"Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado" (André Gide)
"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendería con mi vida tu derecho a expresarlo" (Voltaire)

"La religión es algo verdadero para los pobres, falso para los sabios y útil para los dirigentes" (Lucio Anneo Séneca)
"Cualquier hombre puede caer en un error, pero solo los necios perseveran en él" (Marco Tulio Cicerón)
"Quien no haya sufrido como yo, que no me de consejos" (Sófocles)
"No juzguéis y no sereis juzgados" (Jesús de Nazaret)
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01/05/2025

BUSCANDO LA ALEGRIA DE VIVIR


Vivimos en un mundo tecnologicamente muy avanzado pero, paradójicamente, muy atrasado espiritualmente. En esta frenética sociedad de la información ultrarápida e instantánea, veo que el ser humano vive mas cómodamente que nunca porque lo tenemos todo, sin embargo  la pregunta es: ¿somos  mas felices que antes? Y la respueta que me surge es un rotundo NO. Hablando en general, y sálvese quien pueda,  estamos muy desorientados. Dirigimos nuestra atención hacia afuera, hacia la comodidad, hacia los bienes materiales, hacia lo superficial y  lo rápido; buscamos los “likes” rapidos y mientras mas mejor; si tienes mil o cinco mil “likes” crees que eres alguien, y si no piensas que no eres nadie. Vivimos pendientes del parecer ajeno, de los “influencers” y de la inmensa galeria de mercachifles y toreros de salón que hay por ahi; y no nos damos cuenta de que hemos esclavizado nuestra propia felicidad: la hacemos depender de los demás. 

Nos quedamos en la forma de las cosas y no penetramos en el fondo. Y lo que es peor: no nos damos cuenta de que lo mas precioso que tenemos no hay que buscarlo fuera: está ya dentro de nosotros, lo que pasa es, eso,  que hay que buscarlo. Y mucha, muchísima gente, tristemente, llega al final de su vida  sin darse cuenta.

¿Y que es eso que tenemos dentro? Te animo a que lo descubras por ti mismo/a. Si dejas de dirigir tu atención hacia el exterior continuamente, buscando la aprobación externa, y la diriges hacia tu interior, puede que te lleves una inmensa sorpresa.  Puedes descubrir muchas cosas.

Por ejemplo, puede que un buen dia te des cuenta de que el mero hecho de estar vivo ya es, por si mismo, un auténtico regalo,  un regalazo. Se nos ha dado todo sin pedir nada a cambio.  No hemos pagado nada por estar aquí, todos los días abrimos los ojos gratis. Nacemos, respiramos, andamos, nos sentamos, corremos, comemos, bebemos, hacemos el amor, dormimos, disfrutamos: estamos aquí. En resumen: el Universo nos ha creado,  gratis, y para mi eso es la máxima manifestación del amor de Dios (llamalo, si lo prefieres,  “Energía Creadora”)  hacia sus criaturas, como nosotros.

Yo pienso que la vida es maravillosa, pero tiene un problema que nos impide disfrutar de ella: nuestro ego.  Nuestros padres, abuelos, y anteriores generaciones, podrían alegar su ignorancia como excusa,  pues la alfabetización completa de la sociedad solo llegó a España  en el Siglo XX, en definitiva, ellos NO eran responsables.

Sin embargo, nosotros no podemos alegar ninguna ignorancia porque tenemos el móvil en las manos, tenemos el mundo de la información en nuestras manos; y si no hacemos uso de esa magnifica oportunidad para aprender cosas nuevas y evolucionar como seres humanos, o hacemos un mal uso de ese conocimiento y de internet, los únicos responsables seremos nosotros, y solamente nosotros.  

Por tanto, si  buscas en internet un poquito, te darás cuenta y descubrirás  que la felicidad humana no termina de llegar porque hay un enemigo suelto desde hace miles de años, que se encarga de hacernos desgraciados: nuestro  ego, el cual es definido por la mayoría de los autores como la construcción mental que hacemos -en nuestra mente- de nosotros mismos, esto es, una identidad que nosotros mismos nos forjamos y que basamos en nuestros pensamientos, recuerdos, roles sociales, creencias, logros, fracasos y etiquetas como “yo soy esto” o “yo no soy aquello”.  Es decir, es  el “yo” que creemos ser, pero que en realidad no somos en esencia. Es una especie de personaje, una careta o un disfraz que nos creamos para movernos por el escenario del mundo, y  que muchas veces, por desgracia,  se apodera de toda nuestra conciencia.

