Hay pensamientos que no se escriben por urgencia ni por necesidad de compartir, sino porque nacen del fondo del alma, en momentos de silencio. Y este es uno de ellos.
Nada es eterno. Vienen a mi memoria las palabras de comienzo del ultimo capitulo de mi admirado Quijote: "Como las cosas humanas no sean eternas, yendo siempre en declinación de sus principios hasta llegar a su último fin, especialmente las vidas de los hombres..."
Algunas veces me pregunto qué quedará de mí cuando yo ya no esté. Qué recordarán de mí quienes más amé, especialmente mi familia, esposa, mis hijos, mis amigos. No pienso en homenajes ni en epitafios, ni en ninguna de esas cosas, sino en algo más íntimo y sutil: la posibilidad de que mis palabras —estas que he escrito en este blog durante tantos años— puedan acompañarlos en su propio camino. Porque si algo he intentado con este blog no ha sido enseñar, ni convencer, ni predicarle a nadie. Solo reflexionar con honestidad sobre la vida, desde la duda, desde la búsqueda, desde mi propia vulnerabilidad.
Decía Cervantes que “la lengua es la
pluma del alma”, y en ese espíritu he escrito en este blog que (como pasa el tiempo) inauguré el 01.04.2008, con mi entrada “Saludos” , de esto hace ya diecisiete años -que se dice pronto- y ojalá que sea así por muchos años más.
En mis palabras hay pensamientos, sí, pero
también hay cansancio, ternura, miedo, amor, tristeza, alegría, claridad y sinceridad. Son lo más parecido que tengo a una herencia invisible:
no una respuesta, sino una presencia interior.
Si algún día mis
hijos, al enfrentarse al dolor, a la confusión o a la soledad -propias de
muchos momentos de la vida- encuentran
en estas líneas algo de consuelo, algo que les recuerde que su padre también
dudó, que también se cayó, que también
se levantó y que siguió adelante… entonces sabré que estas palabras habrán cumplido
su destino.
Y si alguno de
ellos, en algún momento de su vida, llega a sentirse perdido, ajeno, distinto o
en lucha consigo mismo… que sepa que fue profundamente amado incluso en sus silencios.
Que hubo alguien que, a su modo, siempre lo miró con esperanza. A veces no supe
expresarlo bien, pero nunca dejé de sentirlo.
No pretendo que me
imiten. Solo que recuerden que es posible vivir con integridad, aun
sin certezas, con un corazón honesto y una mente abierta. Que no hace falta
tener todas las respuestas para caminar con dignidad.
Tal vez, al final, eso es lo que más importa: sembrar algo que florezca en los que amamos, incluso después de partir. "Podrias dejar la vida ahora mismo. Deja que eso determine lo que haces, dices y piensas". "La mejor venganza es ser diferente a quien te causó el daño". "Haz cada cosa en la vida como si fuera lo último que hagas" (Marco Aurelio)
Como no, mi consejo ademas es que, en momentos de duda, no solo cuenten con mis palabras, sino que ademas les dejo a los grandes maestros que a mi me han mostrado el camino fundamentalmente -y abreviando mucho- Seneca, Marco Aurelio, y los monjes del Tibet -y escritores- comentadores y conocedores del budismo tibetano, en cuya lectura encontrarán consuelo y una luz que los guie en medio de la oscuridad.
Y a ti, lector/a
amigo/a, que me lees ahora, quizás en un momento difícil o en plena búsqueda,
quiero decirte que no estás solo/a. Lo que he compartido aquí no es un manual
ni una verdad definitiva, sino un humilde y honesto intento de atravesar la vida con un poco más de
claridad y serenidad. Ojalá estas palabras, fruto de mis dudas y aprendizajes,
puedan ser para ti una pequeña luz en la oscuridad, un recordatorio de que
todos llevamos dentro la capacidad de levantarnos y seguir adelante, con
humildad y coraje.
Cordiales saludos.
Pablo J. Gamez Rodriguez.
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