de Nazaret
critico tan acertadamente.
Ahora hay otros peligros mas ocultos
pero mas nocivos que las fieras o los cazadores de la tribu de al lado: la sobreestimulación
mental que todos sufrimos, y nuestra
voluntaria esclavitud a la moderna tecnología: móviles, television, redes
sociales, “tik tok” Wasap, Twiter, Facebook… estamos todos controlados por la tecnología,
y lo que es peor, nos dejamos esclavizar por ella, dedicamos horas y horas y
mas horas a estar más pendientes del móvil que de nuestra pareja, hijos, padres
o amigos, olvidándosenos de que la maquina mas perfecta que tenemos es nuestra mente,
y que esta tiene que descansar, y que
debemos evitar que esté sobrealimentada con tanta “basura tecnológica” que le
estamos metiendo y que sin un buen uso
no sirve para nada.
Y algo muy importante: no dejarnos controlar por ella: debemos procurar que nuestra mente esté a nuestro servicio, y no nosotros al servicio de ella; debemos de domesticarla poco a poco, entrenarla para que se concentre solo en lo positivo, evidando cualquier bucle de pensamientos negativos que no nos conducen a ningun puerto seguro. En esto, los filósofos orientales nos llevan miles de años de ventaja, y ya los antiguos romanos estoicos lo sabían: decían que la mente es nuestro mejor servidor, pero que puede llegar a ser nuestro peor amo, esto es, que no debe de ser nuestro amo de ninguna manera; debemos de ser conscientes de nuestro propio yo, y calibrar nuestros pensamientos, desechando los malos y quedándonos con los buenos. Es decir, hemos de pensar: Yo soy yo, y mis pensamientos son mis pensamientos; y soy yo quien ha de decidir que pensamientos positivos tengo que aceptar en mi mente, y que pensamientos negativos he de echar fuera. Según la filosofía oriental, Confucio fundamentalmente, la mente es como un jardín: solo debemos de procurar sembrar buenas semillas, y que arraiguen plantas buenas, y no ortigas ni malas hierbas.
Pensar un poco, reflexionar
simplemente, alejándonos de tanta “contaminación y basura” tecnológica que es una mala semilla en el jardín
de la mente. Hay que descansar, apagar el móvil, tener una buena conversación
con un amigo, irse a correr o con la bicicleta, o simplemente a dar un paseo…
hay que dejar que la mente descanse, ese descanso considero que es
absolutamente necesario, repito, absolutamente necesario para su correcto
funcionamiento. Cuando vamos conduciendo
el coche en un viaje largo, de vez en cuando hay que parar en la gasolinera
para repostar, descansar nosotros y que el motor del coche se enfríe un poco, ¿cierto?
Pues ahí sucede lo mismo, y no hay mejor repostaje para la mente que la
tranquilidad, el relax, y la paz de espíritu.
Imaginemos que el vehículo viaja las 24 horas sin parar, y que su conductor
dice que no tiene tiempo para parar ni para echar gasolina: al final o arde el motor, o se duerme el
conductor, o se detiene por falta de combustible.
Hay que parar de vez en cuando.
Esta mañana, y termino, voy a tomar
mi cafe con mis amigos Fernando, Juan
Manuel y otros contertulios. Era temprano, sobre las 8,45 aproximadas de la
mañana. Nos saludamos (“Otro dia mas”,
me dice Fernando) nos sentamos, y comenzamos a hablar de unas cosas y otras. En ese momento, recordando a Séneca,
pensé: “Si, otro dia mas que estamos aquí, otro regalo mas, respirando,
viviendo, sonriendo, y es gratis, no hemos tenido que pagar nada “, y asi se lo
he dicho a él. Yo, por mi parte, he
experimentado una gran paz, notando como la alegría y el optimismo se abrían paso
dentro de mí, al tiempo que el agradecimiento por estar vivo y bien de salud.
Puede parecer una tonteria, pero os aseguro que no lo es. El secreto esta en detenerse a meditar un poquito, y termino como empecé: recordar de vez en cuando que dos y dos son cuatro, y prestar atención a las cosas que hay a nuestro alrededor, mirar la realidad con otros ojos; estamos rodeados de belleza, pero no lo vemos porque no nos damos cuenta, al estar tan pendientes del puñetero móvil. Muchas veces nos quejamos de vicio: se nos olvida que estamos aquí gratis, no hemos pagado nada, cierto es que venimos desnudos a este mundo, lo mismo que nos iremos, pero el regalo de la VIDA es un maravilloso regalo por el cual nada hemos pagado; la vida es algo bello e inconmensurablemente precioso para estropearlo con pensamientos de mala calidad (Miedos al futuro del tipo “Y si…” y demás, o tantas basura tecnologica tipo tik tok, "influencers" o Facebook, p. ej). Estamos aquí, gratis. ¿Por qué no dejamos el móvil, televisión, estrés laboral, aunque sea un rato, pensamos un poquito, miramos la vida con otros ojos y nos damos cuenta de lo que tenemos?
¿Por qué no disfrutamos algo mas de esta maravilla?
Saludos
1 comentario:
jaja sobre todo me ha alegrado volver a leerte después de tantísimo tiempo ; ) Estuve ausente durante años y volví hace 4 meses porque de pronto entré en mi correo del bog que como solo uso para eso, jamás miraba y me enecontré montón de comentarios si leer, em asomé para agradecer el detalle y pedir disculpas por mi desconsideraciçon y jaja me volví a enganchar ; )
Salvo porque no me gustan los domingos, aunque mucho menos los lunes, totalmente de aucerdo contigo, de hecho la anterior entrada a la que tengo ahora, de otra manera, dije exáctamente lo mismo que tú ahora ; ) neesitamos volver a ser conscientes de cada instante que vivimos para disfruar de ellos, el pasado , ni el futuro existen, solo el presente, pero no en plan carpe diem, al contrario para centrarnos en cada instante vivido poder apreciar toda la belleza que nos rodea, hasta en las desgracias ahy belleza y algo bueno. Aislarnos de tanto sobrestimulo que solo nos aturde y consume. Fíjate, yo juego a pádel justo por eso, es un deporte en el que tienes que estar absolutamente concentrada en leer la pelota, para calcular cómo y donde colocarte en la pista porque al jugar tb con las paredes eso es imprescindible y lo maravilloso, no es lo que te ayuda a nivel físico, sobre todo a nivel mental, como si tras cada partido oxigeneras el cerebro. En fin, in placer volver a leerte!
Abrazo fuerte! y que sigas disfrutando del domingo.. yo tb lo haré ; )
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