"Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado" (André Gide)
"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendería con mi vida tu derecho a expresarlo" (Voltaire)

"La religión es algo verdadero para los pobres, falso para los sabios y útil para los dirigentes" (Lucio Anneo Séneca)
"Cualquier hombre puede caer en un error, pero solo los necios perseveran en él" (Marco Tulio Cicerón)
"Quien no haya sufrido como yo, que no me de consejos" (Sófocles)
"No juzguéis y no sereis juzgados" (Jesús de Nazaret)
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30/12/2019

EMOCIONES A FINAL DE AÑO



Puede que sea porque voy cumpliendo años, o porque el inexorable devenir del tiempo trae estas cosas, pero estas Fiestas Navideñas me estoy acordando, más que nunca, de los que ya partieron; y, en concreto, me acuerdo de mis padres todos los días,  los echo muchísimo de menos, y su ausencia me entristece. Por ejemplo, daria cualquier cosa porque mi padre estuviera aqui, conmigo, y tomarme con él una buena copa de vino, con nuestra tapita de careta, como a él le gustaba.  Pero no puede ser. Aunque, emulando a Garcia Marquez,  ya no lloro porque terminó, sino que sonrio, porque sucedió, esto es, si bien su ausencia me duele, me queda el consuelo del cariño que me dieron, y el agradecimiento por el tiempo que tuve la suerte de disfrutar de su compañia. Y, desde luego, el mejor consuelo de todos es  la suerte de contar con los que sí estan, aqui y ahora, a mi lado: mi familia (esposa, hijos),  y mis buenos amigos, cuya compañía hace que, esta mala película que es la vida, sea mas agradable de visionar.

Y es que, pensando el otro dia en lo rápido que pasa la vida, teniendo siempre presente a Seneca (“De la brevedad de la vida”) y las “Coplas por la muerte de su padre”, de Jorque Manrique, se me ocurrió pensar en un simil, y es  que la vida parece como un cine de segunda o tercera categoría al cual vas a ver una pelicula. Apenas llegas, te das cuenta de la primera sorpresa, la película es en blanco y negro; luego  la calidad de la imagen es mala, la Sala huele mal, los sillones de los espectadores son incómodos, y por si fuera poco, la calidad de sonido tampoco va muy alla.  Estas muy incómodo, y, obviamente, te quejas; pero poco a poco  el espectador se va sintiendo mas cómodo en esos sillones, su olfato se va haciendo paulatinamente al mal olor, ya no huele tan mal; y, forzado a ver la película, poco a poco la imagen se va mostrando mas nítida, y empieza a comprender el argumento.  De vez en cuando algún espectador, aburrido con el aparente tostonazo que resulta la película, abandona la sala, pero la inmensa mayoría de espectadores siguen allí, impertérritos, viendo la película. Y llega un momento en el que, por fin, la película te engancha; comprendes de pronto el argumento, te sientes muy cómodo en el sillon, la calidad de imagen y sonido es estupenda,  y verdaderamente puedes disfrutar de la película. Te das cuenta de que la película era estupenda desde el primer momento, pero  solo entonces sabes ver y contemplarla. Pero, ¡ay!, cuando llevas pocos minutos disfrutando, suena el aviso del revisor: “Señores, prepárense, que solo quedan 5 minutos”. Y se acaba la película. FIN.  Solo los últimos 5 o 10 minutos has disfrutado.

Y en este año que acaba,  ha habido de todo, bueno y malo, aunque afortunadamente ha habido mucho mas de lo primero que de lo segundo.  Como en la película, a esta edad aprende uno a serenarse y a relajarse; dominas la mente mas fácilmente que cuando eres joven, y la furia de las emociones fuertes no causan las perturbaciones de antaño. Pero hay una cosa en la que no he cambiado, y me resisto a cambiar: la capacidad de emocionarme y de sorprenderme sigue incólume. En cuando a mis emociones, ni las refreno, ni las promuevo: las contemplo con naturalidad, y dejo que fluyan de modo natural, como las dulces y suaves aguas de un rio, y no me averguenzo en absoluto de emocionarme: que emocinarse es algo natural y maravilloso. Y en cuanto a la capacidad de sorprenderme, tampoco quiero perderla: sigo sorprendiéndome de las cosas, quizás por que no he perdido la fe ni la esperanza en el ser humano, y procuro no juzgar a nadie. La serenidad de espiritu que te da la humildad de comprender que todos somos humanos  y, por ende, imprefectos y falibles, es muy saludable para el espiritu, y nos anima a mejorar. No olvido lo que decia Confucio: "Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo; cuando veas a un hombre malo, examínate a ti mismo".

A todo esto, el pasado 1 de Diciembre, rematé mi maratón num. 13, Valencia, aquí os dejo esta foto. Terminé mas cansado que otras veces, los años pasan  y son 42 Km, a correr, pero, como siempre, termine con felicidad y esa sensación inenarrable de felicidad que supone haber cumplido otro objetivo más… Y desde luego, muy agradecido con la vida, pues a mi edad, sigo manteniendome en forma, y con el animo y el espiritu cada vez mas sereno, afortunadamente.  Y en las otras facetas  de la vida, me sucede lo mismo; laboralmente, estoy con mucho trabajo a cuestas, pero disfrutando de la profesion, y de la serenidad que te da la experiencia; y disfrutando igualmente de la maravillosa familia que la vida me ha dado.

Una única cosa me está empezando a preocupar, inicialmente era algo insignificante, pero esa duda ha crecido en mi interior. Y es esta: cuando partamos de aquí, nada nos podremos llevar, salvo el amor que hayamos y nos hayan dado, de modo que me pregunto: ¿Cuando partamos, nos iremos de aquí con la tranquilidad de haber hecho todo lo posible por dejar un mundo mejor que el que nos encontramos? ¿Nuestos hijos nos recordaran con el mismo cariño y amor que nosotros a nuestros padres? Yo quisiera pensar que si, y humildemente aspiro a que mis hijos me recuerden con el mismo amor y cariño con el que yo recuerdo a mis padres.

¿Y tu, amigo lector? Si piensas en sentido afirmativo, me alegro por tí, enhorabuena. Pero si tienes alguna duda, no te preocupes, animate y déjame que te de un consejo y un consuelo; nunca es tarde. Si eres joven, tienes toda la vida por delante; tienes mi edad,  no te vengas abajo, anímate que aun hay tiempo, digamos que ya ha pasado la primera parte del partido, pero, te queda toda la segunda parte para aprender de tus errores, y actuar en consecuencia. Yo, al menos, lo intento a diario. Y si ya estas al final de la vida, animo igualmente, no dejes de hacerlo, que  un solo dia de amor y cariño vale mas que toda una vida de egoismo y de sufrimiento.

Pero nadie mejor que el Dalai Lama para expresar lo que siento: "Cuando naciste, el mundo reia y tu llorabas. Procura vivir de tal manera, que cuando tu mueras, seas tú el que se ria, y el mundo el que llore".

Animo y cariño para todos.  Feliz año nuevo y un fuerte abrazo, con mis mejores deseos de que el 2020 venga colmado de bendiciones. Se os quiere.

Pablo J. Gamez
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