Duele (2ª Parte)

Aquella noche se acostó con esa sensación de frio en el pecho. El dia siguiente fue bien, dio un paseo en moto y colgó su post el domingo, relatando la ruta. Volvió bastante mas relajado de lo que se fue, y es que la moto tenia esa virtud, lo relajaba enormemente; ese contacto con la naturaleza los domingos por la mañana en las primeras luces del dia le daba energía, se sentía identificado con su entorno, como una pieza mas del paisaje y de la naturaleza de la mañana. Inspiraba profundamente ese aire perfumado y se sentía vivo.

Pero esa sensación…no lo abandonaba.

Se despide de Casi y vuelve a casa. Recien terminado el post, Javier viene a su casa. “Pablo, las cervecitas nos esperan”. La idea era agradable, y el calor era un buen aliado, con lo cual incapaz de decir que no, ambos van al Bar Monterrey. El rato es agradable y hablan de unas cosas y otras. Vuelve a casa, come, y se duerme una larga siesta.

Se levanta. Va a la piscina con todos los suyos, que se bañan, pero el no; se ha levantado una pequeña brisa que lo incomoda.

Habia visto todo los comentarios al primer post, (“Duele"), desde el de Siab-MiprincesaAzul, hasta el de La sonrisa de Hiperión, y de nuevo fue consciente del lindo vinculo que mantenía con sus amigos bloggers, a los que, a pesar de no conocer personalmente, habia llegado a profesar verdadero cariño; y aunque sabía que era bien comprendido, esa tarde lo tuvo más claro que nunca. Se sintió arropado por todos. Casi todos los comentarios, en mayor o menor medida, destacaban una parte de lo que a él le sucedia, y acertaban. No era tan difícil de ver, claro que no. Era increible que personas que en ocasiones estaban a miles de kilómetros de distancia lo comprendieran tan bien. Hubo varios comentarios que lo dejaron completamente asombrado: parecía que se habían metido en su pellejo y leído la mente.

Los comentarios, impagables, le daban ánimos y mucho cariño. Y sobre todo valiosos consejos: los leyó y releyó con el máximo afecto, uno a uno, sacándoles todo el sabor y el mensaje que pudo, y los guardó muy dentro. Notó de nuevo su calor y su aprecio. Aquello le conmovió muy profundamente. Dio gracias a los dioses por ello. Se sintió muy afortunado.

Y también dichoso, por haberse equivocado. En el primer post dijo: “Si los tuyos no te comprenden, ¿Cómo va a comprenderte el mundo?” Los comentarios le demostraron que ese mundo lo entendía mucho mejor de lo que él pensaba.

Se alegró muchísimo de tener un blog, y prefería la versión clásica y romantica del blog: un diario personal, un modo de comunicación con los demás, un modo de hacer amigos y un vehiculo para desahogar emociones y sentimientos. Pero para internet era un poco patoso, de modo que no entendía muy bien el funcionamiento del Facebook y de otros medios: el se atenía a su sencillo blog.

Entendió, como le insinuaban los comentarios de algunos amigos, que la incomprensión, quizá, es una de las heridas con las que se ha de vivir cuando no es posible cerrarla, pues en el fondo la soledad que nos empeñamos en romper constantemente es lo único que tenemos fiel a nuestra realidad. Se aprende de ello, aunque sin renunciar a tratar de ser comprendido.

Y también comprendió, como tambien le insinuaban otros amigos en sus comentarios, que no era posible comprenderlo todo; que a veces no era necesario comprender nada: solo con una mano el hombro, y con una sonrisa, efectivamente, bastaba. Se consoló: no se puede tener todo en este mundo, ni comprenderlo todo. A veces es preferible tener menos profundidad de conocimientos, y quedarse con lo más valioso de todo: el amor tan profundo que puede esconderse tras una caricia o tras una sonrisa.

Esa mala sensación…comenzó por fin a alejarse de él. Y de nuevo se sintió afortunadísimo de tener a estos amigos y amigas. Benditos blogs...

Gracias a todos/as. Cornelivs os quiere.

Saludos.