Lo que es la vida. Un buen dia venimos a este mundo, crecemos y paulatinamente vamos
adquiriendo experiencia en este proceloso mar, en este “valle de lagrimas” que es el mundo, aunque yo prefiero llamarlo “magnifica
oportunidad de vivir”, porque
en mi opinión, la vida es verdaderamente bella y efímera, y
sinceramente, porque prefiero creer que
estamos aquí para disfrutar y gozar de la vida, y no para sufrir. No tendremos otra oportunidad. Y tenemos suerte:
se nos ha dado gratis, y podemos respirar,
sentir, ¡vivir!, contemplar un bello amanecer, una puesta de sol, podemos gozar
de la familia y amigos y mil cosas mas sin pagar ni un céntimo. Obviamente, hay días de vino y de rosas, y días de luto, sonrisas y lagrimas, de todo; pero si las circunstancias son duras, podemos
intentar cambiarlas, y si no podemos, al menos podemos elegir nuestra actitud
ante ellas; que, todos somos más, pero mucho
más que nuestras circunstancias, y podemos elevarnos sobre ellas; las vemos
pasar a nuestro lado y podemos elegir como sobrellevarlas, y como afrontarlas. Lo importante es no
dejarte sepultar por su peso, por duras que estas sean o puedan parecer, y afrontarlas estoicamente.
.
.
Cuando aprendes esta importante
lección, tras mas de un dolor de estomago y muchas lágrimas, llega un
determinado momento en el que los hijos llegan a tu morada, y con ellos, la
vida nos coloca en la tesitura de enseñarles a navegar en esta singladura tan
dura, a veces, tan bella, otras, y tan irrepetible siempre. Contemplas sus
fallos y sus aciertos, te alarmas con aquellos y te alegras con éstos; les das
toda tu sabiduría y tu experiencia, y comprendes que, tal y como dice el viejo
aforismo castellano, “nadie escarmenta por cabeza ajena”; los ves caer y levantarse una y otra vez,
pero no puedes hacer otra cosa que estar a su lado, y aconsejar lo mejor que
supieres.
Pasa el tiempo; de niños tu eres
su ídolo; ahora, en la adolescencia, eres el ídolo caído, te someten a un
profundo análisis revisionista, y parece
que un manto de lejanía te aparta de ellos; menos mal que el amor y el cariño
siempre esta ahí, la verdadera argamasa del edificio familiar y consolidador de
afectos. Y, por cierto, también tienes
la oportunidad de aprender de tus hijos; al menos, los míos me enseñan
cosas todos los días. Que nacemos ignorando y morimos aprendiendo. Durante un
tiempo te está permitido disfrutar de
ellos y de su compañía, amándolos, sobrellevando sus rabietas y enojos (fruto
de la inexperiencia) con paciencia, que ya aprenderán; hasta que un buen dia,
ellos dejan el nido, y se van de tu lado, pero no de tu corazón.
Luego viene el trago amargo de
tener que decir adiós a las personas que te dieron el ser.
Y vas envejeciendo; el cuerpo
empieza a fallar, y un buen dia, que nunca te esperas, te sucede como a aquel espectador en el Cine: cuando
por fin comprendes de que va la película, cuando por fin entiendes casi todos
los intríngulis del argumento, y por fin empiezas a pasarlo bien, ¡zas!”, llega
el momento de terminar: se baja el telón, el show llega a su fin. Tiempo. Hora
de partir.
Antes decía, y lo repito, que la
vida es efímera, y en consecuencia, bella, ya lo creo. Precisamente por eso, creo que es demasiado
bella como para atormentarnos con el pasado que no podemos cambiar ni con el futuro
que no podemos predecir. Creo firmemente que no deberíamos
de mirar al pasado con ira, ni al futuro
con miedo. Pero si podemos hacer una cosa: mirar al presente con atención. El presente es el único instante
que nos pertenece. Y un consejo: aparte de tu sacrosanto trabajo, que es el pan
tuyo y de tu familia, amigo/a que me lees, buscate un hobby, una actividad
placentera a la que dedicar un rato todos los días. Paddel, tenis, caminar, leer, coleccionar
cosas, salir con los amigos/as, oir música, lo que prefieras, pero dedica un
tiempo al dia para ti mismo, que ese
instante sea tuyo, solo tuyo. Que es obvio que el cuerpo necesita su alimento,
pero también el espíritu lo precisa.
Por si te sirve de algo, te diré
que en mi caso, opté por el running, y me
encanta comenzar el día con optimismo; por ejemplo, hoy he corrido 60 minutos justitos, a ritmo tranquilo, con las primeras luces del dia, a
solas, escuchando las sensaciones de tu
cuerpo, gozando de los pájaros que cantan por la mañana y de ese bello amanecer
de Mayo, viendo nacer al astro rey a las 7,45 de la mañana… lo cual, con mis cincuenta
años muy bien cumplidos, es un autentico regalo y un inenarrable placer, que me carga las
pilas para el resto del dia. Quieran los dioses que pueda disfrutar de este hobby/
afición muchos años, y que las lesiones me respeten. Pero lo dicho: en esos
momentos, solo tu eres dueño de tu presente, y te sientes poderoso, y sobre
todo: feliz. Que de eso se trata.
¿Que qué es la vida? Yo pienso que es algo bello y maravilloso. Si, a pesar de sus zarpazos, aunque yo prefiero denominarlos "lecciones", y oportunidades para aprender.
Saludos.