Nuestro ego nos quita la alegría de vivir porque nos desconecta de la realidad tal como es y de nosotros mismos en nuestro estado más auténtico.

Y es que el ego es terrible,  he aquí alguna de su fechorías: busca validación externa de modo constante, el ego necesita ser aprobado, admirado, reconocido (y esto nos mantiene atados a la opinión de los demás y nos hace vivir en función de expectativas externas, lo que genera ansiedad y frustración); además, siempre se apega a la imagen del “yo”, pues el ego construye una identidad rígida: "yo soy exitoso", "yo soy fracasado", "yo soy diferente", etc, con lo cual defender esa imagen consume mucha energía y genera sufrimiento cuando la realidad no encaja con ese ideal; además, nos hace competir en lugar de conectar, pues el ego compara, juzga, envidia, y en vez de disfrutar el presente o celebrar a otros, siempre está viendo quién tiene más, quién vale más, lo cual  bloquea la empatía y la gratitud. Por si fuera poco, el Ego reacciona desde el miedo y la carencia, el ego teme perder lo que tiene o no obtener lo que desea, y vive en un modo de defensa o ataque, lo que impide sentir paz y gozo interior. Por si fuera poco, y no contento con esto, el ego nos desconecta del presente, siempre está en el pasado (culpa, rencor) o en el futuro (ansiedad, expectativas).  

Que se lo pregunten a mi admirado Séneca, que en su tatado De la tranquilidad del alma" (De tranquillitate animi), ya decía que los animales salvajes, cuando no están siendo perseguidos, disfrutan de una paz natural y estan tranquilos,  mientras que los seres humanos, incluso en ausencia de peligros inmediatos, se perturban a sí mismos con recuerdos del pasado y temores sobre el futuro.

El ego NO tiene en cuenta, ni sabe, que la alegría de vivir solo se encuentra en el aquí y ahora.  Estar aqui y ahora, plenamente presentes. ¿Te duele algo ahora mismo? No. ¿Tienes todo lo que necesitas ahora mismo? Si. Entonces, ¿cual es nuestro problema ahora mismo?  No mañana ni pasado, ¡ahora mismo ¿cual es tu problema?!  Ninguno ¿verdad? ¿Entonces, por que no disfrutamos mas de las pequeñas cosas que la vida nos regala  a cada instante,  como p. ej., el placer de comerse un buen plato de manitas  o unos esparragos trigueros con unos buenos amigos  bebiendo un buen vino, o dar un paseo por la playa, o hacer deporte,  o ver una buena pelicula, o mil ejemplos más como estos?

Y soltar el ego no significa dejar de tener identidad, sino liberarnos del sufrimiento.  

Por ejemplo, podríamos empezar  preguntándonos cada dia varias veces: ¿Quién soy yo? Diras: yo me llamo fulano/a de copas, vivo en la calle tal, de tal ciudad, mi profesión es tal y cual, tengo esposo/a y tantos hijos. Bueno, esa es tu etiqueta externa o tu disfraz social, pero no eres tu. Despójate de todo eso que crees ser y piensa: aparte de eso, ¿Quién soy yo realmente, quien soy yo de verdad? ¿Quién más vive dentro de mi?

Comprobaríamos que al  dejar de identificarnos con lo que no somos realmente,  regresan la paz, la autenticidad y una alegría que no depende de las circunstancias.

Los estoicos y los budistas aconsejan superar nuestro ego de varias maneras: primeramente, observándonos sin juzgarnos. La conciencia es el antídoto del ego. Cuando observas tus pensamientos, emociones y reacciones sin juzgarte, creas una distancia entre “tú” y el ego. Ejemplo: en vez de decir “soy una persona impaciente”, dices “hay impaciencia en mí ahora”. En segundo lugar,  practicar la presencia con atención plena. Dado que el ego vive en el pasado o el futuro, el presente lo desarma. Cuanto más presentes estamos (con la atención puesta en lo que hacemos, sin distracción), menos poder tiene el ego. Una buena práctica seria hacer cualquier tarea al dia,  con plena atención, sin prisa, concentrados en lo que estamos haciendo. En tercer lugar, cultivar la humildad y la gratitud, y ojo,  porque la humildad no es pensar menos de ti, sino pensar menos en ti.  En cuarto lugar: aceptar las cosas como son. Hay que aceptar lo que es, como es. El ego lucha contra la realidad: quiere que las cosas sean como él desea. Trascenderlo implica aceptar las cosas como son, sin resignación, pero sin resistencia mental. En quinto lugar, hay que conectar con algo mas grande que nosotros. Y es que el  ego se cree el centro del universo. Sentirnos parte de algo más amplio (la naturaleza, una comunidad, la conciencia universal) lo relativiza, con lo cual quizás sea bueno dedicar  tiempo a actividades que nos conecten con lo sagrado, lo natural o lo colectivo: estar en la naturaleza, ayudar a otros, practicar silencio, arte o espiritualidad. Y en sexto y ultimo lugar, aceptar nuestros defectos. El ego es soberbio y orgulloso y suele rechazar las partes de ti que no encajan en su “imagen perfecta”, por lo cual solo integrando tu sombra (tus miedos, defectos, heridas) puedes liberarte de su control. P. ej., podemos hacer una lista de cosas que criticamos en los demás, y preguntarnos: “¿Esto existe también en mí?”  

