"Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado" (André Gide)
"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendería con mi vida tu derecho a expresarlo" (Voltaire)

"La religión es algo verdadero para los pobres, falso para los sabios y útil para los dirigentes" (Lucio Anneo Séneca)
"Cualquier hombre puede caer en un error, pero solo los necios perseveran en él" (Marco Tulio Cicerón)
"Quien no haya sufrido como yo, que no me de consejos" (Sófocles)
"No juzguéis y no sereis juzgados" (Jesús de Nazaret)
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01/08/2025

Bruma en el alma clara. Aceptar, sentir, vivir.

 

Hay días en los que uno se despierta con una tristeza que no tiene nombre. No es por algo que haya sucedido, ni por nada ni nadie en concreto. Es una bruma silenciosa, como si el alma recordara algo que la mente ha olvidado.

Hoy es, paradójicamente, mi primer día de vacaciones. En teoría, debería sentirme ligero, descansado, quizás hasta eufórico. Pero el silencio externo —al cesar el ruido del trabajo y las prisas— parece abrir la puerta a otro tipo de silencio: el que deja salir lo que llevábamos dentro y no habíamos escuchado.

En esos momentos, intento no resistirme. Dejo que la tristeza me acompañe, como quien camina con un viejo amigo que no necesita palabras; como las emociones, que fluyen naturalmente y pasan, como las olas del mar. Y he aprendido que muchas veces no es un malestar, sino una forma más profunda de estar en el mundo: una sensibilidad que percibe lo que otros ignoran.


Marco Aurelio decía: “Ama solamente lo que te ha sucedido, y lo que te sucede. ¿Qué podría ser más apropiado?” Porque todo lo que nos ocurre, incluso aquello que nos pesa o nos duele, ya estaba tejido con nosotros. No hay error ni extravío; hay camino.

Esta tristeza, entonces, no es un fallo del sistema, al contrario: es  parte de la travesía. Quizás no es más que el eco de la lucidez. O la sombra de la plenitud, que solo se revela al alma que no huye de sí misma.

Y sin embargo, en medio de la bruma, también hay luz. Tal vez no lo veamos en ese instante, pero el simple hecho de poder sentir ya es semilla de claridad. Hay en nosotros más fortaleza de la que creemos, y al otro lado del silencio, la vida nos espera, serena y fiel como la marea.

“No busques que las cosas ocurran como tú deseas, sino desea que ocurran como ocurren.” (Epicteto, Enquiridión, 8)

“Ama lo que te sucede, porque eso es lo que te fue asignado por el orden del universo.” (Marco Aurelio, Meditaciones, 7.57)

"Así como las olas vienen y van, también vienen y van nuestras emociones. Lo importante no es detenerlas, sino aprender a no aferrarse a ninguna." (Enseñanza budista tradicional)

Saludos

Pablo J. Gamez Rodriguez

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