Superar el ego es un arduo trabajo, es un camino de conciencia, que puede durar toda una vida, y no es una meta que se alcanza de una vez, sino progresivamente. Cada paso que damos en esa dirección nos trae mas paz, libertad y verdadera alegría.

Podríamos dejar un rato el móvil y pensar más en estas cosas, pero, claro, necesitamos tiempo. Y ese es el problema, que no tenemos tiempo. ¿No tenemos, o es la excusa que nos buscamos? Porque si algo nos interesa de verdad, si que encontramos tiempo.

 Yo, desde luego, llevo años inmerso en un proceso de completa demolición de mi propio ego, y cada ladrillo que tiro al suelo, me da más felicidad.  Por eso mi consejo es: no tengas miedo a perder tu ego.  ¡¡¡Animo!!!  Es falso que no puedas vivir sin tu ego:  lo real y verdaderamente correcto es todo lo contrario;  se puede vivir perfectísimamente sin él, y  de hecho seremos mucho  mas felices de lo que lo somos ahora.

 ¿Tienes dudas? Esto es bueno. Busca entonces, analiza, investiga, teclea en Google o en cualquier buscador, o en Chat GPT, Youtube, Wikipedia, etc,  información sobre el Ego y como  superarlo; estudia a autores como Séneca, Marco Aurelio; y mas contemporáneos, los maestros espirituales tibetanos  -magnificos- como Jamyang Khyentse Chökyi Lodrö, Nyoshul Khenpo, Dudjom Rimpoché, Dilgo Khyentse Rimpoché,  el propio Dalai Lama y tantos y tantos otros; grandes comunicadores como Mario Alonso Puig o Manuel Sans Segarra, a los que admiro, y que con sus conferencias y sus libros están haciendo una magnífica labor de difusión y concienciación social -te animo a que los sigas-;  de todos ellos he tomado ideas en las que me he basado para la elaboración de esta entrada.  

 Permíteme que termine haciéndote una pregunta. Estamos hartos de comer, y de beber. Lo tenemos todo. Y sin embargo, parece que no terminamos de ser felices del todo, es como si no sintiéramos vacíos por dentro. En muchas ocasiones, el personaje que crees ser (tu identidad social, tu etiqueta, tu ego) ha conseguido hoy lo que queria, en el trabajo, en la casa, donde sea. Te sientes completo, pero dura poco esa felicidad, porque pronto vuelve esa sensacion de soledad y de vacio. ¿No has tenido esa sensación?  ¿Si? Entonces  ¿Por qué no buscamos algo más? ¿No sera que el Ser interior que habita dentro de ti esta llamando tu atencion? Si lo tienes todo y has conseguido tus objetivos, ¿porque no terminas de ser feliz al 100 %, que mas quieres, que mas necesitas?  Y,  ¿por que no miramos un poco mas hacia nuestro interior y no hacia fuera? 

La respueta, como siempre, la tienen los sabios que nos precedieron, muchos de los cuales ya he nombrado antes, y como no, nuestro  Jesus de Nazaret: No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios."  Y si quieres otro ejemplo, Séneca (lee la epístola 17 a Lucilio, si no me crees) dijo lo mismo con otras palabras; también vió que merecia la pena seguir la senda de la iluminación espiritual:  "Cuánto mejor lo que aquí se promete: ¡la libertad perpetua y no vernos obligados a obedecer a ningún dios ni a ningún hombre! Hemos de alcanzar esta meta, aunque sea pasando hambre."

¿Te animas?  ¡Es una busqueda apasionante...!

Saludos.

Pablo J. Gámez Rodriguez.